Tenemos la atención el mundo puesta
en nosotros. Soy plenamente consciente de las dificultades que vamos a tener
que atravesar hasta la consolidación de este anhelo y voluntad del colectivo
que se ha puesto en marcha. Pero hay una premisa fundamental, vital, que
tenemos que tener clara y cristalina: no somos violentos; que lo sean ellos. Lo
hemos demostrado y lo vamos a seguir demostrando, como lo hemos hecho hasta
ahora, de forma tan ejemplar a lo largo de los últimos años. Nuestra fuerza es
la unión en la consolidación de ese objetivo que nos hemos propuesto. Porque
toda la ley que pretendan rebuscar, retorcer o inclusive violar su propia constitución
española para usarla contra nuestro autogobierno, todas las declaraciones
europeas y mundiales; toda la maquinaria de intoxicación, falsedades, amenazas
de futuros apocalípticos y, repito: todo cuanto quieran ponernos como obstáculo,
todo, depende al final de nosotros irlos superándolos. Solo hay un camino para ello.
Uno solo. De ese camino, depende todo. En los próximos días y tal como ha
señalado Oriol Junqueras en una carta en el El Punt Avui, vamos a discutir las próximas
acciones y es posible que se tomen algunas medidas que no contente a algunos,
que puedan parecer desconcertantes; pero que estarán en todo momento
encaminadas hacia la reafirmación de nuestra voluntad libre y democrática. Hasta
donde uno sabe, hoy Catalunya se despierta como república independiente del
estado español. Nace una república y nace a flor de piel, desnuda de apoyos
pero con la incontestable fuerza y vitalidad que representa una nueva vida, otro
ser. Como república independiente del estado español y ante la ola de ataques
que se avecinan contra nuestras instituciones y nuestro autogobierno, debemos
defender estas y no aceptar imposiciones ajenas. A título personal, y a la
espera de que se tome la decisión que se consensue para hacer frente a la
convocatoria de elecciones del próximo día 21 de diciembre, mi opinión es que
no me siento llamado a ninguna urna de un país extranjero en Catalunya. Pero no
adelantemos acontecimientos porque, y como decía, puede que se tomen medidas
que no todos compartamos puntualmente, que haya dudas, temores, desalientos
incluso; pero el objetivo es invariable, es innegociable y es irreversible. Y
para que ello sea así y más pronto que tarde lo podamos contar con pleno
orgullo y satisfacción, la clave de todo somos nosotros mismos, la unión de
todas esas almas y corazones que creen en una Catalunya mejor, libre, defensora
a ultranza de los servicios y derechos sociales, republicana, igualitaria. La unión.
No hay otra alternativa a esa y; con ella, todo.
Volver a caer en la retahíla de
argumentos que nos han traído hasta aquí, amén de cansino ya no aporta nada, de
tan sabido. España tiene un verdadero problema con el gobierno que tiene, y lo
más penoso es que parece que os da igual. Ya sé que no, por dios. Pero no hay,
ni se esperan, cambios. Tenéis una vida. Eso dicen. ¿Pero realmente es vuestra,
o solo os dejan ser unos usufructuarios de ella a ratitos así…esporádicos? Cuando
uno toma las riendas de su vida, pasan cosas. Las que tú quieres que pasen,
principalmente. Y en España ni hay libertad ni democracia, ni esta Constitución
española pasaría el filtro de una constitución elaborada como se elaboran las
constituciones serias, de forma libre y democrática: con la implicación de los
representantes políticos y sociales, con los trabajadores y trabajadoras de ese
país. Aquí no. Aquí se encerraron 7 caballeretes estrechamente
auspiciados-vigilados-comedidos, para elaborar una constitución entre 7 de los
que 6 venían del régimen y el 7 Solé Tura estaba a título meramente decorativo
que le diera imagen de unidad. ¿Qué unidad? Nos endiñaron un producto
precocinado como única opción; o lo tomas o lo dejas. Resultado: hoy. Un país
envuelto en su peor crisis política desde la instauración de eso que dicen
democracia, con un gobierno que ostenta el título de ser el más corrupto de Europa
gobernándolo, apoyado por aquellos otros que han sido sus cómplices durante 40
años de saqueos, viajes a paraísos fiscales, buena vidorra y cuatro parches
para que no se diga, que hoy van por la vida en yate presumiendo de socialistas
y de más españoles que nadie. Yo diría que vuestro problema no es precisamente
menor. Básicamente porque ante todo eso os falta unidad de acción. Y previa a
esta, obviamente, hacen falta más cosas: hace falta no solo decir que hay que
cambiar las cosas: hay que hacerlo. Y hacerlo implica mojarse. Pasad de los políticos.
Sois el pueblo soberano. Ejerced. Levantaros del puto sofá.
Todo este proceso os lo he venido
relatando durante los años que llevo compartiendo con vosotros este espacio,
este medio de comunicación que tanto me ha aportado personalmente en lo humano
y otras materias, espacio en el que, por demás, me habéis engalanado la vida
con la amistad de muchos de vosotros, con los que he compartido lo mejor y lo
más angustioso que he vivido. Nunca le pedí la amistad a nadie. Nunca me
embarque en esto por eso. Lo hice, como he dicho tantas veces, solo por una
cosa: amo escribir. No puedo vivir sin hacerlo como tú no puedes vivir sin
aire. Esa es mi realidad desde mi adolescencia, cuando comencé a disfrutar de
los placeres de escribir, cuando aun escribíamos a mano y la caligrafía era un
arte. Iba para amanuense. Y me puse a escribir en la red con la intención de
reflejar unas inquietudes, una opinión más perdida en el infinito mundo virtual
como otras tantas. Sin más pretensiones que, como digo, disfrutar de escribir
y, si por añadidura, a alguien le gustaba disfrutar del placer de la lectura y
le podía servir de algo, pues mejor. Ignoro en qué forma o medida yo haya
podido influir o afectar de un modo u otro a alguien ajeno a mí: solo tengo la
piel que tengo y no puedo saber mucho más allá de la mía. Pero vosotros me habéis
influido a mí. Esa parte no la tenía tan prevista. Y porque os aprecio y os
aprecio bien, no puedo dejar de ser sincero y debo seguir diciéndoos lo que
pienso; os guste más u os guste menos. Conmigo no hay otra fórmula. Por eso me
da tanta pena España: por vosotros, que vivís atrapados en una jaula dorada que
está perdiendo lo que solo era una pátina, un baño de disimulo: un fraude en
toda regla de democracia. Y no va a cambiar si no lo cambiáis vosotros. Si
vuestra primera reacción es el consabido “yo solo no puedo”, es que tu chip
anda algo atrofiado el pobre y debes cambiarlo. Tu solo lo que puedes es
buscar a otro como tú, y así sucesivamente ir sumando, asociándoos, pasando de políticos…ser
vosotros los protagonistas, los auténticamente soberanos de ese país y dueños
de sus vidas. O eso… o Ibex35 y si me apuráis mucho, Europa y sus intereses
creados, una Europa construida para la defensa del capital y del beneficio, que
ha dejado de construir la Europa de las personas y trata a los refugiados e
inmigrantes como los trata. Otro replanteamiento que debería hacerse: ¿A dónde va
Europa con tanto austerísimo? ¿Dónde está el beneficio de tanto sacrificio? ¿Para
cuándo una Europa de las personas?
Aquí, en Catalunya, vamos a seguir a
lo nuestro. Cada bando defendiendo lo que cree. El nuestro desde toda clase de demostración
pacifica y democrática. Ellos que hagan lo que quieran. Y vamos a seguir porque
si ayer me sentía fuerte, hoy me siento aun más cuando pienso que todos lo ven
tan claro como yo, que solo es a través de la unidad y la ausencia de violencia
que lo conseguiremos, dándole un ejemplo al mundo de cómo hacemos las cosas los
catalanes. Mañana lunes es un día importante porque mañana se reanuda la
actividad normal, que va a tener poco de normal. Yo me he pedido fiesta para
estar disponible.
Hagamos historia.
A más ver
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