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lunes, 31 de julio de 2017

PSOE-PSE-PE-P...






Paseando por el espacio un tarde de domingo cualquiera, padeciendo los rigores de este verano, me topo con la siguiente oración, digna de estudio y de análisis: “Andalucía necesita que España tenga un gobierno de cambio y progresista y que la gente vuelva a confiar mayoritariamente en el PSOE, porque con gobiernos socialistas a Andalucía siempre le ha ido bien". Fin de la cita.

No: si reparas en el encabezamiento he hablado de que estamos en verano, no nos queda cerca el 28 de diciembre. Si vemos las cifras a día de hoy, después de casi 40 años de gobierno exclusivamente socialista y/o de izquierdas en Andalucía… si vemos las cifras, repito, tienes que o partirte la caja, o reprimirte las ganas de partir alguna cara. No te puedes quedar indiferente cuando quien dice esa barrabasada obvia la realidad de que Andalucía está lamentablemente en el vagón de cola, no solo ya de España, sino de Europa en muchas materias; entre otras muchas y variadas boutades porque y justamente, bajo el gobierno de esos que se dicen progresistas y socialistas, ha volado la pasta que daba gusto y se han desviado fondos para la gente a otras gentes aprovechadas. Pero hete aquí que, si reparas no ya en lo que ha dicho, que mira que es grave o, como diría mi abuela, esa roja pecadora y hereje de Osuna: “Desde luego que hay que tener poca verguensa, la cara papa esa, con las tonterías y chuminás que dise por esa boca…”sino en quien lo ha dicho, todo te cuadra, todo se explica y encajan las piezas del rompecabezas que ilustra la Andalucía actual: la Susana, la sultana, la delfina del Felipe y sus adláteres. Y esto se lo ha soltado al Pedro en los morros, después de decirle que nunca le haga escoger entre el PSOE o Andalucía, porque ella es la presidenta de todos los andaluces. Lo es, ciertamente. Pero lo es, no porque a su lado se siente gente de izquierdas que la apoyen y de los que dependa gracias a la mayoría simple del PSOE-A; sino que es la derecha la que la avala en la Junta y la que le impone unas condiciones en materia económica con las que el PSOE, es una realidad fuera de discusión, no se siente del todo incomodo, al menos hasta ahora y que tienen menos de progresista, que lo que cuenta la susodicha en sus milongas. ¿Por qué? ¿Volvemos a los números? Los números de parados, de niños malnutridos, de analfabetos, de familias enteras sin ingresos, de pobreza estructural y miseria… ¿los miramos? También podemos comparar la autonomía andaluza compuesta por ocho provincias con otra, se me ocurre así como para tocar un poco los cojines, que tenga la mitad como Catalunya,  cuatro provincias y solo un millón escaso menos de habitantes que la extensa Andalucía, con el doble de provincias. Podemos mirar la renta per cápita de ambas y compararla. Podemos mirar en qué consiste la riqueza natural de ambas, sus recursos naturales y como son explotadas para explicarnos el nivel de progreso de cada una. Podemos hacer eso, sí; es perfectamente posible. Y cuando hayamos hecho todas esas comparaciones, cuando tengamos claro, como sé que tenemos, el porqué de las cosas, entonces no me vengan ustedes con que la culpa de los males andaluces, gobernados durante 40 años por fuerzas autoproclamadas progresistas de izquierdas, es de aquellos o de los de más allá; pero siempre ajenos a los que han estado mandando.

Otro de los misterios de esta vida va a ser ver reflotar al PSOE con toda la nutrida camarilla de derechosos disfrazados que alberga en su seno, fruto de la degeneración inherente al poder que los aburguesa y convierte en seres serviles al sistema. Paradigma de este caso es el presidente de Extremadura, el Fernández Vara, que tiene mucha barra (jeta, tener mucha cara en catalán). Detestado por la amplia mayoría de pedristas que no se fían de él, tienen razones más que justificadas para andar con la mosca detrás de la oreja, porque a la primera ocasión que ha tenido, después de haber sido ratificado como hombre fuerte del PSOE en Extremadura por Pedro Sánchez y haberlo nombrado, encima, presidente del Consejo de Política Federal del PSOE; a la primera que ha tenido, decía, desobedeció a su secretario general y se abstuvo en la votación del Consejo de Política Fiscal y Financiera en el que, el resto de comunidades gobernadas por el PSOE, votaron que no a la oferta de déficit presentada por Montoro. O dicho de otra manera: al señor Fernández Vara ya le parece bien una política económica de derechas para su comunidad. Lo de este individuo es…que me lo tengo que pensar el adjetivo de tantos como se me agolpan. Personalmente creo que es una pifiada de Pedro, que debía haberse limitado a pedirle una cosa que falta mucho en política: coherencia. Yo no voto PSOE pero, si lo votara ¿qué debería pensar sobre el caso particular de este individuo? Este, a diferencia de otros como Ximo Puig que en un primer momento pedía sensatez al partido, se decantó abiertamente por Susana y se manifestó abiertamente como antipodemita. “No hay que acercarse a Podemos sino a sus votantes”, llegó a manifestar. Una frase, sin duda, con su guasa. No entiendo el empeño de algunos políticos en tomar por idiotas a los votantes de Podemos, sabiendo como saben el cómo y el porqué de ese movimiento ciudadano que derivó en la elección de un líder…en algunos aspectos mejorable, si se quiere, pero como el PP no es Rajoy ni el PSOE Pedro, Podemos tampoco es Iglesias, eso es una lectura bastante simplista. Sabe Fernández Vara, que tonto no es, que buena parte del electorado morado antes lo era socialista; y debería saber que si ahora son morados, es por culpa, entre otras cosas, de personajes como él que se llevan, tan maravillosamente bien con la derecha, que hasta les copian las políticas, sobre todo económicas, madres de las demás políticas. No es que sea un personaje camaleónico; es un jeta de mucho cuidado, de esos acostumbrados a arrimarse al sol que más calienta y que hoy es tu amigo, tu buen amigo que te va a invitar a jamoncito del rico, pero míralo de cara y no le des la espalda.

Y ahora mi descanso. Creo que me lo he ganado. Andaré por aquí, pero de aquella manera. Pero andaré por aquí… ;)

Cuídenseme, no se me ofusquen por tonterías, amen mucho lo que hagan y recuerden: lo más importante de la ida siempre es la vuelta.


A más ver   

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