Pero que cansinos, que pesados, que cosa. Tanto meteros con
el pobre rey…haceros rey vosotros, a ver qué tal os va. Oye, y si no os gusta
este rey, en las próximas elecciones, votar a otro, ¿no? A ver, caballera;
¿usted es idiota o… es idiota? Perdóneme usted, pero esto es un estado de
derecho y del revés y una democracia plena de fresas de Lepe. Una tuerca no,
caballera, a usted lo que le falla es toda la tornillería entera. A un rey no
se le elije, es algo hereditario. Anda, mira, como el cáncer, ¿no? Igual es que
hay que someter al país entero a alguna especie de quimioterapia, drogarlo o
algo así. No se preocupe por eso caballera, que de drogas el país está servido
y bien servido. Pues igual es por eso que lo flipan con los carrozas reales, la
corona, tanta pompa y boato. Que conste que uno es de la opinión de que eso de
ser rey debería ser algo que estuviera más repartido; no se…que le tocara a una
familia española ser la familia real durante una semana, por ejemplo. ¿Y a
quien coño le importa su opinión, hombre de dios? Mira, ese dios es un
particular que, depende de donde seas tú, cambia de color, de idioma, de forma
y de nombre: una cosa muy rara. No seas tan susceptible: es que tú no
comprendes que, al ser dios, tiene súper poderes y se puede manifestar como le
salga de las narices, cosa que tu no, cochino envidioso. ¡Independentista, que
eres un independentista! ¡Aquí, agente, aquí hay uno, deténganlo! Pero,
caballera…haga usted el favor. Yo favores solo le hago a Richard Gere o al Brad
Pitt, mastuerzo, sacrílego, ¡republicano! En fin; es usted imposible. Eso lo
serás tú.
Lo siento. Es que estos dos se venían peleando desde esta
mañana y he pensado: venga va, déjalos que se explayen un poquito. Pero un
poquito. Ahora vuelvo a encerrar a estas dos personalidades de las 8 con las
que cuento, y ya si eso otro día vemos como les va. Es que lo de este país hay
que tomárselo a cachondeo. Eso, o empezar a llenar las plazas de guillotinas,
con lo cansado y sanguinolento que es eso. Por ejemplo después del día de ayer
en Barcelona, que se prometía histórico y acabó de nuevo en histriónico, vistas
y escuchadas las reacciones de unos y otros al aplazamiento de la sesión de
investidura de Puigdemont, a mí lo que me parece, por paradójico o
controvertido que os suene desde allá donde viváis, es que el estado español
puede y debe estarle agradecido a Puigdemont que sea él, no otro sino él, el
personaje que lidera el movimiento independentista en Catalunya. Esto es así en
muy buena medida por obra de Rajoy, que a base de recurrir a sus primos de Zumosol
en los juzgados ha convertido a Puigdemont en un icono, en una figura que nadie
se atreve a cuestionar, de momento, y que ata en corto, repito: de momento, al
verdadero y más peligroso, para el estado español, partido político que, de
liderar ese movimiento, provocaría una lucha mucho más encarnizada y radical
contra el estado español que el propio Puigdemont; y ese partido indudablemente
se llama Esquerra Republicana de Catalunya. Una Esquerra que se ha visto
superada por los acontecimientos, que se las prometía muy felices porque todas
las encuestas le daban como seguro ganadora de las elecciones, pero que se ha
visto desbordada por la figura del President de la Generalitat que, con su
propia lista y no la de su partido, ha sabido aglutinar a la mayoría del voto
soberanista desde el exilio, donde ha podido tener más libertad para hacer
campaña que Junqueras desde la prisión, como es obvio. Con todo, no quiero
dejar en el olvido una obviedad manifiesta, clara y cristalina en la que debería
reflexionar también el movimiento independentista: el estado español, si algo
ha demostrado, es que es capaz, incluso, de llegar al terrorismo de estado para
combatir el secesionismo: el GAL aquel de Felipe, que muchos socialistas
pretenden hacernos creer que nunca existió y que, en todo caso, es algo de lo
que no se tiene que hablar ya. El trasfondo de “matonismo” de algunas
declaraciones propias de elementos mafiosos al uso, como Rubalcaba, que
aseguraba que el estado español pagaría el precio que fuese porque Puigdemont
no fuera presidente, o aquel otro del PP que recordó a Roger Torrent que era
padre de familia y con dos hijas pequeñas, no auguran nada bueno, como es
natural y dan muestras inequívocas de que no quieren a Catalunya con España,
sino sometida a España. Yo no tengo que ocultar nada, y como es natural os he manifestado
muchas veces mi simpatía y mi comprensión por el personaje Puigdemont, y todos
mis respetos a la figura del que es para mí, a día de hoy, el President de la
Generalitat. Pero por mucho que nos duelan las maquinaciones, ilegalidades y
tejemanejes de la judicatura y que es algo que va a tardar unos años en
revertirse si el tribunal de Estrasburgo hace bien su trabajo y es imparcial,
esas irregularidades legales sacadas de la chistera del TS y del TC, condicionan
y configuran una realidad: Puigdemont, en la actual coyuntura, no va a ser
investido President, a menos que Roger Torrent esté dispuesto a ir a la cárcel
por ello y, en todo caso, sería un nombramiento más simbólico que efectivo, ya
que el Constitucional lo tumbaría. De momento la decisión de ayer del President
del Parlament le permite a Puigdemont seguir controlando el “tempo” de la
contienda; y aunque él sea consciente de que más tarde o más temprano deberá
dar un paso al lado y permitir un sustituto alternativo, quiere mantener ese
control y decidirlo cuando se vea preparado para afrontar su nueva situación,
como puede ser vivir en el exilio como representante de la Generalitat y
presentarse, posteriormente, como candidato del movimiento independentista en
los comicios al parlamento europeo en las elecciones del 2.019
Y una sensación: ayer la gente se agolpaba en las puertas
del Parlament en defensa, no solo de Puigdemont, sino y sobre todo de la
independencia. Sigo viendo a la gente con las cosas muy claras, muy dispuesta y
con ganas de marcha. La ANC está siendo, curiosamente, frenada por el PDeCat,
porque aquellos abogan por radicalizar las protestas, en sintonía con las
exigencias de la gente que quiere que no se dé un paso atrás, que se convoquen
concentraciones y manifestaciones, que se vuelva a salir a la calle, que es
donde se consiguen las cosas. Y desde el sentir independentista esto es
absolutamente indiscutible, en tanto y cuanto que, como se está viendo, acudir
a las urnas, ganar las elecciones y presentar un candidato, no sirve de nada
ante las tropelías y abusos del estado español, que pretende ganar en los
juzgados donde tienen a sus amigotes, lo que no han ganado en las urnas. Y los
andaluces preparaos, porque el PP, perdida Catalunya, va a centrar sus
esfuerzos en ganar Andalucía y destronar a la sultana Susana, combatiendo así a
C´S, que es el próximo enemigo a batir de Rajoy, a partir del momento en que
este deje el tema Catalunya liquidado y pueda pasar página del Marca. Pero en Catalunya,
de momento, no soplan vientos de gobierno autonomista. Se va a forzar la máquina
mientras Puigdemont este en los titulares, y Esquerra apoyará hasta el final al
President Puigdemont porque entienden que es bueno para el proceso y que sea
como sea hay que dar una imagen de unidad ante el estado español. Sotto voce,
algunos auguran una subida espectacular de la CUP si se repiten elecciones,
incluso les calculan unos 30 diputados en un próximo Parlament si se repiten
elecciones. ¿Que si la cosa puede calentarse más?: hasta arder…
A más ver
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