¿Alguien en
este país que se tenga por persona de bien, temerosa de dios, patriótica, sanamente
democrática, con sus luces, claro está, sensata, moderada, razonable, ecuánime y
justa, una persona, en definitivas, como dios manda y no como tú, pollo, puede
asegurar que, en España, no hay
democracia ni estado de derecho? ¡Yo mismo, caballera! Calla, tú eres un jodido
republicano, agnóstico y pecador. Oiga, pero es que yo… ¡que te calles, puto
antiespañol de mierda! Jodeeeer…como está el patio. Venga, vamos, en serio:
¿podemos asegurar, de forma taxativa, sin el menor atisbo de duda, de la menor
duda, que porque aquí se vote periódicamente en una urna, eso per se nos valida
como país democrático y que el estado español es un estado de pleno derecho? Pasamos
de una dictadura a una “democracia” en un plis plas, en un chasquear de dedos
cuasi mágico, llamándolo a eso periodo de transición que, algunos osados, incluso
se atrevieron a adjetivar como modélico y exportable a otras latitudes del
orbe. Pero deberían decirle también, a los bisoños que nos compren ese pasado
nuestro, toda la historia y como ese periodo de la llamada transición, nos costó
un balance de unos 200 muertos, muertos reales de personas humanas de carne y
hueso; la inmensa mayoría de ellos víctimas de la represión franquista, de la
llamada ley de fuga y de ataques fascistas, que daban sus últimos coletazos
violentos. Para los ignorantes y desmemoriados, la ley de fuga consistía en
detener a fulano o mengano, llevárselo al campo o la montaña, quitarle las
esposas, decirle que estaba libre y se podía marchar y, cuando el detenido salía
corriendo, volarle la cabeza o acribillarlo a balazos porque “había intentado
fugarse”. Naturalmente que algunos y algunas disentimos claramente de la versión
oficial de las cosas que nos pinta este país de color de rosa, con unos gobernantes modélicos, sí; modelos de
lo que no deben ser nunca unos gobernantes en todo caso: embusteros, ladinos,
lamesuelas, ladrones, delincuentes… ¡y que poco cala en este país de busca vidillas
y Lazarillos de Tormes, la vergüenza y el lastre que supone tener el gobierno
más corrupto de esa envidiada Europa! Mismamente, como si los envidiados fuesen
los corruptos patrios. No sería la primera vez que uno tiene la vergüenza de
escuchar, por ejemplo: “…pues si yo fuese mengano o zutano, me lo montaría
mejor y robaría más aun”. No es que uno pretenda pasar por un ciudadano
ejemplar, naturalmente, sobre todo si estoy delante de determinadas “autoridades”;
pero como servidor público me abstendría muy mucho de según qué cosas y seguro
que no me iban a pillar una cuenta en un paraíso fiscal, porque no va con uno
aprovecharse de las situaciones más de lo debido y un servidor público debe dar
ejemplo público de una gestión honesta. Pero por lo visto la honestidad en este
país cotiza a precio de diamantes; de ahí que si los cabrones y cabronas
volaran, íbamos a tener un verdadero conflicto aéreo por la excesiva masificación
del espacio entre nubes y desaparecería nuestra fama de país del sol
para pasar a ser el país gris plomizo.
Decía
Shakespeare que la reputación es una atribución vana y falsa que suele ganarse
sin mérito y perderse sin motivo. Dudo mucho que pensara lo mismo después de
unas pequeñas vacaciones en España en 2.018, empapándose de la idiosincrasia
española y sus dirigentes políticos, porque es justamente lo contrario. Si
alguien se ha ganado, a pulso y con todos los méritos para colgarle el
cartelito, la reputación de gobierno fascista, corrupto, ladrón y embustero
como no hay otro en el viejo continente, ese es, sin lugar a ningún género de
dudas, el gobierno de un tal Eme punto Rajoy, al que no localiza ni detiene ni
dios. Que jode si lo has votado, me lo imagino. Como me imagino a tantos y
tantas mintiendo al respecto porque nadie de tu entorno, seguro, los ha votado;
como de mi entorno o el entorno de tu prima. Pasa en este país con tanta
alegría como frecuencia que, a los fascistas, nunca los votan; aunque tengan
mayoría absoluta. Eso sí: después salen españoles españolísimos hasta debajo de
los sobacos de los moros; que mira que hay que tener mal gusto; pero bueno:
allá cada cual con sus placeres públicos y sus vicios privados. Ya podéis, esos
españoles españolísimos, volver a creeros las mismas mentiras que proclama el
gobierno en sus frustrados presupuestos y podéis, por supuesto, culpabilizar a
quien se os antoje: catalanes, vascos, socialistas o el sempiterno contubernio
que se alía siempre contra los gobiernos de la derecha españolísima. La
realidad es que no tiene apoyos porque, si por algo se caracteriza Rajoy, es
por ser un político pésimo, sin capacidad de diálogo y con un excesivo bagaje
autoritario, que se traduce en su soledad parlamentaria; de ahí que pasara de
su mayoría absoluta a su absoluta minoría, salvada en última instancia por la
extrema derecha de C´$ y la derecha “centrada” del P$OE, por el bien de la
gobernabilidad del país, o eso vinieron a decir en la posterior etapa (la
actual), precisamente de mayor conflictividad territorial y en la que estamos
dando inequívocos síntomas de involución democrática. Después de la estrategia
del despiste desviando vuestra atención hacia Catalunya, que no solo le ha
servido para que pasáramos por alto tanta corrupción, represión y delincuencia
de altos vuelos (seguro que ya nadie se acuerda, a estas horas, por ejemplo de cómo Gallardón nos salvó los muebles –el
20% de nuestra deuda está en poder chino- impidiendo que la justicia española
actuara contra el ex presidente chino Hu Jintao acusado de genocidio, que nos
obligó a retirarnos de la esfera internacional y de poder actuar
internacionalmente contra los grandes delincuentes internacionales y criminales
de lesa humanidad), sino que le ha servido igualmente para aplicarnos las
medidas represoras (Ley Mordaza) con la que siempre históricamente se ha sentido
muy a gusto esta derecha cavernícola nuestra, que encuentra de lo más
pecaminoso y criminal criticar al rey, cosa que aquí y solo aquí puede enviarte
a prisión, al tiempo que ve de lo más natural que en semana santa,
contraviniendo la normativa al respecto, ondeen a media asta las banderas en
los cuarteles militares de un país constitucionalmente aconfesional, en honor a
la muerte de un tal Jesús de Nazaret. No, si cuando hasta mi gato dice que hay
más fuera que dentro…hasta el pobre animal se ha dado cuenta ante la ceguera de
muchos bípedos que se dicen pensantes. En esa línea represora, como digo, en la
que se siente tan a gusto le acompaña, incluso marcándole el camino, cómo no,
la extrema derecha de C´$ y, albricias, pardiez, me cago en la leche hasta que
se vuelva cacaolat, el propio P$OE; al que se le presuponía, cuando menos, en
segunda línea de oposición oponiéndose, consiguientemente, al gobierno. Pero…
hay que salvar España, señores. Y para eso se hace acompañar Rajoy, como digo,
de ese P$OE adherido con todo entusiasmo a la represión, hasta el punto de confundir
protesta con rebelión, libre asociación con asociación para revertir el orden
constitucional, manifestaciones pacíficas con violencia sediciosa y, así, hasta
donde se quiera llegar porque, como digo, hay que salvar a España de los
rebeldes catalanes.
Ante la
clara y diáfana manifestación, una y otra vez repetida, de las voces de más de
dos millones de catalanes que solo querían ser consultados sobre si querían seguir
formando parte de una España así, o preferían una República, PP, P$OE y C´$ aprovecharon
y aprovechan para sacar la mayor y mejor tajada posible: los primeros desviando
la atención sobre su podredumbre y sus organizaciones criminales que rebosan
como la leche hirviendo, los segundos desviando la atención igualmente sobre su
propio detritus ideológico que los lleva a la más absoluta irrelevancia política
y los terceros, uy, los terceros, intentando convencer que son algo más allá de
Catalunya, sin la cual no serían verdaderamente nada porque ni existirían, ya
que es un partido creado en primera instancia para combatir el catalanismo. Curiosidades
del destino, ha sido Llarena el que ha desbaratado los planes de Rajoy y lo ha
colocado a merced de Puigdemont, de quien depende el inquilino de Moncloa para
investir un presidente autonómico que de carpetazo al 155 y pueda así aprobar
sus presupuestos Rajoy. No. No tiene nada que ver esto con la independencia
judicial, sino más bien yo diría que con un afán de notoriedad desmedida de
otro juez, que no solo se cree estrella sino manumisora del país, a quien le han
dado carta blanca para actuar como convenga al interés del país. Y no digo
justicia, que digo país, que son dos cosas que no tienen nada que ver en este
ni en muchos otros casos.
¿Y la Cifuentes,
pollo? Uy… voy a ver si me asesora para obtener un máster así como ella 💃🙆 Pero
no os olvidéis, sobre todo, que los más malos de la peli seguimos siendo los
catalanes. Yo ya hasta le estoy cogiendo el gustillo, mira tú qué cosas.
A más ver
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