¡…Pero es
que la mujer es abogada de profesión! Quisir: que de leyes y esas cosas se
supone que sabe una jarta. Pues no lo parece, compadre, porque yo para mí que
se la ha olvidado algo que funciona, en lo que se llama eso del estado de
derecho. Tes tas liando, andoba, no empieces a disir tonterías. ¡Que no! Que no
es una tontería, que es una cosa mu golda, que vamos, es para que se les llame
a algo más que al orden, porque el otro perla que la acompaña en la movida,
nada menos que el hermanísimo del piadosísimo del ex ministrísimo del Misterio
del Interior, el Jorge aquel que iba siempre acompañado de su fantasma, quisir:
de su ángel de la guarda, el Marcelo, ¡también es abogado! ¿Quién, el chofer
fantasma es también abogado?; que no, gilipuertas, que no te enteras: el
hermano del ex ministro. Ah; ya entiendo: ¿que el ex ministro tenía un hermano
abogado que se lio con otra abogada?: eso pasa mucho, ya se sabe: la cosa queda
entre colegas… No te coscas de nada, mira que llegas a ser obtuso y
cavernícola. Oye, sin faltar, muñeco, porque es que tú te explicas que da asco,
machote. Empieza por el inicio. Vale: dios hizo el mundo en siete días y… ¡que
no, gilipollas! Ah: ¿tardó más de siete, verdad?: yo siempre lo he sospechado.
Vas a acabar con mi paciencia…Bueno: pide un crédito y te compras un saco más.
¿Me vas a explicar de una puñetera vez de qué va la historia, o qué? Vale: pero
prométeme que no te vas a partir la caja de risa. Venga: te lo prometo. Bueno…me
voy a fiar de ti. Ponte cómodo.
Erase una
vez que se era en el confín de los mundos celestes, en una pequeña porción de
tierra rodeada por todos lados menos por uno, por eso se llama península (para los
de la ESO), cohabitaban en una algarabía constante una comunidad de vecinos mal
avenidos, que pretendían regirse por unas leyes que, dicen, nacieron fruto y/o
como subproducto de una Ley Mayor a la que llamaron Constitución. ¡Hostia nene,
no me jodas! ¿En serio? Lo que va a ser serio es la operación a pulmón abierto
que te van a hacer en el hospital como me vuelvas a interrumpir. Vale…continuo.
De entre esos vecinos mal avenidos, había un grupito de ellos que, cuando les
tocaba mandar, se pasaban el día diciendo: la Constitución dice esto; la
Constitución dice aquello; la Constitución dice lo otro… todo rollo así muy
solemne y tal, en plan prosopopeya que se dice, como si estuvieran contando que
lo hubiera dicho el mismo dios, o algo así. O sea: que esa Constitución debía
ser la leche condensada; o poco menos. De esa ley, como decía, emanaban otras
leyes que garantizaban ciertos derechos básicos e inherentes de forma
indisoluble, a la concepción de un estado de derecho, garantista de estos y de
las libertades públicas y privadas para sus ciudadanos. Entre otras muchas
cosas, claro. Uno de esos derechos, repito: básicos en todo país que se rija
por unos criterios de respeto a los derechos humanos, es el derecho a la
defensa ante los tribunales, si un ciudadano se ve acusado ante estos de algún
delito. De ahí que se diga aquello que aprende la gente desde pequeña: que todo
el mundo tiene derecho a un abogado; incluso los criminales, asesinos,
violadores y cabrones más abyectos que uno pueda concebir. Es uno de los
pilares de la libertad de todos, no solo un derecho asistencial, porque sin
igualdad y defensa ante la ley, no hay justicia y sin justicia, no hay nada,
solo caos y anarquía. O su contrapunto: dictadura. ¿Esto está claro? Lo tengo
que preguntar primero para poder pasar al punto siguiente. Bien. Pues vayamos
al meollo del asunto.
La señora
se llama María Caridad Mejías Sánchez, abogada de profesión como decía y con un
máster en estudios humanísticos y sociales, política, diputada del Parlamento
de Catalunya por el Partido Popular entre 1999 y 2003 y entre 2006 y
2010; y por C´S desde 2012, concejala actualmente en el Ayuntamiento de
Barcelona desde las elecciones municipales en el 2015.
El
caballerete se llama Alberto Fernández Díaz. También abogado de profesión como
la anterior, igualmente originario del PP ocupando diversos cargos en el
partido y la política desde 1.982; aunque a este no se le conoce un exceso de
apego a las naranjas, sino que se le conoce más por ser hermano de ese abyecto facsímil
de ministro que padeció este país recientemente, reprobado por toda la cámara del
congreso de los diputados, entre otras muchas razones por su catalanofobia
manifiesta, que le llevaron a falsificar pruebas contra sus rivales políticos catalanes
y podemitas usando las instituciones del estado.
Todos
sabemos, porque los hemos oído de viva voz infinidad de ocasiones, cuanto apego
le tiene sobre todo esta gente del PP a la Constitución. Que me parece muy
bien; es más: ole tú; ole tú dos veces. ¿A mí me va a disir tú el apego que le
tiene esta gente a la Constitución; a mí me lo vas a disir tú, que soy catalán?
Con la que nos tienen liada con el tribunal ese…qué cruz, pol dio. Bueno…a lo
que iba. Pues enrrezurta que parece ser que un día, un tal Mohamed Marabet
Fashi fue absuelto por el Tribunal Supremo tras haber sido acusado de
pertenencia a una célula yihadista. ¿Y quién es el tal Mohamed Fashi? Pues un
marroquí que en un momento dado convivió con el cerebro de los atentados
recientes en Catalunya, Abdelbaki Es Satty, en un piso de la localidad
catalana de Vilanova y La Geltrú. Como decíamos que el estado de derecho que
rige sentenciado por nuestra constitución, garantiza la asistencia de un
abogado a todos los detenidos, sin excepción, Marabet Fashi fue defendido por
el abogado Jaume Asens. Para no hacerme insoportable: a raíz de los atentados en
Catalunya se han dicho muchas barbaridades. Pero una de las mayores sin duda
alguna les pertenece en exclusiva a esas dos perlas del PP, que, aun y siendo
abogados los dos, se pasan la Constitucion por sus respectivos arcos del triunfo y el estado de derecho que con tanto
empeño dicen defender, al pretender pedir explicaciones al tal Jaume Asens,
porque esos dos licenciados en Derecho encuentran “éticamente reprobable” que
Jaume Asens asumiera la defensa de un detenido; es más: afirman que encuentran incompatibilidades
de tipo político y ético y, por consiguiente y por todo ello, como quiera que
fuese que en la actualidad Jaume Asens es concejal del ayuntamiento de
Barcelona por Podem, le piensan pedir explicaciones en el próximo pleno por
cumplir, ni más ni menos, que con la Ley, cosa por lo visto que para estos dos
personajillos les parece poco ético.
No me
digas que no es cachondo, compadre: se pasan la vida defendiendo la Constitución
contra Catalunya, por ejemplo, pero encuentran poco ético que se defienda a un
detenido y les parece políticamente reprobable que Jaume Asens, cuando era un
simple abogado en ejercicio y no era un político electo, haya ejercido como tal
ante un tribunal. Algunos medios tan libertarios como OK Diario vienen a decir
que el tal Jaume Asens dejó en libertad al tal Mohamed, acusado de captar
fieles a la causa yihadista; al que la fiscalía le retiró la petición de prisión
por falta de pruebas, y el tribunal Supremo acabó absolviendo. Pero para la
señora letrada Maria Caridad Mejías Sánchez y para el señor letrado Alberto Fernández
Díaz, ambos dos comprometidísimos con la causa de la defensa de la Constitución
si hay algún catalán delante sobre todo, defender a según qué acusados está
feo, no se hace, es caca y quien lo hace es antiespañol, es un traidor a la causa
y un pendejo. No digamos ya si quien osa semejante barbaridad es uno de los de
Podemos… ¡a la hoguera con ese tío!
¿Mi conclusión?;
sí, es fácil: Achilipú, apu, apu. Aaaachili…y to eso.
Y que
dice el Rajoy que oiga, primero vamos a crear 20 millones de puestos de trabajo,
y si eso para el 2019 o 2020, me vuelve usted a hablar de subir los salarios. Rajoy:
¡quiero un hijo tuyo! Qué fiera…
A más ver
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