Vistas de página la semana pasada

domingo, 15 de abril de 2018

ANDA JALEO




Nacionalismos. Banderas. Independencia. Referéndum. Soberanía. Fascismo. Autogestión. Federalismo. Monarquía. Corrupción. Justicia podrida, comprada, vendida, corrupta de sangre franquista. Gilipollas que dan lecciones teniendo su curriculum inflado de embustes y falsedades. ¿Y qué será lo siguiente?: ¿rescatar lo mejor de las esencias tardo franquistas, en el color naranja de uno que tiene la tocha haciendo horas extras con la farlopa, amamantado por el IBEX35 y más anticatalán que pro español? Pablo iglesias nos enseña de que le ha servido su matrícula de honor como politólogo: ahora resulta que los catalanes que queríamos un referéndum, hemos excitado y somos los responsables del despertar del fascismo en España. Así también me dan matricula a mí, no te jode. Lo que ha despertado, y quitado la careta a España, ha sido el facsímil de democracia impuesto por el Régimen del 78, que nos vendió a nosotros y al mundo un proceso de transición modélico ocultando en el cajón los más de 200 muertos que hubo en esa transición, que a la larga ha demostrado ser una autentica falacia que ha permitido la mayor y peor época de degeneración y corrupción política que se recuerda, con el gobierno al mando del partido político más corrupto de Europa y unos partidos políticos, que van de derecha a izquierda del arco parlamentario con miles de imputados por corrupción, creando una burbuja de autocomplacencia e impunidad en la casta política que les ha permito creerse los reyes del mambo, entre otras cosas, gracias a unos medios de comunicación que sirven, y muy bien, a la causa del atontamiento generalizado. Democracia, Pablo iglesias, lo que ha despertado al fascismo en España ha sido la pésima calidad de su democracia, que les ha permitido venirse arriba. No me vengas a decir que tú eres republicano, pero que te alineas con la causa y los atropellos de la monarquía porque no eres independentista. A menos, claro está, que te parezca muy bien que un parlamento autonómico solo pueda elegir como presidente a quien el señor juez Llarena le parezca bien, o si no, léete la interlocutoria denegándole el derecho de Jordi Sánchez a ser elegido President. No solo se lo deniega a él, va más allá en su afán de jugar al superman español que está salvando la unidad de la patria; sino que lo hace extensivo a quien al juez le parezca “indebida” la aplicación íntegra de todos los derechos políticos de los representantes de la ciudadanía (pag. 7), por muy elegidos democráticamente que estos hayan resultado ser https://www.ara.cat/2018/04/12/AUTO_12-04-2018_JORDI_SANCHEZ.pdf  Afortunadamente tu amigo Xavier Domenech no lo ve como tú, y prefiere alinearse con los que pedimos democracia, seamos de derecha (PDeCAT) de izquierdas (Esquerra Republicana) o anticapitalistas (CUP), que incluirse con los monárquicos, los del 155, que son los únicos que defienden aquí la unidad de España y la defienden como la defienden: con los argumentos de la porra, la mentira mil veces repetida, la cárcel y la represión. Felicidades por tu matrícula de honor, chaval. Desde el momento en que los intereses se anteponen a los valores, quien pierde es la democracia y se propicia que se aúpe al poder a gentes con intereses bastardos, que nunca tienen que ver con la democracia, como es obvio, sino con la obtención de unos fines determinados privados.

Me voy a la mani; pero amenazo con volver, quien sabe si, por fin, convertido ya, de una vez, en otro peligroso terrorista catalán más, al que se le ha visto pedir libertad y cantar Els Segadors. Con la ilusión que me hace eso de ser terrorista últimamente y subvertir el orden constitucional español escribiendo; o asistiendo a una manifestación exigiendo la libertad de los presos políticos. ¿Alguien me puede denunciar al juez Llarena, por favor? Pero háganlo ya, que si no me voy a pasar mi cumple en casa y me hace mucha ilusión compartir el 1 de mayo con alguno de los Jordis, o el Junqueras… Tendría tiempo para escribir un libro desde la cárcel, hacerme rico, sacar la pasta y llevarla a un paraíso fiscal y convertirme así en un español de bien. Pero empecemos por el principio: la mani de hoy, 15 de abril.  
                                                                         


De vuelta de la mani…deshecho, cansado, molido…pero había que estar donde y cuando uno tenía que estar, empapándome de savia y de aliento. No pensé en la quimio que me metieron el viernes ni que empiezan sus efectos a las 48 horas. Solo en que había que estar donde tocaba, reivindicando la libertad de unos rehenes políticos que están presos por sus ideas, como se desprende de una de las interlocutorias del juez, que no haya, por ejemplo, en la esfera psicológica del Turull, ningún “elemento potente que permita apreciar el respeto a las decisiones judiciales”; o en el caso de Jordi Sánchez, de quien llega a decir que “declararse inocente, acredita su voluntad de volver a reincidir”. ¿Cómo debe declararse uno cuando se siente inocente de lo que se le acusa? ¿Culpable para satisfacer al juez? ¿Culpable a pesar de no serlo, para que se aprecie en uno voluntad de no volver a reincidir en algo que no ha hecho previamente? ¿Culpable para poder condenarlo porque, confesando, demostraba de forma incondicional su absoluta, su plena, su incontestable culpa? ¿Qué te has creído, que nos hemos caído ahora del guindo o que, criatura? Miro la prensa y, curiosamente, para El País, ABC y la Razón “Unas miles de personas” se han manifestado en Barcelona pidiendo la libertad de los políticos presos. Para el Inda, la Ada Colau encabeza la manifestación. Yo no sé si hemos sido 350 mil como dice la Guardia Urbana, pero he visto la plaza de España y toda la avenida del Paralelo a tope. Para mí, y mira que yo soy poco de discutir de números en las concentraciones porque ya sabemos de que va, se han quedado algo cortos esta vez en su apreciación. No voy a decir, como el fantasma aquel de Vox que eran apenas 10 mil, que éramos 2 millones porque no los he visto los dos millones. Pero bueno, miles arriba, miles abajo, estamos ahí, seguimos ahí y ahí vamos a continuar sin dar un paso atrás. Ahora que esto se está poniendo interesante. Toda Europa habrá tomado nota de lo salvajes, violentos y canallas que somos los catalanes. Golpistas, que es el término que les gusta usar a los auténticos golpistas del 155. ¿Por qué donde está nuestro golpe de estado? ¿No se enteraron que declaramos una república que quedaba suspendida a los 8 segundos?; ¿qué medidas tomó el gobierno, supuestamente golpista, una vez proclamada la república? ¿Quien se apoderó de las instituciones, quien tomo el control del aeropuerto, del territorio, de sus fronteras? ¿Hubo detenciones, purgas, desapariciones, esas cosas que pasan cuando alguien lleva a cabo un golpe de estado y se apodera del gobierno y de todo un país? Los únicos presos son los del bando que proclamó una república que suspendieron a los 8 segundos y que no tuvo, por tanto, ninguna validez de ningún tipo, más que un mero ejercicio político simbólico o casi que sentimental. Pero a efectos prácticos, cero. Los únicos presos son esos acusados de rebelión que ya dice la justicia europea que de rebelión, nada, monada. ¿Y cómo puedes sostener una acusación por rebelión contra gente que tienes aquí en la cárcel, si fuera de aquí te están diciendo que no deben estar en prisión por rebelión? Puedes, porque no aceptas que el derecho europeo se aplique cuando no le conviene a tus intereses bastardos. Puedes, cuando no te da la gana aceptar que otras leyes contradigan y se antepongan a las tuyas. Puedes, cuando sencillamente no estás acostumbrado a la democracia y vives en una burbuja fascistoide. Y según he leído así a vuela pluma, incluso parecer ser que la ultima del Llarena es no aceptar la extradición de Puigdemont, si no es por el delito de rebelión. Pues mira, mejor. Denota cierta desesperación en el instructor, una pataleta que es el típico reflejo de su propia inseguridad, consustancial a lo mal acostumbrado que estaba el individuo. Mejor, Llarena, que vayas escribiendo interlocutorias para meter en la cárcel a más de dos millones de catalanes, que no vamos a dar muestras en nuestra esfera psicológica de republicanos independentistas, de elementos potentes que te permitan apreciar nuestro respeto a tus decisiones judiciales. Porque, ¿sabes que pasa?: que somos todos inocentes y que con nuestra proclamación de inocencia, estamos acreditando nuestra férrea voluntad de seguir a lo nuestro. O sea: república sí, o sí. Te guste más o te guste menos, es lo que hay. No nos vamos a ir a casa y a olvidarnos de todo. Ni en cientos de siglos. El procés pasará sobre ti y tú serás historia, pero no el que acabe con esa historia porque esta proseguirá después de tu capitulo hacia su destino final: una república catalana, decidida de forma mayoritaria y pacifica por los catalanes. No hay ley que pueda vencer eso: la voluntad libre, persistente y pacífica de la gente, es una fuerza incontestable e invencible. Quizá aquí no solo no se aprecie sino que se combata con la vana ilusión de que siga el chiquero cerradito y no se escape nadie; pero fuera de aquí van a decir también lo suyo, que es lo que pasa cuando formas parte de una comunidad y las decisiones no se toman solo aquí, ni las de aquí son siquiera las definitivas ni definitorias. Ya sé que jode; pero es así: la última palabra de todo esto, la tomaran fuera de aquí, afortunadamente. Y no tiene trazas de que vaya a gustarte ni a ti ni a los tuyos, que preferís anteponer los intereses bastardos a los valores democráticos, el palo, la cárcel y la represión, al dialogo y la política. Eso, tarde o temprano, os tenía que pasar factura, porque no se puede ir por la vida poniendo los cajones por delante de todo y hacer las cosas por mis santos cojines. Seguid, perseverar en vuestra burbuja españolísima, que para ser europeos os queda un rato. Cuando os peten la burbuja ya será demasiado tarde para conservar Catalunya, podréis seguir en vuestro relato al que podréis añadirle un nuevo elemento canalla y traidor: Europa. Pero en el fondo sabréis que quien perdió Catalunya fue quien la tuvo, no la supo apreciar, ni valorar, ni respetar ni cuidar y, por lo tanto, la desperdició.
                                                                               
                                                                           
Que os vaya bonito.

A más ver        



No hay comentarios:

Publicar un comentario