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sábado, 14 de octubre de 2017

FOR BULLOCKS





Este link que os pego a continuación es la enésima constatación de dónde y cómo estamos, nuestro retrato como país queda reflejado en las represalias que ha sufrido este periodista, John Carlin, a quien confieso haber leído en más de una columna de deportes y política y que me sorprendió siempre gratamente por su objetividad, equidistancia y su prosa tan particular anglo-hispana. Por escribir este artículo en…claro: El País, ha sido censurado y se le niega su colaboración en las columnas habituales que escribía, porque se ha apartado de la línea editorial; esto es: ha criticado al gobierno de Rajoy en el conflicto catalán y su arrogancia, su falta de respeto y su inmovilismo. Y lo ha hecho después de dejar muy claro que a él, personalmente, no le gusta ni un pelo el tema nacionalismos y nacionalistas; y de no ver más que problemas para todos tras el conflicto catalán, si este no se resuelve vía referéndum, en el que el pueblo catalán vote su independencia. Eso no se dice, John. No en España. En esa España de postal para turistas sí; ahí puedes decir lo que quieras: en la real, ya ves que no. En la que sale un pueblo a arengar a sus fuerzas de seguridad, contra su propio pueblo, al que dice querer tanto que no le deja marchar pero que destila inquina por los cuatro costados. En esta España, hay cosas que, ahora, sabes que no se deben decir. Cogen la pataleta, mira tú. No sabías que estabas en España. Ahora eres más consciente de qué clase de conflicto con nosotros mismos nos acompaña desde tiempo inmemorial: la catetez política, madre del fascismo congénito de muchos de esos españoles, desbocado en tiempos extremos en los que se toman medidas extremas contra la gente que reacciona, a su vez y como es obvio, de forma tan extrema que es capaz de defender con su cuerpo su derecho a votar. Porque el fascismo en España no desapareció con la democracia como, ilusa e infantilmente, muchos quisieron y tanto quieren creerse, que hasta viven creyéndoselo aun; tan solo se acomodó, se disfrazó y abrazó los nuevos tiempos desde las más altas instancias del poder en el país: empresas, banca, política, cuerpos de seguridad, crearon nuevas empresas para copar y controlar el cotarro y que nadie se enviciara, que ya lo seguían haciendo ellos: corrupción política de saqueo y tente tieso, chanchullos chanchulleros en los cuarteles de padre y muy señor mío denunciados, con las correspondientes represalias contra los denunciantes, perlado de ayudas a fundaciones franquistas, el nepotismo convertido en el pan de cada día, el timo, el fraude generalizado, la estulticia secular de los borregos que se tragan lo que les echen y los vuelven a votar, quizá también en parte porque votan lo que ellos también harían si pudieran, y que forman parte de nuestra fauna que, presume por demás, ser más autóctona, patriota y con más cojones que nadie.

Claro que hay buenas gentes; y muchas. Y muchas muy validas. Pero ante esta situación generalizada de a un hervor del total descontrol, a esas gentes las veo espantadas, asustadas, alarmadas, asqueadas muchas de ellas, dolidas, apesadumbradas, tristes, apocadas, deprimidas, desubicadas o por querer desubicarse, mustias, como la propia alma del país.

Mucho antes de que el conflicto catalán estallara en los morros de todos nosotros con esta virulencia, cuando lo que nos copaba y ocupaba era la corrupción política, los escándalos diarios en Marbella, el levante, Madrid, Andalucía, Valencia, Catalunya, y así casi cada pueblo y rincón de todo el país, era susceptible de haber sufrido el saqueo de sus arcas públicas por una pandilla de rateros, a los que se volvían a votar por que al menos eran “sus rateros”, en esos tiempos de escándalos judiciales que acompañaban a los políticos para aderezo del menú diario, yo ya me preguntaba, y os preguntaba, qué más nos tenían que hacer para que espabiláramos (os pego el link que me enrollo yo solo, se me va la olla y endespué no macuerdo:    https://elpais.com/elpais/2017/09/10/opinion/1505057260_026217.html ). El día que todos veáis que el conflicto catalán es una consecuencia más del grado y nivel de corrupción política que nos tensa y amenaza con romperlo todo, tendréis una visión más completa del mal que hace la mafia y del por qué no hay que tenerles simpatía ni colaborar con ella: son los amos de eso a lo que quieren que juguemos y que lo llaman aquí democracia.

Hay como una ola que pretende reconducir la situación para culpabilizar de todo al independentismo catalán, como Zapatero ya no está…obviando una cosa fundamental: es una reacción de abajo hacia arriba ante una acción que, los que han reaccionado, lo han hecho por dignidad ante el enésimo oprobio. Alguno, y alguna, es probable, sí, que quizá no recuerde muy bien o nunca haya sabido qué es eso de la dignidad por mucho que se ofusque con un servidor. Pero esa realidad, que es inherente por su naturaleza a la magnificencia que ha alcanzado el conflicto por mor de todo el independentismo prefabricado en Moncloa, desde Moncloa, para beneficio de Moncloa, ahora quiere taparse empezando el relato desde el tercer cuarto. El cómo y el por qué empezó todo esto hay muchos esforzados en que se obvie, que sea irrelevante, que no venga al caso porque es que claro, se han saltado las leyes; ¿y eso quien lo dice?: pues mire usted, esos que las hacen a su modo, colocan para controlar el tema a sus amigotes y ellos mismos las violan, como llevan violándolas, robando desde el primer día que pudieron hacerlo. Quisieron hacerse ricos muy ricos, a nuestra costa claro, de quien iba a ser, y codearse con otros ricos muy ricos en los sitios a donde van esos ricos, sobre todo si son paraísos fiscales donde puedan ir a tomar una copichuela, que queda muy cool coger el avión y darse un volteo por esos lares. Mientras, a todo esto, tanto el poder judicial, como las organizaciones de jueces y fiscales, estos por distintos motivos que más tienen que ver con el corporativismo que cuestiones políticas del primero, se niegan a investigar las extralimitaciones el día del referéndum catalán, obvias y transparentes de la PN y GC en algunos casos como ha podido comprobar todo el mundo; y todo el mundo es literal y ahí están las portadas de los diarios el 2-0 de toda la prensa mundial. Se van sumando en Europa más voces que critican abiertamente la actitud de Rajoy y, tras las amables palabras de Juncker, hay una seria advertencia a Rajoy: no estás a la altura de estos negocios, de nuestros negocios: los europeos, y me vas a desmadrar el gallinero. Pero Juncker aun no sabe, como Carlin no sabía, que esto es España, donde antes, ahora y siempre, Europa va a acabar en los pirineos porque, sino, dejaríamos de ser nosotros mismos.

¿A dónde vamos? : tenemos a dos responsables presos de sí mismos y del destino que les depare este embrollo, en el que si ha habido una constante desde el primero día, no es otro que el nombre de Mariano Rajoy. Lo hemos visto tantas veces sentado apaciblemente viendo a sus adversarios pasar, convertidos en cadáveres políticos, que hasta alguno le describió eso con una gran virtud política solo al alcance de los grandes estadistas. José Maria García, el butanito como le conocíamos algunos, dice de Rajoy que es el tío más vago de España. No conozco con tanta profundidad al personaje, pero siendo todo lo objetivo que puedo en este caso tan particular, con esos antecedentes de inmovilismo natural suyo propio, pues hombre, muy activo, activo, lo que se dice activo, no parece mucho. Y ponlo delante de una cámara y quítale los papeles; veras de la que es capaz de liarte él solito: ya lo hace con su propia letra, que no la entiende ni él mismo.

En serio: ¿del 1 al 10 que puntos le daríais a Rajoy como político con credibilidad y autoridad moral, para enseñarnos lo que está bien y lo que está mal? Ni es pregunta de examen ni necesito vuestra respuesta. La respuesta la necesitáis vosotros; quienes aun no la tengáis. Si de verdad esperáis que esto lo arregle este tío, es que sois más cachondos que lo que ni yo podía imaginar que seriáis. Me descubro, sinceramente. Pero la política, y con ella los políticos, hay que observarlos siempre con escepticismo, con incredulidad y exigencia. Más que ellos, lo que nos condena irremediablemente siempre ha sido, es y será nuestra apatía, nuestro pasotismo, apalanque, huida…a ninguna parte.

Y ahí tenéis, todos aquellos que han sostenido que todo esto era un montaje de la burguesía catalana, que nos habían sorbido la sesera y no sé cuantas chuminadas más por el estilo, como quiere salir por pies esa burguesía por la boca de ese que ni ha sido ni es independentista en su vida y que responde al oportunista nombre de Artur Mas. Cuando un organismo está enfermo, y es obvio que el estado español lo está en tanto y cuanto hay una zona afectada, es posible que esa enfermedad no te mate por sí misma; pero abre la veda a enfermedades y contagios oportunistas que sí pueden hacerlo. Afortunadamente, suelen menospreciar la fuerza de quienes no los necesitan a ellos para nada, porque sin ellos empezó todo.

The people do not want leeches.  🐍



                                                                 


A más ver        

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