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martes, 16 de octubre de 2018

LA TELEFUNKEM



Ñoras, ñores, no se me olviden, a pesar de las circunstancias y de lo aparente, que l@s mal@s siguen siendo, seguimos, l@s indepes catalanes de las narices. Iba a decir otra cosa pero estamos en horario protegido y ante un público a veces bastante más que infantil. A decir verdad, ya apuntábamos maneras cuando quisimos abrirle un agujero a la capa de ozono y tal, hasta que se lo abrimos; no contentos con eso, bombardeamos Siria, nos cargamos a casi todas las ballenas del pacífico y hemos acabado con la existencias de los donuts rellenos de crema. Catalana, por supuesto. Lo próximo, indudablemente, no puede ser otra cosa que dejar sin presupuestos a ¡España!, por hacernos la puñeta no dejándonos convocar a Messi para la selección…catalana 😉  jeje. Y si se muere alguien hoy, también es cosa nuestra. Valga este entrada para que no perdáis el norte de las cosas. La nueva proclama es que, por culpa de los independentistas, no habrá presupuestos socialistas. Que dicen estos que son más podemitas que sociatas, los presupuestos, callándose que, antes de nada, por aquello de la libertad que gozamos en este país y esas cosas tan bonitas que dice “el preparao”, los tienen que aprobar en Bruselas para poder implementarlos aquí. Hoy, para vosotros ayer porque me da la gana mí, recordad que soy indepe y malo por naturaleza, se cumplía la fecha tope para que los gobiernos de la UE presentaran sus proyectos presupuestarios, que pasarán por el tamiz de las comisiones de expertos que se fijaran, sobre todo, en cumplir con el techo de gasto y controlar la inflación, cosa que, los presupuestos sociata/podemitas, parece que no lo garantizan al 100%, cumplir con el techo, con la subida a 900 euros del salario mínimo interprofesional, y la propuesta de nuevos impuestos que sufraguen el dispendio, al tiempo que garanticen la subida de las pensiones en función del IPC. O sea: que el gobierno espera recaudar más para pagar pensiones y subir el salario mínimo, pero en Bruselas parece que no lo ven tan claro. Se lo van a repasar. Ya le ha salido a la Merkel un gobierno contestón con eso del techo de gasto, como es el italiano a través de su ministro de interior, el fascista Matteo Salvinni de la Liga Norte, con mensajes más populistas que pragmáticos y materiales pero que dejan la semilla de la desobediencia, en unos tiempos de lo más convulsos para Europa, que no consigue cerrar un acuerdo con Gran Bretaña por el Brexit, y con Catalunya llamando a la puerta y reclamando hacerse escuchar y atender. No sería de extrañar, por tanto, que si a las grandes cabezas europeas calculadoras, no les salen los números españoles, le devuelvan al gabinete de Sánchez el proyecto presupuestario con alguna que otra rectificación o “recomendación”. Y antes de todo eso, ahora mismo, ya estamos en boca de “los buenos” (PP, P$OE y C´$, claro) que nos culpan a los indepes de traicionar, nuevamente, a todos los españoles, dejándoles sin presupuestos, sin salario mínimo de 900 euros y sin azúcar morena en los bares para el cafelito con leche. El estadio de maldad que hemos alcanzado, ya solo lo superamos mordiéndonos cada uno y una de nosotros, a nosotros mismos,  en el brazo, la pierna…donde nos pillemos, a ratos así sueltos  de aburrimiento y tal. Y hay que ver qué viejo que soy, porque…a ver: esto entronca con el tema de mi vejez y mi maldad, porque mi maldad me la inculcaron de pequeño los españoles, que me hacían ver programas como aquel en el que salían los hermanos Mala Sombra, que eran malos de verdad, así que fui un niño adoctrinado en la maldad por la tele española, el Locomotoro, la Valentina y el tío Aquiles, que sería la versión canija de Hermann Tertsch con pantalón de tirolés, que era la única tele que había, con solo dos canales: la Primera y el UHF. Nene…viejo, pero es que eres muy viejo, ¿eh? Telefunkem, se llamaba la tele. La hostia… que viejo soy; y yo sin enterarme hasta hoy. Soy tan viejo, que estoy pensando en hacerme un regalo para celebrarlo, así: sin calendario ni nada, porque lo digo yo, no el calendario ese. Y un señor regalo, que me lo he ganado.                                         
                                                              

“La hispanidad fue la etapa más importante del hombre; bueno… venga va, junto a la del imperio romano…” Pablo  Casado, dixit. O sea: este chico me preocupa. Bueno, él en realidad no, porque no deja de ser un mandado de la banca y la mafia del Ibex35, que son quienes poseen los medios de comunicación en España para aleccionar a la gente en una determinada posición y configurar las masas en función de sus intereses, para que, por ejemplo, no les molesten y alboroten mucho, si saquean la hucha de las pensiones. Lo que preocupa es el que hay gente así suelta por ahí, diciendo barbaridad tras barbaridad, como esa de que va a devolver a la titularidad estatal las prisiones catalanas, porque hay unos individuos con privilegios al estilo de los narco países de las repúblicas bananeras. De entrada esa pretensión es inconstitucional y no dice mucho de la apuesta pepera por el modelo autonómico, sino que su discurso en conjunto deja entrever una cierta envidia con relación al fascista brasileño, militar en la reserva, Jair Bolsonaro, a punto para hacerse con el poder en Brasil como predicen las encuestas. Y dice más el preparao bis de la URJC, como que en Catalunya, hoy, no se puede  vivir. Yo, como veo TV3 y esta nos sorbe las células grises del cerebro a los zombis adoctrinados por la tele catalana, me pierdo las continuas imágenes que, seguro, cada día, deben dar en Tele5, la 1, Antena 3, La Sexta, etc. mostrándonos a los catalanes en plena guerra civil  cruenta, sanguinaria y al estilo de la de los Balcanes de la ex Yugoslavia de Tito. Que si sales a la calle, ya seas bueno o malo, pillas, vamos que si pillas: un mosqueo porque se te ha escapado el bus, un resfriado, el metro, el pan...Siglos ha, que se han finiquitado en el circo político español la voces moderadas de un supuesto centro político, que nunca ha acabado de arraigar del todo en estas tierras tan latinas, sanguíneas y viscerales. Hoy compiten en los extremos la llamada derecha, el centro derecha que de centro tiene lo que yo de crisantemo, y la socialdemocracia de Ferraz, que es lo más parecido al socialismo acomplejado y como con miedo de que se sepa que son socialistas, republicanos y de izquierdas, por lo que se refugian en una no confesada socialdemocracia y, al ser española, cristiana, además, con ademanes de derecha radical en competencia por el premio al pecho lata español del siglo junto a peperos, naranjitos y eso que dicen que se llama Vox. ¿No han tenido ocasión los socialistas, o ganas, de denunciar acaso el concordato con el estado del Vaticano por inconstitucional? Porque lo es, y no solo en uno de sus puntos, sino en varios. Con todo lo que presumía de boquilla el ínclito Felipe González de izquierdoso, no solo no denunció nunca el concordato inconstitucional, sino que se avino a transigir con las exigencias de la iglesia en muchos sentidos, incluidos presupuestarios.

Venga, mañana más…o no.
                                                         

A más ver               

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