Ñoras,
ñores, no se me olviden, a pesar de las circunstancias y de lo aparente, que
l@s mal@s siguen siendo, seguimos, l@s indepes catalanes de las narices. Iba a
decir otra cosa pero estamos en horario protegido y ante un público a veces
bastante más que infantil. A decir verdad, ya apuntábamos maneras cuando
quisimos abrirle un agujero a la capa de ozono y tal, hasta que se lo abrimos;
no contentos con eso, bombardeamos Siria, nos cargamos a casi todas las
ballenas del pacífico y hemos acabado con la existencias de los donuts rellenos
de crema. Catalana, por supuesto. Lo próximo, indudablemente, no puede ser otra
cosa que dejar sin presupuestos a ¡España!, por hacernos la puñeta no
dejándonos convocar a Messi para la selección…catalana 😉 jeje. Y si se muere alguien hoy, también es
cosa nuestra. Valga este entrada para que no perdáis el norte de las cosas. La
nueva proclama es que, por culpa de los independentistas, no habrá presupuestos
socialistas. Que dicen estos que son más podemitas que sociatas, los
presupuestos, callándose que, antes de nada, por aquello de la libertad que
gozamos en este país y esas cosas tan bonitas que dice “el preparao”, los
tienen que aprobar en Bruselas para poder implementarlos aquí. Hoy, para
vosotros ayer porque me da la gana mí, recordad que soy indepe y malo por
naturaleza, se cumplía la fecha tope para que los gobiernos de la UE
presentaran sus proyectos presupuestarios, que pasarán por el tamiz de las
comisiones de expertos que se fijaran, sobre todo, en cumplir con el techo de
gasto y controlar la inflación, cosa que, los presupuestos sociata/podemitas,
parece que no lo garantizan al 100%, cumplir con el techo, con la subida a 900
euros del salario mínimo interprofesional, y la propuesta de nuevos impuestos
que sufraguen el dispendio, al tiempo que garanticen la subida de las pensiones
en función del IPC. O sea: que el gobierno espera recaudar más para pagar
pensiones y subir el salario mínimo, pero en Bruselas parece que no lo ven tan
claro. Se lo van a repasar. Ya le ha salido a la Merkel un gobierno contestón
con eso del techo de gasto, como es el italiano a través de su ministro de interior,
el fascista Matteo Salvinni de la Liga Norte, con mensajes más populistas que
pragmáticos y materiales pero que dejan la semilla de la desobediencia, en unos
tiempos de lo más convulsos para Europa, que no consigue cerrar un acuerdo con
Gran Bretaña por el Brexit, y con Catalunya llamando a la puerta y reclamando
hacerse escuchar y atender. No sería de extrañar, por tanto, que si a las
grandes cabezas europeas calculadoras, no les salen los números españoles, le
devuelvan al gabinete de Sánchez el proyecto presupuestario con alguna que otra
rectificación o “recomendación”. Y antes de todo eso, ahora mismo, ya estamos
en boca de “los buenos” (PP, P$OE y C´$, claro) que nos culpan a los indepes de
traicionar, nuevamente, a todos los españoles, dejándoles sin presupuestos, sin
salario mínimo de 900 euros y sin azúcar morena en los bares para el cafelito
con leche. El estadio de maldad que hemos alcanzado, ya solo lo superamos
mordiéndonos cada uno y una de nosotros, a nosotros mismos, en el brazo, la pierna…donde nos pillemos, a
ratos así sueltos de aburrimiento y tal.
Y hay que ver qué viejo que soy, porque…a ver: esto entronca con el tema de mi vejez
y mi maldad, porque mi maldad me la inculcaron de pequeño los españoles, que me
hacían ver programas como aquel en el que salían los hermanos Mala Sombra, que
eran malos de verdad, así que fui un niño adoctrinado en la maldad por la tele
española, el Locomotoro, la Valentina y el tío Aquiles, que sería la versión
canija de Hermann Tertsch con pantalón de tirolés, que era la única tele que
había, con solo dos canales: la Primera y el UHF. Nene…viejo, pero es que eres
muy viejo, ¿eh? Telefunkem, se llamaba la tele. La hostia… que viejo soy; y yo
sin enterarme hasta hoy. Soy tan viejo, que estoy pensando en hacerme un regalo
para celebrarlo, así: sin calendario ni nada, porque lo digo yo, no el
calendario ese. Y un señor regalo, que me lo he ganado.
“La
hispanidad fue la etapa más importante del hombre; bueno… venga va, junto a la
del imperio romano…” Pablo Casado,
dixit. O sea: este chico me preocupa. Bueno, él en realidad no, porque no deja
de ser un mandado de la banca y la mafia del Ibex35, que son quienes poseen los
medios de comunicación en España para aleccionar a la gente en una determinada
posición y configurar las masas en función de sus intereses, para que, por
ejemplo, no les molesten y alboroten mucho, si saquean la hucha de las
pensiones. Lo que preocupa es el que hay gente así suelta por ahí, diciendo
barbaridad tras barbaridad, como esa de que va a devolver a la titularidad
estatal las prisiones catalanas, porque hay unos individuos con privilegios al
estilo de los narco países de las repúblicas bananeras. De entrada esa
pretensión es inconstitucional y no dice mucho de la apuesta pepera por el
modelo autonómico, sino que su discurso en conjunto deja entrever una cierta
envidia con relación al fascista brasileño, militar en la reserva, Jair
Bolsonaro, a punto para hacerse con el poder en Brasil como predicen las
encuestas. Y dice más el preparao bis de la URJC, como que en Catalunya, hoy,
no se puede vivir. Yo, como veo TV3 y
esta nos sorbe las células grises del cerebro a los zombis adoctrinados por la
tele catalana, me pierdo las continuas imágenes que, seguro, cada día, deben
dar en Tele5, la 1, Antena 3, La Sexta, etc. mostrándonos a los catalanes en
plena guerra civil cruenta, sanguinaria
y al estilo de la de los Balcanes de la ex Yugoslavia de Tito. Que si sales a
la calle, ya seas bueno o malo, pillas, vamos que si pillas: un mosqueo porque
se te ha escapado el bus, un resfriado, el metro, el pan...Siglos ha, que se
han finiquitado en el circo político español la voces moderadas de un supuesto
centro político, que nunca ha acabado de arraigar del todo en estas tierras tan
latinas, sanguíneas y viscerales. Hoy compiten en los extremos la llamada
derecha, el centro derecha que de centro tiene lo que yo de crisantemo, y la
socialdemocracia de Ferraz, que es lo más parecido al socialismo acomplejado y
como con miedo de que se sepa que son socialistas, republicanos y de
izquierdas, por lo que se refugian en una no confesada socialdemocracia y, al
ser española, cristiana, además, con ademanes de derecha radical en competencia
por el premio al pecho lata español del siglo junto a peperos, naranjitos y eso
que dicen que se llama Vox. ¿No han tenido ocasión los socialistas, o ganas, de
denunciar acaso el concordato con el estado del Vaticano por inconstitucional?
Porque lo es, y no solo en uno de sus puntos, sino en varios. Con todo lo que presumía
de boquilla el ínclito Felipe González de izquierdoso, no solo no denunció
nunca el concordato inconstitucional, sino que se avino a transigir con las
exigencias de la iglesia en muchos sentidos, incluidos presupuestarios.
Venga,
mañana más…o no.
A más ver
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