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domingo, 29 de abril de 2018

ESPAÑISTAN





Con la cantidad de cosas que se están diciendo últimamente, me llama la atención sobremanera que, personas supuestas y aparentemente maduras e inteligentes, digan alguna que otra chorrada, incluyendo el llegar a creérsela como un axioma indiscutible. No es que haya dejado de ser una persona madura e inteligente en este caso concreto, pero no me pareció un comentario ajustado a la realidad el de Xavier Sardá, al afirmar en la noche de ayer sábado, por ejemplo, que la ciudadanía no se merecía lo que le estaba pasando por culpa de esta clase política. Y hombre, te niego la mayor porque es la ciudadanía la que los ha votado, y viene votando repetidamente, a pesar de que sabemos, no ya de esta legislatura sino que ya llevan unas cuantas, que son unos embusteros patológicos y unos corruptos de tomo y lomo. No puedes eximir a la ciudadanía de su parte, y grande, de responsabilidad, en la elección y reelección de estos elementos. Estamos pagando la desidia, la indolencia y la cerrazón mental de una ciudadanía apalancada en su autocomplacencia que, como contrapartida a su voto de confianza en esa banda de falsos y de delincuentes, ha sido engañada, burlada y saqueada como no lo ha sido nunca desde que uno tiene memoria. Algunos llevamos muchos años denunciándolos aquí mismo y en otros foros, pero al ser uno un simple mindundi no parece que haya convencido a nadie prácticamente de nada, viviendo cada cual encerrado en su caparazón ideológico, sin capacidad ni ganas para la autocritica y la rectificación como viven, como así mismo lleva uno años diciendo que hay que salir a la calle en masa; y volver a salir y salir de nuevo, una y otra vez, hasta que esto cambie. Recordad como no hace mucho los defensores del régimen del 78 incluso han llegado a declarar pública y abiertamente que salir a la calle a protestar no era muy cívico y que así no se consigue nada. Mansos y sumisos como corderitos, así nos querrían por los siglos de los siglos, porque no hay nada peor para una casta política corrupta, que verse ante una ciudadanía organizada y pertinaz en la protesta callejera. Como así mismo llevamos algunos muchos años denunciándolos, también hemos exigido que a sus señorías, antes de la irrupción a nivel estatal del caso Rivera, se les someta a controles de alcoholemia y de sustancias estupefacientes, que os parecerá una ocurrencia, pero que podría deparar más sorpresas de las que se podría esperar, en un principio, de gentuza que pasa por creerse por encima del bien y del mal. Lo malo es que esa ciudadanía que se cobijaba bajo el paraguas de su inamovible parapeto ideológico, hacia como que no llovía, estaba cómoda y tranquila porque no se mojaba, cuando en realidad estaba lloviendo a cántaros. Ahora lo pagamos todo eso, y no podemos ni desentendernos de nuestra responsabilidad ni decir que no nos lo merecemos. Nada es irremediable, por supuesto que sí, nada menos la muerte lo es. Pero tampoco parece que hayamos aprendido gran cosa en el fondo si, de resultas de todo lo que está pasando últimamente y según todas las encuestas, vamos a darle a una derecha podrida, y a la otra que está más a la derecha aun que la podrida y que crece en proporción a la crispación que la sustenta y que ella misma provoca, una mayoría aun más solida en el congreso. Ciertamente las opciones no ofrecen alternativas con garantías de nada, porque la izquierda en España está, una parte de ella, defendiendo vergonzosamente el status quo como parte integrante que es de ese régimen del 78, y la otra anda desaparecida en la guerra de sus luchas internas cainitas y nada constructivas; pero ambas, P$OE y Podemos, sin capacidad operativa aparente para movilizar a la gente y/o darle respuestas alternativas, atractivas y creíbles. Sin mentar a los sindicatos, una pieza básica en todo esto que se ha ido disolviendo como un azucarillo y que viven atrapados por sus dependencias y sus subvenciones, amenazadas si se implican en exceso en la protesta. ¿O es que con 6 millones de parados como hemos llegado a tener, o la mera legislación laboral vigente, no ha sido y es motivo suficiente para movilizar a la gente? Porque mucho quejarnos de la precariedad laboral, de los contratos basura y los sueldos miserables, pero no veo a los sindicatos mayoritarios llamar a la gente ni para salir a pasear. El otro día, por ejemplo, le ofrecían a una sobrina mía un puesto en la cocina de un colegio: un contrato de 3 horas diarias a 5 euros la hora, de lunes a viernes. ¿De quién es la responsabilidad final de esa oferta de trabajo: de quien legisla para hacerla posible y legal, o de quien se acoge a ella para no pagar más? Quitaos la venda de los ojos porque un gobierno de C´S y PP con más escaños aun en el congreso, no va a cambiar esto para nuestro bien, es ilusorio y fantasioso, como la Fanta de naranja. El 8 de marzo recuerdo haber escrito, después de alegrarme y congratularme de la movilización femenina en su día reivindicativo, que con una movilización no basta, que hay que ser constantes en la protesta porque si todo se reduce a una movilización el día que lo dicta el calendario, para el 8 de marzo del 2.019 no se habrá conseguido nada. Desgraciadamente ha tenido que ser el caso de esa victima de esa manada de miserables, ayudados por unos jueces que son el espejo de buena parte de una judicatura podrida que padecemos que es heredera de la cultura franquista y misógina, la que ha vuelto a poner a las mujeres en la calle. Para marear la perdiz, o para callarlas y callarnos a todos, nos sale el gobierno con una salida por lo superfluo: revisar el Código Penal. El problema no es el Código Penal vigente o, para no ponernos tan radicales, no es el único ni el principal: son esa pandilla de jueces que hacen las interpretaciones que hacen, absolutamente incomprensibles para la sociedad, destinataria final de sus decisiones y sentencias, de las que todos somos víctimas en mayor o menor grado, porque, entre otras cosas, existe un corporativismo atávico muy poderoso en el mundo judicial, fruto de no haberse implementado la democracia en esa otra casta de los poderes del estado. Y todo esto trae como consecuencia que esa chica, mañana, puedes serlo tú.     
                                                                                 

Pero vamos a tener que ser más constantes en la protesta, necesariamente, si tiene que ser colectivo a colectivo, ya que no hay un P$OE, ni un Podemos ni tampoco unos sindicatos que ejerzan de lo que tienen que ejercer y hagan lo que forma parte de sus responsabilidades: oponerse y hacer frente a este gobierno con todas las armas licitas y legales a su alcance. No os preocupéis, que no lo harán. No se pueden mover, porque si Pedro Sánchez se volviera loco y ejerciera de lo que se supone que tiene que ejercer, se lo comen vivo; y el otro ya ha tocado techo al parecer y anda más pendiente de su propia supervivencia en el partido, ahora mismo, que de los problemas de la sociedad, con el miedo añadido de Catalunya, con la que desearía estar y no está por temor a restar votos en los terrenos hispánicos.

Nos queda mucho por pasar. Tenemos en lontananza la sentencia del juicio de Alsasua que, visto lo visto, va a servir a la derecha para seguir agitando el ambiente patriotero a través del relato manido de un estado perenne de terror solapado en el país Vasco. Vamos para atrás, como los cangrejos, porque hay muchos intereses en juego y cuando los intereses se anteponen a la política, se acaba la democracia. Los poderes fácticos de este país han decidido, parecer ser, que debemos hacer un repliegue y centralizarnos y unirnos todos, queramos o no, bajo la misma bandera y el mismo himno, o correr el riesgo de ser considerados rebeldes, sediciosos y antisistemas peligrosos. Se empieza marcando al que discrepa y se acaba imponiendo el pensamiento único.
                                                                             

Venga, una de buena: como sabéis soy un adicto a las drogas duras y ahora me estoy tirando el pegote con la quimio, currando y todo, a mi bola: hemos reducido los nódulos a la mitad de su ridículo tamaño, pasando de 9 a 4/5 milímetros. Me han preguntado qué quería hacer, si seguir o parar, y obviamente, eso ni se pregunta: aniquilarlos sin compasión. Sigo con la quimio y en julio veremos otra vez y, espero que, lo que veamos, es que no vemos nada ya. Lo que peor llevo, a mí que me gusta la buena mesa, es la tortura que representa el comer. Pero lo relevante y prioritario es lo que es: acabar con esas células locas y no dejar ni una viva. El martes encima es mi cumple y en Barcelona tenemos esta semana nuestra feria de abril sevillana montada por todo lo alto. Allá que me voy de cabeza. No es lo mismo, claro, pero… menos es nada y hay que disfrutar lo que se pueda.

(Fijaos como están de nerviosos ya, que la foto que encabeza este post la publicó en un error el propio Ministerio de Hacienda. Ya la han retirado, claro... 😅 )

A más ver        

1 comentario:

  1. "Cada país (o pueblo, o comunidad, o lo que sea) tiene el gobierno que se merece". Esa es una de las frases más incómodas para el común de la gente, ya sea en las tertulias televisivas, en lugares públicos o en conversaciones cotidianas. Precisamente a raíz del problema en Cataluña Sardá me ha decepcionado mucho más de lo esperado, hasta el punto de pensar que está bien pagado para decir varias de las estupideces que le he escuchado. Lo que comentas al principio no se lo había oído, pero a estas alturas no me extraña lo más mínimo. De hecho me confirma que forma parte oficialmente de esa cuadrilla de tertulianos, expertos de chichinabo, que se dedican al auténtico adoctrinamiento de las masas (no al del que nos acusan a los catalanes en los colegios, precisamente) mediante los mass-mierda.
    Sin duda es una sandez proclamar que no nos merecemos este gobierno siendo precisamente el reflejo fiel de nuestros usos y costumbres (sin olvidar la picaresca bien descrita por nuestros clásicos como Quevedo), aunque tampoco está de más recordar que aquí la responsabilidad se reparte entre esa masa ignorante y anestesiada y los dirigentes que tienen todos los recursos a su alcance.
    Me alegra conocer la buena noticia que nos das al final; espero y deseo que todo siga por buen camino, recibe un cordial saludo.

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