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lunes, 29 de octubre de 2018

ESA ESPAÑA




Babau. En Catalunya cuando llamamos a alguien tonto, o bobo, lo llamamos babau. Me encanta la palabra y hasta su fonética. Hay otras formas de denominar a la gente boba, naturalmente; pero yo me voy a quedar hoy con esta, que además es más sencillo de explicar y de que lo entendáis, que otra expresión como podría ser: “…ets un tros de suru (eres un trozo de corcho). Y es que, por momentos, uno tiene la sensación de que la clase política independentista catalana, nos está tomando a su electorado por simples babaus últimamente. Estoy de acuerdo en que la situación es tan compleja que, para explicarla simplemente, tendría que escribir como mínimo una trilogía con tres tomos de los gordos. Hay quienes le conceden, a día de hoy y en el momento presente, cierta credibilidad a lo que no es otra cosa que el postureo de Pedrito Sánchez con relación al conflicto catalán. Yo no le concedo ninguna, porque los hechos me alertan sobre este individuo, y no me inspira la menor confianza en que, no ya que pueda, sino que simplemente quiera aportar algo para solucionar el conflicto. Me podéis decir: ha acercado los presos a sus casas trasladándolos a Catalunya. Y sí: eso es así. Pero eso es así porque es lo que dicta la ley y que el gobierno de Rajoy incumplía concienzudamente, como el gobierno de Rajoy ha incumplido y violado muchas leyes de diversa naturaleza en muchos ámbitos, no solo en relación con el tema catalán. Una de las más destacadas fue por ejemplo aplicar la amnistía fiscal, que era inconstitucional como posteriormente sentenció el alto tribunal y por lo que los “amnistiados” se han salido de rositas. Y es que la muestra más fehaciente de que Sánchez no pierde ocasión de demostrar su mediocridad política, subiéndose a la carrera, junto a PP y C´$, de haber quien es el que la tiene más grande y es más, mejor y mucho español. Lo hemos visto recientemente como, a raíz de una declaración política del Parlament catalán, se reprobaba la figura del rey y la monarquía como sistema político en España. Una simple declaración sin recorrido jurídico alguno, amparada en la libertad de expresión de un parlamento en un supuesto estado de derecho, en el que uno puede criticar lo que le parezca criticable. Incluso al preparao. Si esa reprobación hubiera venido de otro parlamento autonómico, ¿Sánchez también la hubiese recurrido al constitucional, a pesar del dictamen del Consejo de Estado como ha sido el caso del Parlament? Lo dudo. Y lo dudo porque tanto PP, como C´$ y P$OE, se creen que, contra el movimiento independentista en Catalunya, todo vale. Y para recurrir al constitucional, en este caso, además, el P$OE se ampara en una mera y simple suposición, en una hipótesis: que tal declaración es el inicio de otro intento de ruptura con el estado español. No hay, señora Celaa, otro intento de nueva ruptura: estamos en plena ruptura porque no se ha cosido nada, sino que se está haciendo todo lo posible porque se continúe como estamos. Ya dijimos desde el momento de su proclamación como nuevo presidente del gobierno español, que Sánchez no había sido llamado a solucionar este conflicto ni ese iba a ser su cometido en su breve legislatura; pero en su mano está que el conflicto no se agrave, y lo está llevando tan esplendorosamente, que está a un solo paso de no poder aprobar los presupuestos y tener que convocar elecciones porque ni PDeCAT ni Esquerra Republicana le van a apoyar.

Ya sé que eso es lo que tienen que decir; pero es del todo punto estúpido hacernos creer en la separación de poderes en este país, cuando tenemos tantos, y tan graves en algunos casos, ejemplos de todo lo contrario, como recientemente se ha podido volver a comprobar con el tema de los impuestos en la tramitación de los créditos hipotecarios, verdadero paradigma del estercolero en el que se mueve el TS de España. Pero pretender que un parlamento autonómico no pueda expresarse con libertad, no pueda reprobar las manifestaciones hechas por el preparao el 3-O del año pasado, que no pueda decir que no le gusta la monarquía, es pasarse unos cuantos pueblos, cuando hasta su propio Consejo de Estado le ha advertido de la inutilidad de ese recurso, porque ya hay entre otras cosas jurisprudencia al respecto, que no ampara el recurso del gobierno precisamente. ¿Así es como pretende Sánchez hacernos creer a los más de dos millones de catalanes independentistas, que piensa solucionar algo? Hasta ahora Sánchez lo único que ha aportado es una de cal y dos de arena. No ha sido capaz, a través de su fiscal general, de tomar el control de la fiscalía y, de todos modos, poco importa ya que esta rectifique la acusación en sus conclusiones y retire la acusación de rebelión. Eso no va a salvar a los procesados de nada en absoluto, mientras exista sobre la mesa del tribunal la acusación por rebelión y la petición de 30 años por parte de la acusación particular (Vox), por lo que las declaraciones en ese sentido que llegan de forma directa o indirecta de Moncloa, no son más que cantos de sirena y un nuevo engañabobos.
                                                           

La clave de bóveda de todo este asunto sigue siendo la misma, y Toni Comín, ex Conseller de Sanitat en el exilio, lo sabe muy bien; y de ahí su apelación a que volvamos a hacer un paro de país como el del 3-O del año pasado, pero esta vez con carácter indefinido. Porque la república, en definitiva, es la gente de la calle y es la gente de la calle con la que hay que contar para obtenerla, sí o sí. Hay gente en la cárcel encarcelada de forma injusta y gente en el exilio, que no es moco de pavo no poder volver a tu casa, con tu familia y con tu vida. ¿Pero y nosotros? Los originarios peticionarios ¿qué estamos dispuestos a jugarnos para lograr lo que queremos, que estamos dispuestos a arriesgar? Porque hombre, una cosa es que quieras la república, y otra muy distinta quedarte en el sofá a ver cuando y cómo te la retransmiten por la tele: si en abierto, si solo para canales de pago, a que hora, si estarán dando el callo los de Telepizza…me temo que no va así la cosa: que hay que salir a la calle a buscarse la vida, nunca mejor dicho, que queramos para el futuro de esta tierra y de sus gentes. Sigo viendo en lontananza la sentencia del TS a los procesados la próxima primavera, porque esa sentencia puede ser un punto de inflexión que detone los acontecimientos y provoque una explosión social en Catalunya como no habéis visto hasta ahora. Pero eso es una hipótesis… a meses vista. En cuanto al llamamiento de Toni Comín de provocar un nuevo paro de país indefinido, lo veo hoy en día más viable. Bien organizados, los CDRS se bastarían para llevarlo a cabo, sin tener las “ataduras” ideológicas que pudieran tener tanto la ANC como Ómnium; aunque personalmente veo más próxima a secundar la idea a la ANC que a Ómnium, muy circunscrita esta última al discurso del buenísmo de los Junqueras y cía. En el trasfondo de ese paro indefinido, lo que hay es la esperanza de que el gobierno de Moncloa cometa un nuevo exceso, si no sabe gestionarlo y manda a las fuerzas de seguridad a disolver los cortes en carreteras y vías de tren, por ejemplo, por las malas, porque por las buenas no podrán convencerlos y para convencerlos por las buenas, no los manda a esos.

Se viene remarcando mucho, sobre todo por los voceros con intereses bastardos, la disonancia existente entre las filas independentistas, cuando, precisamente por la tan cacareada transversalidad del movimiento, eso es justamente lo natural. Lo verdaderamente transcendente es que siga habiendo ese nexo en común entre todas las fuerzas independentistas, que no es otro que la independencia de la república catalana. Es natural que Esquerra y el PDeCAT tenga visiones, posturas y tácticas distintas porque su ideología así lo remarca; pero mientras todos tengamos el mismo horizonte común, mientras los de Esquerra sigan teniendo tan claro como dice Torra que no hay marcha atrás, esos que desean que la cosa fracase se van a llevar el chasco de sus vidas. Con el 155 en vigor, nuestra prioridad no era otra que recuperar el control de las instituciones catalanas y su Govern. Bien. Ya lo tenemos ese control de nuevo. Y lo hemos obtenido ganando unas elecciones contra muchos vientos y muchas mareas, y por mayoría absoluta como se refleja en al Parlament. No nos han hecho, por tanto, tanto daño como pretendían; a excepción de los males causados a los encarcelados, exiliados y los mil encausados por diversos motivos relativos al Procés; si acaso han reforzado muchas voluntades que se han sumado a la causa tanto aquí, como fuera de nuestras fronteras. Pero aún queda mucho por hacer, casi todo, y en ese casi todo sí, hay la posibilidad de que tengamos que vivir una nueva jornada parecida al 1-O porque, tarde o temprano, quien realmente tiene las llaves de esta puerta, la gente en la calle deberá tener que volver a hacerse valer, hacerse ver, a dejarse sentir y demostrar al gobierno de Moncloa que, sin nosotros, ya no hay la Catalunya que tuvieron un día, sometida y sojuzgada. Yo no voy a vender mi dignidad ni a esa gentuza de Moncloa, ni a la corona, ni a nadie. Menos aun al fachoso del preparao, amigo de asesinos dictadores que no consiente que se le critique. Pues te jodes, que va con el cargo.
                                                               

A más ver              

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