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martes, 28 de noviembre de 2017

UNA JUSTICIA Y SUS JUSTICIEROS



Disfrutad de vuestra, nuestra, su democracia de cartón piedra. Retira eso que es inconstitucional. Tú no puedes decir que la democracia es de cartón piedra, porque eso no existe en el mudo mundo real y, al no existir en el mundo real, no se vale decirlo. Cateto. Vale. Pues entonces disfrutad de esa maravillosa democracia en la que, por ejemplo, unos señores, normalmente señores que no son de cartón piedra, que ya es curioso que sean señores; pero eso sí: súper preparados después de décadas de estudio profundísimo sobre las leyes y las cosas que pasan en la vida, sentencian, y no pocas veces, sino muchas, que aquellas mujeres que acusaren de violación a otros, si no ejercieren resistencia, entonces sedujeren a los hombres para yacer con ellos repetidamente porque mira, no tenían en aquel momento otra cosa mejor que hacer y, dicha copula masiva, fuere precedida de las insinuaciones y/o provocaciones de la falsaria denunciante. Esto viene a colación, a ver niño con las colas de las narices; no, en serio: del tema este de esos supuestos, aun, cabrones de la llamada La Manada, y los argumentos y línea de la defensa, nos retrotrae a otras sentencias en las que las víctimas, por miedo a resultar apaleadas además de violadas o incluso asesinadas, no ofrecieron resistencia y esto fue, y aun hoy es, considerado por los tribunales, mayormente repito compuesto por hombres, sexagenarios y estúp…¡campamento!, como eximente para condenar a los violadores. Estas bellísimas personas, que supongo muchos de ellos son excelentes padres y abuelos, hermanos e hijos de féminas, deben imaginar a las mujeres insinuándose provocativamente ante un grupo de pobres hombres temerosos del señor, a los que seducen y se llevan a un paraje solitario para yacer con ellos poco menos que violando sus débiles voluntades de hombres. Y después, no satisfechas, van y los denuncian, por violación, a ellos. Cabronas, ¿no? ¿O no será que los jueces son unos hijos de… ¡campamento!? No te radicalices, Venceslao. Porque hay que ser un poco hijos de… ¡campamento!, para ignominiar a las víctimas de esa forma y con semejantes y más originales aun, argumentos en las sentencias que llenan los juzgados de esta España moderna y democrática del siglo XXI. Tócate los hue…¡campamento! Ya es curioso que, cuando alguien denuncia un robo, por ejemplo, no se investigue la vida, obra y milagros del denunciante; pero si se haga en el caso de las mujeres que denuncian haber sido violadas, por si encuentran en su vida alguna muestra que sirva para desprestigiarlas o, incluso, justificar la violación con argumentos de un machismo feroz, como el de ser asaltadas y violadas por culpa de una falda más o menos subida por encima de sus rodillas. Hijos de la gran… ¡campamento! ¿Veis qué clase de cultura tenemos en este país, en pleno siglo XXI; que aun se pretende que uno se tenga que tragar el cuento de la modernidad y progreso, cuando algunos jueces viven aun en pleno siglo XV? Que si fueran pescadores y pescaran con red, pues aun le puedes encontrar su coherencia para según qué clase de pesca, pero son jueces y de sus decisiones dependen muchas cosas, entre otras, vidas. Vidas de esas mujeres que acaban con la sensación de no haber sido escuchadas. Ni escuchadas. Vidas de otros que acaban creyéndose impunes; que salen impunes y pueden volver a repetir la experiencia, creyéndose, eso sí, buena gente para con los suyos, buena gente en general por haber sido eximidos de toda culpa según los papeles. La culpa era…de la guarilla aquella, ¿verdad?  La Audiencia de Lleida dictó, por poner un ejemplo,  una sentencia en la que una joven de 17 años, menor de edad, “pudo provocar” con su vestimenta a un empresario por llevar la falda demasiado corta, de modo que el pobre hombre se vio provocado para meterle mano desde el borde de la falda hasta el escote, por decirlo de alguna manera https://elpais.com/diario/1990/05/24/sociedad/643500002_850215.html dicha sentencia fue ratificada por el Tribunal Supremo, elevando la ignominia a lo supremo; también por decirlo de alguna manera.

¿Democracia? si hombre; y libertad, y justicia, y patatas bravas y una cervecita, y lo que tú quieras, Contreras. Esto va siempre a gusto del consumidor. Yo me tiro más por las croquetas del Loidi, el garito ese del tal Berasategui. Que vicio de croquetas, nene, por favor... ¿voy a denunciar al tipo por violarme la cartera, si me he ofrecido, voluntariamente, a acudir a su antro de degeneración y depravación? Lo que hacen las drogas… ¡uy! Mira: tu padre volando en calzoncillos. Qué asco de tío. No divagues; di, mejor, que hay mucho hijo de… ¡campamento! suelto con licencia para el crimen, con esos primitivos jueces custodios de sus fechorías.  

                                                                


Tenemos un problema como que muy tremendo con la justicia en este país. Un problema que yo dividiría en tres grandes bloques: un código penal arcaico que conserva delitos y condenas del siglo XVIII, una cantidad ingente de jueces poco armoniosos con los tiempos que vivimos, por decirlo de alguna manera; y un sistema judicial tan corruptible como corrupto, al que el poder ejecutivo puede modelar y configurar para beneficiarse cuanto y como quiera. Luego solo hay que salir a pregonar y usar a los voceros mediáticos en nomina y/o viviendo de las subvenciones y contratas de publicidad públicas, que aquí no es que haya separación de poderes, chato, es que hay una separación de poderes modélica, exportable al mundo entero y medalla de oro y diamantes en los campeonatos de justicias separadas del poder. El Cuadro de Indicadores de la Justicia en la Unión Europea del año 2.015 es para no perdérselo, en el que llama la atención, por ejemplo, como el poder ejecutivo legisló (Rajoy de mis amores, dueño mío que me hiciste que no puedo soportarme sin poderte venerar…es contemplar, capullo) para que las ejecuciones hipotecarias se implementaran por un procedimiento exprés, de modo que los bancos puedan desahuciar a los morosos pocos meses después de producirse el impago de la hipoteca: desde el año 2.007 al 2.015, entre 400.000 y 450.000 deudores han perdido su vivienda; sin embargo, los millones de personas que en ese periodo de tiempo perdieron su empleo y reclamaron a la justicia, por el mismo motivo han visto como el plazo de respuesta judicial a sus demandas ha crecido y ya supera los dos, tres y hasta cuatro años de demora. ¿Con cuanta vida hay que pagar para tan poco sueldo?

¿Democracia?: si, claro. Vas a votar cada 4 años ¿no? Pues ya tienes, con eso, bastante democracia. Suficiente para que te lo repita el Piqueras y tú asientes con esa cabeza de chorlito asilvestrado que sí, que claro que sí. Pero no sufras ni padezcas: el problema en realidad es mío, que nací rebelde y ya ves como me va. Un asocial. Catalufo tenía que ser el mamón. Uylocadichoooo… (Así, todo junto, sí ¿qué pasa? Escribe tú, no te jode…), animalito.

Venga: a ver el furbo (una pregunta así tonta: ¿el furbo no será el marido gay del Furby?) y que viva España, machotes.  

A más ver


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