Sin duda alguna el hecho político más significativo en España
del último lustro, ha sido el resurgimiento y ascensión del Movimiento
Nacional, como consecuencia de las movilizaciones masivas en Catalunya en reivindicación
del derecho a decidir del pueblo catalán. Y el primero que lo vio claro que
había que levantar, o reinventarse como fuere, ese alicaído Movimiento Nacional
fue Rajoy, necesitado como estaba de tapar, por el procedimiento de urgencia, la
escandalera diaria por los casos de corrupción, al que además ya se le estaba
empezando a cuestionar en el PP por su incapacidad para ganar a Zapatero. Así que
se instaló en una política del no a todo en relación al Bambi, cogió de la
manita a su amiga la Chuky (la muñeca diabólica, como sutilmente la califica el
ex ministro Margallo en su libro Por Una Convivencia Democrática), y allá que
se fueron ambos pollos por toda España recaudando firmas contra el Estatut
catalán, al tiempo que se iniciaba toda la campaña mediática pertinente para
denostar la imagen de Catalunya, que pasaba a ser la autonomía más insolidaria
del mundo mundial y la causante directa de todas las desigualdades autonómicas,
ergo responsable, por añadidura, de las sociales. El paso siguiente era harto
evidente: recurrir ante un tribunal constitucional compuesto por una mayoría conservadora,
con al menos 5 de sus miembros que habían sobrepasado la edad de jubilación y del
relevo, pero que ante la falta de acuerdo entre PP y P$OE, desacuerdo debido esencial
y estratégicamente gracias a los de Rajoy, continuaban en sus puestos, que le
garantizaba al molusco pontevedrés un fallo favorable a sus intereses
bastardos. De entre los artículos que el TC declaró inconstitucionales, muchos
de ellos eran copia de otros estatutos autonómicos, por ejemplo el valenciano o
el andaluz; pero estos no fueron recurridos ni declarados inconstitucionales
nunca, con lo que nos encontramos con que, lo que es constitucional en Andalucía
y la comunidad valenciana, en Catalunya no lo es. Según establece la ley, un
estatuto autonómico en cualquier caso debe ser sometido en última instancia a referéndum
popular, pero tras la anulación de los artículos declarados inconstitucionales,
no se ha sometido a referéndum en Catalunya el texto final de dicho Estatut. Estos
fueron los inicios de ese resurgimiento del Movimiento Nacional que tuvieron su
punto culminante aquel 1 de octubre, junto al “¡A por ellos, oe!” y la declaración
del monarca del día 3 de octubre, que nos dejaba claro a todos los españoles
que él estaba ahí para garantizar la continuidad del Régimen del 78, nacido al
albor de los oscuros pactos de la transición política de Franco a los Borbones. Un régimen, déjeseme decir de paso, que hizo multimillonario a su padre con unas prebendas que él ha pasado a heredar, por arte de birlibirloque.
El 11-S del año 2.010 fue el de la primera manifestación masiva
en Catalunya convocada por la ANC y Ómnium Cultural, con la exclusión de todos
los partidos políticos en la cabecera de la manifestación y en reivindicación del
derecho a decidir. Ya se sabía el fallo del TC y la gente en Catalunya estaba,
no solamente sufriendo los recortes salvajes impuestos por la administración de
un Artur Mas en sus horas más bajas, sino que se sentía al mismo tiempo
ninguneada y engañada por el tema del Estatut. El catalán suele ser una persona
instruida y bien educada; pero no tonta, capaz de sumar dos y dos y tener su
propio criterio de las cosas que pasan. Y estaba claro que Rajoy había usado el
tema del Estatut como arma arrojadiza contra Zapatero por un lado, como que el TC
era el que era y politizado como estaba y como está, dicta lo que dicta en función
muchas veces de los intereses de los partidos políticos y sea como fuera hubo, a
la par que ese resurgimiento del Movimiento Nacional español, un auge en Catalunya
del movimiento separatista, alimentado, tantas y tantas veces, por las torpezas
y meteduras de pata de una clase política española, con Rajoy a la cabeza, que
era una fábrica de independentistas. Aquel año, Albert Rivera contaba solo con
tres escaños en el Parlament de Catalunya. 3. Ni uno más; el PP, por cierto, 14: y unos 14 que eran decisivos para pactar con CiU unos presupuestos de lo más
austeros. A partir de aquí Rivera vio el cielo abierto. Su especialidad: el
movimiento secesionista catalán, al que pasaba a combatir no solo a nivel autonómico
sino incluso nacional, tratando de imponer un modelo territorial que obviase
las prerrogativas de las comunidades históricas y que solapara, de paso, la cuestión
social, revitalizando el Movimiento Nacional que había iniciado Rajoy, en torno
al viejo mantra de la una, grande y libre que Rivera no necesitaba ni
pronunciar, porque le supuraba por todos los poros. Ese Movimiento Nacional es
la respuesta manipuladora a la muy grave situación social y laboral en la que
se encuentran las clases medias y trabajadoras españolas. Catalunya es hoy la
culpable, como para Rivera y los suyos mañana lo será Euskadi, por y para algo
tiene su punto de mira apuntando directamente al Cupo Vasco, como primer disparo
al Concierto. Por momentos asistimos a una estrategia tan exitosa, que tanto
los azules del PP como los naranjitos de C´S luchan entre ellos por imponer su hegemonía
dentro del Movimiento Nacional, radicalizándose aún más si cabe. Si Rajoy lo hacía
para mantenerse a toda costa en Moncloa, Rivera lo hacía para instalarse en el
palacio, y así, jugando a quien tiene el mejor pecholata español, PP y C'S compiten por ser el mejor flautista de Hamelin, que conduce hacia el precipicio
social a la mayoría de los españoles embobados que siguen el ritmo y el compás
del nacionalismo español que surge de su flauta económica. Un “milagro” económico
que dista mucho de ser fruto de la sapiencia y buenas artes económicas del
ejecutivo de Rajoy, beneficiado por las medidas económicas de Mario Draghi en
su empeño por salvar el euro y que decide financiar a los estados comprandoles deuda
al 0% de interés, sobre todo por los países mediterráneos, medida de la que se
benefician Italia y España aunque no, lamentablemente, Grecia, sumida en una
crisis económica bestial por una deuda absolutamente impagable. Así las cosas, la
situación da como resultado que la llamada derecha se convierte en la fuerza hegemónica
del país, consolidando sobre todo la supremacía del Movimiento Nacional. Imbuidos
de esa aritmética política, se hace más evidente a cada día que pasa que el
orden de los factores no altera el producto, y de lo que se trata, en definitiva, es de quién
ganará la lucha por imponer el mismo programa recentralizador en lo político y en
lo económico.
Y te preguntaras: bueno, pero a todo esto, ¿qué pintaba el
P$OE, que incidencia, que influencia política podía ejercer el P$OE? ¿Incidencia,
influencia política?: ninguna. Con el conflicto catalán en su máximo apogeo, PP
y C´$ hacen un llamamiento a las fuerzas constitucionalistas para que se
constituyan en un frente político que sea imposible de vencer en el parlamento.
Y como por otro lado el P$OE ya había dado sobradas muestras de que su modelo económico
era un calco del modelo de la derecha, recordemos que Sánchez prefirió que C´S
le impusiera el 80% de su programa económico en aquel primer intento frustrado de
llegar a la Moncloa por parte de Pedro, antes que llegar a ningún acuerdo con
otras fuerzas de izquierda y que terminó frustrando Podemos, negándose a participar
en aquel engañabobos; o recordemos quién fue el que reformó el manido art. 135
de la constitución, que abrió las puertas de par en par a la posterior reforma
laboral del PP, una reforma de la Constitución que, debiéndose haber sometido a referéndum,
este nunca se llevó a cabo. Por consiguiente tanto PP como C´$ podían contar
con el chevalier servant que es el P$OE si le fuera necesario, con un
Pedro Sánchez que es halagado públicamente por el propio Rajoy en su incombustible apoyo al 155 contra Catalunya, que lo califica
como auténtico hombre de estado y que pone como modelo a seguir para Rivera, en
esa pugna ya abierta que mantienen PP y C´$ por la hegemonía dentro del
Movimiento Nacional. Y Pedro, respetado y bien tratado por lo medios afines al régimen
tras su brillante victoria ante Susana Díaz en aquellos comicios cuasi modélicos
a la secretaria general del partido, se viene arriba. Y se viene tan arriba,
que en las crónicas podréis encontrar numerosos artículos y referencias que
hacen mención al auténtico espíritu “socialista” español de su secretario general, que llega a superar
en radicalidad por momentos a los mismísimos PP y C´$ en la aplicación del art.
155 en Catalunya, porque a este P$OE lo matan cada vez que tienen que pedirle
una muestra de españolidad, como pasó en su momento con los GAL, que fue una
respuesta del gabinete de Felipe González a los poderes fácticos que ponían en
duda esa “españolidad”, capaz de lo que sea por España. Nunca ha estado en
peligro la unidad del territorio ni la indisolubilidad de la patria. Nunca. No
son los bancos, las eléctricas y/o las constructoras las damnificadas por la
estrategia de la desigualdad que practica el Movimiento Nacional, sino aquellos
vascos, catalanes e incluso gallegos, que se oponen a las intenciones
recentralizadoras que ejecutan las llamadas “fuerzas constitucionalistas”, y el
“¡Yo soy español, español, español! y aquel “¡A por ellos, oe!” son los gritos
que más se escuchan en todo el territorio nacional, como respuesta al
soberanismo catalán, embarazo político del estado español de primera magnitud, que solapa todos los demás. Incluso en la mismísima Cádiz, provincia que ronda
el 37% de desempleo, una absoluta barbaridad, se aplaude y vitorea una
chirigota en la que a Carles Puigdemont se le guillotina por aclamación popular.
No, no es la cabeza de Isidro Fainé, Rajoy, Rivera o Sánchez, que dígome yo
alguna responsabilidad deben tener con el crónico subdesarrollo de Andalucía, sobre
todo por parte socialista, apoltronados durante 40 años en el gobierno autónomo.
Es la cabeza de Puigdemont, un ex alcalde de Girona elevado a la presidencia de
la Generalitat por Artur Mas, y ajeno evidentemente a la situación de pobreza
de la comunidad andaluza. Es difícil encontrar una mejor metáfora que defina o
describa cómo el Movimiento Nacional usa el sentimiento nación de los españoles
para conseguir un amplio respaldo social, a la más que manifiesta política antisocial
aplicada por los seres serviles de la Merkel. Cuanto más se aplican en sus
manifestaciones anticatalanistas, más se inclinan ante Alemania. Nada más útil que
utilizar una bandera para tapar la cartera y, cuanto más suben los decibelios
del “¡Yo soy español, español, español!” aumentan mucho más los beneficios de
los patriotas... de su bolsillo. El viejo Movimiento Nacional se autodenominaba
mitad monje y mitad soldado; y así este de hoy día bien podría definirse como
mitad Aznar mitad Macron, sin que este encuentre enfrente alternativa real
alguna fuera de los partidos afines y/o resultantes del Régimen del 78. Porque
de entre las muchas trolas que nos cuelan 28 veces por minuto determinados
medios de intoxicación, prácticamente todo el país se había tragado que C´$ era
la opción por la que acababan apostando algunos poderes fácticos, como las
empresas del Ibex35, pero esos poderes saben perfectamente que, entre C´$ y
P$OE, quien más y mejor garantiza la “normalidad” política y que va a ser tan
aplicado en implementar la política económica que se le dicte, este es el P$OE,
en las antípodas de buscar ni pretender conflictos territoriales atacando el
Cupo Vasco como pretende C´$, y manteniendo unas formas ante el soberanismo
catalán que no agiten más las aguas al noreste del Ebro. Incluso he soñado esta
noche que mi esposa me despertaba con la noticia de que los Jordis habían sido
puestos en libertad… pero con qué simplicidad, con que originalidad, con que
singularidad y con qué transparencia, Pedro desarmó desde el atril del congreso
a PP y C´$, cuando afirmó que iba a respetar los presupuestos del PP, que él
iba a seguir siendo “un hombre de estado” por encima de todo, responsable y
blablabla, que era tanto como reafirmar su compromiso con el status quo por
encima de todo. No en vano el P$OE fue uno de los parturientos del actual Régimen
del 78, que ha dado como resultado esta boñiga de democracia, con un individuo
sospechoso, sin oficio conocido ni ocupación aparente en la jefatura del estado,
al que no ha votado ni dios, pero que a la primera ocasión que se le presenta se
nos pone a darnos tutoriales de democracia por la caja tonta.
Ya está bien por hoy ¿no? qué plasta y qué paliza de tío…
A más ver
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