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martes, 5 de junio de 2018

IMPERIO EN MI MENOR



Aprovecharemos esta especie de impase, de composición de los gobiernos central y catalán, para hacer una reflexión que vaya más allá de las disquisiciones acerca del nombramiento de Josep Borrell como ministro de exteriores, que viene a corroborar mi primera impresión sobre Pedro Sánchez y que este no va a solucionar el tema catalán. Entre otras cosas porque Borrell es la antítesis del dialogo y porque una vez se suelta, con cámaras, ante una multitud de gente y rodeado de banderas españolas, se crece y se crece y se vuelve hasta faltón, en lo personal, contra un hombre como Oriol Junqueras, que es la personificación del santurrón de turno al que es más fácil verlo intentar convencerte o ceder, antes que llegar al conflicto o la discusión y que, como les gusta a los españolitas, ha dado la cara desde el primer momento y no ha huido a ninguna parte, un Borrell que deberá explicar a la sociedad catalana en que consiste para él eso de “desinfectar” las heridas de la sociedad catalana, que uno ya se teme lo que quería decir por mucho que mañana diga que se le malinterpretó, que es el recurso manido de siempre de los bocachanclas.   

Hoy día la gente de este país disfruta de un caudal de información sin parangón en comparación con las generaciones predecesoras. Hoy una persona de 18 años tiene más noticias  al alcance de su mano, que toda la información que hayan podido tener sus padres durante toda su vida. El problema viene cuando tiene que elegir la información y a cual le da más veracidad y a cual no, llegando al punto en algunos casos de hacerse consumidor de determinada información de determinados medios, que le hacen consumir un determinado producto, un determinado relato que lo convierte en exclusivista sin atender a nada más, con lo que llegamos al oyente que oye pero no escucha. Esto se ve reflejado, y mucho, en todas o casi todas las tertulias, por ejemplo, donde independientemente de lo que diga el oponente cada cual va a soltar su discurso sin atender a otros razonamientos, como si todos estuvieran en posesión de la Verdad Absoluta de las cosas y los relatos o argumentos ajenos deban obviarse, despreciarse, ningunearse o criminalizarlos directamente. Un ejemplo muy simple: vemos como para C´S la situación política creada solo puede tener solución a través de las urnas, que hable la gente, dicen, convocando elecciones. Una solución, la de las urnas, que sin embargo niegan para el conflicto catalán negándoles primero una mera consulta y posteriormente un referéndum, ni pactado ni sin pactar, que en ningún caso en nuestro ordenamiento judicial obliga a que este fuera vinculante. Pero ojalá ese fuese el único problema, porque desgraciadamente lo es como consecuencia de otros más graves, que nacen hace 4 décadas con la instauración del Régimen del 78 y sus profundos déficits democráticos que estamos pagando hoy día. Yo no me creo que la gente en España sea tan tonta como para no saber lo que pasa. ¿Y porque votan sistemáticamente a gente que sabe que le está mintiendo? ¿Es que acaso la gente es tan tonta que le gustan las mentiras?: no. La gente sabe la verdad, pero no quiere oírla porque sabe, o eso se cree, que no puede hacer nada por remediarla. Prefieren no pasar por la angustia de saber que no tienen la fuerza de voluntad para cambiar las cosas, y para evitarse esa angustia siempre es mucho más efectiva la mentira. Esto vendría a ser una explicación de lo que ha estado ocurriendo en este país hasta hace poquito, donde se han empezado a ver algunas modificaciones que pueden tener un calado profundo en función de la perseverancia de la gente. Me estoy refiriendo, más concretamente, a las manifestaciones de los pensionistas y a las manifestaciones feministas, porque parece ser que la gente empieza a aprender a escoger la información por un lado, y a estar cansada por otro lado de que sus problemas no solo no se solucionen, sino que se vean agravados con el tiempo por la toma de decisiones de nuestros políticos, sobre todo y evidentemente las que conllevan un peso antisocial considerable. Ahora el siguiente estadio al que deberían llegar, en mi opinión, es al de ser perseverantes en sus reivindicaciones, no conformarse con las viejas mentiras y promesas y no cejar en el empeño hasta ver realidades, hechos, que como dice el rico refranero español, son amores más que buenas razones.
                                                                        

El nuevo gobierno socialista de Pedro Sánchez, si hay algo que tiene fácil, es la auto exculpación de verse atado de pies y manos porque, por el bien de España y de la actividad política “normalizada”, van a gobernar con unos presupuestos que no son los suyos, ergo no es suya la culpa si no pueden hacer las políticas sociales que les gustaría. ¿Pero esa es la verdad, o solo ha sido una fórmula para cambiar de gobierno sin cambiar de política, y de paso salvar así al bipartidismo imperante de la quema que se avecinaba? Hasta el propio Ávalos se quejaba de las prisas que les ha metido la presidenta del congreso en la tramitación de moción, y las propias prisas que se ha dado la presidenta en el nombramiento del nuevo presidente, en una misma sesión, dos por uno: destituido uno, nombrado el otro sin el previo y preceptivo discurso programático   siquiera, porque el discurso de Pedro fue una broma, nada que ver con un discurso programático de legislatura. Vale: mini legislatura. Un mero y puro trámite. De entrada parece ser que va a ser un Pedro muy “camaleónico”, capaz de echar a Rajoy en una moción de censura hoy, y al día siguiente negociar con el PP de Badalona para destituir juntos vía moción de censura, PP y PSC, a la alcaldesa de Badalona en Comú, que no quiso pagarle al Albiol por no asistir a los plenos. Hechos son amores… ¿habrá tomado buena nota Pablo? Y eso que la prensa del régimen desde el minuto uno le ha advertido a Pedro de que quienes le iban a traicionar mañana, serán los que le apoyan hoy, tal como les ha pasado a ellos con el PNV y en menor medida pero también con el Rivera, por retirarle el apoyo parlamentario por una sentencia en la que ni se condena a Rajoy, ni al PP ni a la corrupción, sino simplemente,  según naturalmente el relato del PP, a unas personas que hacían cosas, versus nuestra ínclita Cospedal, ahora ya venida a menos afortunadamente para todos y todas, que nos evitará sus bochornosas visitas oficiales con peineta incluida.

El mal endémico que padece este país es el de no aceptar por parte de algunos sustratos sociales, que ya no es un imperio, sino que forma parte de otro imperio, el europeo capitaneado por Alemania, recién creado y al que debe sometimiento, con la consiguiente pérdida de soberanía. Ya la ha perdido en el terreno económico, que es lo primero que ha globalizado el nuevo imperio; al que se resisten sustratos del poder como el judicial, como hemos visto en el caso catalán, con un juez español exigiendo respeto a las decisiones de un poder del estado español, obviando que el derecho europeo prevalece a cualquier constitución y legalidad de cualquier país miembro del nuevo imperio; y nos pasa incluso con la ONU, de la que formamos parte pero sin cumplir con nuestras obligaciones como miembros, avisados como estamos y vueltos a avisar de que, por ejemplo, nuestra Ley de Amnistía del 78 contraviene los preceptos de la ONU en su lucha contra los crímenes de lesa humanidad y debe ser, consiguientemente, reformada. Se mire como se mire es del todo punto injustificable que un personaje como Juan Ángel González-Pacheco, alias Billy el Niño, tenga una medalla al merito policial, siendo como es un criminal y un torturador perseguido por la justicia internacional y protegido por la española. Pero en lo económico vamos a ser de lo más dóciles, con este nuevo gobierno socialista también, a todo lo que se nos dicte desde Bruselas, sin importar las repercusiones a nivel social que pueda conllevar la lucha contra el déficit y el control del gasto publico. De hecho fue el gobierno socialista de Zapatero quien cedió ese trocito de soberanía con su reforma del art. 135 que tanto daño ha hecho, hace y seguirá haciendo a las capas más desfavorecidas, sobre todo; llegando incluso a mermar gravemente a las clases medias y abriendo un brecha cada vez mayor entre los más y menos pudientes, que tiene su primer y más fiel exponente en la precariedad laboral y los salarios tercermundistas, curiosamente en un país que presume, desde hace años, de ser el que más crece en Europa, como nos ha estado vendiendo el cuento Rajoy y toda su pléyade estos últimos años.  
                                                                           
                                                                             
Ahora que están de oferta, adopta un ministro-a, asesor-a, director-a general, subdirector-a, secretario-a, subsecretario-a del PP, pobrecitos ellos que algunos, como el ministro de economía, por unos meses de gestión ahora van a tener que esperarse ¡2 años! para poder optar a la empresa privada. ¿No te da lástima?

A más ver   











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