Dicen que lo que no sabes no te
causará problemas, es lo que crees que sabes y, en realidad, no es así. Estaba
escribiendo un post sobre la banca española que…uf, menudo tostón os estaba a
punto de endiñar. Comenzando por Wall Street y la mal llamada “crisis” del
2.008, que no fue otra cosa que el mayor robo de la historia contemporánea.
Siendo esa la raíz del problema, aquí, en España, solo es parte del problema.
La otra parte del problema, siento decirlo, somos los españoles. Sí. Todos y
cauda uno de nosotros. A nosotros, que vamos fardando por el mundo de
españolidad y toda esa mierda, nos diferencia del resto el que, aquí, por mucha
rojigualda, por mucho himno, por muchos cojones y por mucha capilla y sacrista,
nos diferencia del resto, decía, que somos unos capullos integrales sin
remedio. Y si no es así, convénceme de que es lo más natural del mundo el que, de
los países que han tenido que rescatar a su banca, hayan cobrado hasta el
ultimo dólar, euro, penique, etc. incluidos los intereses y, aquí, tierra brava
de ardientes machos hispánicos y toros bravos, y patatas bravas nen, no te
olvides las patatas bravas, no solo no lo han devuelto después de presentar
beneficios, sino que alardean de que, ni por pienso, devolverán nada nunca. A
partir de aquí, que me vaciles de españolidad, me lo paso por la plazoleta del
capullo, hablando claro. ¿Cómo estamos?: como nos merecemos. Ni más, ni menos.
Pero nada; tú recuérdame que si los bolcheviques no sé qué, que si Stalin, la
Pasionaria, los lacitos amarillos, que está todo lleno maricones, que esto es
un caos propiciado por el libertinaje de los rojos…etc. Pero lo que ha fallado,
en origen, es la desregularización y el descontrol del sistema financiero y,
con ello, el propio sistema capitalista en el que vivimos, a menos que esto sea
Venezuela y yo no me haya coscado de nada aún. Claro que los liberales dicen
que el problema (el problema, que lo es en tanto evita que se enriquezca la
gente de modo fraudulento, estafando, engañando, actuando como depredadores del
capital ajeno) siempre es el estado y sus controles, pero en la practica ha
sido la falta de control lo que ha propiciado el desplome del sistema. Lo
sabían. En Wall Street sabían perfectamente que el estado no podría dejar caer
el sistema bursátil y financiero del país, que iban a ir en su rescate. E
hicieron lo que hicieron igualmente: Mintieron, estafaron, desplumaron.
Robaron. Y lo hicieron a base de bien: a gran escala, que es como mola más. A
fin de cuentas, ellos representan al capital más y mejor que nadie. ¿Dónde
radicaba el descontrol?: primero en los créditos hipotecarios y microcréditos
personales que las entidades financieras y los bancos, desde que dejaron de
comprobar la solvencia de los deudores de esos créditos. Así aumentó el riesgo
de morosidad de esos bancos y entidades financieras. Crearon bonos con paquetes
de créditos de alta rentabilidad para darle una apariencia atractiva de cara al
mercado; aunque en realidad esos bonos estaban llenos de créditos subprime,
créditos basura, que no iban a poder cobrar jamás porque no controlaron la
solvencia de los demandantes. ¿Esto lo sabía la Reserva Federal norteamericana?
Evidentemente no, porque dejándose llevar por la inercia, vieron el atractivo
aparente del producto, y los calificaron como bonos AAA, pero no escarbaron más
para dar con el cáncer que se estaba germinando gracias a los subprime, los créditos
basura. ¿Quién lo iba a sospechar? Del libertinaje financiero y el descontrol,
nació el problema que arrastramos hoy y que no son esos lacitos amarillos, ni
ese máster, ni esa tesis ni ¿dónde mierda metemos a la momia?
A mi me educaron intentando
inculcarme la idea, que no sé muy bien de donde sacaron semejante mierda,
porque la biblia, mis queridos “ñiños y ñiñas”, no es otra cosa que un
compendio de habladurías y chismorreos del populacho, de que vale más poner la
otra mejilla. Nunca la puse. Es de gilipollas. Pero eso es justamente lo que
hace el grueso de este país: poner la otra mejilla, una y otra y otra vez. Que
cara más dura y cuanta insensibilidad sin sentido. Y, por descontado, antes
muertos que confesar el error, que reconocer que hemos metido la pata hasta el
fondo con nuestro desdén colectivo, con nuestra autocomplacencia y apalanque. No
es que nosotros hubiésemos podido evitar la catástrofe, evidentemente que no,
pero sí que debemos evitar la vergüenza y el oprobio de ser la mofa del planeta,
un país al que puedes robar con total impunidad que nadie te va a exigir
responsabilidades; al contrario: le echaran la culpa de todo a los emigrantes y
a los pobres, que es que hay mucho pobre y mucho negro. ¿Qué pregonaban más de
uno con el tema de las Preferentes?: que la culpa era de los abuelos por no
saber leer, o no enterarse, o no estar a la última de los productos financieros
del sistema bursátil, etc. Bueno, pues por ahí tengo yo un pariente así como
lejano física y sanguíneamente, disfrutando de su casa con piscina después de
su paso por la dirección de una sucursal bancaria de una entidad gallega, que
se jubiló después de todo el follón de las Preferentes, y que va dándome lecciones
de españolismo y de españolear. Ya he partido peras con semejante individuo,
como es obvio, porque hay piaras en las que uno no quiere entrar a saludar a ningún
cerdo. Si te dijeron otra cosa de pequeño, te mintieron: no todo el mundo es
bueno sino que, lo que suele haber, es gente, gentecilla y gentuza.
Ah, y claro, no podía faltar: el próximo
lunes es 1 de octubre. Para vosotros no sé; pero para más de dos millones de
catalanes es un día especialmente señalado, por todo lo que supuso tal día como
ese de ahora hace un año. Un año de un capitulo ignominioso para la historia
reciente de España, gracias sobre todo a la inutilidad política personificada
en el mayor botarate político que he conocido en mi vida, un ser despreciable,
corrupto hasta las trancas, embustero, cobarde y traidor como pocos, al que aun
deben andar buscando porque por lo visto nunca se ha sabido la identidad de ese
tal M. Rajoy. Igual es que lo he soñado…
A más ver
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