No pido, ni espero, que comprendáis
mi propia realidad. Es mía. Ese contraste que se produce en mi mundo, externo e
interno, me lleva, como digo, a que haya un José Varela con ganas, muchas ganas
y cada día más ganas, de decirle adiós a España de una puñetara vez. Hartan.
Hartan hasta lo indecible, lo insufrible, lo no permisible. Les da igual
recurrir a todas las mentiras mil veces repetida porque de tanto repetirlo,
creen que se hace realidad; cuando lo único que hace real es el aborregamiento
de los que les siguen. Empezando por ese espíritu eccehomo que cohabita con la
figura gallarda y viril de un rey de fotoshop, que se nos pone como un
basilisco con aspavientos y manotazos a darnos clases de democracia, justo él
que nunca se ha presentado a unas elecciones ni le han violado ni pisoteado ni
sus derechos ni a sus abuelas por querer votar; y terminando por algún
personaje emigrado que vive en su burbuja de clase media alemana, que se dedica
a ratos libres a enseñarnos también cómo somos y qué debemos hacer con los
catalanes. Y como se les acaban los argumentos, de vuelta a la manida
controversia del castellano en las escuelas catalanas, faltando a la verdad de
la forma que siempre hacen: sin rubor alguno. Sin complejos. Eso mismo,
curiosamente, le criticaban a los demócratas americanos en sus batallas con los
republicanos: estos dicen lo que sea, sin complejos, mientras obtengan un voto.
Da igual que tu, no tu primo ni un colega sino tú, te hayas pasado la vida aquí
en Barcelona, hayas estudiado castellano y además con nota porque yo era de
letras y un enamorado del castellano de Quevedo, de Góngora, que te hayas
adaptado a la cultura y al idioma del lugar haciéndolos propios, que no. Que lo
que ellos digan. Que aquí no se deja aprender en castellano porque ellos lo
dicen y punto. ¿Quién lo dice? Pues ni una docena de los cientos de miles de
padres de alumnos que estudian en las escuelas catalanas, docena que en su
mayoría también quieren clases de religión obligatoria. ¿Hace falta decir algo
más? Es la vieja táctica de quien quiere hacer desaparecer un pueblo: negarle
su cultura y su lengua. ¿Cómo, en qué cabeza cabe que un idioma que hablan 500
millones, tiene algún problema con otro que apenas lo hablan 4? ¿Contamos
cines, publicaciones, medios de comunicación, radio y tv, en castellano y
catalán, en Catalunya? Porque los castellanos ganan, en todos, por goleada. Es
lo que tiene de beneficio el que vive del “calumnia que algo queda”. Y lo que
queda, es ese pozo de odio que va germinando en muchos que son susceptibles de
ser germinados. Ese odio les ciega, lo hemos visto y comprobado fehacientemente
estos días, sobre todo el 1-0 en Catalunya, los lleva a negar lo que ven sus
ojos y los ojos de todo el mundo y a justificarlo de mil formas a cada cual más
patética y esperpéntica. Después les preguntas cómo se han conquistado los
derechos de los que disfruta, y no tienen ni puta idea, o ni estaban por edad o
ni se les habrá ocurrido nunca; quizá crean que viene en una de las cajas de la
Play Station del Carrefour. Play VR, el mundo en 3D: mola.
Me contengo y me retengo. Y no poco.
Este país está podrido de arriba abajo del derecho y del revés, y no hace otra
cosa que supurar pus con la que nos vamos a ahogar todos. Con las detenciones ayer
noche de Sánchez y Cuixart acusados de sedición, podemos asegurar ya sin ambages
alguno que esta gente de Moncloa lo que quiere es incendiar Catalunya. Llevan ya
un tiempo construyendo un relato para presentar Catalunya como un sitio lleno
de racistas, de gente violenta, que altera el orden cuando les da la gana, de
golpistas que tratan de imponer la voluntad de una minoría sobre una mayoría (falacia
que nunca ha tenido su traducción en votos por parte de esa supuesta mayoría), que
aquí nos pasamos la ley por el arco del triunfo (los que fueron a hablar, los
más ladrones, podridos y corruptos de Europa), que aquí se discrimina al
castellano y a los niños se les tortura obligándoles a repetirse de carrerilla
la alienación del la Gramanet, y que somos lo peor de lo peor. Bien. Pues si
eso quieren, eso van a encontrar. Tras la nota de Puigdemont a Rajoy en la
mañana de ayer, tanto la primera ministra sueca, como el ministro de asuntos
exteriores alemán así como otros mandatarios europeos, veían en esa nota de
Puigdemont una posibilidad para abrir un marco de diálogo entre Moncloa y
Generalitat. Rajoy ayer se cargó deliberadamente ese posible marco. Bueno, en
realidad ya se lo había empezado a cargar en la recepción en el Palacio Real,
cuando el 12 de octubre el rey celebró la recepción preceptiva de la fecha, y
circulaba en los corrillos que iban a haber dos detenidos este lunes, y el
tercero ya veríamos. Ha restituido aquella vieja y franquista figura del
tribunal de orden público de infausto recuerdo, usando fiscales y jueces a
medida para acallar, encerrar y acabar con adversarios políticos. Porque se
diga lo que se diga, Rajoy ha devuelto a nuestras prisiones, en el año 2017 en
esta España que vive en la era terciaria, a presos políticos.
Esperan, porque tontos no son, que
ahora la gente salga a la calle para que tengan otro motivo para que hablen las
porras. Y si no lo tienen, tienen suficientes alborotadores infiltrados para
acabar rompiendo cosas y que esas sean las imágenes de la noche en la tele, que
les restrieguen una y otra vez a toda España para que vean que malos somos los
catalanes. No puedes esperar nada bueno de esa gente del PP, convertido ya por
méritos propios en un partido toxico para España (gobierno de Aznar: burbuja
inmobiliaria, guerra de Irak, 14-M; Rajoy: Crisis, Ley Mordaza, Recortes, Reforma
Laboral, Corrupción, Crisis Territorial…), ni tampoco tienes nada que negociar
con esta gente que, a la vista está, nunca ha pretendido ninguna negociación ni
intermediación: solo derrotar y humillar al rival, que es lo único que saben
hacer y se les da mejor. No os hará mucha gracia la detención de esas dos
personas cuando en los próximos días comencéis a ver las repercusiones que esto
va a tener en el conflicto. Descabezando a las dos organizaciones responsables
de las movilizaciones del 11-S desde el 2010, no van a acabar con las
manifestaciones sino todo lo contrario. La CUP está a un paso de ponerse
abiertamente en pie de guerra, aunque aun se les puede contener si Puigdemont
sigue fiel a la causa y mientras este esté al mando del Govern. Ya se anuncia
un calendario de movilizaciones y protestas para los próximos días entre los
que están sentados en la llamada Taula
per la Democracia (Mesa por la Democracia), una reunión que la integran más de
40 asociaciones como la propia ANC y Ómnium, sindicatos, asociaciones de empresarios
pequeños y medianos (PYMEC), ONGS, gremios profesionales, asociaciones de
padres y madres de alumnos, etc. El tejido social de Catalunya dispuesto a
plantar cara a esta caricatura de democracia y llegar hasta el final. Porque ni
nos van a callar ni tenemos miedo de esos inmorales corruptos que se están cargando
este país; el vuestro y el mío. Pero os voy a reiterar una vez más: vamos a
salir a la calle y lo vamos a hacer de forma pacífica y ordenada, como venimos
haciendo hace años. Hoy a las 12 del mediodía de momento hay convocado un paro
en los puestos de trabajo y a las 8 de la tarde una concentración en Diagonal/
Pº de Gracia, a la que se les pide a la gente que acuda con velas en señal de
protesta por las detenciones de Sánchez y Cuixart. Y más que vendrán.
10.000 Policías y Guardias Civiles enviados
a Catalunya para impedir un referéndum; que se acabó celebrando porque solo
consiguieron el 10% de su objetivo(colegios cerrados); y 350 hombres para
combatir el fuego en Galicia que se ha cobrado 4 víctimas mortales y ha causado
otro desastre ecológico, otro más, en Galicia.
Algunos deberían hacérselo mirar un
poquito el asunto. El de sus cocos.
A más ver
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