“El investigado, en expresión de su legítima libertad ideológica,
mantiene lógicamente su ideario soberanista, lo que aun siendo constitucionalmente
valido, no supone que deba renunciarse a evaluar que el convencimiento que
mantiene posibilita una reiteración del delito que resultaría absurda a quien profese
la ideología contraria. Su ideología coexiste, además, con un contexto político
en el que no hay certeza de que haya desaparecido la intención de alcanzar la independencia
de Catalunya, existiendo todavía sectores que defienden, explícitamente, que
debe conseguirse de manera inmediata y perseverando en el mecanismo de secesión,
contrario a las normas penales que aquí se enjuician. Precisamente esta última
actitud es la que sostiene quien otorgó en su día la confianza al señor Forn
para que fuera Consejero de Interior, y que encabezo la lista electoral en la
que el investigado decidió integrarse hace escasas semanas”.
Es copia literal del
auto del juez Llarena por el que vuelve a denegar la libertad del Conseller
Joaquim Forn, una vez que este ha renunciado a su acta de diputado y
manifestado su voluntad de retirarse de la política. Me parece un auto de una
gravedad extrema, que evidentemente tiene muchas posibles lecturas derivadas. En
primer lugar, es un poner las cosas en su sitio y llamar, definitivamente a los
presos políticos, presos políticos, porque lo que este individuo togado está
prejuzgando es la posible o no intencionalidad posterior del investigado de volver
a sumarse a la causa independentista, toda vez que esta sigue vivito y
coleando. Ha cambiado, por otro lado, la actitud del juez por ejemplo con relación
a Carme Forcadell, que fue la primera en desdecirse, lo que fue suficientemente
meritorio para el juez que le impuso una fianza para eludir la prisión. El auto
del juez Llarena, por otro lado, es una declaración implícita de un estado de excepción
en Catalunya, esto no es mío pero lo subscribo absolutamente después de oír a
Ernesto Elkaiser. La fiscalía se ha
sorprendido incluso de que, sin consultárselo, el juez instructor haya decidido
de motu propi citar a declarar a Anna Gabriel,
Mireia Boya, Marta Rovira ,
Marta Pascal, Artur Mas y
Neus Lloveras, sobre quienes la fiscalía
no ve razones para citarlas a declarar. Pero es igual, o al menos lo suficiente
como para que la prensa carpetovetónica patria se frote las manos avanzando el
nuevo calendario, que va desde las nuevas órdenes de prisión que ha de decretar
el juez en el mes de marzo probablemente, una vez hayan declarado todas las
personas citadas, al tiempo que inhabilitara de sus cargos de diputados electos
a los que están en prisión o en Bélgica, lo que sumado a que presumen que el
juicio puede ser antes del verano y la sentencia en otoño o finales de año y
que, incluso, ya se avanza que una declaración simbólica que no efectiva de Puigdemont
como President podría ser declarada igualmente inconstitucional, suma todo ello
para que se logre al fin la cuadratura de este círculo psicodélico para el facherío
patrio. Solo les ha faltado declarar inconstitucional a la propia persona,
Carles Puigdemont y Casamajó.
Ese lumbreras de
Moncloa ya hace años que ha abandonado la política en Catalunya, y ese vacío político
se ha traducido en que la gente ha salido a la calle a hacer política, y una
vez la gente ha reclamado derechos políticos, la sala segunda del Tribunal
Supremo y el Tribunal Constitucional se han erigido, vía Fiscalía General del
estado que presentó la primera denuncia, en las autoridades políticas superiores
en Catalunya. En el fondo es lo que han estado haciendo siempre: castigar,
encerrar, reprimir y pretender acabar con la disidencia. Pero a diferencia de
antes, esto es el siglo XXI, no estamos ni vivimos aislados como antes.
Formamos parte de la elite mundial en muchos sentidos, como miembros de la CEE
y de todos los organismos, instituciones y foros políticos en los que participa
España. Y nos debemos y estamos sujetos al respeto a la legalidad
internacional, como es evidente. Nuestra sacrosanta constitución, por ejemplo y
como ya escribí en su día basándome en las resoluciones europeas, está en todo
caso supeditada al Derecho Europeo, que prevalece sobre el resto de
constituciones y similares de los países que la integran. Espero vivir lo
suficiente para contaros, en unos años, como todos estos fascistas
antidemocratas y podridos de odio, acaban en la bolsa de basura de la historia
una vez sean juzgados sus actos, muchos de los cuales están causando verdadero
pasmo fuera de nuestras fronteras. No evidentemente entre la elite política europea
que defiende lo que defiende, sino desde medios e instancias judiciales, periodísticas,
sociales… ¿Qué le pasa a España con Catalunya? Mi respuesta no podría ser más
clara y diáfana; aunque comprendo que debería hacer un poco de pedagogía para
que esto se entendiera justamente fuera de aquí: que los catalanes, en resumen,
se han cansado de vivir sometidos por los designios de una clase política heredera
del franquismo, que instauró una democracia de cartón piedra, un facsímil de ella
para formar parte del club europeo, pero sin que las elites surgidas al albor
de la dictadura perdieran su poder, ni el pueblo fuera real y efectivamente
soberano de nada, por ejemplo imponiéndonos tras la muerte del dictador
fascista una monarquía que nunca fue sometida a referéndum, porque eso hubiera
contravenido los designios postreros del dictador si hoy no tuviéramos monarquía.
Este nuevo régimen surgido de la Constitución del 78, en el fondo aunque
disfrazado de aparentes buenas formas, ha sido una continuación para que la corrupción
política, propia de quien ni cree en la democracia ni en otra cosa que llenarse
los bolsillos, se extendiera como un cáncer por todo el territorio, porque no
es que llevemos 40 años de corrupción, es que llevamos 80 sin sanearnos,
adecentarnos y estar presentables. Todo ese poso que se ha ido creando a lo largo
de los años de mal gobierno, ha terminado por hacer aflorar la enfermedad que
padece esta sociedad española, una sociedad decadente, empobrecida, explotada,
abandonada a su suerte en muchos y sangrantes casos, con una justicia
continuamente puesta en entredicho por lo injusto, arbitrario y/o absurdo de
sus resoluciones, una sociedad que lee su constitución y ve como, a pesar de
leerse claramente que España es un estado aconfesional, se mantiene en vigor un
concordato con la santa sede a todas luces inconstitucional, que nadie,
absolutamente nadie en 40 años ha denunciado desde el gobierno como sería su
obligación, una sociedad que comprueba que, al tiempo que se vive esa anomalía,
una secta de engendros surgidos de la fábrica de abducidos por el Opus Dei, van
ocupando inexorablemente altos cargos en el gobierno y las instituciones
porque, claro, en una democracia hay libertad religiosa. En Barcelona, por
cierto, el ayuntamiento de Ada Colau, va dejar de subvencionar a las escuelas
que segregan a sus alumnos por sexos, cosa muy propia del Opus, hasta un total
de 16 escuelas que venían recibiendo unos 30 millones de euros. Los catalanes…que
hacemos cosas 💃😎😝
Por lo demás, desde
aquí os puedo asegurar que la lucha va para largo, porque a las personas de
bien, también nos nutren autos y resoluciones como esta ultima del juez
Llarena, que contradice su propio juicio en el caso de la Carme Forcadell, que
es absolutamente injusto, arbitrario y contrario a derecho porque no habiendo
causa objetiva para mantener en prisión al Conseller Forn, se las inventa en
base a una suposiciones suyas sobre lo que el investigado podría llegar a hacer
una vez en libertad. Parece como si el propio juez no creyera mucho en todo eso
de la rehabilitación social de los detenidos. Al menos de según qué personas
que aun y reconociéndole su legitimo derecho a la ideología que fuera, la
castiga por su ideología.
No. No parece que
estemos vislumbrando en lontananza la senda para arreglar absolutamente nada en
Catalunya. Quizá si encausan y encierran a los 2 millones de independentistas…
¿verdad? Voy a escribirle al juez Llarena declarándome cómplice de la rebelión,
en tanto que manifestante que he sido por la defensa del derecho a la consulta
primero, el referéndum después, la DUI posteriormente y el cordero a la brasa
con alioli y una buena cervecita, pero esto ya si eso para cuando me metan en
la trena con mis otros compinches de tropelías antiespañolas.
Esto lo ganaremos
mientras no nos falte una cosa: determinación en la defensa de nuestra
dignidad.
A más ver
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