Carmina Burana. No podía, esta mañana
del viernes 27 de octubre del 2017, ponerme otra cosa en las orejas camino del
trabajo. Un silencio y unas caras a las 7 de la mañana en el metro en la ciudad
de Barcelona, singular. Y yo, como una moto con el freno cogido y quemando
goma. Tengo que parar. Llevo dos semanas que no soy capaz de dormir 4 horas, y
me está afectando. Pero hay batallas que librar, y las vamos a librar si hace
falta, hasta donde haga falta. Luego ya se descansará y nos someteremos todos a
una cura de sueño y hala, a ver el mundial. Pase lo que pase esta mañana, estoy
orgulloso de Catalunya. Muy orgulloso. Y me siento el hombre más digno del
mundo por haber vivido aquí, ser parte de aquí por voluntad y decisión propias;
por puro buen gusto. Los últimos movimientos y acciones políticas, dimisión del
ex Conseller Santi Vila (no está aforado, hete aquí la vaina) han llevado a la
ANC y Ómnium a punto de la histeria cuando Puigdemont hizo ayer un amago de
convocatoria de elecciones (globos sondas que se emiten para captar el medio
ambiente) para desdecirse con un argumento fácil de entender: Rajoy no aceptaba
ni una sola de sus propuestas para abandonar la vía DUI, solo había 155 sí o
sí, rendición y responsabilidades. Y luego está el hombre. 30 años de prisión pendiendo
sobre su cabeza. Y de nuevo se saca un conejo de la chistera, y si alguien
decide sobre la DUI, os pringáis todos conmigo y que salga el sol por
Antequera, como se suele decir. Porque Puigdemont sabe, como lo saben todos,
que detrás está la sociedad civil con ganas, muchas ganas de poner las cosas en
su sitio. Y que van a seguir, con él o sin él, porque se están forjando
alianzas y acordando movilizaciones, protestas, huelgas…con o sin los políticos.
Tal como empezó, con quien, por y para lo que comenzó: una República Catalana. Os
guste más o menos. Es lo que hay; y habrá. Hala…¿te has quedado a gusto, hijo mío?
Tanto la ANC como Ómnium no dejan de recibir nuevas inscripciones de la gente,
sumando ya entre ambas cerca de 200 mil personas inscritas en sus filas y
disponibles para lo que sea menester, como servidor.
Escribo esto aun sin saber que nos va
a deparar el día. Para unos, bendito; para otros: aciago. Todos, absolutamente
todos, pringados por el pestilente mejunje de la corrupción, que de tanto
embalsarla ha acabado por presentar una fisura que amenaza con desparramarlo
todo y reventar. Y quiero, y debo haceros incidencia en una reflexión: todo lo
que os pase está, como siempre ha estado, en vuestras manos. Si alguno gusta
puede tomar como referencia el colaborar en asociaciones de vecinos, gremiales,
padres y madres; y hablad, exponer, proponer, acordar, actuad y poneros en
marcha. Lo hemos hecho en Catalunya y vamos a seguir haciéndolo. Vuestro destino:
La Moncloa. Que se vayan y elecciones constituyentes. ¿No veis que no hay otra
manera; que el poderoso caballero don dinero va a exponsorizar ahora al PSOE, vía
Prisa y Telefónica? Solo le falta al logo del PSOE los emblemas de ambas compañías.
Son las presiones que ha recibido para apoyar en todo al PP. Fin de la cita. ¿A dónde vais, si os gobiernan
las multinacionales? Esto no es democracia. Por muchas veces que lo digan y por
mucho que se gasten en campañas. Porque el verdadero trasfondo de todo esto, es
la cuestión del poder de decisión que emana del pueblo (observad estos días que
poquito aparece en el vocabulario de los políticos la expresión “pueblo
soberano”) a través de unas urnas. Estamos practicando la soberanía del pueblo;
o eso pretendemos. Y en eso creemos y hemos dicho que basta.
Al principio de todo este asunto, inmediatamente
después de la gran manifestación del 11-S del 2.010, ya escribí que, lo que yo
había visto y respirado y sentido en el ambiente y en las gentes aquel día, los únicos
que lo podían estropear eran los políticos si se lo dejábamos en sus manos. Pero,
obviamente, les necesitábamos. Aceptamos el mal menor de ver a un Artur Mas
reconvertido en líder del movimiento, hasta que la CUP lo puso en su sitio y se
recondujo la situación. Sea como sea el señor Puigdemont se merece todos mis
respetos, mi admiración y mi eterna gratitud por habernos conducido hasta aquí.
Ahora se apartará, lo apartarán, lo crucificarán y lo convertirán en un nuevo
icono del independentismo, sobre todo de ese incipiente que ha visto lo que ha
visto por la tele, una y otra vez, y catalanes pacíficos en la cárcel por querer la
independencia. Y así, palito a palito, en el PP se han sobre esforzado porque
en Catalunya ahora pase lo que pasa. Un día un ministro nos quiere españolizar,
otro nos insulta mintiendo y a sabiendas de que mienten (¿para qué se hacen las
comparativas por materias y comunidades?: ahí está la enseñanza catalana,
superando la media nacional de nota en castellano y, todo lo demás, es solo
zaherir, hacerse el gracioso para captar votos de los iracundos, al tiempo que
despiertan en el lado contrario, obviamente, el efecto inverso. Y así, hasta la
montaña de ese volcán que ha estado avivando desde que recurrió a sus colegas
del Zumosol constitucional, y no para. Igual se cree un iluminado y nosotros aquí
nos pensamos que es que el pobre es así de idiota. Todos esos fuegos suyos de
artificio de última hora, no le va a evitar al rapapolvo europeo. Pero eso
merece punto y aparte. La naturaleza de los argumentos que esgrime a contra
reloj, sobre que Puigdemont no quiere negociar, no quita, ni borra, ni
justifica que él, porque no se ha perdido ni un día en todo este tiempo, ha
tenido 7 años para enterarse de lo que la gente le estaba diciendo en la calle,
y no ha hecho ni puto caso. Pensaría que, bueno, eso es solo un soufflé que en
dos partidos del Barça y, con un par de fiestas, se les pasa. Pues a lo mejor,
no; mira tú. A lo mejor seguimos picando. Y picando. Hasta que tiremos el muro, Roger Waters 🙆 Y si no, al menos, lo habremos intentado. ¿No es acaso más digno
que verte reconvertido en el fruto de una campaña propagandística que se suma
al “A por ellos” en vez de cómo dijo muy bien ayer nuestro President, “Con ellos”?.
Esa expresión, creerme, ha hecho mal. Y además lo que deja traslucir, sin modo
de discutirse, es lo que anida en algunos que han mamado desde niños en la
cuna: “esos putos polacos”. Yo lo he vivido. En mi casa se ha dicho mucho
cuando yo era pequeño. Me acabé volviendo polaco, claro. Era mi sino. ¿Y yo qué
sabía? Era un trasto de pequeño y me parece que me voy a morir siéndolo.
Al tiempo que se suceden los
acontecimientos en el Senado, donde la representante de Esquerra Republicana se
ha despedido con un ¡Visca la República Catalana! la gente comienza a
concentrarse en el Pº Lluís Companys/ Pujades. Parece que la cosa apunta a que
hoy puede ser que el Govern se niegue a aceptar la aplicación del 155 y
atrincherarse…o en el Parlament, o la Generalitat.
Alea iacta est…
A más ver
Bravo, José A. Varela dixit! Amén
ResponderEliminarMuchas gracias :)
EliminarFantástico Varela!
ResponderEliminarMuchos somos los que hemos oído aquello de putos polacos, yo también me he convertido en uno de ellos.
Muchas gracias, la verdad es solo así: clara.
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