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lunes, 16 de julio de 2018

LO INCOMBUSTIBLE





"Entre el clavel blanco y la rosa roja, su majestad escoja". Famosa frase de Quevedo que le endiñó a la reina Isabelita. ¿Qué podríamos decirle a este Felipito uve palito Tacatúm? ¿Entre Panamá, Suiza y Delaware, donde va a ganar más, su majestad escoja? No sé...no sé porque tengo estos tibios y tenebroso pensamientos hacia una institución modélica, ejemplar, maravillosa y que gracias a la cual, sus súbditos disfrutamos de su protección y su mágico embrujo espiritual. Bueno, chaval, tampoco te pases, que ya comprendo que es chungo dejar las drogas, pero tampoco es para que delires de esa manera. Será la calor. ¿O es el calor?; ¿el mar o la mar? Ay, hijo, cuando te pones en modo filosófico estas insoportable. El caso es que mira que he sido benévolo con Pedrito estas primeras semanas de mandato; aunque ya dije desde el primer momento que semejante individuo no iba a representar ningún cambio sustancial en el país, y que no esperaba nada de él. No esperar, en el terreno, como digo, de lo sustancial; otra cosa es la típica foto que se hacen los políticos con los desamparados del mundo, la típica política de parcheo, mucho cuidado en la imagen transmitida, un par de gestos de cara a la galería y a caer bien, tres reformas por aquí, dos derogaciones por allá, y mucho blablabla. Y eso es to, eso es to, eso es todo amigos, que diría el conejo de la suerte. No obstante, justo es reconocer que Rajoy ha dejado al país tan jodido en todos los aspectos, excepto los bolsillos propios y de sus amigotes, que dos años de legislatura no son suficientes para recomponerlo por muy santas y beatificas que fueran tus intenciones, porque en este país hay temas, asuntos, cosas y personas intouchables. Al final si desde el populacho y a través de las redes nos metemos, ¿qué te digo yo?: con el rey, es por culpa de nuestra ociosidad: demasiadas vacaciones, días y más días sin fútbol y toros y claro, la envidia, que nos corroe por dentro como el Alien de la Sigourney Weawer, hace el resto. Es cierto que somos dueños de nuestros silencios y esclavos de nuestras palabras, por eso a veces la hemeroteca deja a muchos y muchas bien "retratados", y como enésimo ejemplo puse ayer el de Pedrito, que mucho criticar a Rajoy por no publicar la lista de los amnistiados fiscales, y llega él a Moncloa y nos sale con que no puede hacerla pública. ¿Que no, porque?; ¿es que te van a suspender de empleo y sueldo, se te va a reproducir un cáncer en un testículo, tu mujer te va a abandonar, vas a ser menos hombre, menos español, menos...socialista? Y sin embargo, como en el caso del PP, aquí los embusteros tienen millones de fans incondicionales porque los otros...y dale con los otros, lo son más. Es muy cansina la cantinela que justifica a unos y a otros para seguir votando a quienes nos han hundido en la miseria como país, pudiendo disfrutar, como deberíamos, de nuestra situación y condición de privilegio, a poco que se hicieran las cosas medianamente bien, con sentido común. Lamentablemente esa no es una de nuestras características como pueblo. No seríamos latinos de sangre caliente; aunque últimamente nuestra bravura se asemeja a la de la gaseosa caliente y desbravada. Empero, es justo reconocer que hay gente que ahora está como quitándose las legañas y abriendo los ojos, gentes que han vivido estos últimos 40 años como si tuvieran una relación con una pareja llamada democracia, de esas típicas en las que el sexo funciona a las mil maravillas, lo cual facilita que le permitas y consientas todo lo demás; hasta que se acaba el sexo que funcionaba a las mil maravillas y llega el momento en que te preguntas ¿y yo, que coño hago con este petardo? 
                                                                             

Siento ser o parecer el aguafiestas de tanto socialista bien intencionado, que ha acogido con alegría la vuelta a Moncloa de su partido, pero los precedentes son los que son, no me los invento yo, como la pérdida estrepitosa de votos que ha sufrido el partido en los últimos años, fiel reflejo de tantas traiciones y embustes de los  gobiernos socialistas, especialmente dolorosas para las clases trabajadoras y menos pudientes. A grosso modo ahí tenemos la bajada de pantalones de Felipe Gónzalez ante el sector empresarial, como tenemos la bajada de pantalones de Zapatero y la traidora reforma del art. 135 de la constitución, como la bajada de pantalones de Pedrito ante los poderes fácticos y no tan fácticos, una bajada de pantalones hecha efectiva a las primeras de cambio ante el nuevo escándalo del emérito, sus cuentas en paraísos fiscales y su pertenencia en la lista de amnistiados fiscales de forma inconstitucional, como probablemente volverá a bajárselos en cuanto tenga que sustanciar su política en materia de reforma laboral. Otro chasco, y de los gordos, que está por llegar de la mano de Sánchez, porque después de años en los que el sector empresarial ha sustentado su competitividad en la precariedad laboral y los sueldos esclavistas gracias a la reforma del PP que abrió la veda del abuso, a ver como se las ingenia Pedrito para convencerlos de que hay que hacer un mejor reparto, más equitativo y justo para los trabajadores, del beneficio. Los acuerdos a los que han llegado por la parte de la patronal y los sindicatos, entre ellos el aumento de los salarios en un 2% que podría llegar al 3% en algunos casos, es del todo punto insuficiente de cara a recuperar, cuando menos, parte del poder adquisitivo perdido durante estos últimos años, y a tenor de la miseria de sueldos que se perciben en muchos de nuestros sectores, más míseros aún en relación a su menor cualificación. Por no meternos en el tenebroso mundo de la economía sumergida. Una sobrina mía, sin ir más lejos, fue contratada recientemente como cajera para un supermercado como Caprabo, una reconocida empresa, consolidada en el sector y en proceso de expansión, que resultó ser una franquicia con la que se había hecho un sinvergüenza que ni les paga lo que estipula el convenio ni respeta sus derechos laborales más elementales. Así que esos a los que se les llena la boca con tantos millones de puestos de trabajos creados por el mayor sinvergüenza y corrupto de todos los presidentes que hemos padecido, deberían lavarse la boca antes de hablar con sosa caustica, porque es que ademas por la misma eterna ley que un gobierno no destruye puestos de trabajo, que los destruye quien despide al trabajador, como no se cansó de decirnos la Cospedal y todo su coro mediático, tampoco los crea. Lo que si hace un gobierno, como hizo Rajoy, es darles cobertura legal para la explotación y el abuso. Y este Pedrito, al respecto, no parece que vaya a alejarse mucho de las posturas de sus predecesores en el cargo, a menos que quiera que se lo coman los lobos y la prensa mercenaria le dispare a discreción con todo su arsenal. ¿Alguien es capaz de ver en Pedro Sánchez el nuevo garbanzo negro de la Europa comunitaria, que atenta contra la política austericida que impone Bruselas-Berlín? Si es que hay alguien, que deje las drogas y busque ayuda, que parece necesitarla y reclamarla a gritos.  
                                                                              

Por no mentar el tema catalán, que es muy tarde y se me enfrían los garibolos. Una de las claves tiene nombre propio: María José Segarra, nueva Fiscal General del Estado que tiene ante sí la posibilidad, gracias a la denegación de la entrega de Puigdemont por rebelión por parte de la justicia alemana, de rectificar en ese aspecto; aunque hay quien dice que eso podría acarrearle a la Fiscal General un motín en la fiscalía en forma de dimisión en bloque de los fiscales. Mientras tanto, aquí, en Catalunya, los catalanes a lo nuestro. Mañana se cumplen 11 meses de los atentados de Barcelona y Cambrils. Vendrá el mes que viene Pedrito y espero,  fervientemente, que su majestad tenga a bien regalarnos su apreciada y preciada ausencia. Que disfrute de sus vacaciones y de su vida, que cada día está más cerca de perder su boato y pomposidad. La suerte que han tenido estos borbones es que en 40 años aquí, en España, no se ha articulado un movimiento republicano con la fuerza y el tesón de convertirse en un peligro para la monarquía. Hasta ahora. Y si viene, se llevará su correspondiente y merecido homenaje en forma de silbidos y protestas, porque no olvidamos el 3-0 que sonrió el "A por ellos" ni olvidamos nada. 

A más ver
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