Cuando, un ciudadano X, observa desde
Catalunya como ese periódico que antaño fue un medio de comunicación aparentemente
progresista, donde podías leer artículos de opinión, editoriales y artículos comprometidos
con la democracia, la libertad y la igualdad social; y ese mismo ciudadano X
contempla la actual deriva de El País, que no ha perdido subscriptores solo por
la cuestión digital sino que también por su actual conservadurismo editorial,
quizá ese ciudadano X pueda llegar a pensar que, tate, igual es que eso de que
queramos un referéndum en Catalunya, les escuece. Pa mi que se han enfadao.
Quizá haya que recordar a ese
españolismo que pretende achacar responsabilidades a quien no toca, que los
responsables del atentado son los criminales abatidos por los Mossos y los
detenidos y llevados ante el juez de la Audiencia Nacional. No hay otros
responsables de los asesinatos en Catalunya. Pero a veces el odio, el rencor,
la envidia, la obcecación te ciegan perturbando el poco sentido común que
pudieras tener y como consecuencia de ello, te pones a decir disparates tales
como los que se han oído y leído últimamente sobre Catalunya, los catalanes y
sus máximos representantes políticos y su cuerpo policial. Yo lo escribí aquí
mismo durante estos últimos días, y es algo que algunos medios de comunicación,
como el The Economist o el New York Times, lo recogen en sus páginas, no porque
me hayan leído y yo me sienta copiado, sino porque es un razonamiento del más
puro sentido común: el gobierno de Moncloa ha desaprovechado una ocasión extraordinaria
para conquistar a la ciudadanía catalana, para dar alguna muestra real de comprensión,
de tolerancia y de afecto hacia el pueblo catalán y de reconocimiento hacia su
singularidad nacional. ¿Y qué hace el gobierno de Moncloa y su servil caverna mediática?
Si Susana Díaz hace mención a una víctima andaluza de los atentados en Catalunya,
no pasa nada; pero si quien hace esa diferenciación entre catalanes y españoles
es el Govern de Puigdemont, leña al mono que está haciendo proselitismo independentista.
Por la misma ley si a Puigdemont le entrevista un medio de comunicación extranjero
y el presidente catalán se queja de una realidad empírica, como es la reiterada
negativa de Rajoy a dotar de presupuesto para crear 500 nuevas plazas de Mossos
d´Escuadra, y todas las trabas que ha puesto Moncloa a la policía autonómica
para acceder a la base de datos de Europol y otros organismos de seguridad
europeos, Puigdemont está usando el terrorismo con fines políticos y eso que
dijo el regidor del ayuntamiento de Pozuelo sobre Ada Colau, por ejemplo, de
que la alcaldesa ha allanado el camino a
los terroristas por no poner bolardos en Las Ramblas, es una nadería sin
importancia. Obvian, como es lógico, de la deriva de la que venimos con Rajoy diciéndole
a Puigdemont a todo que no, e incluso ni mencionan, para qué, la reunión en la delegación
del gobierno en Catalunya que mantuvo Rajoy, Zoido y los mandos de la Policía Nacional
y Guardia Civil, de la que excluyeron a los Mossos, uno de los cuales por
cierto mientras esos se reunían, abatía a tiros a 4 terroristas que habían
atropellado a una mujer matándola en Cambrils, y otro Mosso enviaba al paraíso a
vivir eternamente con 70 o 70 mil vírgenes, al quinto mártir de la causa de los
desquiciados religiosos. Digo yo que, por extensión, son y serán a partir de
ahora responsables los alcaldes de todas las ciudades del mundo donde atenten
los terroristas y, en el lugar del atentado, no haya puesto el ayuntamiento los
preceptivos bolardos. Da igual que tras la reunión de los mandos de los cuerpos
de seguridad del estado, entre otras recomendaciones a las autoridades políticas,
desestimaran el tema de los bolardos porque estos no hacen otra cosa que
desviar los atentados hacia otros espacios y eventos donde se aglutine la gente;
no soluciona el problema de los atentados: solo los desvía a otros espacios. Pero
hay que pringarlo todo, hay que gritar a pleno pulmón que los de Podemos son
amigos de los terroristas, que Puigdemont es un enemigo declarado de España y
de que los independentistas están haciendo campaña con los muertos.
Otro tanto de lo mismo ocurre con las
cadenas de televisión generalistas españolas: Tele5, Antena3, Cuatro, incluso
La Sexta y ya no digamos TVE, han estado obviando sistemáticamente los insultos
hacia Catalunya y los catalanes y se han centrado en buscar cualquier cosa que
sirviera para acusar de algo a Puigdemont y los suyos. Es obvio que así no vamos
a ninguna parte y que ese ciudadano X de Catalunya, puede incluso sentirse
incomodo con la presencia de ciertos personajes, por ejemplo en la manifestación
de hoy sábado en Barcelona y esto, me parece tan obvio, como la propia
incomodidad que puedan sentir los propios personajes que provocan, a su vez,
ese malestar en el ciudadano X. Que no; que yo no soy el ciudadano X: a mí no
me incomoda la presencia del rey y de Rajoy esta tarde en Barcelona: me repugna.
Pero la soportaré porque entiendo que son un símbolo y representantes de los españoles
y yo no tengo nada contra los españoles así en general: yo mismo nací español,
muy y mucho español, que diría “el poeta”. Pero después de nacer, a algunos,
que no a todos, nos ha dado por tener la puta manía de crecer; y así, con el
tiempo, me he configurado como un republicano y un antifascista, sin distinguir
fascistas rojos de azules porque el fascismo la única ideología que tiene es la
de su supremacía, por las buenas o por las malas. Y a mí, por las malas, no.
Es obvio que Rajoy no va a seducir a
los catalanes; ni ahora ni nunca. Ni sabe, ni quiere ni políticamente le
interesa. Y tan obvio como eso, es para mí que este tío no tiene la capacidad intelectiva
para presentarse a las oposiciones de Registrador de la Propiedad, en igualdad
de condiciones con el resto de opositores, y ganarse la plaza. Es uno de esos
hijos de personajes construidos durante la dictadura fascista, que gracias a las
influencias de papa acabaron bien colocados, como se ha hecho en este país históricamente.
Todo un portento de padre, por cierto, que ni yo hubiera querido para mí, que
colocó de registradores a 3 de sus 4 vástagos y al cuarto de notario. No te
digo nada, la mano que tenía el perla del padre, como Presidente de la Audiencia
Provincial de Pontevedra, cargo durante el cual el padre de Rajoy se vio
envuelto en el famoso “Caso Redondela” en su calidad de juez, caso instruido y
juzgado por la desaparición de millones de litros de aceite. Se realizó un juicio sí, que
duró hasta noviembre de 1974 y pringó a un buen número de respetables
ciudadanos. Por decirlo de algún modo, nunca se supo la "verdad" del
asunto; uno de los implicados directos, Isidro Suárez, murió en la cárcel de
Vigo en extrañas circunstancias; otro implicado, José Maria Romero, que fue
uno de los que destapó el "affaire", apareció muerto también en
su casa de Sevilla (padre, madre e hija, asesinados en su domicilio); uno de
los principales accionistas afectados era Nicolás Franco Bahamonde y como
abogado defensor se encontraba José Maria Gil Robles. Nombres añejos donde los
haya, sin duda. Nos ha estado tomando el pelo con su curriculum, como le tomó
el pelo con su curriculum en su día un tal Roldán al gobierno de Felipe que lo
aupó a la Dirección de La Guardia Civil y el posterior choriceo del falsario; y
como tantos y tantos espabilados inflan su curriculum con títulos y
conocimientos imaginarios en todo el orbe. Rajoy vendría a ser el tuerto en el país
de los ciegos, sí; lo que pasa, entre otras muchas cosas que pasan pero esta no
la nombramos mucho, es que al españolito de a pie le toca mucho los cojones
reconocer sus errores, que se aferra cuando la caga al más vale malo conocido
que bueno por conocer; que su bravía está sobrevalorada, porque mira que le han
dado por culo últimamente y ahí lo llevas: manso y santurrón, incapaz de
rebelarse ante quien le deja sin trabajo, le roba tirando así por lo bajo 60
mil millones en el mayor atraco de la historia, no a un banco, sino de la banca
a todo el país, le echa de su casa y lo condena a vivir en precario de forma crónica
y aún tiene los santos cojones de creerse que sus problemas son Catalunya y Venezuela.
Equivocadamente o no, en Catalunya al menos hay alguien con intención de
cambiar algunas cosas; en el resto del estado español, no: debe ser que les va
de fabula.
Suerte tenemos que en Catalunya pervive
la simiente republicana porque, como diría Jorge Drexler: vale más una quimera,
que un trozo de tela (bandera) triste.
Y os voy a poner una canción, fruto de la fusion de lo catalán y lo andaluz, hala…por
tocar un poco los… daixonses .
A más ver
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