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lunes, 7 de enero de 2019

VUELTA AL REDIL




Bueno, comencemos el ejercicio 2.019 con buen ánimo: que de parte del sátrapa ese que reina sin corona en la península, dice que la bandera, ya estamos con los trapos, es el símbolo de la unidad…y no es por llevarle la contraria porque sí; pero una bandera no deja de ser un trapo y uno, fíjate tú que tontería, preferiría que el símbolo de la unidad esa fuese la igualdad social, la igualdad de género, la igualdad ante la justicia. Solo por citar algunas carencias más que evidentes de las que adolecemos y que nos afecta a todos más de lo que puede hacerlo una bandera que, a mi por ejemplo que soy republicano, no me representa en absoluto. Hoy en día esa bandera representa lo que representa: el estandarte del que se ha adueñado la ultraderecha, los antifeministas, los ultracatólicos, los que no entienden y odian todo aquello que no sea la uniformidad de la patria, la sacan en procesión la iglesia, los antiabortitas, los antifeministas, franquistas, los que piden derogar autonomías, los que gritan el “A por ellos”, los que criminalizan cualquier lengua que no sea el castellano, los que van en procesión, adoran el palio, la caza, los toros y eso que llaman “la defensa de la raza”… y va y lo dice el individuo este durante la celebración de la Pascua Militar, en un estado constitucionalmente aconfesional, lo que no deja de ser una incongruencia como una catedral que aquí le encontramos acomodo llamándolo tradición. La “tradición” esa que lo mismo nos regala unos turrones de Alicante que la tortura de unos animales, tortura y muerte que denominan, encima, “fiesta nacional”, ya puestos, también es tradición el machismo secular que lleva a muchos a pensar que la mujer es un objeto puesto en el mundo para su solaz y disfrute personal, le guste más o le guste menos a la victima de turno, como es tradición el oír pero no escuchar y el odiar e insultar a quien no piense de modo y manera “oficial” del buen español. Es tal el grado de tontuna arraigada en tantos y tantas que, por ejemplo, la palabra república enseguida te la asocian a la quema de iglesias y ese tipo de cosas que tienen más que ver con el pasado que con la realidad del siglo XXI política y social: ya no hace falta quemar iglesias porque la gente, afortunadamente, encuentra mejores cosas que hacer que ir a la cueva de los cuervos ensotanados a que les tomen el pelo y, ya si eso y si se ponen a tiro los incautos, a quedarse los curas con el piso de la abuela y hasta con las vacas del abuelo. Es evidente que discursos como ese del Felipito en la Pascua Militar, lo único que pone de manifiesto es el miedo que hay hoy en día, en el seno de la familia real, a perder el peculio y a que estalle en mil pedazos la pantomima de democracia impuesta por los partidos afines al régimen del 78 que, con el P$OE a la cabeza, sigue sin ser capaz el CIS de preguntar a la opinión pública impúdica sobre la monarquía. ¿Por qué? Pues porque es, como su nombre indica, impúdica, y no fuese que respondiese lo que le diera la gana amparada en su impudicia.
                                                             
 
Leí estos días que al Pablito Casado le están diciendo en su partido algunas voces con peso que, si se comporta y habla como Vox, la gente va a votar a Vox. Como sabéis, el nivel de degeneración política y cultural ha llegado a tal extremo en el seno de Génova 13, que usan a un niño, ellos que tanto se quejan de los que adoctrinan a otros niños según ellos, para lanzar un mensaje en el que hacen decir al niño, que desea la muerte del presidente del gobierno. No es tan grave el hecho de que personalice el deseo de que se muera fulano, como el echo per se de hacerle decir al niño que desea que se muera alguien. Llegados a este punto te agradecería que no insultaras mi inteligencia soltándome cualquier perogrullada sobre Mao, Stalin, Venezuela o similar y que te centraras un poquito porque estamos en el aquí, y en el ahora. En cualquier caso, solo presupondrías cosas sobre mí, creyéndome defensor de algo que quizá no lo sea. Como es lógico la pasada de frenada ha sido de una magnitud estratosférica y a las pocas horas retiraron el video y se disculparon; pero calumnia que algo queda, que es algo muy manido por la derecha carpetovetónica y prehistórica española desde tiempo inmemorial. Por no hablar de las alusiones diarias, constantes, de la derecha radicalizada a Catalunya y a los independentistas y que obedece, según he leído, a una estrategia política surgida de Faes para convertir Catalunya en una especie de Ulster, que tendría como objetivo final aplicar en Catalunya la misma política de palo y tente tieso que llevaron a cabo en Gran Bretaña, con relación a Irlanda y a raíz de los asesinatos, por parte de un escuadrón de paracaidistas ingleses, en el nefasto y famoso Bloody Sunday, que derivó en la supresión sine die de la autonomía irlandesa. Esta derecha casposa no puede alardear precisamente de ser muy leída e instruida y poco les importa, la verdad sea dicha, porque se mueven bien en el terreno del analfabetismo y la catetez superba, toda vez que, por ejemplo, quedan retratados como poco instruidos en leyes cuando se lanzan a proclamar a los cuatro vientos que van a cerrar Canal Sur o que van a devolver competencias autonómicas a Madrid, ignorando que para eso deben previamente reformar el Estatuto Andaluz con 3/5 partes del parlamento a favor de esa reforma, cosa que hoy está bastante lejos de producirse. Pero la cosa es caldear el ambiente, que no pare la maquina y que a ver que se hace, ya que estamos, con el tema de los vascos y su libertinaje fiscal, que no aportan ni un céntimo a las arcas del reino, cosa que parece que ha descubierto la derecha radicalizada, después del último boletín oficial en forma de telediario del Piqueras.        
                                                               
 
Todo esto, y mucho más, a 15 días vista de vernos envueltos, de noche y de día, del tema estrella que nos va a acompañar durante los próximos meses: el juicio a la monarquía y la democracia española, que es en lo que debe convertirse la patochada de juicio político que pretenden los ultras del TS contra los lideres independentistas encarcelados. Como mi abuela era sabia y no por abuela, me tenia dicho que nunca me jugara nada; si no me hubiera inculcado ese valor, me iba a forrar aceptando apuestas sobre la sentencia de ese juicio. Y ya puestos, voy a dejar una pregunta en el aire, que revolotee a su libre albedrio: ¿Después de conocerse la sentencia, quien, y en qué condiciones políticas y sociales, va a gobernar en Catalunya? No es tan fácil la respuesta.  

A más ver      

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