Ellos, esos españoles
orgullosísimos de sus fuerzas de seguridad y de que vinieran a Catalunya a
apalear a nuestras abuelas, madres e hijos que, por todo crimen, querían meter
un papelito en una urna, regalan a esas fuerzas de seguridad un fin de semana en
sus hoteles. Mientras, aquí, los catalanes, regalan un fin de semana en los
hoteles del pirineo catalán, a los ciudadanos de Murcia que fueron apaleados
por esas mismas fuerzas de seguridad del estado español, por protestar por esa
infamia de muro que divide la ciudad para que pase el AVE sin encarecer el
coste con un paso subterráneo por la ciudad. Naturalmente que unos y otros, en
el trasfondo de tan generosa oferta, pueden esconder intereses mercantilistas,
de propaganda gratis, etc. Eso no es óbice para que no existan sustanciales
diferencias de fondo entre unos y otros. Tampoco se pone en cuestión, yo al
menos no lo hago, quienes son mejores o peores; lo que es evidente e
incontestable es que los catalanes somos diferentes. Cuando menos parecemos más
solidarios con los sufrientes que con los apaleadores. Por otro lado, los
jueces justicieros como existir, existen como existen las chinches y la peste,
la miel de abeja y la mojama, se toman la justicia por su mano y tenemos en
Catalunya a un juez que, de por libre, a su puta bola, ha abierto un sumario
para acusar a unos cuantos de rebelión, creando así un sumario paralelo al que
siguen en la Audiencia Nacional y el TC, sin que ese juez ni siquiera tenga
competencias para acusar a nadie de rebelión, delito que es de la competencia
del citado Tribunal de Orden Publico, quisir: la Audiencia Nasioná y el
Tribunal Inconstitucional. En ningún caso un juez provincial de lo Penal. Todo
ello lo vivimos en Catalunya a diario, aderezado de una cantidad ingente de sumarios
abiertos por delitos de odio, incluso hacia colectivos fuera del marco legal
establecido para ser consideradas como víctimas de delitos de odio, por ejemplo
las fuerzas de seguridad. Toda esta serie de tropelías judiciales, más las
propias de la Lamela y el Llarena, tendrán su cumplida respuesta en los
tribunales internacionales, como es obvio; y no le va a salir gratis al
bolsillo, tanto del españolito que vociferaba aquel a por ellos, como el que
no. Son tan obvias las irregularidades procedimentales, que han llevado al
President del Parlament de Catalunya a anunciar su voluntad de interponer una
demanda ante el Tribunal Europeo de Derechos humanos, pidiéndole una serie de medidas cautelares que,
personalmente, no creo que dicho tribunal adopte, al tratarse de un caso tan excepcional
y estar, como está el proceso aun sud judice. Esta iniciativa de Roger Torrent
ha provocado una exacerbada reacción en las filas del PDeCAT, que ha criticado
la unilateralidad de la medida sin contar con ellos, una unilateralidad que,
dicho sea de paso, ha aplicado sin titubeos el propio PDeCAT a la hora de
imponer al President del Parlament la vía de la investidura telemática y/o
delegada, con las consiguientes consecuencias penales que tendría para los
miembros de la Mesa y demás diputados, funcionarios y ujieres que investigase
el Llarena. Esto, como es natural, hay que enmarcarlo en las batallitas que
mantiene la Esquerra de Junqueras con los afines a Puigdemont en el PDeCAT, por
la hegemonía del independentismo. Flaco favor que le hacen unos y otros a la
causa en la actual tesitura y que despierta no poca repulsa ciudadana, que
considera decepcionante esta demostración de no estar a la altura y no tener
claras las prioridades de esa ciudanía, que les ha votado con un mandato claro
y cristalino. Lo que me retrotrae a lo que yo mismo escribí aquí hace unos 8
años: que los únicos capaces de cargarse el proceso independentista, por su
afán de protagonismo y/o notoriedad, eran nuestros propios políticos catalanes
si no asimilaban que ellos no eran más que la herramienta para la obtención del
fin propuesto. Dicho lo cual reclamo mi dosis de morfina, porque estoy que no
me hayo nene, no me hayo.
La ex diputada de la
CUP Mireia Boya, días antes de su comparecencia ante el juez Llarena ya
proclamaba en las emisoras de radio, en la tele y en la prensa escrita, lo que
le iba a decir al juez: que de DUI simbólica nada de nada, que lo que fue la
DUI es ineficaz, pero en ningún caso simbólica, que ella y sus compañeros se
presentaron a unas elecciones con un programa político determinado, pacífico y
democrático en tanto que nadie lo impugno, denunció ni demostró su ilegalidad,
y que por tanto no tenía nada de lo que arrepentirse ni desdecirse. Días antes
de su comparecencia, algunos periodistas, analistas y tertulianos de las Españas
mucho y muy españolas, se afanaban en convencer a la opinión de que, esa, ya
veríamos cuanto le duraría la valentía delante del juez, y otras frases
semejantes. El fiscal Melgar, también se ha manifestado recientemente en el
sentido de rebajar tensiones, quizá porque ha visto tantas irregularidades que
quiere curarse en salud por lo que pudiera resultar mañana de las sentencias
del Tribunal de Derechos Humanos Europeos, por lo que no pidió ninguna clase de
medidas cautelares contra la ex diputada de la CUP, que con un par de ovarios
dijo a las cámaras lo que le iba a decir al juez y tuvo el valor de decírselo en
su cara: que todo aquello era un juicio político y que los únicos que habían actuado
violentamente en Catalunya fueron las fuerzas de seguridad del estado español,
como por otro lado todo el orbe pudo comprobar, llegando a titular la CNN aquel
1 de Octubre como la vergüenza europea por la acción de la Policía Nacional y
la Guardia Civil; o de cómo Llarena está alargando tan excesiva como
injustamente la prisión para los políticos catalanes y además manteniéndolos
alejados de su comunidad, como a unos terroristas de ETA que, de tanto presumir
que se ha acabado con ella, no sé a santo ni a cuento de qué siguen
desperdigados por las Españas sus presos. Imagino que tampoco os habrán
informado las cadenas de televisión, radio y prensa escrita, como les robaron
los móviles a dos de los abogados de los presos políticos catalanes. Recientemente
hemos sabido que el pasado 29 de diciembre, acudieron a visitar a su defendido
los abogados de Jordi Sánchez en Soto del Real. A la entrada, y como es
preceptivo, las visitas deben dejar sus pertenencias prohibidas dentro del
recinto, en unas taquillas al efecto como las que encontramos en el Carrefour o
Mercadona. A la salida, se encontraron con su taquilla reventada, la única
forzada, y sin los móviles. Y no creo que los presos comunes lleguen tan lejos
en el recinto, prácticamente es en la misma entrada a prisión, a no ser que sea
de los que denominan como presos de confianza. La dirección del centro se
limitó a pedir disculpas por lo sucedido y aquí paz y después gloria. Otro que
anda compungido es el delegado del gobierno Enric Millo, girones de nacimiento
y que ya ha manifestado en múltiples ocasiones que está deseando que se acabe
el 155 porque aunque no lo diga habrá renegado hasta en arameo de Moncloa,
porque cuando se acabe todo esto, él seguirá viviendo en Catalunya, solo que
ahora, desde el último pleno del ayuntamiento de Girona, vivirá siendo
considerado en su propio municipio persona non grata. Un pleno municipal bien
aprovechado por cierto, ya que en la misma sesión se acordó cambiar el nombre
de la Plaza de la Constitución por el de Plaza 1 de Octubre, no sea que
cualquier día alguien proclame desde Moncloa que el 1-0 nunca existió.
Estamos sí, estamos
muy lejos de ver el fin a este conflicto, entre otras razones porque ahora PP y
C´S andan a la gresca y en una guerra por demostrarnos cuál de los dos partidos es más
facha, más retrogrado, intolerante e incendiario. España está en riesgo de ser degradada a democracia "fallida" por
la gestión del gobierno de Mariano Rajoy del caso catalán. En el Índice de la
Democracia, que cada año elabora el
influyente think tank británico The Economist
Intelligence Unit (EIU), la calificación de España en 2017 se ha rebajado
de 8,30 a 8,08 puntos, al límite entre "democracia plena" e
"imperfecta". La rebaja se debe a que el gobierno español
"impidió por la fuerza la ilegal consulta sobre la independencia de
Catalunya del 1 de octubre y a su tratamiento represivo de los políticos
independentistas", según el informe, donde se alerta que esos movimientos
del gobierno español (la represión policial del 1-O, la aplicación del
155) han llevado a España a una situación de pérdida de calidad democrática.
Y ahora, con vuestro
permiso, me vuelvo a mis dolores, mi morfina y mis cosas. Sigo aquí. Y no
pienso moverme de aquí. Tienen que estar muy locas si se creen unas cuanta células
locas que van a acabar conmigo, sin más. No me conocen.
A más ver
Cuídate mucho, no sé que haría en el desayuno, si no pudiera leerte, mientras mastico una tostada.
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