Ayer miércoles, decían algunos, podía
ser un día transcendental para Catalunya. A tenor del rebomborio y de los
titulares de la prensa capitalina, parece ser que Puigdemont y los suyos,
flanqueados por una Anna Gabriel de la CUP, de la que pude ver parte de su intervención
final y que encontré muy metida y comprometida con la causa de la voluntad del
pueblo catalán, han tocado las narices seriamente a algunos. Pero… ¿de verdad
nos podemos extrañar y/o permitir el lujo de sorprendernos? Llevamos prácticamente
7 años en este lodazal político lleno de juego sucio, mentiras, traiciones y
violaciones de leyes y de todo sentido ético y moral; ¿y ahora nos vamos a
extrañar; de qué, Maribel? No comparto, como demócrata, que no se hayan
guardado las formas y que en el Parlament se haya recortado el derecho de los
parlamentarios a seguir los procedimientos normales en la tramitación de una
ley. No me parece de recibo. Dicho esto, lo que explica esta actitud del Govern
de la Generalitat y resto de soberanistas, es que es posible que hayan
entendido que al enemigo que juega sucio, hay que combatirle con las mismas
armas; con lo cual, caen irremediablemente en el olvido de aquella máxima que
te advierte de que, en la lucha contra el monstruo, procura no convertirte tu también
en un monstruo. Quedaran en el imaginario colectivo algunas frases
grandilocuentes de alguna que otra iluminada que debe hacérselo mirar por venir
y estar de donde viene y donde está, como la Soraya, al afirmar solemnemente
que ayer había muerto la democracia en Catalunya. Pues nada: hay que montar una
misa y enterrarla antes de que se pudra. Porque es que la cosa va a empeorar
hasta lo indecible. No recomiendo que nos olvidemos que la política tiene mucho
de teatralidad, de pose, de postureo. Porque quien más quien menos en Catalunya
sabe que así, de esta manera, no vamos a ninguna parte y no va a convertirse en
un país independiente de pleno derecho. Pero como dije recientemente, no es
tanto serlo o no serlo ahora, como dejar constancia patente en Europa del grave
conflicto político que padece la región del sur de la comunidad. Y Europa no se
puede permitir estar mirando continuamente para otro lado y escaquearse con la
eterna excusa de ser un problema interno. Y no, no es solo un problema interno
por que en un mundo global y máxime en una comunidad de ese mundo global, los
problemas de unos afectan al resto directa o indirectamente por la interconexión
existente entre ellos. Ya sabemos que esta Europa ha perdido buena parte de su
decencia política, decencia que ha ido dejando en el camino por la implementación
de sus políticas neoliberales, y vergüenza que ha metido en un baúl una serie
de personajes como Rajoy, incapaz por voluntad política de cumplir con sus
obligaciones contraídas de acogida a los refugiados, por ejemplo. Por todo ello
y mucho más, no es precisamente la Europa más brillante la que acogerá el
problema catalán y en el que se implicará para arbitrar el conflicto. Rajoy,
por su parte, lo que pretende evitar es la imagen de unas urnas y gente
acudiendo a votar. Sea como sea. Y lo retorcerá todo y el otro le responderá en
la línea de retorcimiento que sea necesaria. A esto es a lo que íbamos; y aquí
y así, es donde y como estamos. En cualquier caso, en última instancia, si llegáramos
al 1-0, se hubieran habilitado los espacios públicos para votar, hubiera un
censo, papeletas y todo estuviera dispuesto a las 9 de la mañana como un día de
votación cualquiera, en ese instante la única autoridad competente para pararlo
sería un juez. Rajoy no tiene mando directo con las policías autonómicas, que
al ser policía judicial dependen de y obedecen al juez. Este, en cumplimiento
de la ley, puede ordenar a los Mossos que se presenten en dichos espacios e
incautar las urnas, impidiendo así la violación de la ley. Pero…tate callao;
no, lo voy a decir: los cuerpos de seguridad del estado, y con ellos las policías
autonómicas, tienen la prerrogativa de, dependiendo de la situación, no
intervenir si la intervención puede llegar a causar un mal mayor, que el mal
que se pretende evitar. En esos casos, el procedimiento indica que se debe
tomar nota, documentación en mano, de quien es la persona responsable (quien
haya abierto con su mano el colegio o espacio donde vaya a celebrarse la votación)
tomándole su filiación para denunciarlo posteriormente ante el juez. Punto y
final. Pasen a votar…
Pero de aquí a ese día y ese momento
van a pasar cosas y vamos a asistir, presumiblemente, a alguna desobediencia
clara y contundente por parte del Govern de la Generalitat, al Tribunal
Constitucional. Recordemos, llegados a este punto, que recientemente Rajoy dotó
a los miembros del TC de la capacidad sancionadora que no había poseído este
tribunal porque, entre otras cosas, esa no es su función natural, sino la de
limitarse a dictar lo que se acoge a la constitución y lo que no; pero en ningún
caso a condenar comportamientos legales o no de las personas físicas o jurídicas.
Esta prerrogativa de la que Rajoy dotó a esos jueces, llegó a incomodar, no solo
a la totalidad de asociaciones de jueces, sino incluso a los propios afectados;
y alguno que otro ya ha manifestado su incomodidad si se viera en la tesitura
de tener que condenar a alguna persona con motivo del conflicto con Catalunya.
No es la crónica de un choque de trenes
anunciado. Para que fuera tal cosa, primero debería haber dos trenes y lo que
hay en la vía es un tren y un Seat 600, con pretensiones de Seat 124 (2.000), "la loca" 😉 para los nostálgicos. Es David contra Goliat. ¿Cómo puedes combatir
legalmente a un enemigo, que está en disposición de acomodarse las leyes a su
conveniencia para que de ninguna manera legal puedas vencerle? De la misma
manera que esa situación te aboca más tarde o temprano a tener que darte por
vencido o la desobediencia, cosa que es interpretable, yo creo que también debería
mirarse con lupa, por lo que provoca, si las leyes aplicadas se ajustan del
todo a derecho. Estamos asistiendo a momentos insólitos, que son consecuencia
de actitudes políticas insólitas que provocan actuaciones insólitas. Y todos deberían
hacérselo mirar no vaya a ser que haya quien se crea que la responsabilidad de Rajoy
en todo esto es cero. Estamos así en muy buena medida por él. Por el no y no y
no y no a todo suyo, que ya implemento como eje de su política en la oposición ante
Zapatero, que aplicó aún más con el rodillo de su mayoría absoluta a cualquier modificación
de la oposición a sus leyes, y que viene aplicando con el Govern de la
Generalitat desde que el no de Rajoy al Estatut catalán, provocara la primera
gran movilización ciudadana en 2.010. No me parece muy previsible que la
lectura del libro Victus le haya enseñado a Rajoy nada sobre la capacidad de
resistencia del pueblo catalán. Entre otras cosas porque dudo que lo haya leído,
a pesar de que salió en la foto presumiendo de ser su lectura del verano del
2.013, tiene para mí la misma credibilidad que tengo yo para conmigo, si yo os
digo que me voy a leer la santa biblia. Ya la ojee en su momento, y tome la decisión
de intentar averiguar qué se había tomado el tío que escribió aquello, porque
era la leche.
Pero no divaguemos: uno de los momentos del día de ayer en el Parlament, lo protagonizó la parlamentaria de Podem Angels Martínez, porque tras abandonar el hemiciclo los grupos del PP, C´S y PSC antes de la votación de la ley, dejando en los escaños de algunos de ellos banderas catalanas y españolas, la de Podem retiró las de España, dejada en los respaldos de los asientos por los del PP ya que según Ángels Martínez, su bandera española era la Republicana. La otra intervención de mérito que pude ver de lo poco que vi de la sesión de ayer en directo, fue la intervención de uno de Junts Pel Sí, que afeaba a un par de los tres grupos opositores (PP, C´S y PSC), que en los corrillos de los pasillos del hemiciclo decían que, si la tramitación de la ley el Govern se avenía a postergarla a noviembre, ellos estaban abiertos a tramitarla por conducto ordinario sin aspavientos, con dialogo, y le afeaba que eso mismo que decían en los corrillos, no tuvieran la valentía política de decirlo en el hemiciclo y dejar constancia pública de ello.
Pero no divaguemos: uno de los momentos del día de ayer en el Parlament, lo protagonizó la parlamentaria de Podem Angels Martínez, porque tras abandonar el hemiciclo los grupos del PP, C´S y PSC antes de la votación de la ley, dejando en los escaños de algunos de ellos banderas catalanas y españolas, la de Podem retiró las de España, dejada en los respaldos de los asientos por los del PP ya que según Ángels Martínez, su bandera española era la Republicana. La otra intervención de mérito que pude ver de lo poco que vi de la sesión de ayer en directo, fue la intervención de uno de Junts Pel Sí, que afeaba a un par de los tres grupos opositores (PP, C´S y PSC), que en los corrillos de los pasillos del hemiciclo decían que, si la tramitación de la ley el Govern se avenía a postergarla a noviembre, ellos estaban abiertos a tramitarla por conducto ordinario sin aspavientos, con dialogo, y le afeaba que eso mismo que decían en los corrillos, no tuvieran la valentía política de decirlo en el hemiciclo y dejar constancia pública de ello.
Hace ya tiempo que las razones de
unos y otros las fueron perdiendo en el camino por mor de sus propios actos.
Hace tiempo que choricean y que lo pudren todo cuanto tocan con la intención de
pudrirlo. Son corrosivos. Gente toxica que nos hace vivir a todos la toxicidad
de su roña moral. Gentuza, que no todos, entre los que hay muchos para quien
nosotros, todos nosotros, les importamos una pe punto mierda. Nunca olvidemos
eso, porque este conflicto no debe hacernos olvidar todo lo que últimamente nos
vienen haciendo como ciudadanos a todos nosotros, con sus políticas de ajustes,
recortes, reformas laborales esclavistas, choriceo institucionalizado…pura mafia
del mangoneo, hija del régimen del 78.
A más ver
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