Observo con curiosidad algunas
reacciones a mis últimos post y no puedo por menos que dibujar una sonrisa. Es…sarcasmo.
Hay quien debería detenerse un poquito a pensar lo que escribe y, una vez
escrito, releerlo antes de darle al intro y hacerlo público, so pena de caer,
en algunos casos, en el ridículo. No voy a personalizar en nadie la respuesta,
pero sí que quiero dejar bien clara constancia de una realidad palmaria: yo no
he votado en las elecciones andaluzas, habéis sido vosotros, los empadronados
en Andalucía con derecho a voto. Esta obviedad no debería ni escribirla, pero
creo que alguno-a se olvida de esa pequeña minucia como, por ejemplo, de que
tan transcendente ha sido para el resultado final los 400 mil votos de Vox,
como ese 41,35% de abstención de gente que ha preferido quedarse en el sofá, o
irse al cine, o a pasear, o dormir o lo que fuera que haya echo ese día. No voy
a mofarme por el resultado de esas elecciones, porque no me parece que sea cosa
de guasa ver a los ultras fascistas con voz y voto en un parlamento. Pero
hombre, visto el resultado, lo que no me parece de recibo es aguantar lecciones
de nadie de por allá abajo, sobre democracia, sobre a quienes votamos aquí ni
sobre solidaridades, no sea que tengamos que recordar de donde surgió el “A por
ellos, oe”. Porque, mis queridos andaluces, con aquel “A por ellos, oe”, os
referíais a mí, que vinieran a por mí, que luego me usáis para justificar el crecimiento
de Catalunya, al ser uno de aquellos andaluces que trajeron aquí de pequeñito,
sin peguntarme nada, y al que supuestamente la burguesía catalana le ha estado explotando
a base de bien, como evidentemente que no debe de explotarse a nadie en el
resto del estado español ¿verdad? No hay más que ver como rebosan derechos y
unos sueldazos del copón en toda España, menos en Catalunya, donde los
pringados de los inmigrantes sufrimos de una explotación inhumana y degradante.
Si no fuera por vosotros, ni me habría enterado, claro, porque además de
explotado como soy gilipollas… ¿no? Se ve que lo más selecto de Andalucía nunca
salió de allí y los que vinimos aquí éramos la purria del resto del estado, que
llegamos aquí para que abusaran de nuestra laboriosidad y de nuestra supina
ignorancia. Claro que conozco, porque he crecido entre ellos, a gente que vino
conmigo desde allí para quien era, y es, un motivo de orgullo y de satisfacción
hablar solo en cristiano, cosa que por cierto exigen con vehemencia, lo que no
evita que uno se sienta un poco como un bicho raro porque hablas 4 idiomas y
claro, debo ser alguna especie de traidor del cristianismo, en el mejor de los
casos. Cada vez que escuchaba a alguien de mi entorno replicarle a alguien que
le hablaba en catalán, que le hablase en cristiano porque no entendía el
polaco, no podía evitar sentir vergüenza ajena, como tampoco podía evitar sentir
más curiosidad si cabía por el idioma catalán. Ahí, y así, nació mi interés por
la cultura catalana, por sus artistas, por sus símbolos, su arte, su idiosincrasia
y su forma de ser, su seny y su rauxa, su hermoso, y letrado, himno, que no
tardé en hacer mío por mi voluntad de integración y de pertenencia a este
pueblo. Esa, y no otra, es la cuestión: la voluntad integradora de tantos y
tantas venidas de fuera que siempre brilló por su ausencia, que dejaron en mi
la impronta de tener muy claro quien era el cateto y/o cateta en esa ecuación.
Por eso me indigna ver a una Inés Arrimadas con pretensiones de ser la
presidenta de Catalunya, absolutamente incapaz de cantar Els Segadors, o a su
compi el Carrizosa echar pestes dels Castellers. A esta gentuza no hay que
permitirles que se conviertan en las primeras autoridades políticas de
Catalunya, nunca. No al menos hasta que no demuestren un poquito más de respeto
hacia la cultura y los símbolos catalanes. Son gente ruin, rencorosa, toxica,
destructiva, que hacen del enfrentamiento su causas belis, su modus vivendi,
destilando, fomentando y alimentando el odio.
Y mientras tanto, así como de extranjis,
como quien no quiere la cosa, el gobierno “socialista” gobierna y toma medidas.
En su momento escribí que Pedrito Sánchez era el tapado del Ibex35, que lo
habían estado aleccionando y preparando durante su breve periodo de ostracismo
en Ferraz, después de ser destituido como secretario general. Hoy sabemos que
este gobierno “socialista”, que tanto se preocupa, dice, por los pobres y la
gente más desvalida, ha aprobado una reforma de la ley de pobreza energética que,
a partir del próximo martes día 1 de enero, va a dejar sin calefacción, de echo
hasta sin luz, a más de 1 millón de personas del total de 2 millones que se han
podido acoger a las ayudas sociales en materia energética. Cuéntamelo como quieras,
pero no los llames ni socialistas ni obreros. No se puede ir por la vida
presumiendo de ser la 4ª potencia económica europea, de crecer y crecer económicamente
más que nadie en Europa y además de forma sostenida, y desatender a la gente
que necesita ayuda debido a los abusivos recibos de luz que tenemos que
soportar todos. Claro que aquí ya deberíamos entrar en otra clase de debate,
porque como vengo sosteniendo desde tiempo inmemorial, España lo reúne todo,
absolutamente todo menos una clase política dispuesta a llevarlo a cabo, para
convertirnos en la primera potencia mundial en materia de creación de energías
renovables; y la realidad empírica es que en ese aspecto a día de hoy nos
supera hasta Portugal. No me acaba de cuadrar muy bien, debe ser debido a mi
escaso microgramo de cerebro, esa pretensión de ir de progre por la vida
soslayando este tema, como el hecho de que tras los primeros 6 meses de
gobierno socialista vemos como sigue plenamente vigente la llamada Ley Mordaza,
y no sigo porque es domingo y no quiero ponerme pesado, que ya bastante pesadez
tenemos encima con tanto turrón, con tanto polvorón, cabrito, cabrita y cabronazo
que tenemos que tragar por estas fechas.
A más ver