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domingo, 7 de octubre de 2018

DOS MÁS DOS, CINCO



Tengo un antojo. Un capricho. Una querencia. Un alienado deseo de coger la goma de borrar y hacer desaparecer de estos folios los nombres, trapicheos, canalladas, traiciones, hijoputeces, falsedades y toda suerte de barbaridades que cometen esos de los que ya sabemos que estamos hablando, esos que se erigen en representantes de no sé muy bien quienes, que viven a nuestra costa y viven, generalmente, para acabar jodiéndonos la vida cosa fina. El otro día, un individuo que se supone debe impartir justicia, nos mostró la cara oculta de la luna, la versión Hyde de míster Jekyll, lo tenebroso de nuestra justicia, de nuestros juzgados y jueces, que uno lleva años…bueno; es igual. Si tenemos frases en ese rico y extenso refranero español, como la de que no hay más ciego que el que no quiere ver, por lo que se ve, está de adorno, por lo poco que ve la gente. Que no aprende, me refiero. Ni aunque vea lo que se supone que ve. Abrir el tema de la justicia y los jueces en este país es abrir la caja de Pandora. Por eso no se acaba de abrir del todo, evidentemente. Si de la clase política ha acabado por florecer y salir a la luz pública una parte, diría que infinitesimal, de toda la pestilencia y la hediondez acumulada tras décadas de un régimen corrupto en su Genesis como el del 78, ¿qué no saldría del sombrío mundo de los juzgados? Y no, no solemos dar la importancia que tiene el poder judicial, cuando no deja de ser uno de los poderes que sustentan el estado y cuyas decisiones nos afectan a todos, porque si un país que se dice democrático adolece de un sistema judicial saneado y ecuánime, no sé qué repartirá ni implantará; pero, justicia, seguro que no. ¿Saneado de qué? Entre otras bagatelas de chusma como ese individuo con esas ideas y pensamientos acerca de una mujer que denuncia malos tratos y pide una orden de alejamiento; y que no es un individuo cualquiera, un particular: era un juez togado, dentro de una sala de vistas tras la celebración de un acto judicial, que fue pillado en una falta que debería hacer que se metiera debajo de la cama y no saliera de ella hasta que las ranas críen pelo. Y es solo un caso que ha salido a la luz por pura chiripa, podría decirse. O por la indiscreción del sujeto en cuestión. Pero así como a un transportista se le suben los decibelios y se cree por un momento Fernando Alonso, lo mismo que yo me creía Indurain en mi bici subiendo desniveles del 25% (pa haberte matao de un infausto microcárdico, shiquillo…) a esta perla se le ha subido el cargo a la cabeza y se ha debido creer por un momento que era más de lo que es. Suele pasar más de lo que comúnmente pensamos en algunas profesiones, y seguramente algunos de vosotros lo habréis sufrido en vuestro trato con esos profesionales.
                                                      

Cambiemos de tercio: Y seguimos con los ultimátums. En este caso Elisenda Peluzíe, (en la foto, la de la americana blanca que está a la izquierda de Torra, para quienes no la conozcáis), presidenta de la ANC, le ha dado hasta la fecha simbólica del próximo 21-D, para que el Govern de Quim Torra de alguna señal inequívoca de que caminamos hacia la implementación de la República Catalana, o que se vaya despidiendo porque la ANC le retirará su apoyo y promoverán movilizaciones contra el Govern exigiendo dimisiones. Os voy a hacer una confesión: yo, como sabéis algunos, soy socio de Ómnium Cultural que, ideológicamente, está más escorada hacia la izquierda política que la ANC. A raíz de la detención de los Jordis, hubo que sustituirlos en las presidencias de las dos asociaciones. Y el día que escuche a esta tal Elisenda Peluzíe, con motivo de su nombramiento como presidenta de la ANC, a quien no había tenido el gusto de escuchar ni conocer hasta la fecha, me dejo realmente asombrado por lo claro y diáfano que lo tiene todo. Tal es así, que Elisenda no tiene otro mandato, como presidenta de la ANC, que el que le dicten los socios. Los políticos son solo una herramienta que hay que usar para lograr el objetivo final, y si estos no sirven, se cambian. Sin complejos. Dicho por ella misma: si algún miembro de este Govern tiene miedo de las consecuencias que puede acarrearle la desobediencia al estado español o a las resoluciones manifiestamente injustas del TS, que se vaya a su casa, porque no sirve a la causa. Así de claro. Y más le vale al Quim Torra y sus socios de Govern no menospreciar a esta mujer, porque esta mujer es como una especie de Pasionaria a la catalana. Pasión, al menos le pone toda la del mundo y un poquito más. No porque ella tenga superpoderes, evidentemente; sino porque puede poner a buena parte del electorado que hoy apoya al Govern de la Generalitat, en pie de guerra contra su propio Govern. Y tengo que confesarlo: yo como socio de Ómnium no dejo de sentir cierta envidia porque mi asociación está más en la línea que ha marcado Oriol Junqueras de tranquilidad, de calma, de darle tiempo al tiempo y dedicarnos a ampliar la base social proclive al independentismo, aunque aún no se nos ha dicho cómo vamos a hacer tal cosa. Que conste que entiendo y hasta comparto la postura de Oriol, porque no podemos aspirar a una república con una sociedad dividida prácticamente al 50%, en la teoría. Pero por otro lado…the body asks me for action, war, cane to Spain, así que sí, en ese aspecto les envidio a los de la ANC que quieren acabar con esto por la vía rápida, si es necesario, la de la unilateralidad. Decía el señor Puigdemont recientemente que pasarán unos 20 años antes de que podamos ver algún atisbo de república en Catalunya y, la verdad: no me da la gana esperar tanto, porque no sé si llegaré. Quiero la república en Catalunya; y la quiero para ayer no: para antes de ayer. Mucho más sabiendo, como hemos sabido en la noche de ayer de la boca de la periodista Pilar Eyre, en una entrevista que le hicieron anoche en TV3 junto a la Pilar Rachola…(Rahola, chaval, se dice Rahola) algunas cosas del Felipito uve palito Tacatúm, como que es más de derechas que su propio padre, porque naturalmente la realeza por definición es de derechas, que estuvo llamando él, personalmente, a empresas catalanas para que abandonaran suelo catalán, como a la Seat, que finalmente no le hizo ni puñetero caso, como al Banco Sabadell, CaixaBank y otras, de las que, lo único que consiguió, fue el traslado de sede fiscal de alguna que otra empresa. Por cierto, la prueba más palpable y evidente del fiasco de esa guerra sucia contra Catalunya por parte del estado español, es que crecemos más que España y que la media de la Comunidad Europea, lo que significa que el tejido empresarial catalán tiene mucho más músculo del que algunos se pensaban, y de que han subvalorado a este, sin duda, por lo que esa llamada “fuga de empresas”, ha sido más una cosa psicológica que efectiva, real y material. Podéis enfadaros conmigo si no os gusta la realidad, podéis insultarme y llamarme hijo de puta y todo lo que os dé de sí vuestro imaginario lingüístico; pero los números, esos eternos apolíticos, son los que son. Comparad el PIB catalán con relación al español y al de la media europea un año después de la tan cacareada “fuga de empresas”. Si hasta en la mía obtuvimos récord de ventas en el 2.017 y este año hemos seguido creciendo, y consolidándonos, tanto en el sector Iberia (la península), como en el Exterior (4 de los 5 continentes en donde estamos presentes).  
                                                           

La cuestión ahora es que aquel del ultimátum a Sánchez, a estas horas se encuentra con que la rocambolesca rueda del destino le ha deparado un ultimátum a él mismo, impuesto por los suyos, por la base social que le votó, y es un ultimátum que tiene toda la pinta de no quedarse en mera palabrería. Ahora, Torra va a tener que volver a presionar a Sánchez y obtener algo de este, o se le alborotarán las calles al propio Torra pidiendo su cabeza. Es lo que hay. Lo que, a su vez, me sugiere la siguiente cuestión: ¿no decían algunos que todo esto del independentismo era cosa de la clase burguesa catalana? Ya se le cortó la cabeza (políticamente, no seáis malos) a su máximo exponente político en su momento como era el Artur Mas, y ahora las bases de las que nació realmente la genuina reclamación de una Catalunya independiente y republicana, amenaza con cortarle la cabeza al propio gobierno de coalición de la derecha y la izquierda catalana porque, como se decía recientemente en una de las manifestaciones: “¡El Poble mana, el Govern obeeix!” (El pueblo manda, el Gobierno obedece). Ah; vaya: que eso no lo han sacado en los resúmenes de Tele5…vaya por dios. Empiezo a tener la sensación de que podemos estar en la fase de precalentamiento de ese otoño calentito que se auguraba en lontananza este pasado verano y de que, lo que pasa en Catalunya, puede, y debería, devenir en un meneo de unas repercusiones tales, que dentro de poco a España no la reconozca ni dios. Aquí no vamos a dar un paso atrás. Que os quede claro. Prefiero luchar por una quimera, que ver como se me apaga la vida en un sofá mientras no dejo de quejarme como única aportación a que nada cambie. Me va la marcha más que a un tonto un chupa-chup. Es…congénito. Doctores, enfermeras, familiares, amigos, conocidos…todos se asombran de que en las condiciones que estoy, con lo que tengo, que no este de baja como haría cualquiera y de que me levante una y otra vez para volver a trabajar, con quimio (hasta donde pude, físicamente) y sin ella. Guerrear es mi alimento, mi oxígeno, la luz que me guía, el nervio que me impulsa cada día. No sé hacerlo de otro modo.
                                                             

Hay un antes y un después en la historia de España desde la fecha del pasado 1 de octubre. Si no os lo queréis creer, allá cada cual; pero vais a tener noticias nuestras que, a muchos, no os va a gustar ni un pelo. Porque…a todo esto, no pretenderéis que este asunto a España le salga gratis, ¿verdad? Por una consulta…todo por una simple, no vinculante y sencilla consulta popular que se habría quedado en mera anécdota, si se hubiera celebrado y el sí no superase el 50% con claridad. Algunas cobardías acaban saliendo muy caras…

A más ver    

      

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