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viernes, 11 de enero de 2019

CULPAS E INOCENCIAS



Vertieron ríos no, océanos de tinta escribiendo sobre el tema, minutos, horas de informativos y especiales informativos tratando el tema en los mismos términos: los Mossos habían sido pillados destruyendo documentos que probaban que la policía catalana espiaba para el Govern de la Generalitat y, la prueba fehaciente de ello es que los habían pillado llevando documentos para destruir. Se les denunció, por supuesto, se les acusó de todo lo que quisieron acusar a los Mossos, como de entrar en domicilios con el objetivo de colocar micrófonos, de escuchas de teléfono sin mandamiento judicial, en definitiva: de ser la Stasi, la KGB y la CIA catalana al servicio de los golpistas independentistas. ¿Las pruebas?: que quemaban la documentación que lo demostraba. Tras un año de investigación, el titular del juzgado numero 22 de Barcelona ha firmado un auto por el que sobresee, archiva todas las denuncias y querellas que se presentaron contra los Mossos por la quema de documentación en la incineradora de San Adrià del Besòs. ¿Volverán a verter océanos de tinta y a emitir especiales informativos desmintiendo las acusaciones falsas que vertieron, entre otros, los Farreras, Marhuenda, Inda, Pedro Jota y compañía? ¿Se disculparán? Durante la instrucción de la causa la Policía Nacional, que había incautado 32 cajas con documentación que pretendían destruir los Mossos a las ordenes del golpista y Mayor de los Mossos, Josep Lluís Trapero, acusaba a la policía autonómica de tener dentro del cuerpo una unidad secreta y política que trabajaba bajo las ordenes del Govern, que mando espiar a políticos, periodistas, abogados, mandos de la Policía Nacional, Guardia Civil e incluso a sindicalistas de los propios Mossos poco afines al independentismo. El magistrado concluye en su auto que, toda aquella información reflejada en la documentación que se pretendía destruir por parte de los Mossos, “se ha obtenido con medios legales, no existe ninguna intromisión en ningún fichero secreto, no se ha intervenido teléfono alguno, no se ha interceptado correspondencia ni entrado en ningún domicilio”. Fin de la cita, como diría el bobalicón mayor del reino.
                                                         

Esos mismos medios que acusaron a los Mossos de todo esto, se dedican ahora a hacer propaganda gratuita para Vox con toda suerte de reportajes, informativos, tertulias y debates en las que se intenta blanquear a la formación ultra fascista, una formación que no oculta su deseo de incumplir la constitución y cargarse el modelo autonómico, a la que se le concede todo el derecho del mundo en esos medios para presentarse a unas elecciones porque, en ningún caso, personifican el peligro que pueden representar para la patria formaciones como Esquerra Republicana, PDeCat, la Cup, Bildu e incluso Podemos…y es que, la clave, es que Vox son patriotas españoles por encima de todo, y los otros por encima de todo son enemigos de la patria. La cuestión estriba en cómo elabores el relato, a quien y de qué acuses, lo irrelevante son las pruebas porque lo que priva es el titular y ver reflejados allí nombres de fulanos y fulanas a los que te inculcan el odiarlos y desearle todos los males, porque te los pintan como verdaderos engendros del mal, como seres diabólicos que vienen a quitarte tu pan y tu patria. Ahora mismo, por ejemplo, se ha iniciado otra campaña a favor de Eduardo Zaplana para que el juez le conceda la libertad provisional a tenor de su estado de salud, y se hacen toda suerte de comparativas y disquisiciones al respecto porque el individuo al parecer se está muriendo y sería todo un detalle por parte del juez permitirle que vuelva a su casa. Se ha elaborado un manifiesto que firman una lista de personajes mayor y principalmente de la derecha, entre los que se les ha colado la firma del propio Arnaldo Otegui pidiendo la libertad del reo, y tampoco les ha parecido bien a según qué contertulios ver la firma de Otegui en dicho manifiesto, porque alegan que ha firmado con doble intención.  Mi “agüela” Encarnación me enseñó que en esta vida hay mucha gente que ni come ni deja comer, que ni vive ni deja vivir, que son intolerantes hasta el punto sin retorno, que no saben hacer otra cosa que ni hacen ni dejan hacer, ni son ni dejan ser. Yo lo tengo muy claro con relación al tema Zaplana: que se cumpla escrupulosamente la ley, si es que se quiere ir pregonando por ahí que todos somos iguales ante esta; que ya sabemos que eso es una falacia y en la practica no se cumple ni por casualidad. No voy a entrar a valorar el argumento argüido referente al tema o cuestión humanitaria, porque entonces me acordaría de la falta de humanidad demostrada por el tal Zaplana ante Carmen Manjón, el día en que esta compareció en la comisión del congreso y mientras nos relataba y nos hacía extensibles a todos los españoles su dolor de madre que había perdido a su hijo en aquellos atentados del 11-M, el entonces creo que era portavoz del PP en el congreso, hacia que tomaba apuntes distraídamente mientras sonreía socarrona y burlonamente ante lo que estaba escuchando de boca de aquella madre dolorida, y no lo quiero recordar. No lo quiero recordar, repito, porque aquella imagen no la puedo olvidar como paradigma perfecto de la absoluta deshumanización y falta total de empatía por parte de aquel individuo engreído y petulante, que ahora viene a pedirnos al resto comprensión y humanidad ante su drama personal. ¿No debemos acaso regirnos en un supuesto estado de derecho por el imperio de la ley? Pues cúmplase la ley y, debo entender, que nadie mejor que un juez para interpretarla y hacerla cumplir. Lo que no es de recibo es acusar a otros de estar en prisiones de repúblicas bananeras en función de quien las controle, en las que determinados presos gozan de toda suerte de privilegios en ningún caso demostrados, en ninguno, y ahora venir exigiendo privilegios para los colegas de partido y de fechorías en la banda criminal que tenían montada en el PP; que no es que yo los llame banda criminal, lo dictamina así una sentencia judicial.
                                                              

Me queda, como siempre, mucho más en el tintero; pero se aproxima la fecha en que me voy a reincorporar al trabajo, este próximo lunes de hecho, y tengo muchas cosas que hacer antes. El tiempo hoy en día es un bien escaso que hay que saber gestionar y administrar muy bien, o te puedes perder buena parte de tu vida sin ni haberte dado cuenta de que la has perdido irremediablemente. Como escribió el poeta catalán Miquel Marí i Pol:
 “…Que tot està per fer i tot és possible junts, burlarem el temps que ens queda per viure. Que tot està per fer i tot és possible si estem junts, junts.
(Que todo está por hacer y todo es posible
juntos, burlaremos el tiempo que nos queda por vivir.
Que todo está por hacer y todo es posible, si estamos juntos, juntos.)

A más ver           

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