Uy, como se le ocurra, pobrecita mía. Como a Rajoy se le
ocurra pronunciar el nombre de Cristina Cifuentes, Presidenta de la Comunidad
de Madrid, para defenderla, no digo en modo defiendo a Camps por delante y…no.
No es plan porque ya me dirás tú que apelativo sexual puede tener el uno para el
otro personaje. Pero como la defienda porque el máster de la susodicha puede
matarla políticamente, el PP le dice adiós a la comunidad de Madrid por la vía
del cloroformo y ella está acabada, mismamente, como los anteriores personajes
defendidos por el tío gafe ese, en cuyo caso Cristina Cifuentes pasará a ser
“esa persona por la que usted me pregunta” para Mariano y su pandilla. Y es
que, en el fondo, Mariano le tiene ganas. No como las ganas que le tenía a
aquel al que defendía por delante, por detrás, o rollo 69, o misionero… que,
oye, cada cual con sus ganas, sino ganas de ir a por ella, a degüello, por
haber criticado tan duramente la corrupción en su partido ante la notoriedad y
escándalo de algunos de los casos propios del PP. Casos incontestables, por
otro lado, que han contribuido en gran medida a que el PP ostente el liderazgo
de los partidos más corruptos de Europa. Un ser tan refinadamente vengativo
como Rajoy no perdona las disidencias, las voces estentóreas ni que alguien se
crea a salvo de la tupida telaraña de corrupción y detritus que tanto le ha
costado tejer. No hace mucho califiqué a Rajoy de gestor de la miseria. No ya
solo porque elaboró y gestionó una vida en precario, de miseria, para la masa
social del país, con un mercado laboral esclavista confeccionado al gusto de
los pudientes empresarios que nunca tienen bastante, sino por esos crímenes de
estado sibilinos y nauseabundos de todos aquellos enfermos dependientes a los
que ha dejado tirados y sin ayudas, porque ha legislado y gestionado para que
los grandes fondos de inversiones especulen con vivienda pública para echar a
los más desfavorecidos y llenar esas viviendas de gentes con mas posibles y, de
esta guisa, un largo etc. Lo califiqué como gestor de las miserias de este tipo
y de las otras, las miserias morales de toda esa ralea de chorizos de los que
se ha rodeado y a los que defiende a capa y espada, hasta que esa defensa se
puede volver en su contra y pasa al siguiente estadio:…”esa persona de la que me
habla usted” y otras ocurrencias por el estilo. Y por mucho que lo disimule los
nervios empiezan a florecer en este nauseabundo y patético personajillo, que el
tema Catalunya lo va crispando por momentos por la derivada que supone no poder
aprobar los nuevos presupuestos mientras continúe el 155 en vigor en Catalunya.
Sea como fuere, la mala gestión de la cuestión catalana unida a la revolución
de los yayo flautas y sus pensiones, la misoginia que le salió del alma cuando se
negó a entrar a valorar en una entrevista de una radio “amiga” el tema de la bestialidad
de brecha salarial entre hombres y mujeres, sumado a que cada vez que abre la
boca sin tener un papel delante que leer, le sale la vena creativa y nos suelta
una de esas frases suyas para la posteridad y que sientan, como no puede ser de
otro modo, cátedra. No me pregunto qué
habrá hecho este país, España, para que el presidente más obtuso, corrupto,
embustero y bobalicón que hemos tenido sea el que más tiempo ha ostentado ese
cargo de presidente del país, porque sí que sabemos lo que hemos hecho: a todos
aquellos a los que les ha dado la gana, con más o menos conocimiento de causa y
de entendederas, votarlo. Una y otra y otra vez. Cuando asistí a la
manifestación por las pensiones, escuche a varios abuelos, y no tan abuelos,
decir que sí, que mucho quejarnos pero que aquí somos unos cuantos los que le
hemos votado. Pura obviedad. Ahora las únicas intenciones de Rajoy en relación
a las pensiones pasan por, primero, conseguir aprobar sus presupuestos y luego,
cuando falte poco para las elecciones del 2020, lanzar una zanahoria a ver
cuántos vuelven a picar y se creen su nuevo embuste. La solución para el
problema de las pensiones pasan por dos puntos capitales: el primero afrontar
el problema demográfico que se nos viene encima en cosa de 10/15 años, cuando
los de la generación del baby boom nos jubilemos y falten trabajadores para
cubrir con sus impuestos las pensiones, y el segundo pasa por un aumento de
salario para los trabajadores que pueden así aportar más IRPF. El problema
demográfico puede paliarse con la inmigración que vamos a necesitar a medio
plazo, y además de las aportaciones vía IRPF a la Seguridad Social, debería
crearse un impuesto especial para asegurarnos que las pensiones quedan garantizadas
tal y como dicta la Constitución. Hablo del impuesto porque parece obvio que el
estado no está mucho por la labor de cumplir con sus obligaciones y, así, lograr
alcanzar el límite de déficit que sí que le exige Montoro al resto de
administraciones, que sí que han cumplido, por cierto, el pasado 2.017. No deja
de ser curioso que la administración más manirrota sea la del propio estado,
que no le pone coto a tanto despilfarro público y así, claro, ¿cómo va a haber
dinero para las pensiones si les pagamos a sus señorías, que viven en Madrid
porque están más cerca del congreso y del senado, los viajes y dietas porque se
han presentado como cuneros por otra provincia? Ya comprendo que alguno puede
decirme que esto es demagogia por mi parte; pero además de demagogia por mi
parte es, también, sintomático de por quién y cómo se ocupan sus señorías y a
quienes y como dejan tirados y tiradas con unas miserables pensiones. Primero
yo, luego yo y, si sobra algo, para mi también, parece rezar la filosofía de
esta administración. Y las deudas de tanto despilfarro y despelote, adivinad
quien las paga.
Le urge, y cada día más para poder centrarse en defenderse
de la creciente oposición de C´$ entre otras cosas como las ya expuestas en el
punto anterior, aprobar sus dichosos presupuestos. Quizá deba leerse también en
esa clave la reciente andanada contra los políticos catalanes a los que se ha
decretado prisión, para presionarlos y que elijan un candidato “adecuado” cuando en realidad adecuados son todos los
diputados que se presentaron a las elecciones; ¿ o es que ya se nos ha olvidado
cómo eran invitados los Puigdemont y Cia por los del PP, C´$ y P$OE, para que
se presentaran a una elecciones con el objeto de comprobar cuál era la respuesta
ciudadana a su propuesta de independencia? ¿Antes de las elecciones del 21-D,
que estaban muy seguros de ganar los españolistas porque encima la organizaron
ellos solitos, sí que los independentistas eran candidatos legales pero, una
vez ganaron estos las elecciones, ya no lo eran si se presentaban a President
de la Generalitat? Todos a la cárcel. Esa ha sido la respuesta del estado
español a quienes han ganado limpiamente unas elecciones. Sus elecciones. La
que convocaron desde Moncloa con todos los medios a su disposición y una
sobredosis de presupuesto para C´S que les inyectaron los del Ibex35.
Si alguno, o alguna, piensa que los catalanes nos vamos a
olvidar del 1-O, no puede haber nadie más errado. No por una cuestión de
rencor, que uno sus rencores se los administra para quien se lo merece, sino
por una cuestión de memoria, de decencia y de dignidad.
Disculpad si últimamente aparezco tan poco pero en mi
trabajo se ve que me tienen manía y me han promocionado, así que ahora tengo
más responsabilidades y menos tiempo libre, y vaya si se nota.
A más ver
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