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lunes, 28 de agosto de 2017

SER HIPÓCRITA ES





¡…Pero es que la mujer es abogada de profesión! Quisir: que de leyes y esas cosas se supone que sabe una jarta. Pues no lo parece, compadre, porque yo para mí que se la ha olvidado algo que funciona, en lo que se llama eso del estado de derecho. Tes tas liando, andoba, no empieces a disir tonterías. ¡Que no! Que no es una tontería, que es una cosa mu golda, que vamos, es para que se les llame a algo más que al orden, porque el otro perla que la acompaña en la movida, nada menos que el hermanísimo del piadosísimo del ex ministrísimo del Misterio del Interior, el Jorge aquel que iba siempre acompañado de su fantasma, quisir: de su ángel de la guarda, el Marcelo, ¡también es abogado! ¿Quién, el chofer fantasma es también abogado?; que no, gilipuertas, que no te enteras: el hermano del ex ministro. Ah; ya entiendo: ¿que el ex ministro tenía un hermano abogado que se lio con otra abogada?: eso pasa mucho, ya se sabe: la cosa queda entre colegas… No te coscas de nada, mira que llegas a ser obtuso y cavernícola. Oye, sin faltar, muñeco, porque es que tú te explicas que da asco, machote. Empieza por el inicio. Vale: dios hizo el mundo en siete días y… ¡que no, gilipollas! Ah: ¿tardó más de siete, verdad?: yo siempre lo he sospechado. Vas a acabar con mi paciencia…Bueno: pide un crédito y te compras un saco más. ¿Me vas a explicar de una puñetera vez de qué va la historia, o qué? Vale: pero prométeme que no te vas a partir la caja de risa. Venga: te lo prometo. Bueno…me voy a fiar de ti. Ponte cómodo.  

Erase una vez que se era en el confín de los mundos celestes, en una pequeña porción de tierra rodeada por todos lados menos por uno, por eso se llama península (para los de la ESO), cohabitaban en una algarabía constante una comunidad de vecinos mal avenidos, que pretendían regirse por unas leyes que, dicen, nacieron fruto y/o como subproducto de una Ley Mayor a la que llamaron Constitución. ¡Hostia nene, no me jodas! ¿En serio? Lo que va a ser serio es la operación a pulmón abierto que te van a hacer en el hospital como me vuelvas a interrumpir. Vale…continuo. De entre esos vecinos mal avenidos, había un grupito de ellos que, cuando les tocaba mandar, se pasaban el día diciendo: la Constitución dice esto; la Constitución dice aquello; la Constitución dice lo otro… todo rollo así muy solemne y tal, en plan prosopopeya que se dice, como si estuvieran contando que lo hubiera dicho el mismo dios, o algo así. O sea: que esa Constitución debía ser la leche condensada; o poco menos. De esa ley, como decía, emanaban otras leyes que garantizaban ciertos derechos básicos e inherentes de forma indisoluble, a la concepción de un estado de derecho, garantista de estos y de las libertades públicas y privadas para sus ciudadanos. Entre otras muchas cosas, claro. Uno de esos derechos, repito: básicos en todo país que se rija por unos criterios de respeto a los derechos humanos, es el derecho a la defensa ante los tribunales, si un ciudadano se ve acusado ante estos de algún delito. De ahí que se diga aquello que aprende la gente desde pequeña: que todo el mundo tiene derecho a un abogado; incluso los criminales, asesinos, violadores y cabrones más abyectos que uno pueda concebir. Es uno de los pilares de la libertad de todos, no solo un derecho asistencial, porque sin igualdad y defensa ante la ley, no hay justicia y sin justicia, no hay nada, solo caos y anarquía. O su contrapunto: dictadura. ¿Esto está claro? Lo tengo que preguntar primero para poder pasar al punto siguiente. Bien. Pues vayamos al meollo del asunto.

La señora se llama María Caridad Mejías Sánchez, abogada de profesión como decía y con un máster en estudios humanísticos y sociales, política, diputada del Parlamento de Catalunya por el Partido Popular entre 1999 y 2003 y entre 2006 y 2010; y por C´S desde 2012, concejala actualmente en el Ayuntamiento de Barcelona desde las elecciones municipales en el 2015.
El caballerete se llama Alberto Fernández Díaz. También abogado de profesión como la anterior, igualmente originario del PP ocupando diversos cargos en el partido y la política desde 1.982; aunque a este no se le conoce un exceso de apego a las naranjas, sino que se le conoce más por ser hermano de ese abyecto facsímil de ministro que padeció este país recientemente, reprobado por toda la cámara del congreso de los diputados, entre otras muchas razones por su catalanofobia manifiesta, que le llevaron a falsificar pruebas contra sus rivales políticos catalanes y podemitas usando las instituciones del estado.

Todos sabemos, porque los hemos oído de viva voz infinidad de ocasiones, cuanto apego le tiene sobre todo esta gente del PP a la Constitución. Que me parece muy bien; es más: ole tú; ole tú dos veces. ¿A mí me va a disir tú el apego que le tiene esta gente a la Constitución; a mí me lo vas a disir tú, que soy catalán? Con la que nos tienen liada con el tribunal ese…qué cruz, pol dio. Bueno…a lo que iba. Pues enrrezurta que parece ser que un día, un tal Mohamed Marabet Fashi fue absuelto por el Tribunal Supremo tras haber sido acusado de pertenencia a una célula yihadista. ¿Y quién es el tal Mohamed Fashi? Pues un marroquí que en un momento dado convivió con el cerebro de los atentados recientes en Catalunya,  Abdelbaki Es Satty, en un piso de la localidad catalana de Vilanova y La Geltrú. Como decíamos que el estado de derecho que rige sentenciado por nuestra constitución, garantiza la asistencia de un abogado a todos los detenidos, sin excepción, Marabet Fashi fue defendido por el abogado Jaume Asens. Para no hacerme insoportable: a raíz de los atentados en Catalunya se han dicho muchas barbaridades. Pero una de las mayores sin duda alguna les pertenece en exclusiva a esas dos perlas del PP, que, aun y siendo abogados los dos, se pasan la Constitucion por sus respectivos arcos del triunfo y el estado de derecho que con tanto empeño dicen defender, al pretender pedir explicaciones al tal Jaume Asens, porque esos dos licenciados en Derecho encuentran “éticamente reprobable” que Jaume Asens asumiera la defensa de un detenido; es más: afirman que encuentran incompatibilidades de tipo político y ético y, por consiguiente y por todo ello, como quiera que fuese que en la actualidad Jaume Asens es concejal del ayuntamiento de Barcelona por Podem, le piensan pedir explicaciones en el próximo pleno por cumplir, ni más ni menos, que con la Ley, cosa por lo visto que para estos dos personajillos les parece poco ético.

No me digas que no es cachondo, compadre: se pasan la vida defendiendo la Constitución contra Catalunya, por ejemplo, pero encuentran poco ético que se defienda a un detenido y les parece políticamente reprobable que Jaume Asens, cuando era un simple abogado en ejercicio y no era un político electo, haya ejercido como tal ante un tribunal. Algunos medios tan libertarios como OK Diario vienen a decir que el tal Jaume Asens dejó en libertad al tal Mohamed, acusado de captar fieles a la causa yihadista; al que la fiscalía le retiró la petición de prisión por falta de pruebas, y el tribunal Supremo acabó absolviendo. Pero para la señora letrada Maria Caridad Mejías Sánchez y para el señor letrado Alberto Fernández Díaz, ambos dos comprometidísimos con la causa de la defensa de la Constitución si hay algún catalán delante sobre todo, defender a según qué acusados está feo, no se hace, es caca y quien lo hace es antiespañol, es un traidor a la causa y un pendejo. No digamos ya si quien osa semejante barbaridad es uno de los de Podemos… ¡a la hoguera con ese tío!

¿Mi conclusión?; sí, es fácil: Achilipú, apu, apu. Aaaachili…y to eso.

Y que dice el Rajoy que oiga, primero vamos a crear 20 millones de puestos de trabajo, y si eso para el 2019 o 2020, me vuelve usted a hablar de subir los salarios. Rajoy: ¡quiero un hijo tuyo! Qué fiera…

A más ver
  

      


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