Seis meses, 6. Ayer se cumplieron seis meses de aquel “a por ellos”, de aquella ignominia, de aquellos
acontecimientos que llevaron a la prensa internacional a catalogar a España como
la vergüenza de Europa. Y en Catalunya ni olvidamos, ni mucho menos aun, perdonamos.
Eva, una amiga, comparte sus dudas conmigo acerca de la solución sobre el
contencioso España-Catalunya; y yo lo tengo clarísimo: antes indepe, que facha.
Anoche una periodista en un programa de TV3, que es una pena que no veáis en el
resto de España, basaba el pilar de su argumentación para demostrarnos a los
independentistas cuan errados y equivocados que andamos por la vida, en que no
hacemos autocrítica. Estuvo buena esa. Precisamente las desavenencias que han
florecido entre las tres principales fuerzas independentistas, desavenencias
que enseguida han pretendido usar los españolistos para lanzar su proclama de
que el procés estaba muerto (cuantas ganas y cuantas frustraciones deben
padecer cada vez que nos lo han dicho a grito pelado; y
han vuelto a ver las calles abarrotadas de independentistas y esteladas al día siguiente) no lo
han sido única y exclusivamente por las diferencias programáticas evidentes
entre tres formaciones tan diferenciadas entre sí, sino que, a veces, también,
lo han sido por esa capacidad de autocritica que, en momentos puntuales, han
dado la impresión de alejar a la clase política catalana independentista del
grueso de su electorado. Claro que hacemos autocrítica, señorita periodista, a
ver si va a resultar que estamos plenamente satisfechos de que, 3 meses y medio
después de unas elecciones y la renovación de la mayoría absoluta en el
Parlament, sigamos sin gobierno y con el 155 con su derecho de pernada
correspondiente. ¿Autocritica?: Puigdemont nunca debió suspenderla, una vez
proclamada, la república catalana. Otro ejemplo: si hubiera convocado
elecciones el 2 de octubre, otro gallo nos cantaría, sin duda. Claro que
hacemos autocrítica: Lo que me gustaría es que alguien me señalara un par de
ejemplos, no sé, alguna declaración de algún miembro del gobierno me serviría,
de la que se pudiera deducir que es un ligero atisbo de autocritica por lo
errado de la actitud del gobierno español en relación a Catalunya. Cero. Ni una
sola. Antes al contrario: vienen a molernos a palos por cometer el crimen de
meter un papelito en una urna, lo hacen sin miramientos delante de las cámaras
de televisión de todo el mundo y, no solo hacen el ridículo negando la
veracidad de las imágenes, como hizo el ministro Dastis en una TV británica al
pasarle unas imágenes que el ministro calificó de manipuladas, teniendo que
decirle el periodista que, esas imágenes que él calificaba de manipuladas, las
habían grabado ellos mismos, la propia BBC, sino que encima colgaron unas
medallitas en los uniformes de los policías y guardias civiles que habían
demostrado un valor y un arrojo sin parangón, enfrentándose a nuestras madres y
abuelas armadas con un papelito y un foulard amarillo. Mucho valor, sí señor,
sin duda.
Recojo el rumrum que
circula aquí en Catalunya en relación a las personas que fueron objetivo de la
violencia de las fuerzas de seguridad del estado español, de las que casi medio
millar han decidido formalizar una denuncia ante las instancias judiciales. Como
quiera que fuese que los denunciantes están mal vistos y peor considerados por
esas propias instancias judiciales, por lo visto a la hora de tomarles
declaración, o bien una vez finalizada esta, les preguntan a los denunciantes
si son conscientes de que el 1-O participaron en un acto ilegal; obviamente con
la muy noble intención de intimidarles y de hacer que se desdigan y retiren la
denuncia, o bien se vayan a casa con esa duda en la cabeza que les lleve a
considerar dejarlo todo correr. Ni un paso atrás; y menos en este asunto. En
abril del año 2.005 Zapatero despenalizó en España los referéndums ilegales,
con el apoyo del resto de fuerzas parlamentarias en el congreso excepto, como
no, el PP, con un Rajoy en horas bajas por aquellos tiempos e instalado en la
política del NO a todo contra Zapatero. Así que, de ilegal nada, monada. Ahí
tenemos la primera prueba de la injerencia del poder judicial en el poder
legislativo, por mor, a su vez, de la injerencia del poder legislativo en el
poder judicial, al haber recurrido Rajoy a su primo de Zumosol el TC para que
le “afinara” la ilegalidad de un acto despenalizado desde el año 2.005 en el
Código Penal. Esto no es una declaración mía fruto de mi ideología política: es
la legislación vigente, hecha pública y al alcance de cualquiera que quiera
tomarse la molestia de indagar un mínimo aunque, como bien sabemos, no hay más
ciego que el que no quiere ver. Es posible que no te guste lo que lees; y hasta
es posible que esa ceguera te lleve a creer que miento y, si no miento, da igual:
un juez declaró el referéndum ilegal, y punto. ¿O es que acaso pretendo yo
saber más que un juez? Sin duda que no; pero no es que lo diga yo que fueron
despenalizados los referéndums, lo dicen infinidad de juristas de toda clase y condición,
así como la propia hemeroteca de los diarios digitales de la época. Más bien
creo que hay jueces que prevarican. Y más si se autoerigen en salvadores de la
patria, habida cuenta del ejercicio de escapismo de la política que está
llevando a cabo Rajoy con el tema catalán desde el minuto cero. Pero creo que a
nuestro amigo el marrano Mariano, le están viendo el plumero allende nuestras
fronteras. El mayor y principal editor de la India, por ejemplo, anda
comparando estos días a Rajoy con nada más y nada menos que aquel criminal de
guerra y ex presidente de la antigua Yugoslavia, Slobodan Milošević. Por
que la cuestión es que a pesar de lo moderna que dicen que es nuestra Constitución,
de lo bonito que queda impreso en el papel las palabas imprimidas que dicen que
somos un país multicultural y plurilingüe, la realidad es que las clases elitistas
mesetarias no digieren ni muy bien ni muy mal, simplemente no la digieren, esa misma
pluralidad lingüística y cultural que están obligados, por otro lado y tal y
como reza la Constitución, a respetar y fomentar esa misma pluralidad lingüística.
¿Y qué hacen?: siempre que necesitan un puñado de votos va bien meterse con el catalán
en las escuelas y con TV3, que por cierto lleva 6 meses liderando la audiencia
de las televisiones en Catalunya, gracias, sobre todo, a sus informativos
porque y como bien podréis imaginaros, a la hora de las noticias nos ponen a
todos atados en las sillas a mirar TV3, queramos o no queramos.
Bueno, y este es más
o menos el plan de vida que tenemos por aquí últimamente. Es entretenido,
cuando menos. Más aun lo sería si se convocara próximamente el pleno del
Parlament para votar al próximo President de la
Generalitat en la persona de Jordi Sánchez. Ahora existe la advertencia oficial
de la ONU hacia el estado español de que debe hacer respetar los derechos políticos
del líder de la ANC. Estaría bien, cuando menos para ver por donde respira
Llarena y, porque si no le permite a Jordi Sánchez ser embestido President
después incluso del aviso de la ONU, seguro que los jueces alemanes tomaran
buena nota de ello y de cómo el gobierno de Rajoy y su sistema judicial, se
pasa por el forro los derechos ajenos.
A más ver
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