Sabemos mucho. Somos la mar de listos
y listas. Nadie es quién para decirnos lo que está bien o mal. Nuestros
argumentos, el tuyo, el de aquel y el de aquel otro, son para cada cual
irrefutables y además lo son siempre. Si no te gusta lo que digo o eres un puto
facha o un rojo maricón de mierda (como si no hubiera fachas maricones, vamos…)
y, si te pones tonto, te abro la cabeza. Nos va mucho el fanfarroneo de
boquilla, ser el matasietes de la barra del bar, el Clint Easwood de la peli.
Después, la vida se impone, claro. Cuando contrastamos lo listos que somos, a
cómo estamos, hay una disonancia que chirria una cosa mala, que no acaba de
cuadrar, que no chuta. La culpa, naturalmente, siempre es de otro u otros.
Nuestra nunca, porque nosotros somos ¿cómo somos, Jaimito? : Inefables,
inflables…; no, Jaimito: infalibles. Ah…Y por eso, Jaimito, porque somos
infalibles, nos va de perlas y, si no nos va, es que hay que matar catalanes, o
terroristas vascos, o negros, o moros, o maricas u otra especie indeseable y antiespañola
que toque ese día. Se le llama tener criterio. Porque todos tenemos criterio
¿no?; no, perdona: yo sí, tú no. Porque tú vives alejado de la realidad, en
otro mundo, fuera del círculo virtuoso de ser español y europeo, un puto
mindundi, vamos. Pero eso de ser español, ¿qué significa?; ¿qué perteneces
(mira que llegas a ser cansino, tío plasta de los cojines) al único pueblo o
nación o ciudadanía de un país, que ha visto rescatar a su banca y como su banca
ayudada de este gobierno pepero podrido, le sisa la calderilla de 60 mil
millones de euros que no devuelve porque…quien sabe por qué? ¿Ser español es
tener unos sindicatos desaparecidos en la espesura de la niebla que no les deja
ver el momento de hacer de sindicatos? ¿Qué es ser español?; ¿tragar y callar?
¿Pelearnos entre nosotros mientras esa caterva de hijos de puta se parte la
caja, se mofan en sus tertulias nocturnas entre whisky de reserva y rayitas de
polvos mágicos, de todos nosotros? Si, como dicen, la felicidad es patrimonio
de los ignorantes, por definición nosotros que tanto sabemos no podemos ser muy
felices. Yo desde luego que no pudo serlo si un día escucho al presidente de mi
gobierno decir que rescatar a los bancos nos va a salir gratis y, al final del
entuerto, desaparecen 60 mil kilos y nadie sabe nada. Que fieras. Eso es robar
a lo grande, y no lo que hacen en las películas los chorizos. ¿Tú sabes cuantos
vermuts con olivas me puedo pagar con 60 mil kilos, y el trauma que me provoca
no poder hacerlo porque me falta esa pasta? ¿Qué es ser español? ¿Ser tan
listos que somos los únicos que no hemos cobrado de los bancos lo prestado para
que subsistieran? Ole tú. Con un par: vamos a por ellos. Ah, no; perdón: eso
solo es para los catalufos. Quizá ser español signifique que tomamos como algo
natural que, en el plazo de 5 años, el gobierno haya vaciado eso que se llama
la hucha de las pensiones, 70 mil kilitos más, y ahora, para pagarlas, deba
pedir un préstamo. Claro, como sale la súper ministra amiga de la virgen del
rocío, diciendo que el gobierno activará los mecanismos a su alcance…que
pagaran con un préstamo, vamos; pues aquí paz y después gloria. El porcentaje
de trabajadores pobres, trabajadores en los que fía la ministra poder seguir
pagando las pensiones además del préstamo, que deben pedir ayuda a los recursos
sociales porque no cobran lo suficiente como para poder pagar los recibos y
subsistir, pobres, ha subido al 13% en los últimos años de eso que algunos
llaman crisis. El martes 28 el parlamento europeo aprobó un bloque de medidas
energéticas entre las que se encuentra la declaración de ilegalidad del llamado
“impuesto al sol” en España. El miércoles 29 el ministro de energía nos anuncia
una subida del 10% en la factura de la luz para este año…porque no llueve, dice. Chaval…no te
meta en política. ¿Qué más, es ser español? ¿Tomar por algo novedoso, moderno,
muy español y creíble, como a uno con ínfulas de jupy trasnochado que va de
naranjito pero con los gajos secos y pasados, de esos que te metes en la boca
sin dejar de pensar que vaya asquito de naranja? ¿O es más y mejor ser español,
de los que creen que más vale malo conocido que bueno por conocer?; aunque el
malo sea realmente malo; pero de esos malos con avaricia. Hay que ver cómo te
pones por una tontería… ni que te fuera la vida, nen. El facherío ha sacado los
trapos al sol, porque también tienen derecho, hombre. Ellos no te los darían a
ti, los derechos quiero decir; pero tú debes defender que ellos los tengan;
¿quién es más primo de los dos? Eso no se pregunta: no procede por obvio y, es
además inconstitucional. Es que como ahora se estila tanto el nuevo modismo de
proclamar esto y aquello constitucional o no, como si todos fuéramos
catedráticos de derecho constitucional, que a ver quien se resiste. Entre lo
malo que estoy, lo malo que soy y lo malo que me ponéis, voy a durar dos
telediarios.
¿Dónde coño anda perdido, despistado,
desorientado el sentido común de tantos mortales que me rodean? ¿Qué cosa es
que lo obnubila, que lo solapa, que lo relega a la trastienda? La sangre,
dicen, ser latinos y viscerales, impulsivos, que o por las buenas o, por
cojones, mejor. ¿En serio? Y una leche. Si lo que estoy viendo es gente obediente
hasta para morirse. A España lo que le hace falta en realidad es unas cuantas
Catalunya. Una masa crítica que se alce contra este régimen corrupto y
franquista, represor y podrido, que nos ha llevado a las más altas cotas de
pobreza, de involución democrática, de corrupción política, de injerencia en la
justicia y de desprestigio internacional por mor de un impresentable que ni
siquiera es capaz de hablar bien el único idioma que sabe. Y este era la
lumbrera que aprobó una de las oposiciones más difíciles que hay; pero que es
incapaz de aprenderse unas frases en inglés para salir del paso en los años que
lleva de presidente, representándonos por el mundo. Dicen que sí, que da clases
de inglés; pero para mí que deben ser
unas clases en diferido, en grado de simulación, como otras cosas muy peperas,
porque esas supuestas clases no parece que den, no muchos, ningún fruto. Lo que
sí que esperan en la sede de Génova 13 que de sus frutos, es la injerencia del
gobierno en el mundo judicial y de las últimas jugadas de Rajoy para que no se
vuelva a ver al presidente del gobierno sentado en el banquillo, testificando
en un nuevo caso de corrupción, como el que le espera sobre los papeles de
Bárcenas. Pero de esto hablaremos en el próximo post, y daremos nombres y
apellidos de jueces que son movidos de sus sillas y otros, con sus respectivos
culos, aposentados en nuevas sillas que, curiosamente, estos últimos son más
afines ideológicamente al PP y evitaran el escarnio de ver a Rajoy declarando
ante una sala de un tribunal. Pero…ser español es permanecer impasible o bien
aplaudir las maniobras del molusco pontevedrés, como queriendo con ello y al
mismo tiempo, que algo tan antidemocrático como esas injerencias en el mundo
judicial, sea poco menos que normal y conveniente para esta democracia
española, una democracia como no hay dos. Sin duda que no la hay. Se le ha
prohibido al ayuntamiento de Barcelona que ilumine las fuentes con el color
amarillo porque eso recuerda la campaña del lazo con ese color, promovido por
las fuerzas políticas catalanas que protestan por los presos políticos y eso,
en campaña, no se puede hacer, según la Junta Electoral, porque ese color
simboliza a una opción política; pero no dice nada si las mismas fuentes son
adornadas con el color azul, o naranja, o rojo, morado…¿Dónde y cuándo se ha
visto algo así?; ¿qué será lo próximo?, ¿prohibir a TV3 hablar y usar el
término de presos políticos?: eso también lo han hecho ya.
Venga, insultarme, que es tan español
eso ¿verdad? No desaprovechar la ocasión, que estoy de Black Thursday.
A más ver