La idea, naturalmente
nunca escrita, pero que subyace o se puede desprender por todo lo actuado,
manifestado y declarado públicamente por parte de Rajoy y sus adláteres del
155, sobre Catalunya y su movimiento secesionista, no puede estar más clara:
criminalizarlo al estilo de ETA o Batasuna, para poder actuar contra ellos con
absoluta impunidad y encerrar al mayor número posible; aunque sea bajo
acusaciones sin mucho fundamento jurídico, que ya se encargaran los voceros del
reino de crear el conveniente “ambiente público” para que parezcan los mayores
enemigos, violentos y traidores de la patria. No hay que darles más vueltas al porqué
de esa actitud tan remarcadamente hostil hacia los más de dos millones de
catalanes que configuran el problema que Rajoy ni sabe, ni puede, ni quiere
solucionar: les sale a cuenta, electoralmente, tener un enemigo patrio al que
combatir, a falta de una ETA, de unos vascos, de unos marroquís en Perejil o de
un soldado, juez, fiscal o periodista traidor. Psssst…¿me permite vuecencia una
breve observación?; ¿a ver, que coño te pasa ahora?: pues que si al final de
todo este follón, al menos sirve para que alguien le ponga letra al himno
español, habrá merecido la pena; lo que sea con tal de ver a Sergio Ramos y
Piqué cantando, los Pimpinela de la selección, macho…acabáramos. Como es lógico
y preceptivo y por eso lo recetan los médicos, este gobierno podrido nunca
tiene la culpa de nada malo y solo es responsable de las cosas buenas, porque
para eso se dejan la piel. Así las cosas, parece que no era responsabilidad del
gobierno las miles de personas que se vieron ayer paralizadas durante 18 horas
en la autopista A-6 por la nieve caída, que al entrar en la autopista por lo
visto uno ya no es ciudadano del estado, sino que pasas a ser ciudadano de la empresa
concesionaria de la autopista; y naturalmente es culpa, en última instancia o
en primera, da igual, de los conductores, que haciendo caso omiso de las
advertencias se metieron ellos solitos en el lío sin cadenas, ni suficiente
gasolina, lo que se conoce como conducir por encima de sus posibilidades, etc. Cuando interesa, por lo que sea, cortar una carretera, se corta.
Esto no admite discusión por que los que conducimos a diario lo sabemos de
sobras. Lo que no le interesa a las empresas que explotan las autopistas, evidentemente,
es dejar de cobrar los peajes, por lo que si la autoridad competente cierra las
autopistas, alguien deberá hacerse cargo de la indemnización correspondiente. Amén
del follón que creas en las carreteras y poblaciones colindantes. Lo mejor es
dejarlas abiertas, confiar que no pase nada y, si pasa algo, la culpa fue del chachachá.
Total: mañana es asunto olvidado, en cuanto un catalán estornude. No pretenderéis
que Rajoy este pendiente de Catalunya y encima de todo lo demás, como si todo
lo demás o la misma Catalunya, fuese responsabilidad suya. Rajoy, mis queridos
ñiños y ñiñas, solo es responsable de esos momentos impagables de felicidad que
podáis experimentar en vuestro devenir diario, que para eso se deja la piel, la
hiel y el alma, vamos. Bueno, también es un poco, pero solo un poco,
responsable de que haya subido el precio de las chuches; pero es por vuestro
bien, por cuidaros esa boca de caries y los problemas físicos que causan las
dietas con exceso de azucares, insensatos, que sois unos irresponsables. Y lo sabéis,
canallas. Portaos bien, o vendrá un independentista catalán. Son cosas del
progreso, una vez superado el trauma del hombre del saco, vayamos de esnobistas.
Qué bien se lo habría pasado Paco Umbral en estos tiempos, o como lo gozaría Camilo
José Cela arremetiendo contra quien le viniera en gana.
Mientras en Europa el
populismo de derechas ha encontrado en la inmigración un vivero de votos, aquí
en España lo es la cuestión territorial, por mor de un cada día más creciente número
de ciudadanos que cuestionan el modelo territorial del Estado (en Baleares
crece el independentismo a pasos agigantados, con una líder socialista al
frente de las reivindicaciones y apartada, por ello, de la Ejecutiva de Pedro
Sánchez en Ferraz), que se considera ineficiente y hasta parasitario, con 17
parlamentos regionales e innumerables estructuras institucionales a modo de
regalías. Es esa proclamación a la reordenación territorial lo que está calando
en el electorado del PP que pasa a C´S, capaces de ganar una elecciones en Catalunya
y de enfrentarse al espinoso asunto del Cupo y el Concierto Vasco, al tiempo
que Rajoy recurre a los vascos para intentar salvar sus presupuestos del 2.018,
ofreciendo a cambio más de 4.000 millones al PNV. Aunque apenas imperceptibles,
hay movimientos hoy en día en nuestra política, como movimientos tectónicos,
que traerán consecuencias en un futuro no muy lejano a modo de revuelo político.
Los de Pedro Sánchez y tras la crisis catalana parecen tener claro que lo que quieren
es el centro y alejarse definitivamente de Podemos, huyendo del debate
territorial que le pasa factura al PSOE, y moviéndose mejor en un tema en el
que sentirse más a gusto, como la eterna discusión ideológica entre derecha e
izquierda; justo lo contrario que le interesa a Rivera, que gana votos en
cuanto se habla de territorialidad. Alejadas del panorama las mayorías absolutas
monocolores, estamos abocados a la gobernabilidad pactada, algo que en
principio debería ser beneficioso pero que, a la postre y viendo las diversas opciones
de gobierno posible entre las 3 únicas formaciones con capacidad real de gobernar,
esto es PP, PSOE y C´S en sus diversas posibles confluencias entre ellos, al
final supone más de lo mismo, sin que podamos esperar las grandes reformas de
calado que precisa el país, limitándose a perpetuar el Régimen del 78 con, como
mucho, algún lavado de cara superfluo e insustancial, para que no se diga que
no se ha hecho nada. Cambiar para que nada cambie; parece un oxímoron pero es a
dónde va la política española tras las crisis económica y con Catalunya, que
deja un balance verdaderamente triste de represión, sobre todo del descontento
popular que culminó en aquel 15-M perdido ya en la memoria de tantos, todo un caudal
de votos desperdiciados en parte por la maquinaria propagandística y represora
del estado, y por la bisoñez de los lideres que no han sabido transmitir una
solidez en el mensaje, que han cometido errores de bulto y han caído demasiadas
veces en el olvido de que la gente no tiene cultura política en este país suficiente
para entender lo que significa un movimiento asambleario. Esta adoctrinada a
otras formas de hacer política y la transformación es ardua y compleja. Simplicidad,
es lo que la gente quiere y un movimiento asambleario es cualquier cosa menos
eso, con todos esos debates, comisiones, votaciones, comités, discusiones, etc.
Hace ya tiempo, años diría, que no se vuelven a celebrar asambleas los miércoles
frente al mercado de mi barrio, como antaño fueron promovidas primero por el
15-M y posteriormente por Podemos y los Comunes. Puede ser que alguien alegue
que aquello fue debido a un momento excepcional; pero el caso es que yo no veo
que hoy hayamos dejado de vivir momentos excepcionales y que los problemas de
la gente hayan mejorado sustancial, cuantitativa y cualitativamente hablando.
Si te pones muy
profundo al final cualquiera de esa derecha recalcitrante y corta de vista, te
dirá que la culpa es tuya por vivir en esta época, con lo que te giraras para
mirar a tus padres y echarles la culpa de aquel polvo loco en aquel puente romano
aquella mañana lluviosa del que tanto fardan, los cabrones que te han hecho
esta putada.
A más ver
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