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sábado, 28 de julio de 2018

¿DONDE VAS, TRISTE DE TI?




Mientras andamos entretenidos con las cosas que nos cuentan los medios de comunicación, haciendo que nos fijemos en unos determinados asuntos, como si esos asuntos representaran los mayores de nuestros problemas, que si el rey es un tal o un cual por tener cuentas en Suiza, que si los catalanes independentistas se merecen todos el paredón, que si el mundial de atletismo de caracoles, que si pitos y que si flautas, los problemas reales de la gente corriente caminan, indefectiblemente, por otros senderos a los que los gobiernos patrios, el central y los autonómicos, parecen esforzarse en ignorarlos completamente y centrarse, sobre todo, en proteger los intereses del gran capital en estos tiempos de revuelos. El tema, el gran monotema que casi lo absorbe todo, incuestionablemente alimentado por los medios, es sin lugar a dudas el  conflicto abierto de los establishments respectivos, el español y el catalán. Indudablemente las prioridades de la gente pasan por otros asuntos, como el incontrovertible deterioro de la calidad de vida y del bienestar de la inmensa mayoría de la población, acrecentada por el periodo que se conoce como el de la Crisis del 2.008 o la Gran Recesión y que, lejos de haber desaparecido a pesar del continuado crecimiento económico del orden del 3% del país, un crecimiento sostenido a pesar incluso de la crisis interterritorial con Catalunya, sostenido en contra incluso de los ríos de tinta vertidos en alusión a la más teórica que real huida de empresas y capitales de Catalunya, continúa maltratando a las clases populares, sin aparente remedio posible por parte de los gobiernos centrales y autonómicos. Pero no todo el país sufre igual los efectos de esa Gran Recesión, qué duda cabe. En realidad, a algunos sectores de la población, durante esa Gran Recesión, les ha ido de maravilla: en 2.016 el número de millonarios en España creció un 5%, hasta un total de 9.600 nuevos millonarios en relación al 2.015, del global de millonarios en España que se registra cifrados en 202.200. Pero más que hablar este mindundi, dejemos que hablen los datos y tú, muy libre como te crees que eres, los interpretas como te apetezca; eso sí: después no te olvides de odiar un poquito más a los catalanes, porque eso es lo que te dice la tele que hay que hacer con ellos y con sus malditos lacitos amarillos. Pero cállate ya, piltrafilla, y deja hablar a los datos del Gran Embuste: uno de los indicadores valiosos para comprobar cómo le ha ido económicamente a la población, es la distribución de las rentas por el trabajo por un lado, los míseros euros que tú percibes en tu nomina o en negro a final de mes por trabajar, contrastado con las rentas del capital, que son los dineros que los ricos y más ricos aún, obtienen de las propiedades de los bienes que les generan rentas, como por ejemplo acciones en los bancos o grandes empresas que cotizan en bolsa. En el periodo que va del año 2.008 al 2.017 las rentas por el trabajo han pasado de representar el 50,1% en el inicio de ese periodo, al 47,3% registrado en el año 2.017. En Catalunya, durante el mismo periodo, han caído más incluso, pasando del 50,1% al 45,9%. Estas cifras, que nos indican un claro descenso del poder adquisitivo de la mayoría de la población española y catalana, contrastadas con las cifras de lo que ha ocurrido en el promedio de la Unión Europea de los 15, que representan los países de mayor desarrollo económico, durante el mismo periodo, indican que no hemos corrido la misma suerte españoles y catalanes, que el resto de europeos con más desarrollo de la UE, esos 15 en los que estamos incluidos, ya que las cifras en Europa han pasado de representar el 47,9% de las rentas por el trabajo, al 48%, durante el mismo periodo.  
                                                                  

Mientras caían, durante esa Gran Recesión, las rentas por el trabajo en España, las rentas del capital, sin embargo, han salido beneficiadas, registrándose una subida que va del 41,7% al inicio del periodo, al 42,4% en el año 2.017, un incremento aún mayor en Catalunya, que ha pasado del 42,1% al 44,5 durante el mismo periodo. Las rentas del capital sin embargo en la Europa de los 15, durante el mismo periodo, siguieron la dirección diametralmente opuesta a la española, ya que mientras aquí subían como hemos dicho del 41,7% al 42,4%, el gran capital europeo ha pasado de tener un 40,9% al 40,1%, un descenso significativo de 8 décimas. Y nadie ha montado un golpe de estado…Calla, tros de babau, que aixó, ara, no toca.

Pero las cosas, como imagino que sabéis la mayoría, no pasan porque sí. Y estas cosas de la economía acostumbran a tener unos responsables políticos que las propician, como es evidente, ya que el dinero es de por si un ente inerte. Interesante ente, si se quiere; pero inerte. Papel, sin embargo, que evita que nos matemos unos a otros por la comida, por ejemplo; pero eso es otra historia, y aunque estemos en sábado sabadete, no divagues que la gente espera un poquito más de ti y yo sé que tú puedes: La responsabilidad de lo que estamos tratando, el hecho de que, mientras aquí bajaban las rentas por el trabajo y subían las del capital, siguiendo la dirección opuesta a las europeas se debe, entre otras causas, a las políticas neoliberales en materia económica impuestas en España y llevadas al extremo sumo en Catalunya, durante el periodo de Artur Mas en la Generalitat. En esas políticas neoliberales hay que encuadrar la reforma laboral de Rajoy, las reformas fiscales incluidas amnistías inconstitucionales, y las políticas de austeridad que se han cebado especialmente en las clases populares, al reducirse y empeorar con ello los servicios públicos como la sanidad y la educación y otros, a costa de favorecer a los servicios privados, utilizados por las gentes con mayor capital y poder adquisitivo. Estas políticas neoliberales fueron impuestas a la población, y digo impuestas y digo bien pues no estaban en sus programas electorales, por los gobiernos españoles (el gobierno de Zapatero primero -2004/2010- y el gobierno de Rajoy del Partido Podrido después -2010/2018; y desde el 2015 con el apoyo de Ciudadanos-) y por los gobiernos catalanes (el gobierno de Artur Mas de CiU, desde 2010 a 2012, y con el apoyo de ERC de 2012 a 2015, seguido del gobierno de Puigdemont -también de Convergencia, que gobernó en alianza con ERC y con el apoyo de la CUP- durante el periodo 2015-2017).

Y así llegamos a ese interrogante que se hace tanta gente, a ese intríngulis aparentemente irresoluble que nos explique el porqué, si esto es así, siguen gobernándonos desde la austeridad y los recortes salvajes, los gobiernos que solo por lo visto saben aplicar políticas neoliberales en España y Catalunya. Este status quo político es inculcado por los enormes aparatos de información, intoxicación y persuasión que poseen tanto el estado español como el Govern de la Generalitat, que han promovido campañas destinadas a hacernos creer que la crisis ya estaba superada. El bolsillo, sin embargo, del transeúnte de a pie, no diría lo mismo en la forma y medida que no ve reflejada esa salida de la crisis en un aumento de su poder adquisitivo, por lo que solo nos cabe encontrar la veracidad de la realidad en los datos, más allá de los bonitos discursos de nuestros políticos respectivos y las defensas a ultranza de sus voceros mediáticos.  Los vuestros, españoles, y los nuestros, catalanes, todos ellos tergiversadores y embusteros de la realidad en esta materia, por igual. La tasa de riesgo de pobreza, por ejemplo, tanto en España que es del 22%, como en Catalunya que es del 19%, son de las más elevadas de la UE-15, cuyo promedio es del 16%. Lo mismo ocurre en lo relativo a las cifras que nos indican la población que padece la pobreza infantil, en España el 31% y en Catalunya un 25%. Y eso que no paran de vanagloriarse, nuestros políticos, sus adláteres y resto de lamesuelas, de la robustez de nuestra economía, en continua lucha por el cuarto poder económico en Europa, con Italia. Pero la tasa de empleo, esos malditos datos que no paran de ser insensibles a las proclamas propagandísticas políticas, indican que entre nuestra juventud española solo es del 18%, de la catalana el 24% y de la UE-15 del 35%. ¿Crisis superada? Y una PM;  que es que al ser horario infantil no puedes escribir y una puta mierda y cosas así, que queda feo y luego los niños como lo copian todo...

Y ahora, todos juntitos, bien cogiditos de la mano, a seguir el nuevo aunque ya viejo mantra neoliberal, representado por los partidos del Régimen del 78 y por el niño de los polvitos mágicos: caña al catalán, que mola más que pasarse el día viendo Sálvame, porque ni hacen un Sálvame; pero Sálvame de los Catalanes, dios mío de mi arma… a ver si ahora se van a creer que eso del arma es otra cosa…alma, tenías que haber dicho alma, y no imitar el andaluz…que se te van a mosquear y ya la tenemos liada.
                                                              

Pero, oiga…aunque no sean mágicos, ¿no da igual si son otros polvitos…? Claro que, para algunos, cualquier cosa que sea un polvo es como magia…eso va a ser: que algo de magia nos hace falta.

A más ver    

2 comentarios:

  1. Buen retrato de la política española, Unos y otros son unos miserables y el pueblo sufriendo las consecuencias.¡Qué impotencia más grande ante tanta podredumbre y tanto político corrupto! Un abrazo José.

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  2. Gracias Isidro. Cada día tiene más difícil solución, efectivamente, pero no hay que rendirse y hay que darles batalla sea como sea. Un abrazo, amigo.

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