Madrid. Ante todo, Madrid. Madrid como epicentro, ombligo,
miga, eje, centro y médula del mundo político pepero. Escucha, sobre todo, por
favor, Madrid. Que no se pierda Madrid. Intentar adivinar a quien prefiere
Mariano en la presidencia madrileña, es una ardua tarea. No creo que a estas
alturas lo tenga claro ni él; pero el combate entre la Chuky y la Cospedal,
promete. Una manda en el partido; la otra en el gobierno. Tampoco estaría yo
muy seguro de que, nombrase a quien nombrase candidata a presidenta de la
comunidad madrileña, lo haga en clave de sucesión o relevo en la presidencia
del partido. Son muchos factores y muchas las variables que inciden. La
Cospedal cuenta con el apoyo de las baronías y de la masa del partido; la Chuky
se ha mostrado como una aliada fiel a Rajoy, su confianza en ella incluso
motivó que la enviase a sustituirlo en un debate en TV, y la ha puesto además
al mando de las operaciones en Catalunya, por ejemplo. Pero todo el aparente
virtuosismo de la vallisoletana y sus ganas de hacerse con la presidencia de la
comunidad madrileña, contrasta con su nula experiencia como gestora al frente
de una comunidad, o sus aportaciones en mítines en plena campaña, factores en
los que la Cospedal le gana de calle, después de su paso por la presidencia de
Castilla-La Mancha. La foto del desencuentro anunciado se ha hecho tan viral,
que incluso prácticamente todos los periódicos la llevan en portada al día
siguiente de la fiesta de la comunidad madrileña. Es la foto del “yanotajunto”,
del “!es la guerra¡”, de “la que mas pueda, bonita”. La silla vacía, que
finalmente ocupó el meritorio Ángel Garrido, que hará las veces de presidente
provisional hasta las elecciones, estaba destinada a la Cifuentes, actualmente
en Salzburgo, “descansando” y reponiéndose, imagino, del soponcio y el vértigo
de estos días, en los que ha sido la diana de todo un país que vive como
necesitando disparar a alguien todo su arsenal destructivo. En el PP ya han
hecho las cuentas y les salen que unas 800 personas, aproximadamente, perderían
sus cargos, sus ocupaciones, sueldos y mamandurrias, si se perdiera Madrid, un
lujo excesivo para un Rajoy cada día más sobrepasado por los acontecimientos,
victima primigenia de sí misma, sus complejos y cortedad política. No son los
800, ese no es el problema, sino Madrid como plaza simbólica del poder
castellano ante la periferia. Sea como fuere todos recordamos, unos más que
otros con memoria muy selectiva, aquella aberración inmoral política del
Tamayazo y la rastrera forma en que el PP usurpó al PSOE la presidencia de la
comunidad. Desde entonces, 1.995 hasta la fecha, se han ido sucediendo, en 23
años de gobierno pepero, presidentes en esa comunidad que, o bien han acabado
en la cárcel, o han salido por la puerta de servicio, de noche y como a
hurtadillas, por los escándalos que les acompañaban. El único presidente
autonómico presente en la celebración institucional, curiosamente, fue un
socialista que, por momentos, parece más del PP que el propio Rajoy, Joaquín
Leguina, ese jubilado que encuentra su divertimento especial acudiendo al plató
de la Conferencia Episcopal, para poner a parir a todo bicho viviente, sobre
todo que huela a rojo, junto a su amigo Corcuera, aquel ex ministro socialista
que se encumbró a los altares con su famosa patada en la puerta, espejo
refulgente de sus tics represivos; del resto de presidentes, ni rastro: Ruiz
Gallardón, Esperanza Aguirre, Ignacio González, Cristina Cifuentes, todos han
acabado pringados de mugre y roña corrupta, hasta las cejas. Esa inopia
voluntaria en la que viven algunos políticos, llevó a Ángel Garrido a afirmar
en su discurso institucional, que las ausencias se debían a “vaivenes y cambios
coyunturales”; aunque, para él, el acto que presidió ayer era “una muestra de la
estabilidad de las instituciones”. ¿Qué si el cerdo tiene mucho morro? Pues
mira estos del PP. Apeló a la resistencia y los valores del 2 de Mayo; pero el
2 de mayo de 1.808 Madrid resistió y se levantó ante el invasor francés, un
poder foráneo que perseguía la ocupación; aunque ahora, y a diferencia de
antes, el invasor que ha corroído el poder en Madrid en los últimos años
contaminando radioactivamente a toda la comunidad, no ha sido precisamente
foráneo, sino interno. Hacer un llamamiento a “resistir” esta “adversidad”, es
lo mismo que no reconocer la realidad, ergo no resolverla sino esperar que se
resuelva sola, desgastándose y diluyéndose la polémica con el tiempo, como fiel
reflejo freudiano del alma rajoniana.
Conoceréis, imagino, aunque solo sea por referencias, al
señor Murphy, ¿verdad? pues esperad a conocer al señor Rivera, pirómano
político de altos vuelos con ínfulas de Nerón postmodernista, llamado por el
Ibex35 y los poderes facticos del régimen, a sustituir con su partido al
desgastado PP como representante de… ¿la derecha?; pues no sé, porque en la
derecha también está el P$OE bien acomodado, así que andan los naranjas más a
la derecha todavía, más incluso que el mismo PP, sobre todo a la hora de sacar
el pecho lata de español, de ese español que nunca ha transigido ni lo hará,
con el “cuento” ese de un estado plurinacional y plurilingüe. Vaya, eres
socialista y te ha molestado que lo sitúe a la derecha. Pero hombre, detrás de
todos los disfraces, o por dentro de ellos si se prefiere, detrás de toda la
vana y hueca palabrería, las demostraciones del apego y amor fraternal del P$OE
a las políticas económicas de derechas, han sido y son más que manifiestas y
es, en buena medida, una de las causas de la caída y, ahora mismo,
distanciamiento de cualquier cosa que pudiera sonar a recuperar el gobierno de
la nación. Pedro Sánchez, desde su reaparición como secretario general del
partido, ni ha sonado en ningún momento ni sonará como alternativa a Rajoy,
porque han comprado su docilidad y sumisión y, si acaso llegara a sonar, no
temáis que no va a llevar a cabo ninguna revolución, ni regeneración política
ni esas chuminadas que tanto les gusta decir a algunos y a otros escuchar, pero
que acaban traduciéndose en nada.
Añádale a este potaje una cucharadita de impresión extra, la
impresión, en este caso muy personal, de que el ciudadano Pablo Iglesias se ha
acomodado y vive muy bien en su irrelevancia política, una irrelevancia desde
donde le crecen los enanos amenazándole con una patada en sus republicanas
posaderas, y que lo mantiene muy ocupado en mantener el control antes de que se
le rebele el gallinero definitivamente. Da la impresión de la izquierda
política de este país vive como atemorizada, acomplejada y amilanada ante la
soflama de la caverna mediática de tildar de antisistema, de peligro público a
todo aquel que se queje, que convoque manifestaciones y protestas, que se haga
notar demasiado.
Nos ha salido un condumio de lo más indigesto. Algunos, por
cierto, deberían aclararse un poco porque nos tenéis a los catalanes en un sin
vivir: ¿al final, qué somos los catalanes, bolcheviques, nazis, masones,
judíos, lentejos, macarronos? Seguid perseverando en tragaros la desinformación
toxica sobre Catalunya, que nada cambiará una realidad: todas las asociaciones
de padres y madres de alumnos de Catalunya, de derecha a izquierda, el mundo
docente en su conjunto con todo tipo de ideología política, defiende y no
quiere que se modifique el modelo de enseñanza en Catalunya. En serio: debería
preocuparos más como es que a unos chicos que tienen una bronca en un bar, a
altas horas de la noche, con unos guardias civiles de paisano y fuera de
servicio, son detenidos por la Guardia Civil, interrogados por la Guardia Civil
y van a ser juzgados por una jueza, Concepción Espejel, casada con un Guardia
Civil y premiada por la Guardia Civil, a los que acusan de terrorismo, sin
dejarle presentar testimonios de la defensa y llamando al Spielberg para
elaborar el relato del estado de terror en el que viven y no han denunciado
hasta ahora.
A más ver
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