Fue
Presidente del Tribunal Constitucional, del Tribunal Supremo y Presidente del
Consejo General del Poder Judicial. No se puede aspirar a más en el mundo de la
judicatura de un país. Se llama Pascual Sala y, en una entrevista concedida a
Rac1, emisora de radio catalana, ha dicho, literal: "Para mí es muy
difícil, casi imposible, que exista un delito de rebelión y muy
problemático, por no decir que tampoco, el de sedición". ¿Se ha
pasado al lado oscuro de la fuerza?; ¿se nos ha vuelto, de repente, independentista
el señor Pascual Sala?; ¿se droga, no tiene ni idea de lo que habla, este tío
es tonto? Porque, que yo sepa, nadie le ha obligado a hacer ese declaración tan
contundente y, a buen seguro que, en su mundillo, su círculo de amistades
profesionales y/o personales, puede acarrearle algún problema, que lo repudien
en algunos círculos y algunos amigos se transmuten en ex. Recordemos que José
Antonio Martín Pallín, ex fiscal del TS y magistrado emérito del mismo, se ha
manifestado en parecidos términos, incluso en ocasiones más duros y directos
que Pascual Sala, y otros muchos juristas que ven, en resumen, todo un cumulo
de despropósitos e irregularidades en todo el sumario sobre el Govern y los
Jordis.
Estoy dispuesto a transigir; es más,
lo diré bien clarito: en España no hay presos políticos. Lo que hay es el
secuestro y encarcelamiento injusto de unos políticos por parte de unos jueces,
que usan las leyes y cuando no, las violan, para liquidar rivales políticos de
distinta ideología ante la connivencia y/o pasotismo absoluto del poder
ejecutivo, que ni reacciona cuando un juez pretende derrocar a un gobierno
elegido democráticamente, sin sentencia condenatoria siquiera que lo avale y
saltándose el reglamento de la propia cámara parlamentaria, como ha ocurrido
con la suspensión de los cargos de los presos y exiliados políticos catalanes
suspendidos en sus funciones por Llarena, en un auto de difícil credibilidad
legal. Claro que, esto es España, y aquí tenemos la particularidad de hacer
cosas absolutamente extraordinarias. El neofascista del Pablo Casado se
vanagloria de que hayamos descubierto un Nuevo Mundo allende los mares, y de
que hayamos exportado nuestra cultura, nuestro idioma, nuestras costumbres y
nuestra religión, a unas gentes que ya tenían su cultura, sus costumbres y sus
creencias. Y se vanagloria porque el titular es muy bonito; pero obvia, claro,
los asesinatos en masa de poblados, de hombres, mujeres y niños, las torturas y
el saqueo sistemático de sus riquezas y la imposición de nuestra religión, sí o
sí, lo que verdaderamente impusimos los españoles en Hispanoamérica.
Otra de las cosas absolutamente
extraordinarias que pasan en España tiene el nombre, como no, de Susana Díaz,
que ante la convocatoria de elecciones en Andalucía ya ha decidido que descarta
absolutamente que Podemos entre a formar parte de su gobierno. Sí: la Susana
esa que se dice de izquierdas, pero que le va más la derecha, para pactar y
gobernar en coalición, que a un tonto un lápiz. ¿Cómo pretendéis que les deje
entrar a formar parte del gobierno andaluz, con el consiguiente riesgo de que
los podemitas se enteren, y lo que es peor, aireen, del nivel de nepotismo,
corrupción y gamberradas socialistas durante los últimos 40 años en Andalucía?
Prefiere aliarse con los que aspiran a que nada cambie, que siga el sistema de
reparto del momio y aquí paz y después gloria. Dice que adelanta las elecciones
y no las convoca, como tocaba, en primavera, porque el pueblo andaluz no se
merece estar 6 meses en campaña electoral; mentira. Mentira podrida. A esta
individua, como a sus acólitos, afines, sacristanes y compinches “sociolistos”,
nunca les ha importado eso que llaman, solo en campaña, pueblo. Las adelanta
para que no coincidan en el tiempo con la sentencia de los ERE, prevista,
precisamente, para hacerla pública durante los meses de marzo o abril próximos.
Debe creerse tan lista que debe pensarse que sabe más que los ratones
colorados. Desgraciadamente, no empero, y siento mucho en el alma lo que voy a
escribir a continuación, en Andalucía hay mucho analfabeto y analfabeta; y no
solo políticamente hablando, sino en sentido literal, algo que históricamente
siempre ha favorecido a quien gobierna, que ya le está bien esos niveles de
ignorancia.
A otro que ya le está bien que la
gente no sepa, ni mucho ni poco sino que no sepa, es a mi nunca bien ponderado
Felipe uve palito Tacatúm, que ya nos dio muestras de su ideario político concediéndole
el ducado a la tal Carmen Martinez Bordiú. Si hubiera anulado el Ducado, le habría
granjeado las simpatías y comprensión de buena parte de la población, otra parte
considerable habría permanecido indiferente y, solo una minoría del reducto
fascistoide, se habría alterado un poquito, pero nada grave. ¿Y qué hizo?:
contentar, como es evidente, a los suyos. Como el 1-O se dirigió igualmente a
los suyos, no a todos los españoles ni, por supuesto, nos trató a todos por
igual, aplaudiendo y alentando el “a por ellos” con absoluto descaro y
convencido de que debía imperar la razón de la fuerza ante la fuerza de la razón. Felipe
como ídolo carpetero para grupos fascistas de extrema derecha. Felipe como
garante de la tarea previa que hicieron su bisabuelo Alfonso XIII tolerando el
golpe de estado de Primo de Rivera, de su abuelo Juan presentándose voluntario
para combatir con falangistas y nazis alemanes o de su padre Juan Carlos al
aceptar la designación a dedo del asesino dictador.
Así le luce, que ayer supimos que dos
estudiantes que iban a ser galardonados por sus trabajos de fin de grado
durante la celebración de la gala y entrega de los Premios Princesa de
Asturias, han rechazado asistir al acto alegando que el rey no les representa,
que es una entidad caduca en nuestros días y que no pueden asistir ante el recorte
sufrido en el ámbito estudiantil de becas y ayudas. Entre otras razones. Y no:
no son catalanes. Ojalá el ejemplo de estos dos valientes sea contagioso y se
expanda por todo el territorio, con la
mayor profusión posible a cada acto, a cada entrega de premios y galardones, y que
la gente no se calle: si eres republicano, pasa de monarquías fascistoides, si
crees, y quieres, que todos seamos iguales ante la ley, pasa de monarquías
fascistoides, si quieres tener la oportunidad de elegir, y de echar, a tu jefe
de estado, pasa de monarquías fascistoides, porque esas libertades te las
garantizan la república y están en contradicción con la monarquía. A esos dos
personajes, Felipe y Leticia, les cuidan la imagen como se la cuidaban a sus
antepasados los siglos pasados, y lo único que les ocupa y preocupa más que
nada es salir bien guapos en “¡Hola!” y que sus hijas salgan adorables en el Sálvame
de turno. Para estos dos sátrapas, los españoles son esos súbditos de una España
que interesa que siga siendo la España aborregada y sumisa, que se volvía loca
cuando los señoritos les saludaban desde sus coches de caballos, que no sabían
cómo agradecer lo suficiente la limosna que recibían, de los mismos que los
tenían fritos a impuestos para que ellos pudieran vivir, nunca mejor dicho, a
cuerpo de rey.
A más ver
Como siempre, excelente.
ResponderEliminarSe agradece, Isidro. Aunque lo importante no es que uno lo haga más o menos bien; el continente, sino el triste contenido...
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