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jueves, 21 de septiembre de 2017

LA HORA DE LA VERDAD





Nunca, con acción o inacción, Rajoy ha estado más lejos que hoy 21 de septiembre, de vislumbrar una solución al conflicto que él mismo creó cuando junto a Soraya, se pusieron a recoger firmas contra el Estatut catalán porque era una formula de obtener votos, que refrendaron posteriormente recurriendo a sus amigos entogados del TC que, claro, como no, faltaría más, declararon inconstitucional el Estatut porque era lo que tocaba en la política del no a todo a Zapatero. De esta guisa, tenemos que a día de hoy Catalunya no tiene Estatut. Es simple papel mojado. No tenemos el Estatut que se aprobó en el Parlament, se votó en referéndum por la ciudadanía y se refrendó en las cortes españolas. Tenemos el Estatut que ha querido Rajoy y sus colegas a sueldo, se niega Rajoy a hacer la más mínima concesión forzando la maquina y provocando la radicalidad del Govern catalán y claro, la culpa de todo es del Govern catalán que se salta la legalidad. ¿Qué legalidad?: ¿la que deciden sus amigos a sueldo? La podredumbre y corrupción institucional del gobierno de Rajoy ha provocado que ya no pueda engañar a una parte de la ciudanía española y evidentemente de la catalana en su mayoría. Rajoy ha perdido Catalunya, definitivamente. No puedo saber ni predecir, como es natural, lo que pasará mañana; pero percibo que hay un antes y un después del día de ayer entre la ciudadanía. El estado español en circunstancias normales es evidente que vencerá en esta batalla; pero habrá perdido la guerra de la credibilidad en Catalunya y se va a ganar la repulsa, dependiendo de lo que ocurra el 1-0, de la comunidad internacional que, le pese o no le pese a Rajoy, no acaba de entender como un conflicto político acaba en los tribunales y la población de una ciudad del impacto que tiene Barcelona en la comunidad internacional, se ve reprimida y coartada en sus derechos de reunión, expresión, manifestación e información. Ya se alzan voces en la prensa internacional en la línea que yo apuntaba hace unos días, aquí mismo: que este conflicto ya ha superado el estadio de conflicto interno y se ha convertido en un problema de la comunidad europea, por lo que se empieza a pedir la intermediación de las autoridades europeas para poner a ambos bandos a dialogar. Con represión, incluso evitando la celebración del referéndum, que está por ver a pesar de los cruceros que atracan estos días en Barcelona atestados de policías (los estibadores del puerto han decidido negarse a abastecerlos) para impedir su celebración, lo que garantiza un alto porcentaje de conflictividad y altercados serios ese día, así no vamos a alcanzar ninguna solución porque aunque venzan, no convencen y tal y como dijo, no solamente yo y unos cuantos más, sino un señor del prestigio que tiene Iñaki Gabilondo para muchos españoles, más de 2 millones de catalanes ya no se sienten españoles, se han desconectado de España, y si alguien se cree que es que ha sido por un capricho extemporáneo, es que no se ha enterado de nada. Ha habido una provocación, recurrente y prolongada en el tiempo por parte de Rajoy, que se puso a crear independentistas cada vez que abría la boca hasta que alguien le dijo que la cerrara un rato, con cada negativa a ceder un ápice en nada, instalado en su línea política que le ha dado más resultados, hasta ahora: no a todo a Zapatero en su momento, nada de ceder en los proyectos de ley durante su rodillo de mayoría absoluta, que le costó quedarse solo y no encontrar ni un solo apoyo de la cámara para embestirlo presidente y tener, por tanto, que repetir elecciones; y no, cómo no, a los catalanes, que eso siempre arrastra votos de simpatía de los anticatalanistas que no, ellos no son anti catalanes; pero si los mataran a todos, mejor.

El próximo fin de semana y por si acaso, no os acerquéis a Barcelona. Estaremos ocupados. Es literal. Esta mañana he salido de casa para el trabajo, pero hoy me he puesto un pin en la solapa de la americana. Uno. No os voy a decir cuál. Antes de llegar al metro me he parado en un semáforo y, joder, se me ha parado delante de mí un coche de la policía nacional. Me han mirado, los he mirado, me han visto el pin, me han vuelto a mirar; y yo les he devuelto la mirada como diciéndoles ¿qué, eh? Al final ha avanzado la caravana de coches que los tenía parados en mitad del paso de peatones, y se han ido. Menos mal, porque hoy tengo un día de garambullos que termina con un evento, cena de etiqueta, discursos, premios, blablabla… y hombre, tengo que estar. Me cortan la cabeza si…uf. Pero se mastica la bronca en el ambiente. Rajoy no puede ceder a estas alturas porque se lo comen en Madrid; aunque es probable que pase lo que pase, le acabe pasando factura porque cada día son más los constitucionalistas que le responsabilizan, directamente a él, de llegar a este extremo y de las consecuencias que puede tener, a todos los niveles, que no son pocos porque y como dije al principio, Barcelona tiene su peso internacional y todo esto no acaba de encajar con la imagen de país que daba Barcelona.

Rajoy ha hecho de su capa un sayo y ha evitado ir por la vía del 155, vía lenta, farragosa y costosa, y por la vía del art. 24 de la Ley de Seguridad Nacional, que le autoriza, por decreto, nombrar una “autoridad funcional” a la que tendría que someterse la Generalitat. Una especie de Gobernador plenipotenciario de la región. En este último caso la ley le obliga a establecer un tiempo definido de permanencia de esa autoridad funcional, además de tener que rendir cuentas de inmediato al congreso sobre las medidas adoptadas y su evolución. Es más fácil para él y de paso se cobra favores, que la funcionalidad le venga dada por el Fiscal General que tiene a su servicio, y solo necesita un juez que firme lo que le solicite el fiscal. Esos son sus mimbres. En eso sostiene lo que él denomina el estado de derecho: en quien mejor sirva a sus intereses. No es que haya colocado a Catalunya en una especie de estado de excepción; pero las medidas que está adoptando se parecen muy mucho. Porque una cosa es que la resolución de sus amigos del TC de pie a que se pueda apercibir a alcaldes y funcionarios de actuar en contra de su resolución, y otra muy distinta es que esa resolución ampare detenciones masivas, permita la intervención de las cuentas de la Generalitat e inclusive congelarlas, de cobertura legal a la incautación de correspondencia dirigida a los ciudadanos y autorice la suspensión de reuniones pacificas en relación a la consulta. Y todo este conjunto de circunstancias juegan en contra de Rajoy porque da la razón a quienes sostenemos que ya no se trata de una cuestión de independencia sí o independencia no, sino del Estado de Derecho y las libertades civiles. El uso torticero de la ley es per se una ilegalidad tan manifiesta, como aquella ilegalidad que se pretende supuestamente combatir.

Sea como sea ambos contendientes, Rajoy y Puigdemont, Puigdemont y Rajoy, son esclavos de sus posturas y, por ello, la intermediación se hace imprescindible.

¿Y el PSOE, oiga, que opina de todo esto?; ¡uy! el PSOE… pretender vivir alejado de Rajoy pero viéndose pegado a él por la cuestión catalana, es cuando menos complejo e, indudablemente, en Catalunya el PSC lo va a notar. Si finalmente no se celebra el 1-0 o se celebra y hay bronca y disturbios en las calles, ciudades y pueblos de Catalunya, y Puigdemont convoca elecciones… siento decirlo, pero tenéis tema catalán para rato. El chorizo no; el rato del tema tiempo y tal.

A más ver


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