Con tanta gente como hay a estas
horas dudando de la legalidad de las medidas adoptadas ayer por Rajoy contra el
Govern de la Generalitat, y de hecho de la legalidad de otras medidas adoptadas
por jueces a quienes no compete, tal y como señaló ayer el juez Baltasar Garzón,
la acusación por Sedición no es competencia de la Audiencia Nacional, sino del
Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, empezamos una semana…de aúpa. De las
que van a hacer pupa. Más allá de las emociones vividas en la manifestación en
Barcelona en la tarde de ayer (algún día añoraremos estos coros de Els´Segadors)
y de que esas concentraciones recargan pilas de cara a la batalla que se
vislumbra en lontananza, la cosa se anima por momentos. Con un PSC en plena auto
voladura por mor de la traición de Pedro; un PSC, recordemos, que fue su principal
valedor y defensor en sus disputas con Susana y al que ha dejado expuesto bajo
los caballos tras la negativa del PSC al 155, que amenaza con romper el pacto con Ada en el
ayuntamiento que le permite gobernar la alcaldía en coalición con Podem(Puigdemont
apuesta por Ada y esta se deja querer, si se decide prescindir del PSC en el Ayuntamiento)
entre otras, ya se empiezan a dar las primeras muestras de rebeldía con la dimisión
de Núria Parlon, alcaldesa de Santa Coloma de Gramanet, de su cargo en la Comisión
Ejecutiva Federal del PSOE y varias cartas de protesta de varios alcaldes más
socialistas que pueden seguirle.
Es una verdadera lástima que no veáis
en el resto de España TV3. Anoche entrevistaron a John Carlin, aquel periodista
inglés del que se ha desprendido El País por sus artículos contrarios a la
línea editorial y crítico con Rajoy, después de que el periodista se declarase abiertamente
anti independentista. De entre las muchas cosas que dijo, yo me quedo con esa
imagen que tienen los políticos conservadores ingleses, que le han confesado a John
Carlin, después de ver a nuestros políticos del PP rondando por Europa
concediendo entrevistas para hablar de Catalunya, que los nuestros parecen políticos
sacados de los años 50, con todas esas rémoras mentales de aquellos tiempos y hasta
en las poses, tonos de voz y obcecación, les transportan a los flemáticos anglosajones
a algo ya antiguo.
Pero la atención, obviamente, debemos
centrarla en lo que va a ocurrir en los próximos días. El miércoles hay prevista
una sesión en el Parlament de Catalunya a petición de Puigdemont, en la que,
esta vez parece que sí que va a ser así, hará la DUI, se registrará en el
diario oficial del Parlament y Catalunya se constituirá, quien sabe por cuánto
tiempo, como República independiente de forma oficial acabando, este punto del
relato, con la conclusión de que antes fue el represor 155, que la DUI. A todos
se nos ha explicado por activa y por pasiva que el 155 sería consecuencia de la
DUI; pues no. Ha sido al revés porque así lo han querido en Moncloa; ahora
viene la DUI. ¿Qué cambia eso? Mucho. Darse, por ejemplo, este escenario: Puigdemont
será acusado de rebeldía, por lo que se supone que se decretará su arresto y el
de los miembros de su gobierno que le secunden, y las fuerzas del orden deberán
cumplir con su misión. El Govern se opondrá, la gente rodeará los edificios
donde se atrincheren; y ya veremos por donde salta la liebre. Les da la fuerza
moral a los políticos catalanes, una vez declarada la República y como representantes
políticos encargados de las instituciones catalanas, para oponerse a ser
desalojados de sus despachos y apartados de sus cargos, ya que no pueden
reconocer la autoridad española toda vez que Catalunya sería una república independiente.
La gente va a rodear, como digo; vamos a rodear los edificios para impedir, de
forma pacífica, que el golpista Rajoy eche a nuestros cargos electos, para que
él, que tiene una representación en Catalunya pírrica, nos imponga un gobierno
que no ha sido elegido democráticamente y, encima, tenga la desfachatez de
decir que no se ha suspendido el autogobierno de Catalunya. Gilipollas: auto
gobierno será si me lo nombro yo; si me lo nombras tú, será tu gobierno, nunca
mi auto gobierno.
La cuestión es: ¿volverá Rajoy a hacer
uso de la fuerza para detener a los rebeldes o invadir, por ejemplo, TV3 y echar
al director y periodistas; o se limitará a cortar la señal asegurando así el bienestar,
la paz y la concordia de todos los catalanes? Ellos que controlan todos los medios,
evidentemente que tienen no solo envidia, sino odio hacia TV3 a la que acusan,
que ya hay que ser sinvergüenzas viniendo de quien controla los medios, de sectaria.
Según se desprende de lo dicho por Rajoy, en principio la intención de Moncloa
es hacerse cargo de las principales carteras del Govern catalán desde los
propios ministerios afectados, lo que en teoría nos debería evitar a todos ver imágenes
de policías asaltando a golpe de porras, pelotazos y gases pimienta, edificios.
En teoría. Quizá a Rajoy le parezca conveniente a su causa, más imágenes de
abuelas apaleadas que rodearán los edificios junto a sus hijos y nietos, para
que el mundo conozca la dimensión y concepción que algunos tienen por aquí de
democracia y estado de derecho, contra una ciudadanía pacifica. Aquí la única
violencia ha provenido del ministerio del interior. Pero ya no nos extraña ni
sorprende nada; tampoco esperamos obviamente nada bueno de esos facinerosos
desfasados. Aquí nadie se mete ni con España ni mucho menos los españoles, sino
contra aquellos que ostentan el poder, que se sacaron de la chistera este
putrefacto Régimen del 78 que agoniza en manos de los más podridos del lugar,
para mayor gloria, control y beneficio de las clases elitistas y en el poder
del tardo franquismo, también llamado franquismo desarrollista (aquello de la
segunda etapa del franquismo y su “milagro económico español” de la época:
pantanos, transportes, turismo, etc.) Todo ese pozo franquista que rezuma tanto
odio como ignorancia hacia quienes ni conocen ni quieren conocer porque se
sienten superiores, acaba derivando siempre en las continuadas faltas de
respeto de Moncloa hacia, en este caso, Catalunya, como en otros lo ha sido el
País Vasco o aquellos territorios que se han opuesto, de una forma u otra, a esa
golpista casta, casposa, corrupta como ninguna otra y franquista, que cuando le
viene bien suelta a sus perros del aguilucho a hacer daño sin que les pase nada
ni declararlos inconstitucionales: al contrario: subvenciona toros y a la fundación
del generalísimo y no hay dinero para proteger a las víctimas de la violencia
de género, por ejemplo.
Vamos a dar guerra. De eso no os
quepa duda. Estamos aquí para eso. Y a mi…personalmente, esto me pone palote. No
estoy físicamente como quisiera, obviamente, pero estoy listo para formar parte
de la resistencia pacífica ante esa pandilla, que encima se erigen en
defensores de la honestidad.
Niño ¿qué hay en el polvorín, que nos
vamos a la guerra?
¡Viva la República! <(*-*)>
¿y a este qué le ha dado, tan temprano?
A más ver
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