Nuestro nuevo, flamante y rutilante presidente del gobierno
de la nación española, le ha pedido al President de la Generalitat Quim Torra
que se olvide del 1-O. hombre, digo yo que, ya de paso, podemos olvidarnos que
tenemos presos políticos secuestrados en las cárceles españolas bajo
acusaciones falsas, por parte de un sistema judicial con algunos elementos fascistas
que sostienen acusaciones sin pruebas; o podemos olvidarnos, también, de todos
los años que llevamos saliendo a la calle cada 11-S pidiendo que se atiendan
nuestras reivindicaciones; o, ya puestos, podemos olvidarnos de esas
reivindicaciones e incluso podemos olvidarnos de que somos catalanes, ¿no?
Pedro, Pedrito, Pedrete… ¿verdad que te parece un disparate, todo un desatino
eso de reclamar el derecho a la autodeterminación? Pues la petición de que nos
olvidemos del 1-O, supera con creces esos niveles de despropósito que pueda
parecer la reivindicación del derecho a la independencia. Nadie va a olvidar el
1-O. Es más: antes de que se termine esta legislatura, dentro de un par de años
aproximadamente, deberíamos forzar otro 1-O, otro referéndum. Y es que por lo
visto anda quejicosa la prensa capitalina porque, dicen, a pesar del buen
talante aparente del presidente socialista, los catalanes no ceden en sus
reivindicaciones. Claro que no: ni un paso atrás en la reivindicación de la
república catalana y del derecho a decidir. ¿Cómo pretende que nos olvidemos,
de la noche a la mañana y porque sí, del 1-O y todo lo que ha supuesto esa fecha
para los catalanes? Que nos olvidemos para avanzar, dice. Ya he dicho muchas
veces que solo hay una fórmula para avanzar en el espinoso conflicto que
mantiene el estado español con Catalunya; solo una: la del reconocimiento del
derecho a decidir. Uno ha dicho en todo momento y obviamente lo mantengo, que
no espero nada, ni lo más mínimo, de este gobierno socialista que ha tomado el
poder para hacer propaganda de sí mismo, con los presupuestos cogidos de la
otra banda criminal, de cara a las próximas generales. Lo que uno se esperaba,
en todo caso, es que Pedro no fuera tan torpe como su predecesor, de modo que
cuando abra la boca no sea para crear más independentistas, que era una
especialidad del Rajoy y su pandilla. Que yo por mi encantado si sus torpezas
suman adeptos a la causa, entiéndaseme, tan solo quería darle el beneficio de
esa duda, ser positivo y pensar que, peor que Rajoy, sería difícil llevar este
asunto por parte de Pedro; pero si empieza a decir majaderías como esa de que
nos olvidemos del 1-O, caminará por la misma senda que el molusco pontevedrés. Después
parece ser que alguien le ha dicho que, Pedrito, hijo, te has pasado seis
pueblos, ha rectificado y matizado que, a lo que se refería que había que
olvidarse, era a la vía de DUI, la vía de la unilateralidad. Me parece genial;
¿pactamos un referéndum?
Politiqueos de baratillo al margen, sabréis que Pedro
Morenés, que está en la lista de ceses pendientes, aquel traficante de armas
que interrumpió sus negocios armamentísticos para ser ministro, que Rajoy acabó
enviando de embajador a los EEUU para que pueda seguir haciendo negocio con las
armas (Cospedal anunció no en vano en su día la inversión de 10 mil millones en
armamento que él se ha ido a gestionar), ayer la lió parda insultando a Quim
Torra en un acto en Washington, el Folklife Festival, que contaba este año con
la delegaciones de Armenia y Catalunya como invitadas, acto al que acudió
Morenés con un discurso preparado de 10 folios y que era todo una perorata en
contra del independentismo catalán, y más concretamente sobre Quim Torra, al
que acusó de mentiroso por hacer mención a las medidas represoras del estado
español contra Catalunya. Todo esto el día que el Supremo ratifica las
acusaciones de rebelión y malversación de fondos públicos que pesan sobre los
rehenes políticos del Llarena, que comportaran la perdida de los cargos públicos
de los miembros del ex Govern de la Generalitat, ahora en prisión o el exilio.
Nada nuevo ni nada que no fuera previsible, porque lo que yo espero, por parte
de la justicia española y en relación a este caso, es una sentencia
condenatoria con las penas máximas impuestas a los acusados, sentencia que ya
deben estar redactando a la vista de las prisas con las que pretenden
ventilarse al asunto: en septiembre/octubre el juicio y el fallo, antes de
navidad. La cohorte fascistoide de la judicatura española quiere una sentencia
ejemplarizante, como aviso a navegantes, nada que tenga que ver con un juicio
justo en el que se valoren las pruebas y testimonios de la defensa, porque ya
se sentaran en el banquillo desde el primer día los acusados, con la sentencia
preparada de antemano. Así lo pienso y así lo digo, porque si algo nos ha
demostrado la justicia de este país, es lo podrida que está. En España, que se
hacen encuestas hasta para saber si vamos al wáter con el móvil ¿dónde están en
los últimos tiempos las encuestas sobre la justicia de este país?: en el mismo
cajón que las encuestas sobre la monarquía, imagino, otra institución que hiede
y hace aguas, pero de esas aguas fecales asquerosas. Porque no hay que olvidar
que mientras Trump estaba separando de forma criminal a cuatro mil hijos de sus
padres, el rey castellano se dedicaba a estrecharle la mano y reírle las
gracias y ocurrencias de ese subnormal y a decirle, con todo su cinismo, que
EEUU y España estaban hermanadas por la palabra democracia. Yo no soy violento;
pero que guantá que tienen algunos.
Andaba yo estos días barruntando sobre esa especie de
síndrome de abstinencia de Rajoy que padecemos algunos, sobre todo los que
llevamos más de una década denunciándolo, y que su retirada de la política nos
ha dejado como huérfanos de las vicisitudes de semejante elemento. Hay que
fijar un nuevo objetivo, por elevación, sin miedo al mareo, alguien que pueda
simbolizar perfectamente esa alma máter del hediondo y mefítico Régimen del 78, régimen que ha estado dando
cobijo, medallitas y cargos desde antiguos criminales fascistas a sus hijos políticos,
sin desmerecer ni un ápice la injerencia e influencia consentida en los asuntos
de estado, de una institución tan singular y maquiavélica como solo lo es el
Opus Dei, a través de los ministros, diputados, alcaldes, presidencia del
congreso, juzgados y tribunales, senadores, gobernadores civiles y demás cargos
que van copando discretamente. Así pues, con el objetivo fijado, ahora nos
dedicaremos a asistir al enésimo vergonzoso show televisivo de los niños
robados durante el tardo franquismo por monjas, doctores y otros elementos que
iremos descubriendo. Y me pregunto: ¿que vas a hacerle a un hombre de 85 años,
sea lo que sea que haya hecho hace 40 años? No tendrá vida para pagarlo con
cárcel, probablemente, así que en ese aspecto se llega tarde. Como
contrapartida está bien, en principio, porque luego vienen las inevitables preguntas,
que los hijos sepan quiénes son sus verdaderos padres. No es una situación emocionalmente
fácil para nadie, que evidentemente tampoco se va a obtener ninguna restitución
material que se parezca a restituir toda una vida robada. Nadie lo posee porque
no hay nada con lo que se pueda devolver eso. Así que qué menos que los
culpables sean condenados y se imponga la verdad de las cosas, ya que la
justicia llega tarde.
Me quedaban un par de neuronas por ahí apalancadas, pero con
este calor deben haberse quedado como un par de huevos fritos, porque encima
como estoy calvo rollo bola de billar, las tenía en la sartén, directamente. A
ver si lo arreglo eso de los huevos con unas patatas fritas, un choricillo
gallego y una cervecita fresquita.
A más ver
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