Nacionalismos. Banderas. Independencia. Referéndum.
Soberanía. Fascismo. Autogestión. Federalismo. Monarquía. Corrupción. Justicia
podrida, comprada, vendida, corrupta de sangre franquista. Gilipollas que dan
lecciones teniendo su curriculum inflado de embustes y falsedades. ¿Y qué será
lo siguiente?: ¿rescatar lo mejor de las esencias tardo franquistas, en el
color naranja de uno que tiene la tocha haciendo horas extras con la farlopa,
amamantado por el IBEX35 y más anticatalán que pro español? Pablo iglesias nos
enseña de que le ha servido su matrícula de honor como politólogo: ahora
resulta que los catalanes que queríamos un referéndum, hemos excitado y somos
los responsables del despertar del fascismo en España. Así también me dan
matricula a mí, no te jode. Lo que ha despertado, y quitado la careta a España,
ha sido el facsímil de democracia impuesto por el Régimen del 78, que nos
vendió a nosotros y al mundo un proceso de transición modélico ocultando en el
cajón los más de 200 muertos que hubo en esa transición, que a la larga ha
demostrado ser una autentica falacia que ha permitido la mayor y peor época de
degeneración y corrupción política que se recuerda, con el gobierno al mando
del partido político más corrupto de Europa y unos partidos políticos, que van
de derecha a izquierda del arco parlamentario con miles de imputados por
corrupción, creando una burbuja de autocomplacencia e impunidad en la casta
política que les ha permito creerse los reyes del mambo, entre otras cosas,
gracias a unos medios de comunicación que sirven, y muy bien, a la causa del
atontamiento generalizado. Democracia, Pablo iglesias, lo que ha despertado al
fascismo en España ha sido la pésima calidad de su democracia, que les ha
permitido venirse arriba. No me vengas a decir que tú eres republicano, pero
que te alineas con la causa y los atropellos de la monarquía porque no eres
independentista. A menos, claro está, que te parezca muy bien que un parlamento
autonómico solo pueda elegir como presidente a quien el señor juez Llarena le
parezca bien, o si no, léete la interlocutoria denegándole el derecho de Jordi
Sánchez a ser elegido President. No solo se lo deniega a él, va más allá en su
afán de jugar al superman español que está salvando la unidad de la patria;
sino que lo hace extensivo a quien al juez le parezca “indebida” la aplicación
íntegra de todos los derechos políticos de los representantes de la ciudadanía
(pag. 7), por muy elegidos democráticamente que estos hayan resultado ser https://www.ara.cat/2018/04/12/AUTO_12-04-2018_JORDI_SANCHEZ.pdf
Afortunadamente tu amigo Xavier Domenech
no lo ve como tú, y prefiere alinearse con los que pedimos democracia, seamos
de derecha (PDeCAT) de izquierdas (Esquerra Republicana) o anticapitalistas
(CUP), que incluirse con los monárquicos, los del 155, que son los únicos que
defienden aquí la unidad de España y la defienden como la defienden: con los
argumentos de la porra, la mentira mil veces repetida, la cárcel y la
represión. Felicidades por tu matrícula de honor, chaval. Desde el momento en
que los intereses se anteponen a los valores, quien pierde es la democracia y
se propicia que se aúpe al poder a gentes con intereses bastardos, que nunca
tienen que ver con la democracia, como es obvio, sino con la obtención de unos
fines determinados privados.
Me voy a la mani; pero amenazo con volver, quien sabe si,
por fin, convertido ya, de una vez, en otro peligroso terrorista catalán más,
al que se le ha visto pedir libertad y cantar Els Segadors. Con la ilusión que
me hace eso de ser terrorista últimamente y subvertir el orden constitucional
español escribiendo; o asistiendo a una manifestación exigiendo la libertad de
los presos políticos. ¿Alguien me puede denunciar al juez Llarena, por favor?
Pero háganlo ya, que si no me voy a pasar mi cumple en casa y me hace mucha
ilusión compartir el 1 de mayo con alguno de los Jordis, o el Junqueras…
Tendría tiempo para escribir un libro desde la cárcel, hacerme rico, sacar la
pasta y llevarla a un paraíso fiscal y convertirme así en un español de bien.
Pero empecemos por el principio: la mani de hoy, 15 de abril.
De vuelta de la mani…deshecho, cansado, molido…pero había que
estar donde y cuando uno tenía que estar, empapándome de savia y de aliento. No
pensé en la quimio que me metieron el viernes ni que empiezan sus efectos a las
48 horas. Solo en que había que estar donde tocaba, reivindicando la libertad
de unos rehenes políticos que están presos por sus ideas, como se desprende de
una de las interlocutorias del juez, que no haya, por ejemplo, en la esfera psicológica
del Turull, ningún “elemento potente que permita apreciar el respeto a las decisiones
judiciales”; o en el caso de Jordi Sánchez, de quien llega a decir que “declararse
inocente, acredita su voluntad de volver a reincidir”. ¿Cómo debe declararse
uno cuando se siente inocente de lo que se le acusa? ¿Culpable para satisfacer
al juez? ¿Culpable a pesar de no serlo, para que se aprecie en uno voluntad de
no volver a reincidir en algo que no ha hecho previamente? ¿Culpable para poder
condenarlo porque, confesando, demostraba de forma incondicional su absoluta,
su plena, su incontestable culpa? ¿Qué te has creído, que nos hemos caído ahora
del guindo o que, criatura? Miro la prensa y, curiosamente, para El País, ABC y
la Razón “Unas miles de personas” se han manifestado en Barcelona pidiendo la
libertad de los políticos presos. Para el Inda, la Ada Colau encabeza la manifestación.
Yo no sé si hemos sido 350 mil como dice la Guardia Urbana, pero he visto la
plaza de España y toda la avenida del Paralelo a tope. Para mí, y mira que yo
soy poco de discutir de números en las concentraciones porque ya sabemos de que
va, se han quedado algo cortos esta vez en su apreciación. No voy a decir, como
el fantasma aquel de Vox que eran apenas 10 mil, que éramos 2 millones porque
no los he visto los dos millones. Pero bueno, miles arriba, miles abajo,
estamos ahí, seguimos ahí y ahí vamos a continuar sin dar un paso atrás. Ahora que
esto se está poniendo interesante. Toda Europa habrá tomado nota de lo salvajes,
violentos y canallas que somos los catalanes. Golpistas, que es el término que
les gusta usar a los auténticos golpistas del 155. ¿Por qué donde está nuestro
golpe de estado? ¿No se enteraron que declaramos una república que quedaba
suspendida a los 8 segundos?; ¿qué medidas tomó el gobierno, supuestamente
golpista, una vez proclamada la república? ¿Quien se apoderó de las instituciones,
quien tomo el control del aeropuerto, del territorio, de sus fronteras? ¿Hubo
detenciones, purgas, desapariciones, esas cosas que pasan cuando alguien lleva
a cabo un golpe de estado y se apodera del gobierno y de todo un país? Los únicos
presos son los del bando que proclamó una república que suspendieron a los 8
segundos y que no tuvo, por tanto, ninguna validez de ningún tipo, más que un
mero ejercicio político simbólico o casi que sentimental. Pero a efectos
prácticos, cero. Los únicos presos son esos acusados de rebelión que ya dice la
justicia europea que de rebelión, nada, monada. ¿Y cómo puedes sostener una acusación
por rebelión contra gente que tienes aquí en la cárcel, si fuera de aquí te están
diciendo que no deben estar en prisión por rebelión? Puedes, porque no aceptas
que el derecho europeo se aplique cuando no le conviene a tus intereses
bastardos. Puedes, cuando no te da la gana aceptar que otras leyes contradigan
y se antepongan a las tuyas. Puedes, cuando sencillamente no estás acostumbrado
a la democracia y vives en una burbuja fascistoide. Y según he leído así a
vuela pluma, incluso parecer ser que la ultima del Llarena es no aceptar la extradición
de Puigdemont, si no es por el delito de rebelión. Pues mira, mejor. Denota cierta
desesperación en el instructor, una pataleta que es el típico reflejo de su
propia inseguridad, consustancial a lo mal acostumbrado que estaba el individuo.
Mejor, Llarena, que vayas escribiendo interlocutorias para meter en la cárcel a
más de dos millones de catalanes, que no vamos a dar muestras en nuestra esfera
psicológica de republicanos independentistas, de elementos potentes que te
permitan apreciar nuestro respeto a tus decisiones judiciales. Porque, ¿sabes
que pasa?: que somos todos inocentes y que con nuestra proclamación de
inocencia, estamos acreditando nuestra férrea voluntad de seguir a lo nuestro. O
sea: república sí, o sí. Te guste más o te guste menos, es lo que hay. No nos
vamos a ir a casa y a olvidarnos de todo. Ni en cientos de siglos. El procés
pasará sobre ti y tú serás historia, pero no el que acabe con esa historia
porque esta proseguirá después de tu capitulo hacia su destino final: una república
catalana, decidida de forma mayoritaria y pacifica por los catalanes. No hay
ley que pueda vencer eso: la voluntad libre, persistente y pacífica de la gente,
es una fuerza incontestable e invencible. Quizá aquí no solo no se aprecie sino
que se combata con la vana ilusión de que siga el chiquero cerradito y no se escape
nadie; pero fuera de aquí van a decir también lo suyo, que es lo que pasa
cuando formas parte de una comunidad y las decisiones no se toman solo aquí, ni
las de aquí son siquiera las definitivas ni definitorias. Ya sé que jode; pero
es así: la última palabra de todo esto, la tomaran fuera de aquí,
afortunadamente. Y no tiene trazas de que vaya a gustarte ni a ti ni a los
tuyos, que preferís anteponer los intereses bastardos a los valores democráticos,
el palo, la cárcel y la represión, al dialogo y la política. Eso, tarde o
temprano, os tenía que pasar factura, porque no se puede ir por la vida
poniendo los cajones por delante de todo y hacer las cosas por mis santos
cojines. Seguid, perseverar en vuestra burbuja españolísima, que para ser
europeos os queda un rato. Cuando os peten la burbuja ya será demasiado tarde
para conservar Catalunya, podréis seguir en vuestro relato al que podréis añadirle
un nuevo elemento canalla y traidor: Europa. Pero en el fondo sabréis que quien
perdió Catalunya fue quien la tuvo, no la supo apreciar, ni valorar, ni
respetar ni cuidar y, por lo tanto, la desperdició.
Que os vaya bonito.
A más ver
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