¿Y quién os ha dicho a vosotros que
el último post, era el último post? Es que no quiero irme a ningún sitio, sin
antes agradecerles los esfuerzos a los interesados en fomentar inquinas, y para
desmentir que en Catalunya los independentistas hayan prohibido el gazpacho,
como le encantaría proclamar a los cuatro vientos a algunos y algunas. Tampoco
se ha prohibido el cocidito madrileño, aunque ahora ni sea la época, ni los
Mossos van persiguiendo a las señoras que salen de los mercados con morcilla de
Burgos, chorizo de León o naranjas de Valencia. Quien desea hablar, cantar,
escribir, pensar, chillar y/o cagar en castellano, inglés, francés, alemán,
ruso o mandarín, puede hacerlo con entera libertad, como igualmente puede
picarte un mosquito seas de donde seas, pagues más o pagues menos impuestos,
porque eso lo deciden los señores y señoras mosquitos y mosquitas, no los
catalanes. Yo soy andaluz afincado en Catalunya, como la Arrimadas; y no me
siento discriminado como dice sentirse ella, que no sé que ambientes
frecuentará para que la gente la discrimine. Uso indistintamente el castellano
y el catalán, el inglés y el portugués por razones profesionales, y nadie me
insulta, ni me escupe, ni me tiran piedras, ni me miran mal ni me discrimina
por usar uno u otro. Bueno, sí que es verdad que hago una cosa, llámalo
travesura: si se dirige a mi algún miembro de las fuerzas de seguridad, les
empiezo hablando en catalán, y si no me sigue, entonces le hablo en castellano.
Pero en ningún caso ni me mosqueo, ni me enfado ni dejo de hablarle a alguien
porque me hable en castellano, como no dejo de comer con alguien porque elija
la paella. Ya sé que es frustrante para algunos, pero no, no se discrimina a
nadie porque no sea del Barça ni porque no sepa cantar Els Segadors. Y sí, es
cierto: yo fui a la escuela en Catalunya y me aleccionaron bien, pero a base de
bien: a base de palos me tuve que aprender el catecismo, los nombres de los 12 apóstoles
y la historia increíble de ese Superman que mataron por revolucionario y no, no
me lo inculcaron precisamente en catalán, porque entonces el catalán estaba
prohibido. Lo siento, de verdad que lo siento, por aquellos y aquellas que
dicen que se sienten ofendidos por un lacito. Que gente más susceptible, más
quisquillosa y más intolerante, como si el lacito les pidiera para comer, les
quitara el sol o se bebiera su cerveza. Así que mis apreciados amargados y
resentidos, lo siento mucho por ustedes, pero yo no veo lo que dicen ver
ustedes, ni escucho lo que dicen escuchar ustedes, ni tampoco percibo que se
les violen sus derechos porque, de ser así, ni se les escucharía. Lo que sí que
veo es a gente quejarse porque sí que se les viola el derecho a decidir si
quieren seguir siendo súbditos de un rey o vivir sin monarquía. Pero no nos
pongamos melodramáticos, que ahora viene el fresquito después de la ola de
calor, y hay que disfrutarlo.
El 19 de septiembre de 1.771 y con el
objetivo de condecorar y distinguir a aquellas personas que se hubiesen
destacado especialmente por sus buenas acciones en beneficio de España y de su
corona, el rey Carlos III estableció la Real y Distinguida Orden Española de
Carlos III, con el lema Virtuti et mérito.
Medallita otorgada a personas, menos mal que no a vírgenes, por sus, repito:
buenas acciones en beneficio de España y de su corona. Los únicos requisitos
indispensables eran ser personas beneméritas( que merecen premio o distinción)
y, obviamente, afectas a su majestad. Se crearon dos clases de medalla: la de Las Grandes Cruces y las Pensionadas (con paga incluida), siendo
el rey en cualquier caso el que establecía cual de ellas le era otorgada a la
persona beneficiada. El propio Carlos III destinó de su propio fondo un millón
y medio de reales, cantidad que se fue haciendo insuficiente por lo que se fue
substrayendo de otras medallas y condecoraciones que no eran cubiertas. Un
amigo me ha pasado un link del BOE https://www.boe.es/boe/dias/2018/08/04/index.php?d=188&s=3
que como veis tiene fecha del pasado día 4 del presente, del sábado sabadete
pasado mismo, de lo más interesante, con la lista de las personas premiadas con
dicha cruz, por nuestro flamante Felipito uve palito Tacatúm. Una lista con 12
nombres de 12 personas, sin duda muy distinguidas; distinguidas entre otras
cosas por ser las personas que formaban parte del ultimo gobierno de Rajoy,
quien sin embargo no aparece como beneficiario (¿será porque es republicano?
No: porque lo echaron de la presidencia del gobierno, y eso es una mancha).
Están todos en esa lista: la Chuky, el Dastís, la Cospedal, el Catalá…
naturalmente que ignoro que clase de servicios creerá Felipe que han realizado
esas…personas, dignos de ser distinguidos con tan alta distinción, pero estoy
convencido de que diferirá de la opinión de la mayoría de españoles que han
sufrido sus políticas, sus mentiras y sus corruptelas sistémicas en el partido
y el gobierno, un gobierno sancionado y multado por sus incumplimientos
continuados por y con Europa, que recientemente nos ha llevado a unas cotas
insospechadas de ridiculez y de esperpento en materia judicial, por ejemplo,
con el caso Llarena. Ignoro si además esas condecoraciones conllevan una
paguita, paguita que en cualquier caso vamos a pagar nosotros, no este rey,
porque hasta este sátrapa vive y no vive nada mal del sudor, sacrificio y
expolio ajeno: del nuestro. Al final todo es de lo más natural en este país,
porque esto de auto dedicarse méritos y virtudes es tan nuestro, como no
reconocer los errores, no disculparse y nunca, pero nunca, pedir perdón. A fin
de cuentas ¿a quien puede extrañar que la misma mafia se dedique a repartirse
entre ellos elogios, besos, sobres, parabienes, joyas, territorios y abrazos
con toda, absolutamente toda la naturalidad del mundo? La mafia…¡ay, mamma mía,
la mafia! No viene mucho al caso, o sí; pero aquella mafia que la mayoría
tenemos en mente por las pelis como El Padrino, aquella mafia ha desaparecido
progresivamente del espectro delincuencial común, a partir del maxi-proceso que
se hizo en Palermo en 1.986 y, sobre todo, con la posterior detención del Capo
de los Corleonessi, Toto Riina, un auténtico hijo de la gran puta de mucho
cuidado apodado La Bestia, fallecido
finalmente en la prisión de Parma el año pasado, de cáncer, a los 87 años de
edad. Aquella mafia ahora se ha mimetizado con la sociedad y ya no está
interesada en los negocios de antes: drogas, juegos, prostitución…ahora están
en el sector inmobiliario, petrolífero, armamentístico, con sus negocios
“legales”, cotizando en bolsa sus empresa, dedicados a las firmas de grandes
grupos de inversión, multinacionales…se han hecho invisibles; aunque han dejado
como legado, en su metamorfosis, una praxis que es copiada fidedignamente por
algunos estados, como el español. Aquella antigua mafia sufrió un severo revés
en aquel maxi-proceso de 1.986, gracias a hombres como Tommaso Buscetta, un
Capo arrepentido que declaró en contra de los que un día fueron sus amigos,
porque se sintió traicionado por estos, ya que asesinaron a su familia en las
sempiternas luchas por el poder, rompiendo así el juramento de honor no escrito
de la antigua mafia, de respetar a las familias. El día que tengamos nosotros
también nuestro Tommaso Buscetta, quizá, y solo quizá, veremos caer este
régimen político podrido por la corrupción que
todo lo abarca, que tiene engañada a tanta gente con sus aparentes
bondades para con el pueblo, de la misma forma que aquella mafia tenía engañada
a la gente haciéndoles creer que ellos eran los buenos y los otros, claro, lo
malos.
Y esta es la España que tenemos,
señoras y señores. No hay otra como esta; y más vale que no la haya, porque nos
quitan entonces aquello que nos distingue entre el resto. Se acabaría el
embrujo, la magia, el duende y el
hechizo de ese Sapin is diferente,
que nos hace tan únicos en el mundo. Solo aquí, a un español, cuando es parado,
por ejemplo, por la guardia civil o similar porque se ha cambiado de carril
pisando una raya continua, se le ocurre preguntarle al agente en tono de
reproche si es que acaso la había roto, o qué. O como solo aquí, en uno de
nuestros trenes, se le ocurre al viajero poner los pies en el asiento que tiene
enfrente y, si es recriminado por el revisor con el :…” muy bonito hombre, ¿en
su casa hace usted lo mismo?”, solo al español, se le ocurre replicarle que si
él en su casa también pica billetes. Porque para chulos, los españoles, claro:
con un par. Una vez metida la pata ¿para qué retirarla?: metemos las dos y nos
creemos que estamos recibiendo un baño de pies milagroso en Lourdes. Por cierto
¿habéis ido alguna vez a Lourdes? Yo no, porque con lo que gano solo me llega
para ir al Mercadona ese. Pero no me quejo, que luego la gente te critica
porque se cree que te pasas la vida criticándolo todo por vicio, porque si no
criticas te mueres, o algo así chungo. Por cierto, para aquellos que ahora
están descubriendo, o redescubriendo, el significado de la palabra chungo ¿acaso
se han creído alguna vez que los chunguitos eran buenos? Ahí lo dejo. A mi me
sonaba a algo así como los
conguitos…pero creo que iban de otro palo. Ah, que no se me olvide antes de
cerrar: Guerra, Alfonso, eres un gandul, un vividor y un facha de mierda. Ya sé
que no viene a cuento; pero tenía ganas de decirlo, y no me iba a quedar con
las ganas porque, total: voy a cobrar lo mismo.
A más ver.
ME PARECE TODO MUY NORMAL
ResponderEliminarbrilliant as usual.
ResponderEliminar