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miércoles, 11 de abril de 2018

TIENE QUE LLOVER




Decía el Antón Losada ayer, Doctor en Derecho, periodista y escritor gallego, en una emisora de radio catalana, que el problema no es que no sepan mentir estos del PP, que también; sino que le echan una jeta impresionante. Los unos y los otros, evidentemente, porque no te pierdas, nene, a esos que decían que venían a regenerar la política; y ya ves: parece que le vaya a dar calambre a esos de los anaranjados, si le retiran el apoyo a Cifuentes en Madrid y la dejan caer, con todo lo que está lloviendo en la capital del fétido reino borbónico, a causa de ese máster de esa caballera que ha engalanado su curriculum de forma falsaria y tramposa, que no es que lo necesitara para presumir de máster; sino porque era un requisito previo imprescindible para la obtención del Doctorado, que es a  por lo que iba esta pájara. Le ha costado lo suyo, como le cuesta a mi vecino Venancio ir al dentista; pero al final, después de hacerse mucho de rogar y como a regañadientes, los del Albertito Rivera quieren pero sin quererlo mucho, la cabeza de la presidenta de la comunidad madrileña, o le darán el gobierno autónomo al Gabilondo, el del PSOE, y esta…caballera, dimitirá antes de que el marrano Mariano acuda a la cumbre europea, a mediados de mayo. Ahora es posible que se resista un poco, porque va a hacer valer la de cosas que sabe y, si quieren, la tendrán que callar con alguna propuesta interesante para Cristina Cifuentes. La otra, que ayer le echaba un morro que se lo pisaba, era nuestra no menos ínclita Inesita Arrimadas, que se nos destapaba ayer diciendo que es falso eso de que los soberanistas catalanes tuvieran una resolución de la ONU autorizando a Jordi Sánchez para ser investido President de la Generalitat. Ciertamente, la ONU no contempla entre sus competencias decidir tal cosa; para eso están las urnas; pero sí que le compite recordarle a sus miembros que tienen una serie de normas y compromiso que cumplir, como país democrático que dice ser, entre las que se encuentran respetar los derechos políticos de sus ciudadanos, que es lo que ha hecho la ONU: después de comprobar que no hubiesen motivos legales que les impidan ejercerlos de pleno derecho. Y como bien dijo alguien: “…es porque no se atreven, si no, fusilarían a más de uno de esos independentistas.” Ya sabemos, de sobras sabemos, lo fácil que les resulta a los fascistas cogerle gustillo a eso de la represión, la censura, el discurso único, la uniformidad y que no se nos desmadre ningún gallo del gallinero. Catalunya, así y por tanto, se convierte en el conflicto, por arte de birlibirloque, en la justificación perfecta para poco menos que decretar el toque de queda, el estado de sitio, que suenen a arrebato las cornetas y se preparen los golpistas, terroristas y abyectos criminales separatistas, que mantienen en un estado perenne de terror terrorífico del más aterrador, a toda la población catalana. En esa línea, debe haber engordado el ego del señor ministro Zoido cuando, por fin, ha podido salir en los medios diciendo que ya tiene presa el estado español, a la primera terrorista rebelde catalana de los CDR, una señora que lanzó unos mensajes por la red anunciando lo que iban a hacer, y que fue llevado a cabo sin dilación por parte de los CDR: corte de carreteras, quema de neumáticos y acciones similares, con algún que otro previsible enfrentamiento con la policía. Nada nuevo en temas de protestas y manifestaciones. Nada que no se haya hecho ya antes aquí y que se practica con la misma normalidad que han practicado piquetes y manifestantes de toda suerte y condición, en otras jornadas de protesta. Pero hay que criminalizar, a toda costa, al independentismo; aunque esa señora tenga de terrorista lo que yo tengo de mahometano. Con lo majo que queda el pancha contenta del ministro pudiendo presumir de haber detenido a la primera terrorista catalana ¿verdad? Justo cuando el TC acaba de avalar que se subvencione a las escuelas que segregan por razones de sexo (el Opus, básicamente), y que la religión sea materia evaluable en las escuelas públicas de un estado aconfesional, o eso se dice, como es España. Por consiguiente, si los de los CDR son terroristas por cortar carreteras y levantar barreras de los peajes de las autopistas, los que pasaron por esos peajes y los que estuvieron retenidos durante la protesta ¿pueden pedir una indemnización como víctimas del terrorismo? Tot plegat, parecen los últimos estertores de agonía de eso que se muere, lenta pero inexorablemente, y que se llama PP.
                                                                                 

Es más que una suposición el ya incontrovertible hecho de que, la globalización, no por ella en si misma sino aprovechándose de ella por parte de los poderes fácticos, está conduciendo, peligrosamente, a algunas democracias occidentales hacia formas de gobierno supeditadas a los intereses del mundo financiero y empresarial, el de los poderosos fondos de inversión y de las grandes corporaciones transnacionales. Aquí en España es público, notorio y casi que insultante, el desparpajo con el que, algunas compañías con nombres y apellidos, amenazan con la deslocalización de sus empresas si no son atendidos sus chantajes en forma de exenciones fiscales; al tiempo que invierten en partidos políticos como un producto financiero más del parquet que, aunque si bien es cierto que no cotizan en bolsa, si les producen pingues beneficios,  en forma de tratos “especiales” del gobierno y resto de partidos políticos contaminados por la corrupción financiero-empresarial. Los mismos grupos empresariales que controlan los medios de comunicación, medios que utilizan para crear el ambiente propicio a los intereses del gobierno y contra los enemigos políticos de este, unos medios capaces de convertir a una mariposilla en todo un peligro público; y de no ver ninguna mancha en quien hiede a corrupción y podredumbre a kilómetros de distancia. El Mundo Perfecto, para estos golpistas del siglo XXI, encaramados al poder a lomos de los partidos políticos a los que tienen comprados, sería aquel en el que, de un modo u otro, pudieran interferir en la libertad de expresión de los usuarios de internet, regulando de alguna forma esa libertad de expresión en la red y hacerlo, cómo no, en nombre de la libertad y seguridad de “todos” los españoles. Y se acercan a su Mundo Perfecto, porque el gobierno del molusco pontevedrés está elaborando un plan con motivo de la supuesta indefensión que tienen los usuarios en lo relativo a algunos casos de uso fraudulento de datos y/o imágenes de particulares, o ante la posibilidad de atentar contra el honor y la dignidad, etc. Lo que quieren, no es tener acceso a quienes ellos quieran y a saber lo que decimos o hacemos; eso ya lo tienen controlado: lo que quieren es poder tener un marco sancionador lo más amplio posible, a través del cual puedan ejercer una de sus actividades preferidas: censurar y que, lo que se diga y/o haga en las redes, sea políticamente correcto; en función del concepto que ellos tienen sobre lo correcto, claro. No pretenderás, majadero, que te pregunten a ti qué es o no correcto en las redes, porque lo tienes claro. Y no es que a uno le guste tanto el panorama como para dibujarlo con estos trazo, ponerle estos colorines y acabar cachondo perdido, pero no pinta nada bien para las personas demócratas de España y sí para el facherío crepuscular de misa de domingo, de la maté porque era mía y de la testiculina por cerebro único. De tanto querer salvar España la han vendido a la banca, el Ibex35, el Opus y a los más intolerantes, iracundos, a los más ignorantes y fascistas del lugar, vayan estos entogados o no. Porque vaya una reunión la de hace dos días en Barcelona, con el sinvergüenza del jefe del estado al frente de la casta judicial, acompañados por el Lesmes, aquel presidente del Consejo General del Poder Judicial, que dijo que la justicia en España estaba hecha para los robagallinas, ¿os acordáis?; con la estrella del momento acaparando todas las felicitaciones, besos, abrazos y flashes de las cámaras, su señoría el juez del TS Pablo Pablito Pablete Llarena y su esposa. ¿La escusa?: unos despachos que debían entregarse a unos nuevos jueces y juezas. La razón principal: ir a territorio comanche para visualizar, ante el mundo entero, que se mantiene la conquista sobre la Catalunya ocupada y el imperio ese donde nunca se pone el sol, que el rey sigue luciendo tipito de portada de la prensa del corazón y que se vea, nítidamente, que todos, absolutamente, todos, están con el juez Llarena…de momento.

Ante las continuas ofertas de diálogo que lanza Puigdemont, esto. Ante las reiteradas muestras que ha dado el President de la Generalitat de voluntad para negociar, sin condiciones, una salida al conflicto que, como dijo Puigdemont al salir de la prisión alemana el pasado fin de semana, unas negociaciones que ni tienen que acabar necesariamente en independencia, contra esas ofertas, detenciones por terrorismo y rebeldía de una mujer de los CDR y continuas amenazas a la televisión pública catalana, a la que los sectarios y adoctrinadores más recalcitrantes acusan de sectarismo. Ya dijimos que, jeta, le echan, a capazos, al asunto. Buena prueba de ello es la embajadora de España en Alemania, que va diciendo por ahí a los germanos que la quieran escuchar, que el problema no es de los catalanes con el estado español, sino el de unos catalanes con otros; y que el gobierno de la Generalitat nunca se ha querido sentar a negociar nada. Acabáramos. Tan ancha y tan pancha se habrá quedado la… caballera, como la otra caballera, la de la cabellera rubia y presidenta de la comunidad madrileña, que veo en un video reciente acompañada de los suyos, en el que le brindan un prolongado aplauso afectuoso en señal de cariño, después de haberse sabido lo de su famoso máster en diferido, o en simulación falsaria de lo menos académica. Y mientras pasa todo esto, sabemos que el Gobierno destinó el año pasado 13.405 euros para que el presidente marrano del Mariano, y cargos de la Presidencia y personal del Ministerio de la Presidencia y para las Administraciones Territoriales, dieran clases de inglés, lo que se traduce en poco más de 1.000 euros al mes para el aprendizaje de ese idioma. Por contra, sólo dedicó 1.802 euros (unos 150 mensuales) para cursos de francés. Que cada cual deduzca lo que quiera. 


                                                                              
A más ver 


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