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sábado, 9 de junio de 2018

LOS PRIMAVERA




Pues mira, sí: me he tomado yo mi tiempo también para mis cosas; esencialmente mis oncólogos-as, enfermeras, compañer@s pacientes de quimio y fatigas y todo lo que acompaña a todo eso, que no es poco. Y me lo he tomado porque, hombre, ya está bien, es un poco cansina la cosa y, además, ¿quién se va a creer que la tierra es redonda?, ¡menuda guasa! Pues por eso mismo: ¿quién se va a creer que este gobierno es socialista? Yo es que si no veo la bandera republicana ondeando en los balcones de la casa real esa ¿entiendes lo que te quiero desí? Bueno va, en serio: si alguien espera de este P$OE un gobierno socialista, puede hacerlo, naturalmente, y puede seguir creyendo y justificándolo todo por las “silicutansias políticas”, por tener que gobernar en estas condiciones, con ese presupuesto de la derecha para que España, al menos, tenga unos presupuestos; aunque la realidad es que, lo que conocemos el vulgo como socialismo, y estos presupuestos, son incompatibles, son como la noche y el día, como el agua y el aceite, como el trabajo y la monarquía, como la honradez y la Conferencia Episcopal o como la decencia y el Opus Dei, si te gusta más: no acaban de ligar, de emulsionarse como la harina y los huevos cuando vas a hacer crema pastelera. ¿No veis acaso la clase de sociedad en la que nos hemos convertido, que antepone unos números, unos dígitos en unos presupuestos, a intentar paliar las graves condiciones en la que mal viven las personas? Guardo en mi baúl de los recuerdos, por ejemplo, la imagen de Rajoy vanagloriándose, todo orgulloso él, que había conseguido recortar la partida presupuestaria para los enfermos dependientes, como si eso fuese una inusitada y hábil estrategia política digna de un encumbrado estadista. Después, eso sí, no desaprovechamos la primera ocasión que tenemos para escaquearnos de nuestras obligaciones, sobre todo cuando la cajera se equivoca y nos da dinero de más en el cambio. ¿Y cómo no va a ser así, si estamos viendo como nuestros prohombres y próceres féminas de nuestra “honorabilisima” casta política, tienen el cinismo de salir por la tele después de haber sido condenados por corrupción, para decirnos que ni han sido condenados, ni mucho menos por corrupción, y que los jueces se equivocan, no sentencian, que solo argumentan, etc.? Ese es el ejemplo que dan, como el otro, el tipejo aquel del “Lo siento mucho, me he equivocado, no volverá a ocurrir”; y a otra cosa, mariposa, que ya es primavera en El Corte inglés y le espera la Corina, para perrear un rato, a nuestro jubilado numero uno y multimillonario rey emérito, que es tan campechano y tan majo él, ¿verdad?
                                                                       

Lo que uno verdaderamente siente como una bofetada, es toda esa ingente cantidad de gentuza que se va a escapar de rositas, como quien dice, después de años de saqueo a nuestro erario público y de años tergiversando, manipulando y aprovechándose de las leyes y de sus compinches, policías, fiscales y los jueces corruptibles o adeptos a la causa nostálgica, para cometer toda clase de atropellos, como hemos visto por ejemplo en el caso del patético personaje del Opus, el ex ministro de Interior Jorge Fernández Díaz y toda su trama corrupta contra sus rivales políticos, que aquí en España ha acabado en nada, cuando en otro país “normalizado”,  habría costado las cabezas de todo el gobierno, por la gravedad e ilegalidad antidemocrática del caso. No solo se han limitado a cometer ilegalidades en el suelo patrio, sino que incluso se han internacionalizado, desde Andorra, donde los Villarejo (ex comisario de policía ahora en prisión por otra causa) y cía. han recabado información de todo los clientes de un banco sin autorización, permiso ni competencia alguna que se lo permitiera, evidentemente información recabada bajo coacción y amenazas, hasta la propia Alemania, Bélgica, Suiza, Inglaterra, con las irregulares euro órdenes de detención del juez Llarena, en su pendencia y cruzada personal contra el secesionismo catalán que, de momento, está obteniendo el resultado que todos estamos viendo: revés tras revés en todos los morros de la judicatura europea a la española, pero es que, claro: ¡toda Europa conduce en dirección contraria! Y, consecuentemente, debe ser, es Europa la que se equivoca. Eso, por no mentar ni entrar en profundidad sobre las actuaciones de un par de elementos del CNI en suelo belga y alemán, que sin competencia ni autorización alguna colocaron un dispositivo de seguimiento en el coche de Puigdemont, caso que ya está judicializado en Bélgica y que ya veremos qué consecuencias tendrá porque lo que está claro, cuando los agentes de inteligencia son pillados en actividades ilegales fuera de su territorio, sin permiso ni conocimiento de nadie de ese país, es que tiene sus repercusiones. De entrada esos dos elementos dejan de ser agentes de campo, porque la pifiada, a nivel profesional, es considerable. Deben ser indetectables, intangibles, como dos cuerpos fantasmales, etéreos, invisibles; aunque con ojos y oídos allá donde interese tenerlos.
                                                                              

A vueltas con los asuntos más mundanos, por lo visto ayer se llamaron por teléfono Pedro y Torra para decirse que tienen que verse. A ver…no te me alteres, Eufrasio, son gente con muchas cosas en la cabeza y claro, a veces parece que van un poco así como atrasadillos, pero son cosas de la agenda porque, si hasta yo sé que tienen que hablar ¿cómo lo van a descubrir ellos ahora? Hablar. Vale. ¿Pero de qué? Según escuché ayer mismo por boca de Puigdemont, los 45 puntos o temas presentados por la Generalitat a los gobiernos de Rajoy y ahora en poder de Pedro por parte primero de Artur Más y posteriormente por el propio Puigdemont, son en su mayoría, más que temas a negociar, compromisos adquiridos y firmados, partidas presupuestarias aprobadas incluidas, que nunca fueron aplicadas ni implementadas por el gobierno central. Luego claro, uno nunca sabe si el Torra cogerá del brazo al Pedro, se lo llevará a un rincón y sottovoce le dirá: “Mira Pedro, esto va así: yo tengo que reivindicar la república y el derecho a la autodeterminación del pueblo catalán, porque si digo otra cosa me comen vivo, y tú tienes que hacer de estadista y tener una visión amplia, digamos a medio o largo plazo, sin prisas, todo en el marco de la legalidad por supuesto, dándonos ambos un poco de margen, de cancha, de tiempo…” a lo que Pedro le diría: “Ya. Pero es que yo no sé cuanto voy a durar aquí. Y no puedo salirme ni una coma del guion, o a mi también se me comen vivo. Lo que tenemos que hacer es transmitir que estamos conversando, que se están distensionando las cosas y eso es bueno siempre, lanzando el mensaje de que tenemos que caminar juntos hacia un terreno de entendimiento que nos lleve al consenso imprescindible para normalizar la situación, creando un marco de respeto y de confianza recíprocas, y cosas así que siempre gustan mucho de oír”. Y es que en Catalunya, con todo esto del Procés, se ha dado un fenómeno curioso: no solo han entrado de lleno en política personas del mundo civil, digámoslo así, sino que han entrado con una influencia y peso especifico de primera magnitud, como por ejemplo en los casos de los Jordis o el mismo Quim Torra, que es un independiente y no tiene nada que ver con el político de carrera, del que hace de la política su profesión. Idealistamente hablando, nada me gustaría más que creerme al President de la Generalitat cuando habla de la república catalana, de que él lo tiene clarísimo y de es un mandato del pueblo catalán refrendado en las urnas, etc. etc. y etc. Incluso, venga va, puedo llegar a creérmelo. Pero nadie nos va a refrendar una independencia apoyada por el 48% de la población. Hay que aspirar, hay que sumar, hay que convencer a más. Desgraciadamente aún pasarán unos años antes de que la justicia internacional ponga las cosas en su sitio, haga patentes y condene las innumerables irregularidades del gobierno de Rajoy y la justicia española en los diversos procesos que se siguen contra el Govern catalán y contra ciudadanos catalanes, a los que se enjuicia no en aras de la justicia, sino por una pura y mórbida sed de venganza. No hay nadie más estúpido que aquel que se crea o aspire a que así, con cárcel y represión, van a callarse más de dos millones de voces. A ese fascistoide régimen del 78, Catalunya se le ha puesto farruca, mira tú por dónde, e internacionalizar el conflicto, al menos y de momento, está sirviendo para que quede bien retratada esa cúpula de la judicatura española a la que no ha llegado la cosa esa de la democracia;  ni por asomo, capaces hasta de asumir con gusto y naturalidad hechos tan graves e inusuales como convertir al Tribunal Constitucional en un tribunal sancionador, con capacidad para castigar a quienes incumplen sus sentencias, caso que no se da en ningún otro tribunal constitucional o similar del mundo, excepto aquí, donde el control del gobierno del PP sobre dicho tribunal ha sido escandaloso y desbarajusta todo lo que de democrático pueda presumir este país. Con unos tribunales con unos personajes así, vamos a estar bien jodidos mucho tiempo, porque a ver quién es el guapo que le mete mano y acomete las reformas en justicia que necesita este país, reformas materiales que impliquen dotar de más medios a los juzgados, contratación de más personal, implementación entre los jueces del sistema de ascenso por méritos, sobre todo y especialmente en los altos tribunales, desapareciendo el actual sistema de nombramientos por parte de los partidos políticos, tal y como dictamina el Consejo de Europa que debemos hacer, por otro lado, que no es que sea capricho mío, sino consecuencia de pertenecer al club privado europeo. Pedro no va a ser ese guapo. Ni en esta legislatura, porque evidentemente no tiene ni dinero ni tiempo, ni en otra, donde si los tuviere tampoco acometería ninguna revolución, porque PP y P$OE han sido y son los primeros interesados, por razones obvias, en seguir teniendo su voz y su voto en dichos tribunales. Se llama mantener los viejos vicios que, aunque vicios, dan sus placeres, y no se trata tampoco de llevar una vida encaminada a ganarte el cielo y el paraíso eterno, cuando además ya puedes tener un avance terrenal del paraíso, que no te enteras.
                                                                         

¿Te gustan los langostinos? A mí me encantan, como los carabineros… pues bien: han descubierto recientemente en las gambas y langostinos micro partículas plásticas. Que los pobres bichos han tragado plástico de nuestros mares. Recomiendan consumirlos ya pelados y cocidos previamente. Lo que me retrotrae a una vieja conversación con uno de los químicos de mi empresa, que un día me dijo, hace casi dos décadas, que si supiera lo que como, no comería nada.

A más ver     

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