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miércoles, 31 de enero de 2018

HISTÓRICOS HISTRIÓNICOS





Pero que cansinos, que pesados, que cosa. Tanto meteros con el pobre rey…haceros rey vosotros, a ver qué tal os va. Oye, y si no os gusta este rey, en las próximas elecciones, votar a otro, ¿no? A ver, caballera; ¿usted es idiota o… es idiota? Perdóneme usted, pero esto es un estado de derecho y del revés y una democracia plena de fresas de Lepe. Una tuerca no, caballera, a usted lo que le falla es toda la tornillería entera. A un rey no se le elije, es algo hereditario. Anda, mira, como el cáncer, ¿no? Igual es que hay que someter al país entero a alguna especie de quimioterapia, drogarlo o algo así. No se preocupe por eso caballera, que de drogas el país está servido y bien servido. Pues igual es por eso que lo flipan con los carrozas reales, la corona, tanta pompa y boato. Que conste que uno es de la opinión de que eso de ser rey debería ser algo que estuviera más repartido; no se…que le tocara a una familia española ser la familia real durante una semana, por ejemplo. ¿Y a quien coño le importa su opinión, hombre de dios? Mira, ese dios es un particular que, depende de donde seas tú, cambia de color, de idioma, de forma y de nombre: una cosa muy rara. No seas tan susceptible: es que tú no comprendes que, al ser dios, tiene súper poderes y se puede manifestar como le salga de las narices, cosa que tu no, cochino envidioso. ¡Independentista, que eres un independentista! ¡Aquí, agente, aquí hay uno, deténganlo! Pero, caballera…haga usted el favor. Yo favores solo le hago a Richard Gere o al Brad Pitt, mastuerzo, sacrílego, ¡republicano! En fin; es usted imposible. Eso lo serás tú.
                                                                               

Lo siento. Es que estos dos se venían peleando desde esta mañana y he pensado: venga va, déjalos que se explayen un poquito. Pero un poquito. Ahora vuelvo a encerrar a estas dos personalidades de las 8 con las que cuento, y ya si eso otro día vemos como les va. Es que lo de este país hay que tomárselo a cachondeo. Eso, o empezar a llenar las plazas de guillotinas, con lo cansado y sanguinolento que es eso. Por ejemplo después del día de ayer en Barcelona, que se prometía histórico y acabó de nuevo en histriónico, vistas y escuchadas las reacciones de unos y otros al aplazamiento de la sesión de investidura de Puigdemont, a mí lo que me parece, por paradójico o controvertido que os suene desde allá donde viváis, es que el estado español puede y debe estarle agradecido a Puigdemont que sea él, no otro sino él, el personaje que lidera el movimiento independentista en Catalunya. Esto es así en muy buena medida por obra de Rajoy, que a base de recurrir a sus primos de Zumosol en los juzgados ha convertido a Puigdemont en un icono, en una figura que nadie se atreve a cuestionar, de momento, y que ata en corto, repito: de momento, al verdadero y más peligroso, para el estado español, partido político que, de liderar ese movimiento, provocaría una lucha mucho más encarnizada y radical contra el estado español que el propio Puigdemont; y ese partido indudablemente se llama Esquerra Republicana de Catalunya. Una Esquerra que se ha visto superada por los acontecimientos, que se las prometía muy felices porque todas las encuestas le daban como seguro ganadora de las elecciones, pero que se ha visto desbordada por la figura del President de la Generalitat que, con su propia lista y no la de su partido, ha sabido aglutinar a la mayoría del voto soberanista desde el exilio, donde ha podido tener más libertad para hacer campaña que Junqueras desde la prisión, como es obvio. Con todo, no quiero dejar en el olvido una obviedad manifiesta, clara y cristalina en la que debería reflexionar también el movimiento independentista: el estado español, si algo ha demostrado, es que es capaz, incluso, de llegar al terrorismo de estado para combatir el secesionismo: el GAL aquel de Felipe, que muchos socialistas pretenden hacernos creer que nunca existió y que, en todo caso, es algo de lo que no se tiene que hablar ya. El trasfondo de “matonismo” de algunas declaraciones propias de elementos mafiosos al uso, como Rubalcaba, que aseguraba que el estado español pagaría el precio que fuese porque Puigdemont no fuera presidente, o aquel otro del PP que recordó a Roger Torrent que era padre de familia y con dos hijas pequeñas, no auguran nada bueno, como es natural y dan muestras inequívocas de que no quieren a Catalunya con España, sino sometida a España. Yo no tengo que ocultar nada, y como es natural os he manifestado muchas veces mi simpatía y mi comprensión por el personaje Puigdemont, y todos mis respetos a la figura del que es para mí, a día de hoy, el President de la Generalitat. Pero por mucho que nos duelan las maquinaciones, ilegalidades y tejemanejes de la judicatura y que es algo que va a tardar unos años en revertirse si el tribunal de Estrasburgo hace bien su trabajo y es imparcial, esas irregularidades legales sacadas de la chistera del TS y del TC, condicionan y configuran una realidad: Puigdemont, en la actual coyuntura, no va a ser investido President, a menos que Roger Torrent esté dispuesto a ir a la cárcel por ello y, en todo caso, sería un nombramiento más simbólico que efectivo, ya que el Constitucional lo tumbaría. De momento la decisión de ayer del President del Parlament le permite a Puigdemont seguir controlando el “tempo” de la contienda; y aunque él sea consciente de que más tarde o más temprano deberá dar un paso al lado y permitir un sustituto alternativo, quiere mantener ese control y decidirlo cuando se vea preparado para afrontar su nueva situación, como puede ser vivir en el exilio como representante de la Generalitat y presentarse, posteriormente, como candidato del movimiento independentista en los comicios al parlamento europeo en las elecciones del 2.019
                                                                           

Y una sensación: ayer la gente se agolpaba en las puertas del Parlament en defensa, no solo de Puigdemont, sino y sobre todo de la independencia. Sigo viendo a la gente con las cosas muy claras, muy dispuesta y con ganas de marcha. La ANC está siendo, curiosamente, frenada por el PDeCat, porque aquellos abogan por radicalizar las protestas, en sintonía con las exigencias de la gente que quiere que no se dé un paso atrás, que se convoquen concentraciones y manifestaciones, que se vuelva a salir a la calle, que es donde se consiguen las cosas. Y desde el sentir independentista esto es absolutamente indiscutible, en tanto y cuanto que, como se está viendo, acudir a las urnas, ganar las elecciones y presentar un candidato, no sirve de nada ante las tropelías y abusos del estado español, que pretende ganar en los juzgados donde tienen a sus amigotes, lo que no han ganado en las urnas. Y los andaluces preparaos, porque el PP, perdida Catalunya, va a centrar sus esfuerzos en ganar Andalucía y destronar a la sultana Susana, combatiendo así a C´S, que es el próximo enemigo a batir de Rajoy, a partir del momento en que este deje el tema Catalunya liquidado y pueda pasar página del Marca. Pero en Catalunya, de momento, no soplan vientos de gobierno autonomista. Se va a forzar la máquina mientras Puigdemont este en los titulares, y Esquerra apoyará hasta el final al President Puigdemont porque entienden que es bueno para el proceso y que sea como sea hay que dar una imagen de unidad ante el estado español. Sotto voce, algunos auguran una subida espectacular de la CUP si se repiten elecciones, incluso les calculan unos 30 diputados en un próximo Parlament si se repiten elecciones. ¿Que si la cosa puede calentarse más?: hasta arder…
                                                                                


A más ver 

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