De sana nada; envidia
cochina que uno tiene hoy a todos aquellos que ahora mismo están camino de
Bélgica, para acudir a la concentración, mañana en la capital belga, que han
convocado la ANC y Ómnium bajo el lema “Omplim Brussel·les"
(Llenemos Bruselas), en reivindicación por
la libertad de los presos políticos, el apoyo al gobierno legítimo y la
determinación de construir la república catalana. Envidia, sí, porque ahora
estaría en mi coche camino de Bruselas, pero me toca trabajar mañana y no hago
puente (¿Cómo vas a hacer puente, mamón, si te has pasado año y medio de baja,
desgraciao…? ¡Venga a trabajar, so zángano!) No me extrañaría nada despertarme
un día de estos con la noticia de que pertenezco a una asociación cultural
ilegalizada por sediciosa y rebelde, y bajo la amenaza de ser acusados de lo
mismo si se nos ocurre poner lacitos gigantes amarillos en los balcones de
casa. Ya no te digo promover y/o participar en cualquier concentración en reivindicación
de la libertad de los presos políticos, o cualquier otra cosa que se les
ocurra, como por no comprar El País el domingo. No es victimismo; es cachondeo.
Porque uno está hoy en el punto de cachondearse de Rajoy, de sus lamesuelas y sus
correveidiles. Y no debería, quizá, porque lo que va a provocar Rajoy en Catalunya
alcanza unas proporciones de conflictividad social que, francamente, a día de
hoy se me escapan porque ¿cómo cree Rajoy que vamos a reaccionar desde Ómnium y
la ANC, o desde la misma Associació de
Municipis per la Independència, con más de 700 ayuntamientos adheridos, si
los Jordis y el Govern son condenados; no digamos ya a penas mayores de prisión,
tal y como amenazan y tan palote pone a muchos la idea en la derecha más
iracunda? Lo tiene tan fácil como ordenar al fiscal general retirar la acusación.
Pero, por otro lado, si lo hace se lo comen con patatas en Madrid a él mismo. Y
no hay que engañarse: Rajoy será muchas cosas y pocas buenas, como de hecho lo
es, pero de valiente tiene menos que de vegano Hanibal Lecter. Así que no os hagáis
muchas ilusiones acerca de la paz social en Catalunya, porque esta está
bastante más lejos de la realidad que la que os venden en Tele5 o Antena3 y cía.
No porque esa conflictividad se ponga de manifiesto en el día a día entre la
ciudadanía, tal y como proclama falsariamente el clan del 155, sino que esa
conflictividad viene dada por, y es contra el gobierno de Rajoy y sus secuaces.
No es la primera vez
que digo esta obviedad: España tiene el peor de los conflictos territoriales
posibles, en manos del peor de los gestores posibles como es Rajoy. Estamos como
estamos por él. Podéis comprar la versión que más os plazca; pero la realidad
de los hechos es tozuda: todo lo inició el y su Chuky con la recogida de firmas
contra el Estatut; aunque para hilar aun más fino, fue el último gobierno de
Aznar el que inició un proceso de recentralización con respecto a Catalunya,
por despecho hacia Pujol cuando Aznar dependía del enano ladrón y el matasietes
se veía obligado a decir que hablaba catalán en la intimidad. Se cargaron el
pacto de estado que había entre Catalunya y el estado español y que consistía
en dejar a Catalunya que se auto gobernara, a cambio de no reivindicar la soberanía
plena y la independencia. Ahora, como es natural, usando todos los medios a su
alcance, construyen un relato en el que ellos van a salvar a España de sus
enemigos, enemigos que por lo visto han surgido por generación espontánea, por simpatía,
de la nada y porque sí, por puro capricho y/o porque la burguesía catalana, a
través de su clase política, nos ha abducido a todos, nos han hecho un lavado
de cerebro masivo y los pobres peleles, sin conciencia ni criterio alguno propio,
nos dejamos llevar de aquí para allá. Que es que se ve, pero no se lo digáis a
nadie, que en el fondo todo es un ardid para salvar de la cárcel a los del clan
Pujol. Mañana Bruselas. Fíjate tu: serás un pelele pero conoces mundo, nen. Yo
habría ido siguiendo la ruta de la A75, que te lleva directamente al Viaducto
de Millau, el puente más alto del mundo, camino de Paris. ¿No hay uno de los
Pujol en la cárcel? ¿Y quién tiene que juzgar al papi y al resto, y porque lo
demoran tanto? Porque mi coco abducido no para de repetirme que no se salve ni
uno un solo día de cárcel que se merezca por violar la ley, dígase y llámese como
se dijera, y que devuelvan hasta el último céntimo esos malnacidos. Son los
mayores traidores a Catalunya que conozco. Todos los demás no están a esa
altura de ruindad y de vileza, y han hecho mucho daño a mucha más gente de lo
que os podéis creer quienes vivís fuera de Catalunya, comparable al que haya
podido experimentar un monárquico después de enterarse de lo golfo, borracho, mujeriego,
sinvergüenza y espabilado que resultó ser el emérito, llenándose los bolsillos
con suculentas comisiones por las compras de crudo a sus amigos árabes, como de
armas y un sinfín de trapicheos a los que quiso emular su hija y Urdangarín, que
tuvieron la mala fortuna de toparse con un socio despechado.
Preguntas y más
preguntas perdidas en el agujero negro que constituye el dinero de la Familia
Real. Realizadas todas ellas con respeto, desde el derecho que asiste a los
ciudadanos, jefes como somos, al fin y al cabo, del Jefe de Estado. Gracias a
esas preguntas que dan lugar a trabajos laboriosos de investigación periodística,
hoy sabemos por ejemplo que Juan de Borbón no murió pobre, como se dijo. Al
fallecer tenía el equivalente a 728 millones de pesetas (unos 8 millones de
euros hoy). No conoceríamos que Juan Carlos I poseía una cuenta en la Société
Generale Alsacienne de Banque, en Ginebra, en la que el 21-10-1.993 ingresó un
talón de 375 millones. ¿Qué pasó con este dinero de la cuenta número 10031 del
Société Generale Alsaciennel? ¿La cerró? ¿Dónde fue a parar? ¿Se multiplicó
como la herencia del padre de Pujol? ¿Pagó como cualquier ciudadano español el
Impuesto de Sucesiones y Donaciones? ¿O no cumplió con sus obligaciones con
Hacienda? Porque, como señaló Benjamin Franklin, “No vigilar a nuestros
empleados es como dejar un monedero abierto”. Cuatro meses después del
fallecimiento de Juan de Borbon, la Casa Real, entre la desgana y la
superioridad del estatus de inviolabilidad de la persona regia, contestó que
don Juan Carlos había utilizado ¡exactamente! los 375 millones, ni un duro más
ni un duro menos, para pagar las deudas de su padre. A continuación, cerró la
cuenta en Suiza. Sin un dato preciso, sin un papel. La herencia suiza sirvió, pues, para desvelar
dos hechos desconocidos, el padre del rey no murió pobre y murió moroso; y uno
conocido: la opacidad de la fortuna real da lugar a maledicencias. Las
amistades peligrosas de don Juan Carlos dan a su vez alas a las sospechas. Su
colección de validos económicos no tiene parangón: Prado y Colón de Carvajal,
De la Rosa, Conde (los tres pasaron por la cárcel por temas de corrupción) y,
el último, el magnate Villar Mir, nombrado marqués al final del reinado
juancarlista. Marqués de Villar Mir o de la “Milla Mil”: milla, por las
distancias entre los puntos geográficos en que se ve envuelto por sospechas de
corrupción (desde Madrid, con la sede central del PP, a Mallorca pasando por
México); y mil, por el número creciente de casos judiciales.
No, si cuando digo yo
que tienes el coco abducido por los indepes y no te enteras de nada…ahora me
salta con lo del rey para desviar la atención del empate del patético Barça con
el Celta; ¡ay…! si el Celta se llamara Winston…
Pero para no dejarles
con mal sabor de boca a los constitucionalistas en su día, rememoremos uno de
sus artículos, concretamente ese tan curioso que reza así: Art. 128.1 : “Toda
la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad
está subordinada al interés general”. Si hijo sí, yo también me parto de risa
porque, como chiste, es muy bueno porque tenemos una constitución de lo más
roja, extremista y radical.
¡Pos yo voy asele…aserejé,
hacerle boicot a las coles de Bruselas!
Vale, Tete...
A más ver
Como siempre, dando en el clavo. Saludos amigo
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