¿Y qué pasa con el gran desaparecido
en el maremágnum político y convulso que vive España, ese nuevo símbolo de ese
supuesto remodelado partido socialista, que responde al nombre de Sánchez
Castejón, Pedro? Lo siento por lo que voy a decir por mis muchos amigos
socialistas de corazón, pero si a alguno le quedaba alguna duda de que este
hombre es sinónimo del continuismo del Régimen del 78, su apoyo incondicional
al PP en el conflicto con Catalunya lo corrobra y lo convierte en cómplice
necesario de todos los atropellos, de todas las manipulaciones judiciales y
fiscales y de toda la sarta de embustes que intoxican el ambiente. Mucho miedo
a Susana y lo que esta tiene detrás, es lo que le pasa al Pedro; lo que denota
un carácter amansado por los poderes fácticos que no le castigan con rigor en
los medios a los que él atacó, manteniendo un perfil de hombre de estado de
cartón piedra, y procurando hacer el menor ruido posible. Además de que ese
posicionamiento, más o menos oficial y más o menos por terminar de elaborar, en
lo relativo a la política socialista de nueva ordenación territorial, es más de
lo mismo o el trasfondo, siempre inconcluso, de un federalismo que ni ellos
mismo se lo creen. Puro humo. Tiene al país, España, a punto de caramelo para
poder recogerlo y mostrarnos un nuevo modo y modelo de hacer las cosas, y se
escaquea tras el “Jesusito de mi vida que me quede como estoy, o me araña la
sultanota”. A eso se le llama cobardía política, inseguridad en su liderazgo,
no apto para gobernar un país para el que no tiene, además, ni modelo definido,
claro y que ilusione. Recuerdo que cuando fue investido secretario general para
ilusión de las gentes progresistas de España, dije que había que darle un
tiempo para que viéramos por donde iba a ir en realidad, ya que la política es
una selva llena de intereses en la que una de las cosas que menos cuenta, es la
amistad. Son conveniencias mayormente las que establecen esa relaciones
“amistosas” en la apariencia, pero siempre dispuestas a enterrarse por un presupuesto
mayor. Independientemente de esto, el clan de los sevillanos del PSOE ha ido
lanzándole dardos vía boca de la sultana, como dándole a entender que, si bien
es el secretario general, el clan es el clan y tiene su propia visión de las
cosas y, lo que es más importante: control.
Control de felipistas, guerreristas, Chavistas y demás istas históricos
que no quieren, ni por pienso que diría Cervantes, que se les acabe la bicoca
que establecieron con sus colegas del PP para repartirse el pastel del estado durante
estos 40 años de “democracia”; curiosa palabreja que nos han chutado en vena
durante años, mismamente como si fuera una savia nueva que nos haría a todos
felices; cuya composición, estamos viendo ahora, estaba plagada de inmundicias,
detritus y putrefacción tardo franquista. Cuarenta años después, que a esta
alturas, habiendo contado con varias mayorías absolutas por parte del PSOE, que
un estemos como estamos con el tema de los enterrados en las cunetas, por poner
un ejemplo, es sinónimo del fracaso de una política socialista acomodada a los
intereses bastardos de la derecha franquista, como ha sido y pretendía volver a
ser con aquel pacto con C´S que Podemos le chafó, de las políticas de derecha y
liberal en materia económica, que es la madre de todas las políticas.
Estos del Partido Putrefacto se
sienten tan henchidos de poder, tan a salvo con sus 8 millones de votos útiles,
ante los restantes 16 millones de votos inútiles, que ante lo que suponen ya
que es su nueva cruzada salvapatrias, van extendiendo la amenaza del 155 en el
País Vasco por boca de Alfonso Alonso: “En Euskadi hay un nacionalismo en el
poder (PNV), fuerzas radicales que aún están en la justificación de posiciones
violentas (Bildu), populistas de Podemos que son la tercera fuerza, y la
plataforma Gure Esku Dago, embrión de una Asamblea Nacional Vasca”; y al socialista, presidente del la comunidad
de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, constitucionalista hasta la médula
el hombre dicen, el delegado del
gobierno en la comunidad, José Julián Gregorio, ya le ha dado un aviso:
cuidadito con lo que haces con tu coalición podemita, que te metemos el 155 por
el culo. No con estas palabras, obviamente. Pero quizá se diera el caso de que
lo que apoya ahora Pedro en Catalunya, se lo encuentre mañana en su sopa.
Naturalmente que la gente que manda en este país, es perfectamente capaz de
haberle prometido a Pedro La Moncloa si ahora, durante esta crisis
constitucional y de país en su conjunto que padecemos, no altera más el corral
y se pone del lado de los buenos. Del de ellos, claro, porque la unidad de la
patria es que tapa tantas cosas…tiene ese poder mágico, singular, casi único,
de que la gente se olvide de todo, de absolutamente todo lo demás: de la
libertad de prensa, de reunión, de asociación, de expresión, de movilización,
de protesta, de participación, de pluralidad política, de reclamación…de
democracia. Y es en este escenario que descarna tanto los pecados de unos y
otros y nos muestra la verdadera alma de muchos, en el que PP le acaba de decir
al PSOE, y a todo dios por demás, que nada, y nada es también sin el respaldo
del PSOE, va a parar ya el 155 en Catalunya. Y ahora, Pedro, a ver cómo te lo
montas para descabalgarte del apoyo a Rajoy y todo eso de la indisolubilidad de
la patria. Le has dado el apoyo que necesitaba justo en el momento que Rajoy lo
necesitaba, y ahora, Pedrito, contigo o sin ti, va a hacer lo que la podrida negritud
y lo más reaccionario de esos canallas mafiosos que llevan saqueando este país
durante décadas, y siguen, y siguen en ello, haga en Catalunya lo que no está
en los escritos; y nunca mejor dicho porque se van a tomar medidas que van
mucho más allá de lo que le permite el dichoso 155.
A todos los evidentes progresos
económicos que hemos asistido, porque estamos que lo petamos, durante la fuliginosa etapa rajoniana, podemos
contar los casi 60 millones evaporados por arte de magia en las cuentas y
balances de los bancos y cajas rescatados, mientras los demás países cobraban y
hasta los intereses de sus recates a sus bancos, como podemos dar por exitosa
una política laboral que ha cronificado la precariedad, los 90 mil millones al año contabilizados por el efecto de la corrupción politica, encabezar la lista de lo países de Europa con mayor déficit, la explotación y los
abusos laborales de todo tipo, o la famosa amnistía fiscal que, como todo el
mundo puede comprender, vino para hacernos a todos más igualitarios y más
justos. Por el camino, toda una serie de personajes relacionados con el PP de
lo más singular: “Don Vito”, “el albondiguilla”, “el muñidor”, “el relojes”,
hacían suculentos dineros con los ídem que les llovían del PP, dinero del PP
que a su vez procedía de muchas aportaciones ilegales al partido por parte de
gente dadivosa que, casualmente, obtenían suculentas contratas públicas,
mientras una clueca iba pregonando ante una alcachofa que el PP era el partido
de la clase trabajadora. Ahora, para mayor gloria del badulaque, se va a
convertir en el presidente español que liquidó una comunidad autónoma y a su
gobierno con un golpe de estado a la española, maquinando, mintiendo y
sirviéndose de sus amigos enchufados en el Constitucional, para derrocar un
gobierno autónomo elegido democráticamente en las urnas. Y, esto último,
gracias a ti también, Pedro.
La cosa no es solo decir que se va a
aplicar el 155. Hay que implementarlo. Con unos padres que ya anuncian que se van a oponer a que se toque su sistema educativo, con todo el funcionariado
cubierto de independentistas y no independentistas, con un solo ayuntamiento en
poder de la derecha española en toda Catalunya, implementar las medidas que
pretende Rajoy, no va a ser fácil: va a ser imposible. Y lo sabe. Pero más allá
de Catalunya, hay que lanzar un mensaje a navegantes y gentuza predispuesta a
la rebelión.
A más ver
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