RATAS A LA CARTA

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Al día siguiente a la emisión de este documental por parte de TV3, documental realizado por Mediapro que previamente fue ofrecido a otras cadenas generalistas españolas y que no han querido emitir, no veo la más mínima referencia a él en los portales digitales de, por ejemplo, la Cadena Ser y El País Digital. Se supone…no. No supongas nada. No supongas que están por la verdad y la transparencia, porque el PSOE (entonces en poder de los Felipe and Brothers in arms), pactó con PP y C´S una nueva ley del silencio, vetando comparecencias en la comisión de investigación en el congreso sobre la policía política de Jorge Fernández Díaz. Esperemos que, un siglo de estos, en el PSOE tengan a bien explicarnos por qué se vetó a Villarejo y otros policías a comparecer y dar su versión de los hechos. Porque es que todo cuanto se relata aquí es de una gravedad extrema y que nos deja muy mal a todos, si miramos para otro lado. El documental, por primera vez al menos que yo recuerde y he visto nacer TV3, ha sido emitido íntegramente en castellano salvo una pequeña intervención de Xavier Trías. Para que los que lo veáis, también escuchéis y entendáis y no os excuséis en que, como es en polaco… ¿van a llover en cascada las denuncias por injurias, calumnias y difamaciones varias contra TV3 y, más concretamente, contra Jaume Roures, productor y director del documental? Debería; si a uno lo sacan por la tele contando mentiras de uno, lo que uno tiene que hacer es ir al juzgado y denunciarlo. Es de Perogrullo.

Rajoy tiene de demócrata lo que una rata de grácil y delicada mariposilla. Esta es la enésima constatación del cáncer que padece este país y que simboliza, como nadie, el presidente del partido político más corrupto de nuestra historia. Ya sé que todos los países tienen sus cloacas, tenemos que vivir con esa realidad solapada. Pero esa realidad, en tanto que descubierta y servida en bandeja de plata ante la opinión pública, ante la constatación de unos hechos que son claramente delictivos por parte del ex ministro del interior como de su policía política, deberían comportar responsabilidades penales. Pero esto es España y, al día siguiente, con lo que nos encontramos en portada es con la detención de Ángel María Villar, presidente de la RFEF, por corrupto, y con que, vaya usted por dios, se suspende la sesión en la que se iba a celebrar el calendario de la liga. Un dramón, esto del fútbol, que te cagas, nen. Ah, y claro, también dicen que la prima de riesgo se dispara en Catalunya por la fiebre independentista. ¿Y qué hace Rajoy, ese que dice tenerlo tan claro y saber perfectamente qué hacer con Catalunya, que no tranquiliza a las agencias de calificación; o es que no se entera de que si sube la prima de riesgo catalana, sube la española? Si Catalunya no se puede financiar por si sola porque no es independiente, como diría el ordinario aquel, se la suda lo que suba.  

Hay que tener mucho cuidadito con estos ayatolas de España, que por España lo justifican todo y para quienes, por España, todo vale y todo está permitido, como crear, en un supuesto estado de derecho, una brigada oculta de la policía para investigar y destruir adversarios políticos, inventándose pruebas descubiertas como falsas (chapuzas forever), para presentarse, posteriormente, el ex ministro radical del Opus (ya me contaran qué cosa, qué secta oscurantista y luciferina hay más radical que el Opus) como víctima de una conspiración por haber sido grabado en una conversación para la historia. Hipocresía sin límites ni fronteras. Que era un mal bicho, ya lo sabíamos. Que no anda muy bien de la azotea, también; porque una persona en sus cabales no va por ahí presumiendo de que tiene un ángel de la guarda que le ayuda a aparcar el coche. Cuando se destapó el caso Gal, un ministro acabó en la cárcel junto a un secretario de estado (Barrionuevo y Vera). También lo hacían por España. Mataron a inocentes en nombre de nuestra libertad y nuestra “democracia”. Lástima que no entraron todos los que fueron ¿verdad, Felipe? Porque todos respiraríamos más tranquilos si hubiera caído la cabeza de la serpiente, que es donde radica el veneno de estos reptiles. Pero tienen la suerte de vivir en un país podrido de odio, un odio que cuando las cosas iban bien pues mira, estaba como en stand by; pero que cuando se han puesto crudas, evidentemente ha florecido en todo su esplendor, capaz de tapar sus más nauseabundas miserias, mirar para otro lado y hacer como si la cosa no fuera con nosotros; es más: lo justificaremos y no faltará quien lo aplauda. Como queda perfectamente expuesto en el reportaje, lo han vuelto a conseguir: a pesar de la total y absoluta falta de pruebas sustanciadas en un sumario procesal, el 50% de la ciudadanía cree a pies juntillas que Podemos se ha financiado ilegalmente de Venezuela, al tiempo que Rajoy y su pandilla de encausados, detenidos, talegeros, juzgados y condenados, que le han regalado todos los millones a los bancos que estos han querido y que te tienen a ti muriéndote de asco, alardean de 8 millones de votos. Lo que se dice muy listos, no parece que seamos pero, eso sí: somos absolutamente libres de votar a los podridos y creernos su catecismo porque, ya se sabe: uy, que viene el coco con coletas…

Como en el caso de la entrevista a Villarejo, a posteriori uno cree que la fiscalía tiene trabajo que hacer, y ojalá fueran tan diligentes como cuando de oficio actúan contra alguno que ha tenido la ocurrencia de hacer un mal chiste; pero una cosa es naturalmente lo que uno crea, y otra muy distinta es que la locura por la democracia sea contagiosa y afecte al fiscal general del estado, locura febril que le lleve en un estadio natural de radicalidad democrática, a llamar a todos esos policías, sentarlos delante suyo, que hablen, se tome nota y se remita al juzgado de guardia. Ni que nos hubiéramos vuelto todos locos ¿verdad? Lo que es verdaderamente crucial, es hablar de Venezuela y que los catalanes se callen de una puta vez, que son unos cansinos. Y que alguien remedie y rápido el tema del calendario de la liga, please….

Rajoy nuestro,
que estás en Moncloa,
santificado sea tu mandato;
venga a nosotros tu recorte;
hágase tu voluntad
en el congreso como en el senado.

Danos hoy por culo como cada día;
perdona a los bancos la deuda,
como también nosotros perdonamos
a los que nos robáis;
no nos dejes caer en la tentación de querer trabajar,
y líbranos del mal de querer comer. Amén.

A más ver