Como bien dicen los entendidos de la cosa esa de los
zumbado, cada loco con su tema; y yo ando como loco con el mío, como es natural.
Despues de leerme La Casa II sobre los servicios de inteligencia españoles, ahora
me estoy leyendo el Plan ZEN (Especial Zona Norte) cuando el cargo de ministro
del Interior correspondía al Barrionuevo, amigo mucho amigo de Felipe González y muchos españoles ambos
dos, de esos tan españoles que representando la ley, el orden y el gobierno de
un país democrático (en la teoría), se saltaban la ley, el orden y traicionaban
el gobierno en un estado de derecho, cometiendo uno de los peores delitos que
se pueden cometer, sobre todo considerando su aparente democratización, como solo
pueden ser los llamados crímenes de estado: http://ia800207.us.archive.org/29/items/PlanZen_307/PlanZEN.pdf
Eran sí, los tiempos de los GAL. Aquellos que muchos socialistas que lo
vivieron como socialistas, ahora nos quieran hacer creer que tal cosa no existió;
o que la gente está hoy por otras causas o que, simple y llanamente, hablar de
eso es pura demagogia de los que pretenden cargarse la democracia y es un insulto
para los socialistas de buena fe. Hombre, muy buena fe, teniendo en un pedestal
y adorándolo como a una especie de oráculo, a ese sevillano aburguesado, amigo
de millonarios con fortunas sospechosas y que era, para todo el mundo menos
para los socialistas como es obvio, aquella famosa X de los GAL, muy buena fe,
pues no sé yo si tanta ¿qué quieres que te diga?
En dicho informe se abordan varias técnicas, entre otras
cosas, para debilitar, dividir y torturar a los terroristas, amén de usar a las
otras víctimas (madres, esposas e hijos esencialmente de los asesinados por
ETA) para sus intereses electoralitas y adoctrinar a los niños en el odio hacia
el mundo abertzale (¡ofrecían a los colegios que lo aceptasen visitas a los
cuarteles de la Guardia Civil, esos que hablan de adoctrinamiento en las
escuelas catalanas!). Hierve la sangre la calculada frialdad del autor o
autores del informe con la que describen, leyendo entre líneas, como acaban justificando
la tortura como un medio necesario para la obtención de información. Y el mejor
de los colofones al informe no puede ser otro que esa cantinela que se llegó a
repetir y convertir en una nueva oración crepuscular del Credo, aquello que
metieron en vena a vascos y navarros acerca de que, “…en ausencia de violencia,
en un estado democrático y de derecho se puede hablar de todo…”, la zanahoria
usada para atraer a los incautos y a los necesitados, por hartazgo del todo
natural, de cualquier cosa que pudiera significar aquel horror. Hoy, no sé aun
si afortunada o desgraciadamente, para bien o para mal, que esperemos sea
afortunadamente y para bien, con el tema catalán, hemos visto como eso de la
ausencia de violencia y hablar de todo, era una burda mentira más. ¿Alguien
puede decir que en las Diadas del 11-S desde el año 2.010 hasta la fecha,
hubiera habido el menor signo de violencia, unas manifestaciones caracterizadas
justamente por su ambiente festivo y familiar, al tiempo que reivindicativo? ¿Y
de qué ha estado el gobierno de ese país, tan aparentemente democrático y de
derecho, dispuesto a hablar con los catalanes?: de NADA. Ahora, tanto vascos
como catalanes, catalanes como vascos, sabemos perfectamente que nunca van a
hablar de todo ni con ni sin violencia; es más: sabemos que si a unos los metían
en la cárcel por matar, a los otros los meten igualmente en la cárcel, no por
matar como a los primeros, sino por defender la idea de una república reclamada
en todo momento de forma pacífica y abogando en cualquier caso por el dialogo,
llegando en contrapartida el estado español, a destinar a un juez prevaricador que
construyera una fabula en la que se pudiera conjurar la reclamación independentista
catalana, con la violencia, para así poder pedir la pena más alta por uno de
los peores crímenes contemplados en nuestro Código Penal, superior incluso que
el terrorismo. Ciertamente puede pensarse, a tenor de los errores evidentes
cometidos por los independentistas, que estos han subvalorado la fuerza del
estado español para reprimir y atacar a un enemigo; pero el estado español
igualmente ha subvalorado la capacidad de resistencia, de lucha, de iniciativa
y de claridad de ideas del pueblo catalán, determinados igualmente a no dar un
paso atrás. Hace…meses que leo y escucho a los de la prensa oficialista
española aquello de que el “procés” está muerto, porque de ven en cuando surgen
las obvias y naturales desavenencias entre tres partidos tan dispares en su
ideología como son PDeCAT, Esquerra y la CUP, a los que tan solo les une el
mismo objetivo o nexo común e irrenunciable: la República. Pero la prensa carpetovetónica
o bien pasan de puntillas o las justifican de las formas más rocambolescas
posibles las pifiadas del gobierno y sus mercenarios entogados, o rellenan el
tiempo que chupan de cámara y/o micrófono para insultar, mentir y continuar zahiriendo
al enemigo, sin la menor capacidad de autocritica, como si esta ante el
contencioso con Catalunya desatado por Rajoy y la Chuky, dicha autocritica
igualmente hubiera sido prohibida por Decreto ley. Todo lo cubre, lo tapa con
un mantón de manila rojigualda y adornado por piedras preciosas y borlas de
hilo de oro, la santificada unidad de la patria. Y con Rivera en Moncloa iba a
ser aun peor, no os quepa duda, porque para mantenerse en la cresta de la ola tendrá
una nueva guerra que emprender contra los próximos enemigos de la patria, esos
insolidarios del cupo y el concierto vasco, unos privilegios con el que
Albertito quiere terminar de un modo u otro como ya ha manifestado siempre que
ha tenido ocasión: ha tenido buenos maestros en Aznar y Rajoy, dispuestos a sacrificar
Catalunya para despertar el voto de los
españoles más iracundos y de los del espíritu patrio adormilado, que les darían
sus mayorías absolutas, amén de pillar fuera de juego a los socialistas en los
que provocarían las convenientes desavenencias internas que acabarían por
atomizar a los de la marchitada rosa. Rivera está dispuesto a seguir esa senda
y como no tiene de hecho representación parlamentaria en el País Vasco, nada
tiene que perder y sí mucho que ganar, si pasa a la historia, sobre todo a la
historia de los más fervorosos adoradores de la rojigualda, habiendo sido el
hombre que acabara con esos privilegiados que siguen siendo separatistas y anti
españoles; y si a alguien le cupiera alguna duda al respecto, ya se encargaría él
y su nueva joya, doña Inés, de despejarle todas las dudas con sus proclamas
populistas, maleables, oportunistas y falsarias. Y es que estos chicos tienen
la ventaja de la virginidad política, no han sufrido aun el desgaste del poder
y, por mi, ojalá nunca lo sufrieran porque eso iba a significar para el resto
mucho y de ese mucho, nada bueno sino todo lo contrario para nosotros, que es
lo que pasa cuando la paciencia del electorado llega a su fin por el plétora de
embustes, de traiciones y puñaladas traperas de aquellos en los que confiaron
su voto y puestas sus ilusiones y esperanzas. Pero hoy más que nunca el
gobernante de un país tan esclavo de una deuda tan impagable como injustificable
como el nuestro, se rige por un principio: o estáis conmigo o yo estoy contra
vosotros. O dicho de otro modo para los amigos de las palabas finas y nada
altisonantes: como diría aquel que llamaban Bambi: “el 135 os lo voy a meter
por el culo con aquí mi compi el Rajoy; así que, o compraros vaselina,
mantequilla o similar y os disponéis a gozarlo, o bien ya podéis prepararos
para el dolor. Pero qué vais a pillar por el ojete, fijo, vamos, y ya veréis que
chulo os queda el boquete”. Eso sí que fue alta traición. Eso sí que puede
considerarse sedición, porque un número reducido de personas decidieron cargarse
la soberanía de este país que emana del pueblo español, reformando la Constitución
en su art. 135 que ha cambiado y cuando no acabado con muchas de nuestras
vidas, sin haber sido el pueblo español, ese que tanto proclaman amar y
defender y dejarse la piel por él, ni informado ni consultado sometiendo dicha
reforma a referéndum. Hombre, a menos que luzcáis una hermosa calva en la
sesera como uno que yo se me por los efectos de la quimio, un poco el pelo
parece que sí que os lo han tomado en este como en tantos y tantos casos, que
dan para rellenar la biblioteca nacional.
Y es que a veces, algunas veces, para comprender el presente
hay que volver un instante la vista atrás, porque y como bien reza el dicho:
quien no aprende de la historia está condenado a repetirla.
A más ver
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