Si vamos, como solemos ir por la
vida, creyéndonos los reyes del mambo y que somos infalibles, las hostias
pueden llegar a ser catedralicias. Si cuando damos una opinión sobre algo, con
todo lo que de influencias externas e internas supone, solemos hacerlo como si
la nuestra fuese la verdad más verdadera, sin atender a otras porque, claro, es
la nuestra; y nosotros sabemos mucho: somos sensatos, razonables, justos, mesurados,
eclécticos…traspasamos el estadio de lo racional y no hablamos ni dialogamos:
sentenciamos. Damos cosas por supuestas porque pensamos, o creemos, o nos
imaginamos porque hemos visto lo que han enseñado y nos han dicho, que tal
cosa, llámala X, ha pasado. Pero pasar, pasan infinidad de cosas y, en esta
mundo de la imagen, ya no vale decir que una imagen vale más que mil palabras,
porque las fotos, como tantas y tantas cosas, se trucan, se retocan o, como
diría el ínclito amigo del ángel de la guarda Marcelo, aquel hacía de chofer,
“te la afinan”. La veracidad de una foto se contrasta solo con otras fotos del
mismo suceso desde ángulos distintos o en cámara de 360 grados que capte todo
el entorno. Cuando componen un relato, llámalo X, de tal cosa o tal otra,
evidentemente que es susceptible de ser presentado, como lo es, a gusto de
quien lo redacta; lo cual no implica per se que se diga o no la verdad; eso
está siempre en función de los intereses que se persigan y, si lo que se
persigue, es presentado como una necesidad en aras del bien común o general,
esto solapa toda verdad y justifica el fraude y todas las barrabasadas que se
puedan cometer, porque prevalece lo que “alguien” (¿un ente físico, etéreo,
abstracto?) decide lo que es el llamado interés general: el status quo.
Sirva todo este preámbulo para
adentrarnos en el análisis de una de las causas que, en mi opinión, son la
fuente originaria de todo este conflicto hispano-catalán: el orgullo. Eso
mismo. Es el orgullo una de las razones por las que este gobierno de Moncloa no
reconoce, como reconoció en su momento la Soraya, que metió la pata hasta el
fondo con la recogida de firmas contra el Estatut catalán. Si Moncloa hubiera
dicho en algún momento al Govern de la Generalitat que retiraban el recurso al Constitucional,
Estatut que solo vieron inconstitucional Rajoy su amigos del TC obviando todos
los estudios previos de los leguleyos de las 3 cámaras que lo aprobaron
(Parlament de Catalunya, Congreso y Senado más un referéndum en Catalunya),
porque había que presentarlo como una claudicación de Zapatero ante los catalanes,
ya que, por aquellos tiempos, Zapatero hasta había matado una noche de
borrachera al Che Guevara en una tienda de ultramarinos de Lavapiés, nada de
todo lo que ha pasado, ocuparía ahora nuestro tiempo y nuestro desbarajuste.
Pero no: sosteneya y no enmendaya, es lo que nos va por estas latitudes. Y si
hace falta, se ponen los cojones sobre la mesa para que se vea que se tienen. No
pensamos ¿para qué? en el porqué, si somos los hispanos mas chulos que un ocho,
todos, sistemática, progresiva e inexorablemente, los países que componían
aquel sacrosanto imperio español donde no se ponía nunca el sol, se han acabado
largando de ese imperio por pies. Mucho deberíamos aprender del Reino Unido en
ese sentido, que con su Commonwealth reúne a 53 países que un día formaron su
imperio, por lazos de historia, idioma y cultura; está formada por esos 53
Estados independientes, de los que 32 son repúblicas, 16 monarquías
dependientes de la Reina de Inglaterra y el resto monarquías nacionales. Por
eso el Reino Unido son la potencia económica que son, y nosotros….bueno: les servimos
las tapas en el levante o les limpiamos las piscinas en Mijas. Nosotros, eso
sí, asistimos a la pantuflada de las reuniones con los países latinoamericanos,
donde solemos pintar bastante poco o andamos a la greña con alguno que,
inevitablemente, siempre encuentra amigos en su causa y ya la tenemos liada.
Otra vez. Que si ahora, mañana y siempre Cuba, Venezuela que no falte desde que
se metieron con Repsol, Perú, Bolivia…que cansino. Y aquí, entre nosotros,
igual: vamos hacia una política del PP sobre Catalunya de tierra quemada, ya no
disimulan las presiones a la dirección de Seat para que emigren del territorio
hostil, obviando, como debe ser, quien, cómo, por y para qué las inició. Eso…las
continuadas tergiversaciones de Moncloa, los palos y detenciones, lo han
difuminado y ya no cuenta. Ellos, por supuesto, ni tienen nada de lo que
arrepentirse, ni desdecirse ni rectificar. Siempre, para el PP, son los otros. Es
que no saben hacer otra cosa: o gobernar por mayoría absoluta; o gobernar por
cojones. Rajoy, recordemos, se pasó toda una legislatura gobernando con mayoría
absoluta y sin llegar a ningún pacto con ninguna fuerza política. Resultado:
ganó las elecciones y se quedó solo con su frustrada mayoría simple, que dio
paso a la repetición de las elecciones. Porque Rajoy es un político
absolutista, como ya he repetido tantas veces que comparto sentidamente vuestro
propio aburrimiento, que practica la política del se negocia y se acuerda lo que
yo digo, o eres tú quien no quiere dialogar. Ese, y no otro, es su concepto del
dialogo; que no digo que este mal si eres un alcalde de un pueblo que tiene que
dirimir con un vecino unas disputas por unos acres de pasto para sus escuálidas
vacas; pero al tratar temas de estado…hombre: un mínimo de nivel. Y este de
Registrador de la Propiedad, nada de nada, monada; vamos: si este es eso por
meritos propios, yo soy Nobel de física por la teoría M-23 sobre las
dimensiones cuánticas. Ah ¿qué solo han llegado a la M?; claro: es que por eso
la mía es M-23: actualizada y tal. Roldan… ¿os acordáis? : Se la metió doblada
a todo dios con un curriculum que vamos…en su puñetara vida. Y llegó donde
llegó engañando, mintiendo y se fue robando que para eso había llegado.
Y ya lo tenemos aquí: el famosillo
155 al que Rajoy le tiene tanta cosa que no lo ve claro; aunque ha dicho que lo
va a poner en marcha y eso que el Pugi no ha declarado la independencia; ¿en
qué habíamos quedado?: ayer aplicaría el 155 si se declaraba, y ahora sin
haberla declarado lo aplica. ¿Aznar le revuelve el gallinero? Se quedaran con
los dineros, la poli y adiós autonomía. Ya tampoco la teníamos, de hecho, desde
su recurso a sus colegas del Zumosol Constitucional así que perder, en ese
sentido, cero. Visto el panorama, ahora a Puigdemont ya solo le quedan estos
días, hasta la semana que viene, ya que a finales de la semana próxima se
aplicaría el 155 y comenzarían a tomar asiento los nuevos cargos “técnicos” en
el Govern catalán, para hacer oficial la DUI y convocar elecciones. Yo lo
haría. Sin duda. Sin la más mínima duda. No se puede esperar una solución a un
problema por parte de alguien que, no solo no entiende el problema, sino que lo
ha creado él solito y, como sus entendederas políticas son más cortas que la
luz de una linterna sin pilas, no le da el coco, nene, no le da para más que no
sea poli, colegas togados y represión. Es un virus altamente toxico para España
y, nada: todo vuestro, que lo disfrutéis con alegría. Me piro al banco a sacar
la pasta, que ya le tenía ganas a CaixaBank. Ahí es donde vamos a hacer daño,
como dije recientemente: incidiendo en la economía y sobre todo en las empresas
de Ibex35. Lo que no os están contando desde España, es la pasta que están perdiendo,
ahora mismo, tanto las empresas que se han ido a otros sitios desde Catalunya,
como las que en España tienen negocios aquí. La afectación ayer llegó al
parquet europeo que cerró con un – 0,29 en París, y un – 0,41 en Frankfurt.
Aquí las del Ibex cerraron con un – 0,74. Solo los zoquetes no se enteran de
que dañar la economía catalana es dañar la española y de que, la pasta que Rajoy
se está gastando, amén de los miles de embolados en los que nos habrá metido en
las cancillerías europeas pidiendo favores y lealtades, en todo este asunto, lo
van a pagar los españoles. Sus propias fuerzas de ocupación le han plantado
cara y les han tenido que subir las dietas a sus fornidos chicos, porque con lo
que les daban no rellenaban tanto musculo de suficiente oxigeno. Me alegro por
ello. Siempre está bien que coma el hambriento, sobre todo aquellos que, fuera
de servicio, encuentran un atractivo turístico en subirse a las fachadas de los
ayuntamientos por la noche, para sacar las banderas catalanas de los balcones. Sigue,
mucha gente, sin enterarse muy bien de lo que no es más que un cacho de trapo,
como toda bandera. Nunca tuve bandera y, si la tuve, fue de aquel Betis del
Cardeñosa, Benítez, Cobo, Esnaola… ¿y Bizcocho, niño? Qué duro era el
Bizcocho... 👀
A más ver
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