Disculpad mi retraso en la entrega de
este post, pero es que soy vístima de acoso sibersesuá por parte de una
afroamericana del cuerpo de Marines de los USA, una peazo elemento de 190 cm de
altura y paro de contar medidas, que me mareo. Me entretiene la criaturita
con…mejor vamos a dejarlo estar, que aluego pasa lo que pasa: envidiosos. Que
aquí en este país hay mucha endivia … no, perdón, (nene, las endivias con
roquefort es para paladares finos…), quisir adivine…no, tampoco, jolines
(pronúnciese jolines con voz de falsete, y algo pijotera) …esto…envidia. Yo
tengo endivias para cenar…otra vez, no. Tengo envidia, ahora en serio, de quien
ha sintetizado en una palabra muy conocida, de una cosa muy chunga, mala de
verdad, eso del trifachito que dicen en Andalucía: el PVC. ¿Quién no sabe lo
que es el PVC y lo malo que es eso para la salud?: ¡es plástico! Pues eso
mismo: PVC vendrían a ser PP, Vox y C´$. Para que luego se diga que en España no
hay arte. Y tranquilos, milenials, que esta ola de frío es lo que los antiguos
conocemos como invierno. Es que lo tenía que decir porque ciertos titulares
pueden dar lugar a engaño, como aquel de la refundación del PP, que más que
refundación, es una reasociación para delinquir como antaño. Esto ya de por sí
es grave; pero aún lo es más si consideramos que, para volver a gozar de las
prebendas y momios del poder, vuelven a mentir porque el embuste es el eje
troncal del discurso de los partidos del régimen del 78, presentando a todos
los españoles un proyecto político basado en su esencia en el enfrentamiento
con Catalunya, en la represión, la falsedad y la continua provocación que tiene
como derivada la radicalización del conflicto que, en esa línea, no va a
solucionar nada sino a agravar el problema. Y es que la represión la llevan en
los genes, acostumbrados como están después de 80 años de fascismo en España, las
únicas negociaciones que les priva a esta gentuza son las que puedan
procurarles pingues beneficios económicos a ellos, a sus amigotes reales y a
sus amigotes del Ibex35, por quienes se desviven por preservar sus intereses
crematísticos y/o económicos. 12 de los 14 ministros que tuvo el Ánsar han
acabado o bien en prisión o encausados por delitos de corrupción, y aún hay
gente tan…descocada, tan majadera y tan ciega de odio, que están dispuestos a
volver a darles las llaves de su casa a los chorizos, para que se la vuelvan a
desvalijar. Otra vez, sí. Porque lo primero es España. Para hartarse de reír, o
de llorar…
Vuelta sí, a la España aquella en
blanco y negro, a aquella España en la que debías andar con cuidado sobre lo
que decías, cómo lo decías, por y para qué lo decías, daba igual si lo
cantabas, lo pintabas o lo escribías. Había unos personajes que estaban ojo
avizor durante la etapa franquista de este régimen fascistoide, para captar
cualquier clase de manifestación que hicieras contraria al régimen, haciendo
que cayera sobre ti todo el peso de la ley. Quien no quiera ver lo significativo
que es el hecho incuestionable de que, después de 1 año de gobierno socialista,
sigue plenamente vigente la ley mordaza, es como aquello de que no hay más
ciego que el que no quiere ver. Por lo tanto, toda esa verborrea que derrocha
el Pedrito sobre libertades, democracia y no sé cuantas chuminadas más que dice
para tener en una perpetua ensoñación a los pusilánimes, a los apalancados, crédulos,
cándidos y analfabetos políticos, no son más que cantos de sirena, que la estrategia
del engañabobos que tantos y tan buenos réditos les ha dado a nuestra casta política
en un país que, si se significa por algo, es por su falta de crítica política por
parte de una sociedad cobarde, crecida y formada con y en el temor a dios,
acomplejada y dolorosamente iracunda e irascible cuando le tocan el fútbol, los
toros, las procesiones de semana santa o ese machismo congénito fruto de una educación
clerical basada en la innata misoginia de la iglesia.
Y ahora damos el bochornoso espectáculo
que damos con el conflicto de los taxistas, porque el problema nace de lo
ineptos que llegan a ser algunos cuando gestionan lo público, que tiene como
consecuencia no solo la creación de un problema de órdago, sino que la mayoría
de la gente responsabiliza de esos problemas a quienes se han encontrado con
él, no a sus creadores originarios. Las licencias de los taxistas las concedían
la administración central, no los gobiernos autónomos ni mucho menos los
ayuntamientos. Cuando vislumbraron que los taxistas, más temprano que tarde,
dejarían de tener el monopolio de ese tipo de transporte publico y apareció la
competencia, legislaron para proteger al sector del taxi y limitar las nuevas
licencias en una proporción de 30 a 1. O lo que es lo mismo: Una licencia para,
digamos, Cabify, por cada treinta de taxis. La famosa ley, famosa para los
taxistas obviamente, denominada del 30/1 que tanto reivindican los taxistas,
pero que sin embargo Zapatero derogó cargándose esa proporcionalidad y dando
nuevas licencias, y a precio de saldo en comparación a lo que les cuesta a los
taxistas la suya, a troche y moche. Y como son tan buenos y se dejan tanto la piel
por la gente, en la Moncloa decidieron pasarle la patata caliente a los gobiernos
autónomos para que estos legislaran y pusieran orden en un sector que el Zapatero
desmontó y dejó hecho unos zorros. Los gobiernos autónomos, a su vez, amparándose
en que el transporte publico es competencia en parte de los ayuntamientos, le
pasaron la patata calentita a los ayuntamientos, haciendo que la gente fuera de
puerta en puerta reclamando soluciones que, obviamente, no llegaban porque ni
eran competencia de los ayuntamientos, ni estos disponían de los recursos económicos
para afrontar las cuantiosas indemnizaciones que tendrían que hacer frente, si
optaban como solución recortar y limitar las licencias a los taxistas para nivelar
la desproporción entre estos y los VTC, o pagar igualmente las cuantiosas indemnizaciones
a estos, para limitar su presencia en nuestras calles y así contentar al sector
del taxi. Así que no, lo que pasa con este asunto y que se ha puesto de
manifiesto con toda su crudeza estos días tanto en Madrid como Barcelona, ni es
culpa de la Carmena, ni de la Colau, ni tan solo de los gobiernos autónomos correspondientes,
sino de un tipo que va por ahí dando lecciones de aquello que se le pida dar
lecciones, como de democracia, de derechos sociales, de igualdad, etc. algo,
por otra parte, que parece muy nuestro eso de encumbrar al inepto y enterrar en
vida al válido porque, como dijo alguien sabio, aquí sabemos enterrar muy bien
a los muertos.
A más ver
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