Escucho y leo a algunas gentes escandalizadas por la nueva
“aventura” que ha emprendido el gobierno de Rajoy, impugnando ante sus amigos
de Zumosol del TC la sesión del Parlament de Catalunya, en la que debería nombrarse
al 130 President de la Generalitat, una impugnación que ya el propio Consejo de Estado ha
advertido para la que no hay fundamentos jurídicos, en tanto que el candidato
propuesto por el President del Parlament, Carles Puigdemont, es un diputado con
todos los derechos políticos que cualquier otro diputado. Pero les da igual a
la Chuky y compañía, porque además de dar otra nueva muestra del odio y la
inquina personal que le tiene a Puigdemont, que la delata el timbre de su voz a
cada referencia que hace de él, en el fondo, el verdadero trasfondo de la
noticia de este nuevo golpe de estado del gobierno franquista rajoniano,
obedece a algo tan clásico, tan antiguo y tan manido como solo son las tácticas
de despiste: mientras hablamos de Puig-demonio, o de los registros a las sedes
de la ANC y de Ómnium Cultural, no se habla de la Gürtel, ni de ese presidente
del TC que falsea su curriculum, ni de esa jueza retrograda y homofóbica, María
Elósegui, cómo no, otra perla del Opus, que ha sido finalmente propuesta por el
gobierno para jueza del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, una vez
comprobado la clase de embustero que ha resultado ser el tal Pérez de los Cobos
ese. No es de ahora que esta gentuza del gobierno de Moncloa haya perdido el
norte: es que nunca lo tuvieron. Nunca tuvo Rajoy un proyecto político y social
para España, tan solo se ha limitado a gestionar el día a día de la agenda de
un presidente del gobierno, escaqueándose todo lo posible y teniendo como único
propósito perdurar por encima de cualquier otra cosa, no desgastarse
políticamente, quemar a sus allegados y mantenerse en la poltrona, aunque
caigan chuscos de punta. Rajoy es lo más malo y nocivo que le ha ocurrido a
España en mucho tiempo, y algo que vamos a tardar mucho en superar, porque la
involución democrática llevada a cabo por este individuo, el empobrecimiento de
la población a la que ha sometido a esta, todo ese entramado mafioso de
corrupción que le tiene a él, personalmente, sentado en la cabecera de la mesa,
y la fractura social que ha provocado este mamarracho con el tema Catalunya, no
se recompone así como así; máxime viendo, como estamos viendo, que la cobarde y
traidora actitud de la oposición socialista le secunda en todo ese proceso
involucionista como buen perrito faldero, que no quiere perderse las migajas
del pastel que le puedan caer si menea la colita. No son demócratas; son otra
cosa menos eso. Son las sanguijuelas nacidas, amamantadas y bien mantenidas por
el Régimen del 78, régimen que defienden a toda costa aunque sea a base de
involución democrática, de pérdidas de derechos de la ciudadanía o inclusive de
pasarse las leyes por el forro, mientras tengan en nomina leguleyos que se las
“afinan” a medida del pagador. Ayer Javier Pérez Royo, ese paisano que tengo Catedrático
de Derecho Constitucional, que sostiene que el recurso al Estatut Catalán fue
un golpe de estado a esta autonomía, se preguntaba, después de la comparecencia
de la Chuky ante los medios, dónde había estudiado esta chica Derecho. Y yo me
pregunto ¿hasta dónde llegará la docilidad de algunos jueces para con este
gobierno en el contencioso con Catalunya? Porque esto no es democracia. Si el
TC suspende la sesión fijada para el próximo martes 30 a las 15 horas en el
Parlament, atendiendo a la impugnación de Ali-Baba y sus ladrones, dejará en un
limbo legal al President del Parlament, ya que esta situación no está prevista
en ninguna ley, y lo deja entre la espada y la pared, ya que si no obedece la
resolución del TC y celebra la sesión podrían derivarse actuaciones penales
contra él; pero obedecerla implica incumplir los plazos y condiciones que
establecen el Estatut, la ley de la Presidencia de la Generalitat y el
reglamento de la cámara para una investidura. En lo que resuelva el TC, deberá
aclarar en qué condiciones se suspende esa sesión, cómo quedarían los plazos
para la presentación de una nueva candidatura, o si esta nueva candidatura
queda en suspenso hasta que el TC resuelva la impugnación sobre la candidatura
de Puigdemont. De no aclararlo el TC en primera instancia, si el President del
Parlament de Catalunya propusiera otro candidato, podría incurrir en
prevaricación o en cualquier caso no estaría cumpliendo con sus obligaciones.
Pero es que, de aclararlo por parte del TC lo que se ha de hacer en lo tocante
a plazos y nuevas candidaturas, estaría cometiendo el TC injerencias en el
poder legislativo, violando así la separación de poderes. Imagino que en
Moncloa pensaran que ya no nos viene de aquí.
Hoy se cumplen 3 meses de la proclamación de la república en
Catalunya y hoy, justamente, el Tribunal Constitucional, si como todo el mundo
dice en unas horas admitirá a trámite la impugnación de marras, se diga lo que
se diga estará cambiando la naturaleza del régimen político de España e
interfiriendo en el poder legislativo, estará oficializando un golpe de estado
sobre el resultado de unas elecciones democráticas. Y estará diciendo que, a
partir de ahora, el gobierno central podrá impugnar los nombramientos de todos
los presidentes autonómicos que les venga en gana, porque habrá abierto jurisprudencia y sentado precedente. Llevo horas y más horas leyendo y escuchando
a catedráticos de derecho constitucional debatiendo sobre la impugnación y su
admisión a trámite y están escandalizados, sorprendidos, perplejos y alarmados
de la deriva de las cosas. Para poner un punto más de aclaración sobre las
aguas en las que nos movemos, el ex ministro socialista Pérez Rubalcaba, a día
de hoy un particular, decía ayer sentado en la misma silla en la que se sentó
hace unos días Rajoy y en la misma emisora de radio, que el estado pagará el
precio que tenga que pagar porque Puigdemont no sea envestido President del
Govern de la Generalitat. Solo pueden interpretarse esas palabras como que el
estado está dispuesto a llevar la involución democrática a donde sea, dando la
imagen que sea, porque sea como sea lo que hay que evitar a toda costa es que
el rey firme ese nombramiento, que es el último trámite antes de que Puigdemont
tome posesión oficial de su cargo. En la maldita hemeroteca a poco que os
molestéis, podréis encontrar declaraciones de Albertito Rivera, de la Chuky o
del ministro Fernández de Vigo en los meses de octubre, noviembre y diciembre
pasados, conminando al señor Puigdemont a presentarse a unas elecciones para ver
que respaldo tenía su disparatada república catalana. Bien, pues el hombre se
presentó a las elecciones que decidieron desde Moncloa, organizó y supervisó
Moncloa, y perdió Moncloa estrepitosamente volviendo a ser candidato a la
presidencia de la Generalitat el señor Puigdemont. Durante todo ese tiempo y
ese proceso legal y político, nadie impugnó como candidato en las listas
electorales al señor Puigdemont. Ahora, que se temen que acabe presentándose
personalmente en el Parlament y siendo envestido President, pretenden ni más ni
menos que dejar sin efecto el resultado de unas elecciones que convocaron ellos
y que configuraron un Parlament con la mayoría absoluta de los
independentistas, que han osado volver a presentar a Puigdemont como President
del Govern de la Generalitat. Y a esto, a todo esto, llamarlo democracia. Pero
democracia a la española, claro, la que no tiene par ni semejanza en el mundo.
El argumento de que tiene una orden de detención en España está muy bien; pero
en ningún caso le inhabilita para ejercer sus derechos políticos porque no ha
sido condenado ni privado de esos derechos de representación política. Además
de que quien detuviera a Puigdemont, por ejemplo, en la frontera, estará
violando el art. 500 del Código Penal: La autoridad o funcionario público que detuviere a un miembro
de las Cortes Generales o de una Asamblea Legislativa de Comunidad Autónoma
fuera de los supuestos o sin los requisitos establecidos por la legislación
vigente incurrirá, según los casos, en las penas previstas en este Código,
impuestas en su mitad superior, y además en la de inhabilitación especial para
empleo o cargo público de seis a doce años.
Esa es la impunidad de la que goza cualquier diputado, que
no puede ser detenido a menos que esté cometiendo en ese momento un delito
flagrante; y algo de lo que deberían informar bien a los miembros de las
fuerzas del orden, no sea que un día se encuentren con una querella si llevaran
a cabo la detención. Así que estaremos atentos a los aconteceres de este fin de
semana, no sea que el Madrid se nos ponga a 22 puntos del Barça y quiera
impugnar también Rajoy la liga. Deeeeespacito…💃 efectos retroactivos del verano,
como ahora estamos en la ola de la retroactividad…
Salud y República!
A más ver
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