La cosa no puede estar, desde el
punto de vista egoísta del análisis, más interesante políticamente hablando. Empiezan
a proliferar encuestas que solo hacen que contrastar la realidad de la calle en
Catalunya: sigue ganando la independencia sobre los unionistas españoles; y
sigue con mayoría absoluta. Pedro Jota, desde su atalaya de El Español, nos
ofrece su análisis que yo, simple transmisor pero con ansias de manipularlo
todo y vivir en otra realidad diferente, pongamos la dimensión casimepeo, os la
endiño para horadar sibilinamente vuestro subconsciente.
Esto España lo va a perder en las
urnas. Lo ven claro y cristalino. Y tan claro y cristalino que, Millo, ese
asalta colegios electorales a palos que va de delegado del gobierno en
territorio comanche, ya lanza el primer aviso, poco sospechoso de sus
intenciones: si ganan los independentistas, el estado responderá de idéntica forma
ante los deseos de ruptura de los insurrectos. ¿Cuándo vas a decir lo de Aznalcollar,
chavea?; calla, después. La verdad es que Rajoy eso de las elecciones
recordemos que hace unas fechas parecía no gustarle mucho. Las encuestas
confirman ahora sus sospechas y que es algo que algunos ya veníamos advirtiendo:
en las urnas pierden, como han perdido siempre en Catalunya. El golpe de gracia
en su propio pie se lo dio Riverita el tocha, planteando estas elecciones como
una suerte de plebiscito definitivo, que acabase con los independentistas en la
cárcel y pasodobles resonando en toda la AV Diagonal, Gran Vía, Ramblas, Gótic…ya
puestos toda Barcelona celebrando tan espectacular acontecimiento, con las
calles rebosantes de alivio y felicidad por el orgullo patrio recuperado. Pues
no lo parece ¿verdad? Más bien parece una subida de alguna sustancia vía hocico
y traviesa, haciendo de la suyas; sobre todo si te pilla con el estomago vacio.
Lelo. Mascullará Rajoy a estas horas que en maldito fregado me han metido esos
catalanes, porque si se encierran a los miembros del Govern en la cárcel se
reaviva el independentismo; pero si no los encierran se corrobora le tesis de Puigdemont
de que es un juicio político sobre una determinada ideología libre y democrática,
expresada en las urnas repetidamente.
En la vida hay una cosa que nadie
puede detener y que no es otra que el progreso. En la mentalidad de muchas
personas que viven la realidad cultural y vivencial de Catalunya, la concepción
de España es de algo caduco, antiguo, con tradiciones que no se comparten, como
los toros por su primitivo salvajismo contra un animal, a lo que llaman,
encima, fiesta nacional. Vergüenza nacional; es lo que debería ser, porque de
fiesta no se la veo más que para el que disfruta del padecimiento del toro,
sobre el que se inventan poemas de bravura y fiereza…algo que seguro a él se la
trae al pairo entre banderillas y descabello. Para esas personas, separarse de España
puede significar un progreso en su concepción política y de reordenamiento de
un sistema elegido de forma pacífica y democrática para y por ellas mismas. No
nos entendemos con España y viceversa. O puede ser que sí; pero no pueden haber
escogido a un peor, más mal cualificado y con menos miras políticas, corrupto
para más señas, sujeto, para dirimir la cuestión que el molusco pontevedrés, fábrica
andante de independentistas. Mientras, se anuncia el coitus interruptus de
aquellos que querían comenzara ver a los miembros del Govern camino del talego,
y las declaraciones se posponen para el jueves próximo para que la defensa
pueda prepararse, debido a la inusitada inmediatez de la denuncia que los
coloca en estado de indefensión. El juez Pablo Llarena, del Tribunal
Supremo, ha aceptado por tanto la petición de la defensa y todo queda
suspendido hasta el jueves próximo. Por aquí en Catalunya algunos cantará: “Un,
dos tres, butifarrada de payés…”, canción de la Trinca que viene como anillo al
dedo: https://www.viasona.cat/grup/doctor-prats/patates-amb-peix/botifarra-de-pages
(letra en castellano). Ahora, seguro que no falta, desde esos platós de
tertulianos que siempre están en posesión de la verdad absoluta de las cosas, algún
puñal dirigido hacia el tal Pablo Llarena, al que le encontraran alguna conexión
de simpatía con la causa independentista, después de probar las anchoas de
L´Escala. Ya no hay anchoas en L´Escala, por cierto: han desaparecido por nuestra
gula y nuestra política destructiva del medio.
Vamos todos a concedernos un respiro
y centrarnos en lo inmediato, como es la preparación de las elecciones. La
justicia en España ha sido siempre acusada, entre otras cosas, de lenta, de farragosa,
un suplicio a veces para el propio demandante que actúa como efecto intimidatorio
o cargante en grado sumo, que te lleva a desistir de reclamaciones porque no te
compensa ni convence. Y en el aspecto político catalán de cara a las elecciones,
el debate ahora mismo en Catalunya lo protagoniza la trifulca interna que ha
provocado Dante Fachín con su posicionamiento. El resto, prietas las filas;
aunque florecen algunas reclamaciones de más y mejor información por parte del Govern,
ha quien se le acusa de improvisación y de habernos metido en todo esto sin
tener unas estructuras de estado, ni control del territorio ni nada hecho en
ese sentido. Pero eso ya se sabía y a pesar de ello se sigue adelante, porque
la maquinaria de un estado comienza a andar cuando se te reconoce como país y
se te financia como al resto de los países: vía emisión de deuda y gestión del
patrimonio y recursos propios.
Puigdemont va a tardar en aparecer
por España. Tenedlo claro. Si la fiscalía emite la orden de detención, el
abogado recurrirá y el proceso ya entrará en la vía judicial belga, que deberá
pronunciarse al respecto después de recabar toda la información del caso. Es la
opción de la defensa, basada en la legislación del país donde se halla el
demandado. Nada más simple de entender y ajustado perfectamente a derecho. El
tiempo que la justicia belga se demore ya no se puede prever, pero a tenor de
la gravedad del caso y de las presiones de todo tipo que van a circular por
Bruselas, tampoco se pueden demorar mucho. Como guinda de este pastel, Israel.
Todo el mundo presionando a los judíos para que se pronuncien, y la respuesta
de estos no ha podido ser más meliflua: solución política rápida al conflicto.
Considerando quien domina el capital… a título personal; solo a título
personal: me repatearía muchísimo según qué clase de apoyos.
¿Y qué pasa con Aznalcollar, mamón? No,
nada, fruslerías: han desaparecido algunos papelillos del sumario de la cosa-causa
Aznalcollar, dice la Junta que por un error técnico: miles de correos y
grabaciones en soporte informático, perdido por algún hacker catalufo, que solo
quiere hacer daño a Andalucía. Fijo. Preguntadle a Susana, seguro que encuentra
la Catalonia Conexión.
A más ver
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