Al tiempo que leo, con cierta
sensación de impotencia, toda clase de giros copernicanos para desprestigiar
desde la prensa carpetovetónica al Govern de la Generalitat, los Mossos y todo
bicho viviente que se ponga por delante y que sea susceptible de observar una
actitud “comprensiva” hacia Catalunya, reparo en un hecho acaecido
recientemente, que tiene que ver con la restructuración vía real decreto ley, llevada
a cabo por el ministro del interior Zoido, en la estructura del organigrama de
sus mandos policiales. A la chita callando, como quien dice. Tú me dirás: ¿y
esto qué coño tiene que ver? Y yo te diré: coño no sé, no creo que tenga que
ver precisamente con ningún coño; pero si denota la deriva de este gobierno de
tenerlo todo bajo control, aun y a pesar de que ello implique darle unas
atribuciones a alguien que no tiene ni puta idea de lo que ponen en sus manos.
Me explico, porque la cosa guasa, lo que se dice guasa, no tiene ninguna: a la
llegada de Zoido al ministerio, y ante los escándalos protagonizados por el
controvertido DAO (Director Adjunto Operativo) de la Policía Nacional Eugenio
Pino, (escuchas al propio ministro; creación de una unidad especial dedicada a
investigar corruptelas de los independentistas catalanes; creación de una
brigada de revisión de casos, etc.) el ministro recibió el encargo de Rajoy de
poner orden en la policía y quitar del organigrama del cuerpo policial la
figura del DAO. Indirectamente, eso supone un paso atrás en la profesionalización
de la Policía, una profesionalización que es la tendencia en la mayoría de países
de nuestro entorno entre otras cosas para garantizar una mejor operatividad de
los miembros bajo mando de un profesional, no de una figura política que es lo
que pretende Rajoy, con todos los riesgos que ello implica en la lucha contra
el terrorismo, la corrupción y el crimen organizado.
Al primer argumento para destituir a
Pino, tema escuchas al ministro en su despacho y demás, se le suma un segundo
argumento no menos “curioso”, en un dechado ostentoso de generosidad por mi parte,
al tildarlo de curioso: para Rajoy y los suyos, lo grave de Pino es el no haber
avisado, con tiempo suficiente, cuando en las investigaciones sobre la Operación
Lezo, apareció comprometido el nombre del secretario de Estado de
Interior, José Antonio Nieto.
Recordemos que a este individuo los fiscales le atribuyen el chivatazo de cómo
iban las investigaciones, cuando se reunió en su despacho con el hermano del ex
presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González. Quien no colabora con
diligencia con el régimen, es decapitado ipso-facto; en el caso de Eugenio Pino
inclusive y a pesar de sus impagables servicios a la causa, como acusar sin
pruebas de financiación ilegal a Podemos, o las cuentas ficticias en Andorra y
Suiza de Artur Mas, Xavier Trias… por lo visto acabar comprometiendo al
secretario de Estado de Interior al no avisarle (agua, tronco, que vienen los
picoletos…)de que estaba siendo investigado, para Rajoy supone poco menos que
alta traición y hay que cargarse a ese tío y ya, de paso, poner al frente de la
policía a un civil agradecido y servil. Y uno se imagina el grado de tristeza y
de desolación, entre los miembros de los cuerpos de la Policía Nacional y
Guardia Civil, ante ese real decreto ley de Rajoy (como le gusta al babieca
este el recurso fácil de hacer lo que le sale de los cojones con los reales decretos
leyes), y que incluso hasta es posible que a estas alturas estén echando mucho
de menos a Arsenio Fernández de Mesa, ese viejo falangista que estaba al mando
de la Guardia Civil, cuando el estado cometió el crimen de la playa del Tarajal,
y que tras su destitución, en febrero de este año, fue nombrado consejero
de Red Eléctrica, para no perder las tradiciones político-culturales, que
son símbolo y emblema patrio.
Y me mira
mi gato Sócrates, el bandarra este que se va de picos pardos por la noche, que
yo lo sé y este sujeto se cree que la policía es tonta, como diciéndome: tío,
es que eres muuu pesao, cansino, que te repites como el alioli. Y yo le miro
como diciéndole: pero si a ti no te gusta el alioli; de hecho eres un gato
bastante gilipollas: no te gusta el atún y así el pescado en general, no te
gusta el cordero, ni las salchichas de cerdo, ni los helados de nata; eso sí:
por el jamón dulce, matas… ¡tú eres gilipollas, tío! A ver…que se me va la
olla: tengo estas cosas así; ¿cómo se llama? lagunas; eso es: lagunas fruto de
mi progresiva decrepitud y de la complejidad de la convivencia en uno mismo de
siete u ocho personalidades distintas, y hay días en que es… es un follón del copón.
Como además usas idiomas, te cagas, lorito. Manejarte en castellano, andaluz, inglés
(nivel medio) catalán y portugués, tiene su cosa. Vosotros reíros, pero yo paso
mis angustias cada vez que llega la campaña de Hacienda, porque no tengo muy
claro a qué personaje le toca cada año, en función de las múltiples variables
que pueda darse, naturalmente. Hombre, si al catalán le ha tocado la lotería,
ese está descartado de declarar nada, solo por tocar los cojones un rato; otra
cosa es que sea al portugués que uno luzca ese día. Ya no te digo el inglés: del
inglés me cago en la madre que lo parió, directamente. ¿ What's up? Tu padre, so mamón. I do not understand anything…mejor, cara
candao, que me voy a tirar un pedete, lo pinto de verde, lo meto en una lata y
te lo vendo de souvenir, ok maifren? ¿Tipical spanish? ¡Oh yes! Yo para mí que no;
que tu no oyes, pero bueno; allá tú. Caborias, nen. ¡Varela, enano, habla en
castellano! ¿No se te escapa una a ti, eh? que agobio, por dios, la virgen y los
clavos del madero, qué gggente esta. A propósito del tema, caballeros y
cabelleras: les pongo en su conocimiento que el gobierno busca empresario que
fabrique bolardos para una concesión de obra pública, mediante escrupulosísimo
concurso público al mejor sobre. ¿He dicho sobre?; ha sido un lapsus. Quería decir
pobre…al mejor pobre empresario que no tenga para comer y los bolardos lo rescaten
de la ignominia del hambre y la marginalidad sosiá. La idea, por lo visto, es
hacer bolardos plegables, anunciarlos en la teletienda o algo así, que tenga
sus ruedecitas para poder transportarlo, con batería y puntos de repostaje públicos,
mejor con un par de soportes y/o agarraderas para poder poner banderas
reivindicativas de algo, que además tenga micrófono y grabadora para ir
gritando en sitios estratégicos proclamas del tipo: “Vosotros, fascistas, sois
los terroristas” y cosas así en español, catalán, gallego, euskera, valenciano
e inglés. Si además les ponen luces, un mando a distancia y un detector de
fachas y cuñados a los que dispare bombas de confeti a 25 metros, ya me estoy
pidiendo un par de ellos. Que no es que me tome estas cosas a cachondeo, en
absoluto: porque son muy serias hay gente que no llega a ver que estamos
haciendo, justamente, lo que quieren los terroristas; con el añadido de que si
ponemos bolardos y no pasan con furgoneta, pero pasan con motos cortando
cuellos, ¿qué pondremos? Tenemos claro que, lo que es propiamente, la colaboración
entre los diversos cuerpos de seguridad de España, no nos da para ir a un
campeonato de colaboraciones de cuerpos policiales. No llegaríamos ni a la mínima
exigible. Ahí hay mucho trabajo que hacer. Si tengo que escoger la versión que
me da un político, un periodista o un miembro de la Guardia Civil sobre la colaboración
entre los diversos cuerpos y sus deficiencias, me quedo con la del señor de la Benemérita,
por ejemplo Juan Pérez, del Sindicato Unificado de la Guardia Civil, del que os
hable ayer como denunciaba en la radio tales deficiencias y sus peligros para
la seguridad pública, la de todos nosotros.
Pero mecachis
en la mar… ¡mira que llevamos tiempo sin saber nada de Venezuela! Que alguien
me diga algo de Venezuela, por dios, que entro en síndrome de abstinencia y eso
es muy chungo, tronco; casi tanto como los catalanes, o algo así. Pos yo quiero
una ensalada de Venezuela con tropezones de Podemos, unos comunistas rayados
así como el tomate y un chorrito de
vinagre de Bildu; para ir abriendo lo que se dice el apetito, ¿sabe usted? Y después
me va trayendo lo que son unos pinchitos morunos de republicanos en salsa
catalana, también. Ya tuvo que saltar el listo este…anda, tate callao un rato
ya, acarajotao.
Solo para
chafarder@s:
A más ver
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