Creíamos que era
complicado, pero nos equivocamos. No es, visto lo visto, nada dificultoso que
el señor juez Llarena se supere así mismo, en aras de la salvaguarda del supremo
interés nacional, ahora, de ultimas, poniendo en un brete a Montoro,
apremiándole a través de una providencia a que demuestre que la Generalitat no
subvencionó el 1-O, tal y como ha manifestado repetidamente Montoro y hasta el
propio Rajoy, entre otras nimiedades; como que de hecho el ministro,
amnistiador fiscal inconstitucional, recordemos, controlaba los gastos de la
Tesorería de la Generalitat, desde meses antes al 1-O ya que, según Llarena,
eso contradice las fuentes de prueba que figuran en la instrucción de la causa.
A ver si se ponen de acuerdo porque esto es un sin vivir: sin estrategia
conjunta, sin plan debidamente armonizado, acordado, convenido simultáneamente,
en beneficio de la salvación nacional y contra las huestes malvadas y
demoniacas del independentismo terrorista. Estos del gobierno me van a chafar
el plan, ha debido pensar Llarena. Hay que decir también que la investigación
sobre el delito de malversación se halla bajo secreto de sumario, en una pieza
separada. Hacienda envió a la Guardia Civil diversos informes, hace un par de
semanas, que avalarían la versión del gobierno sobre la ausencia de gasto público
para organizar el referéndum el 1-O. En paralelo a esta, el juzgado de
instrucción numero 13 de Barcelona está llevando su propia investigación, en la
que por ejemplo los proveedores de diverso material declararon como testigos
que nunca llegaron a cobrar, porque ni siquiera sabían a quien debían facturar,
habida cuenta de que Hacienda controlaba la Generalitat desde meses antes, como
hemos dicho. Se desprende de esto, por tanto, que debió haber algún descontrol
inicial por lo manifestado por los proveedores, que no tenían claro a quien
facturar sus pedidos y se quedaron finalmente sin cobrar. Y se desprende también
por ello que, como no se ande con cuidadito, Montoro puede acabar en Estremera
como cómplice necesario de los insurrectos, que ya sabemos cómo se las gasta el
juez en estos casos. Me da que no le va a hacer mucha gracia que, precisamente
el gobierno, le desmonte la acusación de malversación contra el ex rebelde y
ahora sedicioso Puigdemont y toda su tropa, y si no ha llevado muy bien que la acusación
de rebelión se la desmontara un juzgado alemán de tres al cuarto, comparado con
su categoría de juez del TS, que qué sabrán esos jueces provincianos alemanes
la II guerra civil que se evitó en España el 1-0, gracias al golpe de estado de
los terroristas catalanes y la oportuna, heroica y valerosa acción de las
fuerzas de seguridad del estado que lo frustraron, pues no quiero saber que va
a hacer con Montoro como este tire de su sorna como hace en alguna ocasión.
Aquí o se está con Llarena o eres sospechoso de complicidad con los golpistas
sanguinarios. Lo que es evidente es que, o bien miente Montoro, o mienten los
informes de la Guardia Civil que dice el juez que tiene bajo secreto de sumario,
en una pieza separada del proceso contra los independentistas. Le ha faltado
tiempo a la caverna mediática española de poner casi el precio a la cabeza de
Montoro, al que acusan de acercarse a los independentistas, de sabotear el
trabajo de Llarena, de que sea impropio de un ministro español darle semejante munición
exculpatoria a los golpistas, de que ahora la Justicia española tiene claro que
tiene otro enemigo en la lucha contra el golpismo y la ilegalidad, o de que lo de
Montoro es apoyar al tribunal de Schleswig-Holstein, como otra nueva genuflexión
del gobierno de Rajoy ante la Merkel. Que dimita, claro, porque estorba en la
lucha contra los malos más malos del mundo mundial de los malos.
De la guerra abierta,
y pública ya, entre PP y C´S, no puede salir nada bueno para el conjunto del país.
Y no puede salir nada bueno mientras ambas formaciones sigan en esa línea de a
ver quien se tuerce más a la derecha que el otro, quien se extrema más, quien
es más radicalmente español. Rajoy le ha llegado a reprochar a Rivera que, últimamente,
critique este más al gobierno que a los independentistas. De hecho en el PP
tienen muy claro que todo este asunto de Montoro, Llarena y la malversación, es
fruto de la fiscalización publica de la acción de gobierno de Rajoy, criticada
por Rivera hasta el extremo de pedirle explicaciones al gobierno sobre la financiación
del 1-O, que provocó que tanto Montoro como Rajoy desmintieran públicamente que
la Generalitat hubiera subvencionado el referéndum, habida cuenta que eso
implicaba, sí o sí, que se había producido tal supuesta malversación con
Moncloa controlando la Tesorería catalana. ¿Qué me estas container?: que Llarena
cree a pies juntillas los informes de la Guardia Civil, porque es lo que le
queda para sostener su relato kafkiano. Eso, y cualquier cosa que implique
violencia, vandalismo, amenazas, tumultos y terrorismo de los independentistas,
le vienen bien. Hasta la Chuky le ha reprochado a Rivera que, si es un político
con aspiraciones de gobernar, debería mostrar un poco más de miras. Quizá como
las suyas, que desde que accedió al gobierno y Rajoy le regalo La Casa de los espías
españoles, el CNI, la susodicha no ha dejado de intentar controlar La Casa
introduciendo en ella a personal de su confianza. Lo que se le atraganta a la
Chuky es que nuestros espías no la sirven a ella, que es un mero elemento pasajero,
sino que sirven a los intereses generales del país y, el país, está por encima
de ella para nuestro servicio de inteligencia. ¿Y porque ese interés desmedido
de la Chuky por La Casa?: evidentemente que no es por otra cosa que obtener información
confidencial de todo el mundo, sobre todo el mundo que le pueda interesar a la
Chuky tener bajo control porque, como bien podréis intuir, nada sirve más y
mejor como herramienta de control sobre alguien, que saber lo que ese alguien
no quiere que sepa nadie sobre él, o ella. Efectivamente, podemos decir que,
escarbes en la dirección que escarbes en este país, no ves más que de lo mismo:
detritus, inmundicia, latrocinio, intereses bastardos y pillaje, todo el
pillaje posible.
A mayor numero de
voces que se están alzando en Europa abogando por el dialogo y la solución política,
le siguen indefectiblemente más medidas judiciales contra los independentistas,
más amenazas y represión. ¿De verdad que es así como quieren ponerle fin a todo
esto? ¿Se creen de verdad que así le pondrán fin? Porque hasta ahora están consiguiendo
el efecto contrario entre la población catalana que defiende algo más que un referéndum:
su dignidad como pueblo, su idioma, su cultura, su libertad para ser lo que
quieran, su soberanía nacional, su futuro como país. Está más que claro que Catalunya
y España no comparten los mismos estándares de cultura y que ni tan solo
compartimos el mismo concepto de democracia, porque aquí no se encerraría ni se
perseguiría a nadie por tener una ideología u otra. Yo hace días, por ejemplo,
que a mis amigos y algunos compañeros de trabajo les pregunto cómo han cambiado
sus vidas, qué han perdido, cómo les ha afectado ese supuesto golpe de estado
de los independentistas, y de sus respuestas es fácil deducir hasta donde llega
el paroxismo y las tragaderas de algun@s. Pero me digan lo que me digan yo los
veo hacer las mismas cosas, decir con toda libertad lo que piensan, pasearse
con la bandera de España por el centro de Barcelona sin que nadie les moleste,
hacer su vida tal y como la han estado haciendo siempre. Claro que sé que
algunos “españolistas” han sido molestados; como también se dé casos en los que
se han golpeado a ancianos por llevar el lacito amarillo, o se han apedreado balcones
que lucían una pancarta pidiendo la libertad de los presos políticos. En estos
casos el descontrol de algunos de los elementos de ambos bandos es prácticamente
imposible de evitar; pero de ahí a elevarlo a la categoría que algunos
pretenden para dar una imagen de violencia y de terrorismo, es porque les ha
subido a algunos excesivamente la fiebre. No es tanto que unos sean los buenos
y otros los malos porque eso siempre depende del lado en el que estés; es,
sencillamente, que no nos entendemos ni desde el gobierno español se hace lo
más mínimo por tratar de entender nada, porque, repito: si creen que con
jueces, cárcel y represión van a solucionar esto, es que no han entendido ni
papa; pero como no creo que sean tan gilipollas, solo puedo pensar en otras
causas, que aun son peores que la falta de entendederas porque se perciben, se
mastican, se respiran en el aire putrefacto el odio y el rencor de algunos
elementos destacados de la sociedad española hacia lo catalufo que lo
contaminan todo.
A más ver
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